No hay cuaresma, si no hay experiencia de fe.
El desierto, visto como espacio simbólico, representa el destino que ha escogido para sí el hombre que se aparta de la palabra de Dios.
¡Cuaresma!: Camino que hacemos hacia el desierto, movidos por la fuerza del Espíritu, iluminados con su luz, animados por su gracia. No hay cuaresma si no hay efusión del Espíritu, si no hay iniciativa divina, si no hay mirada de Dios sobre nuestra vida, si no hay amor de Dios que libera.
¡Cuaresma!: Camino que el creyente hace con Cristo en el desierto, para aprender a ser de Dios, para aprender a vivir de la palabra de Dios, para aprender a escuchar como hijos, para aprender a confiar en Dios, para aprender la suficiencia de Dios, para conocer el amor de Dios, para aprender a amar a Dios. No hay cuaresma si no es “alma” de del creyente lo que fue el “alma” de Cristo.
La Mano del Desierto fue construida por el escultor chileno Mario Irarrázabal Covarrubias a comienzos de los 90 y fue inagurada el 28 de marzo de 1992. Está construida a base de hierro y cemento, tiene 11 metros de altura y se encuentra ubicada a 1100 metros sobre el nivel del mar.
Esta impactante escultura que parece saludar o despedirse se encuentra en el desierto de Atacama, a 75 km al sur de la ciudad de Antofagasta. Este desierto ubicado al norte de Chile es conocido por ser el más seco y árido del mundo.
2 comments :
Hola Juan.
Preciosa tu entrada, llena de fe y emotivida, de creencia y respeto.
La fe es una energía sumamente poderosa, sólo hay que saber expandirla.
Felicidades por tu bonita entrada.
Te dejo un relajante abrazo
Beatriz
Gracias mi relajante amiga...
Saludos...
Publicar un comentario