EL Rincón de Yanka: ¿EXISTE MAMÁ?

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lunes, 12 de marzo de 2012

¿EXISTE MAMÁ?






 


El argumento ontológico

Otro de los temas que me ha gustado mucho desde hace años es el denominado argumento ontolótico de la existencia de Dios, también conocido como argumento ontológico de san Anselmo, puesto que fue este filósofo quien mejor lo expuso.

¿En qué consiste? Se trata de un argumento a priori, es decir, independiente o anterior a la experiencia. En general, todos los argumentos demostrativos de la existencia de Dios han sido discutidos, puesto que siempre hay quien considera que es imposible demostrar su existencia. Bueno, especialmente cuando se parte de una premisa reductiva, consistente en negar directamente la existencia de Dios por el simple hecho de que "nadie se lo ha presentado".

El argumento ontológico puede formularse de la siguiente manera.

"Dice el necio en su corazón: ¡No existe Dios!" (Sal 14). Una buena cita de la Escritura para saber a quien va dirigido el argumento. Hoy probablemente hay más necios que nunca, pues jamás había habido tanto ateos como en estos últimos siglos.

Pero, cuando dice "Dios" quiere decir algo: el ser más perfecto que pueda imaginarse. "Mas, indudablemente, este mismo insensato, cuando escucha esto mismo que estoy diciendo -que hay algo tal que nada más grande puede ser imaginado-, comprende lo que escucha, y lo que comprende está en su entendimiento, incluso aunque no comprenda que lo sea; pues una cosa es que algo esté en el entendimiento, y otra es comprender que una cosa es." (Proslogion de San Anselmo).

El concepto de Dios incluye su existencia. Porque la existencia misma de una cosa es la principal de sus perfecciones. Si una cosa tiene muchas perfecciones, en cuanto pensada, pero no existe, le falta la principal de todas ellas.
Y, ciertamente, algo tan grande que nada mayor pueda ser pensado no puede estar únicamente en el entendimiento, ya que si sólo estuviera en el entendimiento, también podría pensarsele como parte de la realidad, y en ese caso sería aún mayor. Esto es, que si algo tal que nada mayor pueda ser pensado estuviera únicamente en el entendimiento, entonces esa misma cosa tal que nada mayor pueda ser pensado sería algo tal que algo mayor sí pudiera pensarse, algo que no puede ser."
Parece un juego de palabras, y así ha sido considerado por grandes filósofos de todos los tiempos, que han criticado el argumento diciendo sencillamente que una cosa es el pensamiento y otra la realidad y que del concepto de Dios no se puede pasar a demostrar su existencia en la realidad.

Pero también ha habido otros muchos filósofos y lógicos (Avicena, Anselmo, Descartes, Leibniz, Gödel) que han afirmado su legitimidad, precisamente porque no se trata de un concepto cualquiera. Si fuese un concepto cualquiera es evidente que el argumento caería por su base, por proponer una falacia, pero el concepto de Dios es un concepto límite.

En el fondo, si todo lo que existe es más perfecto en la realidad que en nuestro pensamiento, la misma definición de Dios -el ser más perfecto que pensar se pueda- postula su existencia o bien incurre en una contradicción.

A mí me gusta este argumento, aunque el motivo quizá no sea del todo convincente, puesto que me aparto de la estricta lógica. ¿Qué sería la razón humana si no hubiera Dios? O dicho de otra manera: ¿qué le sucede a la razón humana desde que ha dejado a Dios aparcado, negando su misma existencia por el solo hecho de que no se puede poner en la platina del microscopio? ¿Quiénes somos nosotros para imponer una única medida de conocimiento de lo real?

El argumento ontológico me gusta más ahora que he visto el vídeo "mamá no existe" (que publicamos en una entrada anterior que sirve de introducción a toda esta etapa, pero que reproducimos bajo estas líneas). La razón humana es una chispa del Entendimiento divino: en Él nos movemos y existimos, porque el mundo es contingente. Negando a Dios, la mente se queda huérfana y desorientada... ¿No os parece evidente? Pues el argumento ontológico es precisamente esto que uno intuye, pero dicho de manera argumentada y discursiva.