EL Rincón de Yanka: SUEÑOS

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sábado, 15 de febrero de 2025

LIBRO "RECUERDOS, SUEÑOS, PENSAMIENTOS": MEMORIAS por CARL GUSTAV JUNG y PSICOHEREJÍA 💬💭

 
RECUERDOS, SUEÑOS, PENSAMIENTOS: 
MEMORIAS


Un testamento vital para entender a una figura capital de la psicología y el pensamiento moderno del siglo XX.
En la primavera de 1957, cuando contaba ochenta y un años, Carl Gustav Jung emprendió el relato de su vida con la ayuda de su colega y amiga Aniela Jaffe. Pero en estas memorias las anécdotas se ponen al servicio exclusivo de su concepción del inconsciente y del hombre. No se recogen encuentros con otras celebridades ni se pronuncian discursos sobre el curso del mundo. En estas páginas conoceremos los años de formación, su ambivalente relación con Freud, los viajes y los descubrimientos, y la gestación de su religiosidad.

Citas extraídas del libro 
de C. G. Jung 

“Mi vida es la historia de la autorrealización de lo inconsciente. Todo cuanto está en el inconsciente quiere llegar a ser acontecimiento, y la personalidad también quiere desplegarse a partir de sus condiciones inconscientes y sentirse como un todo.” 

“La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, se esconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas se recibe la impresión de la nada absoluta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece. El rizoma permanece.” 

“Sin embargo los encuentros con la otra realidad, el choque con el inconsciente han marcado mi memoria de modo indeleble. En este aspecto hubo siempre plenitud y riqueza, y todo lo demás quedó eclipsado.” 

“...existen elementos anímicos arcaicos que pueden inculcarse en el alma individual sin que procedan de la tradición.” 

“Desde el principio se abrió paso en mí un sentimiento de confianza sin igual en el destino, como si estuviera dedicado a una vida que debía realizarse.” 

“El pasado es inmensamente real y actual y atrapa a todo aquel que no logra redimirse mediante una respuesta satisfactoria.” 

“Retrospectivamente veo en que medida mi desarrollo infantil anticipaba acontecimientos futuros y preparaba modos de adaptación a la ruptura religiosa de mi padre, así como para la trágica revelación de la actual imagen del mundo, que ciertamente tampoco ha surgido de ayer a hoy sino que ha proyectado largo tiempo sus sombras. A pesar de que somos hombres de nuestra propia vida personal somos también, por otra parte, en gran medida, representantes, víctimas y promotores de un espíritu colectivo, cuya vida equivale a siglos. Podemos ciertamente imaginar una vida a la medida de nuestros propios deseos y no descubrir nunca que fuimos en suma comparsas del teatro del mundo. Pero existen hechos que ciertamente ignoramos, pero que influyen en nuestra vida y ello tanto más cuanto más ignorados son. Así pues, por lo menos una parte de nuestro ser vive en los siglos, aquella parte que para mi uso privado he designado como la número 2.”

Psicoherejía, el legado de Carl Jung
El legado de C. G. Jung a la Iglesia


La abrumadora mayoría de cristianos probablemente nunca habrán oído hablar de C. G. Jung, pero su influencia en la iglesia es enorme y afecta a los sermones, libros y actividades, como en el prolífico empleo del Indicador de Tipo Myers-Briggs (MBTI) por parte de los seminarios y organizaciones misioneras. Un actual y popular ejemplo del legado de Jung se puede ver en el libro de Robert Hicks The Masculine Journey [El viaje masculino], que fue dado a cada uno de los 50.000 hombres asistentes a la conferencia de 1993 de los Promise Keepers. Los cristianos necesitan aprender lo suficiente acerca de Jung y sus enseñanzas para quedar advertidos y prevenidos.

El legado de Jung a la psicología cristiana es a la vez directo e indirecto.

Algunos profesantes cristianos, influidos por las enseñanzas de Jung, integran aspectos de la teoría jungiana en su propia práctica de la psicoterapia. Puede que incorporen sus conceptos acerca de los tipos de personalidad, del inconsciente personal, del análisis de los sueños y de varios arquetipos en su propio intento de comprender y aconsejar a sus clientes. Otros cristianos han sido influidos más indirectamente al implicarse en sanidad interior, en el seguimiento de programas de doce pasos, o al haber asumido el Indicador de Tipo Myers-Briggs, que está basado en los tipos de personalidad de Jung y que incorpora sus teorías de introversión y extroversión.

Jung y Freud

El legado de Jung no ha sido positivo para el cristianismo. Desde su principio, la psicoterapia ha minado las doctrinas del cristianismo. Las actitudes de Sigmund Freud hacia el cristianismo eran evidentemente hostiles, porque creía que las doctrinas religiosas son todas ilusorias, y designó a toda religión como neurosis obsesiva universal de la humanidad.(1)
Su seguidor durante un tiempo y colega Carl Jung, por otra parte, puede no ser tan evidente en su desdén del cristianismo. Sin embargo, sus teorías han disminuido desdeñosamente las doctrinas cristianas al situarlas al mismo nivel que las de todas las religiones.

