EL Rincón de Yanka: ¿POR QUÉ SANTIGUARSE CON AGUA BENDITA?

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viernes, 8 de agosto de 2014

¿POR QUÉ SANTIGUARSE CON AGUA BENDITA?



Es un gesto aparentemente trivial por lo acostumbrado, pero de honda significación. Este vídeo la explica de manera sencilla.




«El Señor Jesús, 
que hizo oír a los sordos
y hablar a los mudos, 
te conceda, 
a su tiempo, escuchar su Palabra 
y Proclamar la Fe, 
para alabanza y gloria de Dios Padre. 
Amén».

RITO DE EFFETÁ = ARAMEO (Ábrete)

El hombre nace como sordo y mudo ante Dios. Por la gracia del Bautismo, Cristo abre los sentidos del alma para que escuchemos las enseñanzas de su Evangelio y las proclamemos con nuestra vida.

“¡Effeta!”. Jesús le dijo eso a un sordo y tartamudo mientras me tocaba los oídos y la boca (Mc 7, 31-37). 
Esa palabra y esa acción de Jesús han sido ritualizados para poder tener lugar en la iniciación cristiana.
Como uno de los ritos explicativos del Bautismo de niños, el ministro toca con el pulgar los oídos y la boca del niño mientras que, recordando las palabras que escucharemos el domingo, le dice: “El Señor Jesús que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y profesar la fe, para alabanza y gloria de Dios Padre”.
En el caso de los adultos, este rito tiene lugar antes del Bautismo. Se sugiere que se lleve a cabo el Sábado Santo, por la mañana, cuando se bautiza en la Vigilia Pascual. El celebrante le dice al catecúmeno: “Effetá, que significa: ábrete, para que profeses la fe, que has escuchado, para alabanza y gloria de Dios”.

La Iglesia utiliza estos signos y la palabra de Jesús («Effetá») en la liturgia del Bautismo con un rito que se verifica de este modo:

«El sacerdote, mojando el dedo pulgar en su propia saliva, toca las orejas y la nariz del niño; tocando la oreja derecha e izquierda, dice (si son varios, a cada uno en particular):

“Effeta”, es decir, abríos.

Después toca la nariz, diciendo:

En olor de suavidad. Y tú, diablo, huye; porque el juicio de Dios está cerca.

En adelante, el catecúmeno no debe ser sordo a la voz de Jesucristo, y su vida debe exhalar el buen olor de las virtudes. ¿Por qué, pregunta san Ambrosio [Liber de sacramentis, I] os ha tocado el sacerdote las orejas? Ha sido para abrirlas a la palabra santa. También os ha tocado las narices para que respiréis el buen olor de la piedad eterna y podáis decir con el Apóstol: “Somos el buen olor de Cristo”».

«El Señor Jesús, 
que hizo oír a los sordos
y hablar a los mudos, 
te conceda, 
a su tiempo, escuchar su Palabra 
y Proclamar la Fe, 
para alabanza y gloria de Dios Padre. 
Amén».

RITO DE EFFETÁ = ARAMEO (Ábrete)
El hombre nace como sordo y mudo ante Dios. Por la gracia del Bautismo, Cristo abre los sentidos del alma para que escuchemos las enseñanzas de su Evangelio y las proclamemos con nuestra vida.