EL Rincón de Yanka: EL MAPA DEL CORAZÓN ES UNA RÉPLICA DEL UNIVERSO

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viernes, 16 de mayo de 2008

EL MAPA DEL CORAZÓN ES UNA RÉPLICA DEL UNIVERSO


El mapa del corazón es una réplica del universo.
Sístole y diástole, pleamar y bajamar,
sol y luna se mecen al compás de un saber
que no hay que aprender, sino recordar.
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"El mundo es como un mar cuyas riberas
son el corazón del hombre". Proverbio chino.
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El Sentido común es más antiguo y, con frecuencia, más certero que la ciencia. Desde siempre gnósticos, taoístas y kabalistas han creído que la sabiduría es algo innato y que, todo nuestro trabajo, todo nuestro esfuerzo debe estar dirigido a recuperar aquello que ya poseemos. Un proverbio chino dice: El mundo es como un mar cuyas riberas son el corazón del hombre, palabras detrás de las cuales se alza, cristalina, la curva ola de la comprensión. En efecto, la talasoterapia, en boga desde fines de siglo XIX, sostiene que, dado que el PH de la sangre es equivalente al del mar, nuestro contacto con él no solamente mejora la circulación y conforta con yodo nuestra tiroides sino que, además, acuna de nuevo nuestro ser al evocarle su amniótico origen. Por si fuera poco, el ritmo singular de las mareas, regido por una alternancia de seis horas y doce minutos, con su bajamar y pleamar -descanso y ascenso del nivel de las aguas respectivamente-, se ve replicado en el juego diasto-sistólico de nuestro corazón.

Así como la teoría dinámica formulada por Laplace primero y luego afinada por Russel y Bazin supone que la marea es una onda puesta en movimiento por las fuerzas atractivas del Sol y la Luna, así oscila el corazón entre el envión solar que lleva oxígeno a nuestros órganos y tejidos, y el repliegue lunar que recoge la sangre venosa para ser nuevamente filtrada en las inmediaciones de su punto de partida. Como el proverbio alude a unas riberas, imaginando que éstas son las válvulas sigmoideas, la tricúspide y la mitral, llegamos a la conclusión de que constituyen algo así como los continentes en torno a los cuales gira el océano de la sangre.
Clásico, el efecto del proverbio sugiere primero una expansión, una dilatación viajera, comunicativa, y luego una contracción reflexiva, pues es en el ser humano en quien todo movimiento vital ha de organizar sus propósitos, es en nosotros en quien la vida confía para no morir. En cierto modo la sentencia china supone una gran responsabilidad, pues enuncia que por más que nos alejemos de nosotros mismos o de nuestros coetáneos, acabaremos volviendo a ellos para narrar nuestras aventuras y revelar nuestros descubrimientos.

Así como los mares del mundo se comunican entre sí, mediante ríos, afluentes, istmos o canales abiertos por el hombre, asimismo acabarán comunicándose los corazones de las diversas razas en un único y afortunado puerto: el de la concordancia. Acuerdo avalado ya por las trasfusiones y donaciones que, generosa, la sangre ha enseñado a nuestro más elevado sentido de la solidaridad. La geografía difiere en los mapas, pero debajo del cartógrafo y el marino, tras la máscara del meteorólogo y del político, unánime, el corazón se sabe parte de un continuum para el no existen fronteras. La profundidad del mar del mundo no es más honda ni más misteriosa que la que pulsa, gime y canta entre las riberas de nuestros sentimientos.

Mario Satz
http://www.mariosatz.com/
Sabiduría popular
Revista Ser Humano


2 comments :

Catalina Zentner Levin dijo...

Juan Carlos, vengo desde el Blog de Erika, para agradecer tu amable comentarios.
Por supuesto, puedes usar el poema que mencionas, si deseas colocarlo en tu Blog.
Felicitaciones por el amoroso trabajo que estás haciendo por el diálogo fecundo entre los seres humanos.

Yanka dijo...

Gracias Cata...