Aunque Jung no llamó a la religión una neurosis obsesiva universal, sí que consideró a todas las religiones, incluyendo el cristianismo, mitologías colectivas no reales en esencia, pero ejerciendo un efecto verdadero sobre la personalidad humana. El doctor Szasz describe la diferencia entre las teorías psicoanalíticas de los dos hombres de esta manera: Así, en opinión de Jung las religiones son apoyos espirituales indispensables, mientras que en la de Freud son muletas ilusorias.(2)
En tanto que Freud argumentaba que las religiones son engañosas y por lo tanto malas, Jung mantenía que todas las religiones son cosa imaginaria pero buena. Ambas posturas son anticristianas: la una niega el cristianismo, y la otra lo mitologiza.

Tras haber leído La interpretación de los sueños de Freud, Jung contactó con Freud y se estableció una amistad de mutua admiración que persistió alrededor de ocho años. Aunque Jung sirvió durante cuatro años como primer presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, la rotura entre Jung y Freud fue total. Jung divergía de Freud en varios puntos, en particular acerca de la teoría de Freud acerca del sexo. Además, Jung había ido desarrollando su propia teoría y metodología, conocida como psicología analítica.

El inconsciente colectivo

Jung enseñaba que la psique se compone de varios sistemas, incluyendo el inconsciente personal con sus complejos y un inconsciente colectivo con sus arquetipos. La teoría de Jung de un inconsciente personal es muy similar a la creación freudiana de una región que contiene las experiencias reprimidas, olvidadas o ignoradas. Sin embargo, Jung consideraba el inconsciente personal como una capa mas o menos superficial del inconsciente.
Dentro del inconsciente personal se encuentran lo que él denominó complejos con tonos de sentimientos. Dijo que constituyen la faceta personal y privada de la vida psíquica.(3) Se trata de los sentimientos y de las percepciones que se organizan alrededor de personas significativas o acontecimientos relevantes en la vida de la persona.

Jung creía que había una capa más profunda y más significativa del inconsciente, que él designó como el inconsciente colectivo, y que identificaba como arquetipos, que consideraba como innatos, inconscientes y generalmente universales. El inconsciente colectivo de Jung ha sido descrito como un almacén de trazas de memorias latentes heredadas del pasado atávico del hombre, un pasado que incluye no sólo la historia racial del hombre como especie separada,sino también sus antepasados prehumanos o animales.(4)
Por tanto, la teoría de Jung incorpora la teoría de la evolución de Darwin así como la antigua mitología. Jung enseñó que este inconsciente colectivo es compartido por todas las personas, y que por tanto es universal. Sin embargo, por cuanto es inconsciente, no todas las personas son capaces de acceder al mismo. Jung contemplaba el inconsciente colectivo como la estructura fundamental de la personalidad, sobre las que se edifican el inconsciente personal y el ego. Debido a que creía que los fundamentos de la personalidad son ancestrales y universales, estudió las religiones, la mitología, los rituales, los símbolos, los sueños y las visiones. Dice él:

Todas las enseñanzas esotéricas tratan de aprehender los acontecimientos invisibles en la psique, y todas demandan una autoridad suprema para sí mismas. Lo que es cierto del folklore primitivo es cierto incluso en mayor grado de las religiones de influencia mundial. Contienen un conocimiento revelado que fue originalmente oculto, y exponen en gloriosas imágenes los secretos del alma.(5)

El concepto de Jung del cristianismo

Sin embargo, debido a que Jung dejó lugar para la religión, muchos cristianos se sintieron más cómodos con sus ideas. Por esto es importante considerar las actitudes de Jung hacia el cristianismo. El padre de Carl Jung fue un ministro protestante, y Jung experimentó aspectos de la fe cristiana mientras fue creciendo. Escribió lo siguiente acerca de su temprana experiencia con la Santa Comunión, que parece estar relacionada con sus ideas posteriores acerca de que las religiones son sólo mitos:
Lentamente llegué a comprender que esta comunión había sido una experiencia fatal para mí. Había resultado hueca; más aún, resultó ser una pérdida total. Sabía que nunca podría volver a participar en esta ceremonia. Bueno, esto no es religión en absoluto, pensé: Es la ausencia de Dios; la iglesia es un lugar al que no debería ir. Ahí no hay vida, sino muerte.(6)

En base de aquel significativo incidente, Jung pudo haber procedido a negar todas las religiones; pero no lo hizo. En lugar de ello, vio evidentemente que la religión era algo muy significativo para muchas personas y que las religiones podían ser útiles como mitos. Su decisión de considerar todas las religiones como mitos fue posteriormente influida por su perspectiva del psicoanálisis. Según Viktor von Weizsaecker, C. G. Jung fue el primero en comprender que el psicoanálisis pertenecía a la esfera de la religión.(7) Que las teorías de Jung constituyen una religión se puede ver en su consideración de Dios como el inconsciente colectivo, y por ello presente en el inconsciente de cada persona. Para él, las religiones revelaban aspectos del inconsciente y podían así acceder a la psique de la persona. También empleó los sueños como vías de entrada a la psique para la propia comprensión y autoexploración. La religión era sólo un instrumento para acceder al yo y si una persona quería emplear para ello símbolos cristianos, pues ya le estaba bien.

El espíritu guía de Jung

Debido a que Jung transformó el psicoanálisis en un tipo de religión, es también considerado como psicólogo transpersonal así como teórico del psicoanálisis. Se implicó profundamente en ocultismo, practicó la necromancia y tuvo contacto diario con espíritus descarnados, a los que designó como arquetipos. Mucho de lo que escribió fue inspirado por estas entidades. Jung tenía su propio espíritu familiar al que llamaba Filemón. Al principio pensaba que Filemón era parte de su propia psique, pero más adelante descubrió que Filemón era más que una expresión de su propio ser interior. Jung dice:

Filemón y otras figuras de mis fantasías me dieron a saber el conocimiento crucial de que hay cosas en la psique que yo no produzco, sino que se producen a sí mismas y tienen su propia vida. Filemón representaba una fuerza que no era yo mismo. En mis fantasías tuve conversaciones con él, y él dijo cosas que yo no había pensado de manera consciente. Porque observé con claridad que era él quien hablaba, y no yo. ...

Psicológicamente, Filemón representaba un conocimiento superior. Para mí era una figura misteriosa. En ocasiones me parecía muy real, como si fuera una personalidad viviente. Paseaba con él jardín arriba y abajo, y fue para mí lo que los indios llaman un gurú.(8)

Se puede comprender por qué Jung es tan popular entre los seguidores de la Nueva Era.
La meta de Jung para el psicoanálisis era que llegase a ser una religión integral.
La influencia de Jung sobre AA
Jung también abrió el camino para el desarrollo de Alcohólicos Anónimos. El cofundador Bill Wilson escribió lo siguiente en una carta a Jung en 1961:

Esta carta de inmenso agradecimiento ha estado pendiente durante mucho tiempo. ... Aunque seguramente habrá oído acerca de nosotros [AA], dudo que usted sea consciente de que una cierta conversación que tuvo una vez con uno de sus pacientes, un tal señor Roland H., en la década de los treinta, tuvo un papel crucial en la constitución de nuestra agrupación.(9)

Wilson prosiguió la carta recordando a Jung de lo que le había contado abiertamente [a Roland H.] de su situación desesperada, que estaba más allá de la ayuda que le pudiera ofrecer la medicina o la psiquiatría. Wilson escribió:

Esta declaración sincera y humilde de su parte fue indudablemente la primera piedra fundamental sobre la que nuestra agrupación ha sido entonces edificada. Cuando Roland H. preguntó a Jung si había alguna esperanza para él, Jung le dijo que podría haberla, siempre que pudiera pasar por una experiencia espiritual o religiosa: en resumen, una conversión genuina.

Wilson proseguía en su carta: Usted le recomendó que se situase en una atmósfera religiosa y que tuviera esperanza.(10) Por lo que respecta a Jung, no había necesidad de doctrina ni contenido de fe, sino sólo una experiencia.
Los cristianos se implican en la religión de Jung cuando integran sus conceptos acerca del hombre y de la deidad al asimilar sus teorías, terapias y conceptos.

Es importante observar que Jung no podía referirse a la conversión al cristianismo, porque por lo que respecta a Jung toda religión es simplemente mito una manera simbólica de interpretar la vida de la psique. Para Jung, la conversión significaba sencillamente una dramática experiencia total que alteraría profundamente la perspectiva de la persona acerca de la vida. Jung mismo había rechazado abiertamente el cristianismo y se había lanzado a la idolatría. Reemplazó a Dios por una miríada de arquetipos mitológicos.

La respuesta de Jung a la carta de Wilson incluía la siguiente afirmación acerca de Roland H.:

Su deseo por el alcohol era el equivalente, a un nivel bajo, de la sed espiritual de nuestro ser por la plenitud; expresándolo en lenguaje medieval: la unión con Dios.(11)

En su carta Jung menciona que en latín se emplea la misma palabra para alcohol que para la más elevada experiencia religiosa. También en inglés, lo mismo que en castellano, se hace referencia al alcohol como espíritu. Pero conocimiento la teología de Jung y sus intimidades con un espíritu familiar, se debe llegar a la conclusión de que el espíritu al que se refiere él no es el Espíritu Santo, y que el dios al que se refiere no es el Dios de la Biblia, sino un espíritu fraudulento que se presenta como ángel de luz y que lleva a muchos a destrucción.

La blasfemia de Jung

El neopaganismo de Jung y su deseo de reemplazar el cristianismo con su propio concepto de psicoanálisis se puede ver en una carta que escribió a Freud:

Me imagino una tarea mucho más delicada y integradora para [el psicoanálisis] que la alianza con una fraternidad ética. Creo que debemos darle tiempo para que se infiltre en personas de muchas procedencias, que avive entre los intelectuales un sentimiento hacia los símbolos y los mitos, para que muy gentilmente transforme a Cristo de vuelta al hechicero dios del vino, que era, y de esta manera absorber aquellas fuerzas extáticas instintivas en el cristianismo para el propósito único de hacer del culto y del mito sagrado lo que habían sido antes: una fiesta borracha de gozo donde el hombre recuperaba el carácter y la santidad de un animal.(12)

De esta manera, la meta de Jung para el psicoanálisis debía ser una religión global superior al cristianismo, reduciendo la verdad del cristianismo a mito y transformando a Cristo en un hechicero dios del vino. La respuesta de Dios a tal blasfemia se puede ver en el Salmo 2:

¿Por qué se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
Se levantarán los reyes de la tierra,
Y los príncipes consultarán unidos
Contra Yahvé y contra su ungido,
diciendo:

Rompamos sus ligaduras,
Y echemos de nosotros sus cuerdas.
El que mora en los cielos se reirá;
El Señor se burlará de ellos.
Luego hablará a ellos en su furor,
Y los turbará con su ira.

Los cristianos se implican en la religión de Jung cuando integran sus conceptos acerca del hombre y de la deidad al asimilar sus teorías, terapias y conceptos que se han filtrado a través de otras psicoterapias, a través de programas de doce pasos, a través de la curación interior, a través del análisis de los sueños, y a través de los tipos y pruebas de personalidad.

Notas

1. Sigmund Freud. The Future of an Illusion [El futuro de una ilusión], trad. al inglés y editado por James Strachey. New York: W. W. Norton and Company, Inc., 1961, p. 43. Vuelve al texto
2. Thomas Szasz. The Myth of Psychotherapy, Garden City: Doubleday/Anchor Press, 1978, p. 173. Vuelve al texto
3. C. G. Jung. The Archetypes and the Collective Unconscious, 2(a) Ed., trad. al inglés por R. F. C. Hull. Princeton: Princeton University Press, 1969, p. 4. Vuelve al texto
4. Calvin S. Hall y Gardner Lindzey. Theories of Personality. New York: John Wiley & Sons, Inc., 1957, p. 80. Vuelve al texto
5. Jung, The Archetypes and the Collective Unconscious, op. cit., p. 7. Vuelve al texto
6. C. G. Jung. Memories, Dreams, Reflections, ed. por Aniela Jaffe, tradu. por Richard y Clara Winston. New York: Pantheon, 1963, p. 55. Vuelve al texto
7. Viktor von Weizsaecker,  Freud and the Twentieth Century, B. Nelson, ed. New York: Meridian, 1957, p. 72. Vuelve al texto
8. Jung, Memories, Dreams, Reflections, op. cit., p. 183. Vuelve al texto
9. Parabola, Vol. XII, N(o) 2, mayo 1987, pág. 68. Vuelve al texto
10. Ibid., p. 69. Vuelve al texto

11. Ibid., p. 71. Vuelve al texto
12. C. G. Jung citado por Richard Noll. The Jung Cult. Princeton University Press, 1994, p. 188

viernes, 8 de diciembre de 2023

LIBRO "LO QUE ME DIO LA LUNA": JUGANDO CON LA LUNA SE DESCUBRIÓ por 🌕 ZAIDA BELÉN MARTÍNEZ 🌕


Lo que me dio la luna: 
Jugando con la luna, se descubrió
🌕

Esta es la historia de una niña, que descubre su pasión por las artes escénicas, jugando en su jardín, con la sombra de la luz de la luna, soñaba con bailar en escenarios. Todas las noches hacia lo mismo, descubriendo diferentes imágenes, que con su cuerpo reflejaba en la sombra de la luz de la luna, era su mayor entretenimiento, además que la sombra de la luz de la luna, también jugaba con las hojas de los cambúrales, que daban unas sombras muy extrañas provocándole una sensación de miedo; esa misma emoción de miedo le permitió descubrir, que podía crear personajes para jugar asustando a sus amiguitos que le acompañaban en el jardín, haciendo las veces de público, eran innumerables las figuras creadas que se reflejaban como una película en las paredes con la sombra de la luz de la luna. 

Aquel particular juego de luces con la sombra de la luz de la luna, fue el escenario perfecto para representar personajes iluminados para ella con las sombras de las hojas y la sombra de la luz de la luna. Así fue como jugando descubrió sus talentos para la danza y el teatro que le acompañarán de por vida. En ese mismo jardín su madre y bajo la sombra de la luz de la luna un día le narro, la historia de cómo se conocieron sus padres, algo que le pareció mágico, creció creyendo en lo mágico del amor y para ella así lo ha sido. Porque siempre encontró sus amores desde lo mágico. Tan mágico como fue escribir el nombre completo de un amor que dejo huellas, sin antes conocerlo, algo verdaderamente extraño o sencillamente mágico, como también el hecho mágico de las coincidencias o paralelismo y recuerdos de vidas pasadas, haciéndose muchas preguntas sin ninguna repuesta, que le permitiera entender tantas coincidencias. Igualmente, el sorprendente sueño de escenas que se hicieran realidad convirtiendo todo en un hecho mágico. 

Esta historia está llena fantasías que son realidad, porque la vida es así, mágica y sorprendente.
Este precioso libro es un compendio de bellas historias sobre Venezuela y sobre lo que significa la venezolanidad... ¿Qué es para usted, Venezuela?: Lo que vivió en su infancia...
"Lo que me dio la luna" es una extraordinaria aventura que nos lleva a reencontrarnos con esa Venezuela que tanto añoramos y recordamos...

El Jardín

Entre mangos y un elegante cocotero que identificaba mi casa, entre camburales en un jardín productivo sembrado por mi padre, donde también mi madre sembraba flores pasé toda mi infancia. Siempre escuché la historia de que mi casa, la misma donde nací, había sido comprada con parte del dinero ganado por mi padre con un "quintico" de la Lotería de Caracas. La casa costó cinco mil ochocientos Bolívares. Mamá contaba, que cuando llegó a Valencia desde Caracas con mis dos hermanos mayores en el mes de octubre del año 1950, en la casa había más de cien matas de rosas y muchos lirios, los que ate­ soró y cuidó, con el afecto que sólo ella sabía darles a las plantas, aún recuerdo el jazmín, su olor tan intenso bañaba toda la casa, se podía llegar a ella orien­tándose por su perfume.

Un día mi papá, sembrando dos matas de mango, dio sendas instruccio­nes para su cuidado, dijo: "hay que sembrar árboles que den frutos y cuidarlos para que los pájaros tengan que comer". Al pasar el tiempo, los pájaros, mis hermanos y yo, comimos de sus frutos; también recibimos algún regaño si se nos ocurría tratar de tumbar el fruto lastimando la preñada planta. Mi padre siempre tuvo un vínculo muy especial con los árboles, sobre todo los frutales, era una manera de asegurarles la comida a los pájaros en la ciudad.

Nunca perdió la conexión con las plantas, a sus 96 años, aún conser­vaba esa misma inquietud de sembrar cualquier semilla, lo vi una vez sem­brando una semilla de cedazo, una especie de enredadera que crece silvestre en los patios de las casas de Venezuela, produce un fruto que no se come y hasta huele mal, pero al secarse sirve como esponja para restregarse el cuerpo; desde que los vio en las tiendas listos y arregladitos para bañarse, le pareció una buena idea cosecharlos. Todo envase le servía para germinar una semilla, cuidarla hasta verla nacer y finalmente trasplantarla para siempre en cualquier patio de vecino. Ese fue su mayor legado, dejar árboles en distintos lugares y muchas personas y pájaros aún comen sus frutos.

Un día lo vi desesperado corriendo por el patio de la casa, dando gri­tos, perdiendo la serenidad que lo caracterizaba; por error, en vez de agua, le había echado a una planta el kerosene que estaba en un envase, corrió bus­cando agua para remediar el daño que le había hecho a su arbolito, la regó todo lo que pudo y con una pala sacaba la tierra de alrededor de la raíz, bus­cando salvarlo; creo que la planta intuyó su buena intención y la equivocación porque el árbol creció sin problemas y nos dio y sigue dando los mejores nís­peros del vecindario.

Mi padre había guardado con mucho celo una semilla del árbol frondoso de níspero de un vecino y al vender la casa, fue talado sin que los vecinos pudieran hacer nada para salvarlo, todos se quedaron con la tristeza de ver que aquel árbol frondoso que tantos frutos nos diera tuviera ese triste final.

Aquel árbol de níspero era muy viejo, tan viejo como los primeros due­ños que habían nacido, crecido y envejecido por varias generaciones desde los años de mil ochocientos, sólo quedaba la generación de los sobrinos lejanos y herederos de las ahijadas o protegidas por aquellos viejos, que cuando yo los conocí ya tendrían sesenta o setenta años, pero lucían como de cien, sin em­bargo, el níspero se veía joven, con vigor y dando frutos, aun así los nuevos dueños de la casa lo sacrificaron sin dolor. Los vecinos y mi familia vimos todo aquello como un gran acontecimiento, primero tumbaron la casa, des­ pués los obreros se comieron los frutos y luego el sonido de la caída de uno de los árboles más frondosos que he visto, así fueron cayendo los otros, hasta quedar todo desolado, los recuerdos de antaño quedaron hechos polvo.

Después levantarían, como en efecto se construyó, un gran local co­mercial con lo cual también empezaría a cambiar la fachada del vecindario, abrir camino a la zona de tiendas en la que se convertiría aquella tranquila ca­lle, la misma de cuando llegaron mis padres y que para la época era la última calle con nomenclatura de la ciudad de Valencia.

A pesar de lo intrincado entre locales comerciales, el ruido de carros y el monóxido; en la que fue mi casa donde nací, el níspero de mi padre sigue allí dando frutos como una suerte de vida.

¡Mi Casa! Mi casa tenía un jardín, un jardín muy grande, tan grande que en las noches de luna llena jugábamos a ver quién era más valiente y se atrevía a caminar de punta a punta, entre las diferentes plantas y arbustos sin que nos diera miedo; nunca lo logramos. A propósito mis hermanos mayo­res contaban cuentos de muertos y aparecidos. ¡Es que la luna también ac­ tuaba jugando con su luz!, dando sombras de figuras extrañas y de terror entre las hojas de los camburales que acompañaban las solicitadas historias que nos llenaban de verdadero terror. Mi madre acudía a tranquilizarnos, diciendo: "Sólo son plantas mis hijos y la luz de la luna hace esas sombras; no tengan miedo, ya verán mañana a la luz del día que allí no hay nada."

Mi Mamá

¡Mi madre! Mi madre tenía un timbre de voz entre seda y ronco, aún puedo escucharla, siempre tan dulce, tan comedida, su espíritu de libertad se quedó en mí, una herencia que le agradezco a ella y al universo y tantas otras características de mi madre que hago esfuerzos por imitar; su dulzura, su ma­nera de relacionarse, su sutileza natural, su discreción, eran notorias. Sus ojos podían hablar, hasta su perro "Peluquín" con tan solo mirarlo la comprendía, una mirada profunda que podía ser escrutadora, pero sin juzgar, era como el reflejo de lo que quería prohibir, pero que dejaría a tu elección.

Un día, el padrino de mi hermana Cecilia el señor Mejía, al que termi­namos todos llamándole "compadre", llegó a casa como siempre, con dulces y con su guitarra para cantar sentado a la sombra de los mangos; entonaba can­ciones de su tierra, Lara, un pueblo musical por excelencia. Un día de tan­tos, trajo en sus manos un regalo especial para mi madre, un librito de Metafí­sica escrito por "Conny Méndez", cantautora venezolana que después de com­poner canciones dedicadas a su país, empezó a regalar libritos de Metafísica donde enseñaba entre otras cosas, a ver a Dios en la tierra y no en las alturas, sin barba, una energía que está dentro de cada quien, un Dios que no castiga, donde cada persona es responsable de sus propios actos; hablaba de una vieja ley, que para muchos era nueva, la ley de causa y efecto.
Ese librito le dio a mi madre más sabiduría de la que ella ya tenía en su vida y al parecer de vidas pasadas. Pienso que fue el mejor regalo que recibi­mos todos, ese obsequio trajo a mi casa otro concepto, "La Fuerza del Opti­mismo", para enfrentar diferentes problemas que se presentan y que son parte de la vida misma.

Con el transcurrir de los años, mi madre conoció a la escritora "Conny Méndez" y compartirían numerosos encuentros en la experiencia filosófica y en pasatiempos como la organización de la "Feria de las Flores" en Burbusay, un pueblito muy cerca de Boconó, estado Trujillo, Venezuela. Conny fue una mujer con una filosofía sencilla y muy práctica, que a través de sus libros dejó respuestas a interrogantes sobre las leyes de la vida y el universo. Mi madre hasta la hora de su muerte practicó esa metafísica, fue un legado para sus hi­jos, así entendimos que la muerte es simplemente una transformación, un es­tado evolutivo del ser. 

¡Mi madre! Mi madre fue pocas veces a la escuela, sin embargo aprendió a leer y escribir, había que caminar mucho para llegar a la más cercana, su casa quedaba en la "Hacienda Pino", hoy, "Los Corales"; la es­cuela quedaba en el pueblo de Caraballeda, no sólo por la lejanía dejó de ir, sino que estaba obligada a trabajar en las labores de la hacienda. Siempre se sintió mal por no haber podido estudiar, por eso creo que buscaba en los pro­gramas de radio y en los periódicos el aprendizaje que no logró tener en la escuela.

Afortunadamente lo que aprendió en el poco tiempo que logró asistir a la escuela, a pesar de las dificultades, la distancia y las bromas que le hacían los muchachos que encontraba en el camino, dejó una impronta en ella. Muchas veces nos contó a mis hermanos y a mí que ella se escondía debajo del catre donde dormía y allí debajo juntaba vocales y consonantes para compo­ner palabras y escribirlas en un cuaderno, antes de que la encontraran y la mandaran a lavar en el río ollas negritas de hollín. Por el contrario, ella nos estimulaba a todos a estudiar, e incluso con mucho esfuerzo mandó a mis her­ manas menores a prepararse en el extranjero.

Muchas veces y cada vez que íbamos de vacaciones a casa de la abuela en "Las Quince Letras", andando de paseo por "Caraballeda", en el estado Var­gas, ella recordaba el sitio donde llegó años atrás con toda su familia; por una oferta de trabajo que le hicieron a su padre, mi abuelo, como capataz me­cánico de la "Hacienda Pino". Llegaron luego de un largo viaje desde El Con­sejo, estado Aragua, con sus siete hermanos, cinco varones y tres hembras; Lucia mi madre, Rosa, Cecilia, José, Napoleón, Alí, Armando, Miguel, des­pués nacerían Luis y José Francisco "Chalo".

El único recuerdo agradable, divertido, de lo difícil que fue para mi ma­dre ir a la escuela, era un episodio que relató muchas veces: Encontrándose con una amiga de la infancia "Margarita Escobar", una mujer de raza negra, alta, robusta y más buena que un pan, entre risas recordaban y contaban: "Ella es la amiga que me acompañaba a la escuela y nos defendía de todos los mu­chachos negros de Caraballeda, que cuando íbamos en camino, nos lanzaban piedras a mis hermanas y a mí." Mi madre y mis tíos eran muy blancos y los negros los veían diferentes y en su afán de defenderse del "blanco explota­dor", les tiraban piedras a mi madre y a mis tías, solamente por andar por lo que consideraban sus tierras.

Uno de mis tíos, Luis, aún dice que aquellos negros nunca habían visto a un blanco y eso les asustaba. Margarita, que desde hacía mucho tiempo se sentía libre y dueña de esos campos, donde sobraban árboles con muchos frutos, se reía recordando las travesuras que ella y mi madre les ha­ cían a los negritos para que no volvieran a molestar; un día armaron una tác­tica y empezaron a lanzarles palos a los nidos de los pegones para que los in­sectos buscaran la cabeza de esos muchachos y se les metieran entre el cabe­llo, mientras ellos peleaban con los pegones en sus intrincado pelo, ellas ter­minaban de pasar por el camino que las llevaba a la escuela. Mis tías y mi ma­dre podían durar mucho rato riéndose y recordando el episodio, yo creo que fue lo peor que hizo mi madre en su vida.

Habiendo muerto mi madre y estando yo de visita en La Guaira, recor­dando las historias, le pedí a uno de mis primos mayores, Rafael Enrique y a mi querido tío Luis, que me llevaran a casa de la negra Margarita Escobar, me habían dicho que ella aún vivía y que hasta hacía poco todavía bailaba "La Burriquita", baile folklórico en los Carnavales de Macuto y las fiestas de Carapiedras a mis hermanas y a mí." 
Mi madre y mis tíos eran muy blancos y los negros los veían diferentes y en su afán de defenderse del "blanco explota­dor", les tiraban piedras a mi madre y a mis tías, solamente por andar por lo que consideraban sus tierras.

Uno de mis tíos, Luis, aún dice que aquellos negros nunca habían visto a un blanco y eso les asustaba. Margarita, que desde hacía mucho tiempo se sentía libre y dueña de esos campos, donde sobraban árboles con muchos frutos, se reía recordando las travesuras que ella y mi madre les ha­cían a los negritos para que no volvieran a molestar; un día armaron una tác­tica y empezaron a lanzarles palos a los nidos de los pegones para que los in­ sectos buscaran la cabeza de esos muchachos y se les metieran entre el cabe­llo, mientras ellos peleaban con los pegones en sus intrincado pelo, ellas ter­ minaban de pasar por el camino que las llevaba a la escuela. Mis tías y mi ma­ dre podían durar mucho rato riéndose y recordando el episodio, yo creo que fue lo peor que hizo mi madre en su vida.

Habiendo muerto mi madre y estando yo de visita en La Guaira, recor­dando las historias, le pedí a uno de mis primos mayores, Rafael Enrique y a mi querido tío Luis, que me llevaran a casa de la negra Margarita Escobar, me habían dicho que ella aún vivía y que hasta hacía poco todavía bailaba "La Burriquita", baile folklórico en los Carnavales de Macuto y las fiestas de Caraballeda, hasta había sido nombrada Patrimonio Cultural Viviente del Estado Vargas. Llegamos a una casita donde había mucha gente afuera, los hombres oían música para celebrar el domingo, bebiendo cerveza, no me importó quié­ nes eran, yo sólo quería entrar a ver a la amiga de infancia de mi mamá, tan­tos años escuché hablar de Margarita Escobar y ahora estaba en supuerta, en­tré, la casa estaba maltrecha, con las paredes sin pintar por muchos años, sin comodidades aparentes, un poco sombría, calurosa, pero acogedora, llena de afecto que estoy segura era obra de la negra Margarita. Estando adentro, vi todo con mucha curiosidad, me parecía mentira que estuviera en casa de la amiga de infancia de mi madre, la misma de quien tantas veces ella me habló.

Miré hacia un lado y de una de las habitaciones salió, su cuerpo ya no era tan alto, se veía debilitado por los años, con una voz que alguna vez fue fuerte y sonora; ya no se veía robusta, pero su dulzura estaba intacta, me hizo llorar , lloramos todos los que me acompañaron al ver aquella negra de cabellos blancos que le daban más color a su rosto y una inquieta mirada co­ lor gris, me preguntó: 
"¿Quién eres tú?", le respondí abrazándola, soy la hija de María Jesús Smith, de inmediato echó su cuerpo hacia atrás para ver en mi cara a su amiga, su voz recuperó su tono intenso y con un dejo de tristeza pero con fuerza pronunció emocionada el nombre de mi madre por lo menos tres veces, al decirlo le llegaban los recuerdos que todavía mantenía de su infancia, me emocioné al ver en ella el cariño por mi madre, me quedé pen­ sando todo lo que se puede recordar de la niñez cuando estamos viejos, enton­ces habló de mi madre y reprochó a los que nunca le avisaron de su muerte.

Me emociona recordar ese momento, reflexionando sobre el espíritu li­bertario que tenía mi madre, que no hay que nacer en cautiverio para buscar la libertad. Margarita Escobar, igual como la recordaba mi madre, estaba allí, diciendo cuánta falta le hacía la compañía de su amiga, ellas habían dejado de encontrarse en los caminos de Caraballeda hacia la "Hacienda Pino", para verse luego en algún o cualquier año de vacaciones con sus hijos y con vidas tan distintas a las que habían tenido de niñas. Era otra Venezuela la que ellas recordaban, otra que sólo yo podía dibujar en mi mente por sus cuentos y anécdotas, ellas eran narradoras innatas, con una sensibilidad especial. Así fue como contando cuentos me dijo que aún bailaba "La Burriquita" en los carnavales de Caraballeda. Me llevó a su habitación donde estaba guardada su burriquita, todo me parecía tan ingenuo, tan lleno de sentimientos de gente buena. Debieron haberla pasado muy bien de niñas y tenían muchos recuer­dos la una de la otra. La amistad cuando es verdadera dura por siempre.

La Venezuela de antes...

Vecindario

domingo, 9 de octubre de 2022

CANCIÓN "DEGENERATION" DEL GRUPO DE QUEBEQ MES AïEUX (MIS ANTEPASADOS) 👪


«Degeneration» 
del grupo quebequés Mes Aïeux 

Tu tatarabuelo tuvo que desbrozar la tierra
Tu bisabuelo tuvo que trabajar la tierra
Después tu abuelo tuvo que rentabilizar la tierra
Y después tu padre la vendió para hacerse funcionario
Y ahora dime, colega, qué vas a hacer tú
Con tu pequeño apartamento demasiado caro y frío en invierno
Ahora te entran ganas de ser propietario
Y por la noche sueñas con tener tu propio pedacito de tierra.

Tu tatarabuela tuvo catorce hijos
Tu bisabuela tuvo casi otros tantos
Después tu abuela dijo que con tres ya era bastante
Y después tu madre no quiso tenerlos, tú fuiste un accidente
Y ahora tú, nena, cambias de pareja todo el tiempo
Cuando haces una gilipollez te salvas abortando
Pero hay mañanas en las que te despiertas llorando
Cuando por la noche has soñado con una gran mesa llena de niños.

Tu tatarabuelo vivió la gran miseria
Tu bisabuelo guardaba los céntimos
Y después tu abuelo, milagro, se hizo millonario
Tu padre, que lo heredó, lo invirtió todo en su jubilación
Y ahora tú, jovencito, debes el culo al Ministerio
No puedes tener ni un chavo en el banco
Y cuando te entran ganas de atracar a la cajera
Te calmas leyendo libros que hablan de la “simplicidad voluntaria”.

Tus tatarabuelos sabían hacer fiestas
Tus bisabuelos bailaban bien fuerte en las fiestas
Después tus abuelos conocieron la época yeyé
Tus padres, más “disco”, se conocieron en una discoteca
Y ahora tú, amigo, ¿qué haces tú por las noches?
Apaga la televisión, no es necesario seguir apoltronado
Por suerte en la vida hay ciertas cosas que se niegan a cambiar
Ponte tus mejores galas, que esta noche vamos a bailar.

Dégénération- Mes aïeux- subtítulos en español

Más de 4.000 personas vivieron… 
solo para que tú nacieras.


miércoles, 10 de agosto de 2022

LIBRO Y PELÍCULA "FUEGO DE JUVENTUD (NATIONAL VELVET)" 🐎🏆🏇

NATIONAL VELVET 1944

🐎🏆🏇

"Fuego de juventud" ("National Velvet", 1944) de Clarence Brown, es una excelente película. Basada en la novela "National Velvet" de Enid Bagnold, publicada en 1935. 
Tuvo una secuela en 1978, Doble triunfo (International Velvet), de Brian Forbes.
La película parece realizada con el propósito de lanzar la carrera de Liz Taylor y relanzar la de Mickey Rooney. Ella, con apenas doce años, se convirtió en una nueva estrella infantil, mientras que el actor trataba de quitarse la etiqueta de adolescente para acomodarse en papeles más maduros. Ambos están magníficos, pero la protagonista más fascinante de este film es la extraordinaria Anne Revere, que encarna, para mí, a la madre más inolvidable de la historia del cine.

Es una mujer con un extraordinario sentido de la justicia y de la honestidad; posee un trato firme pero tan agradable y flexible que no necesita establecer normas estrictas. Su rostro parece duro, pero transmite dulzura cuando sonríe o mira a los ojos. Y su manera de hablar, pausada, lánguida y cordial, impide cualquier atisbo de tensión familiar.
Durante ese momento de la cena se aprecia que sabe perfectamente lo que tiene que hacer en cada momento por el bien de todos. A su marido le advierte que Edwina ha salido por primera vez con un chico y, por ello, no debe burlarse de su hija; ella es la primera en darle de comer a escondidas al perro, una práctica que todos repetirán, incluido el propio Herbert, pese a que éste lo ha prohibido, como una norma familiar que nunca se cumple. Quizá porque, por encima de las normas, está el sentido común, más acorde con la personalidad de Araminty.
La señora Brown es discreta pero siempre está al tanto de lo que ocurre. En ocasiones parece una mujer de enorme sabiduría. Entiende que a su marido no le gusta el chico, pero no se pone a discutirlo. Ella nunca discute, solo expone sus puntos de vista, que se imponen por ser los más adecuados.

- ¿Puedes garantizarme que en él no hay algo de mentira y trapicheo?
- Por supuesto que lo hay, pero la bondad no tiene sentido si no hay algo de maldad que superar.

Otro de los rasgos extraordinarios de esta mujer es, como decía antes, su flexibilidad para afrontar todas las situaciones. Ella lo observa todo con desapasionada atención y cuando llega el mejor momento emite un juicio razonable. Y a pesar de su mesura, prudencia y exquisitez en sus opiniones, incluso la insensatez y algunos gramos de locura tienen cabida en su abierta mente.
Velvet ha inscrito a su caballo Pie (de Piebald) en el Grand National, la prueba hípica más importante en el Reino Unido. Lejos de reprocharle que haya actuado por su cuenta, o de calificar como un disparate su sueño, la madre quiere saber lo que costará la inscripción y todas las condiciones para participar en la carrera. "Dime, Mi, ¿qué hay de malo en una locura?", le replica al chico, que sí se ha escandalizado ante la idea.
De repente, en apenas un minuto, le da a su hija una lección magistral sobre la vida. Es un discurso sencillo, pero emotivo y profundo a la vez. Es un maravilloso regalo que le brinda con absoluta naturalidad:
"Ganar o perder es lo de menos, lo que cuenta es cómo lo tomes; saber cuándo hay que abandonar, saber cuándo hay que pasar a lo siguiente. Todo tiene su momento, Velvet. Disfruta de cada cosa, olvídala y pasa a la siguiente. Hay tiempo para todo. Tendrás tiempo para que tu caballo participe en el Grand National, para enamorarte y para tener hijos. Incluso para morir. Todo por su orden y en su momento".
Es otra escena de soberbia interpretación, que ella misma da por zanjada cuando envía a la niña a su habitación... no sin antes recordarle que tiene que ponerse el aparato bucal para corregir sus dientes. Una madre siempre tiene en cuenta esos domésticos detalles aunque se esté hablando de algo tan trascendental como ganar 5.000 libras o un futuro esplendoroso. Cuando la chica se marcha, Herbert le pide explicaciones a su esposa. No entiende que se desperdicie una fortuna por no exhibir un caballo. Su respuesta le deja sin palabras:
"Esa es la eterna duda, señor Brown: 
Hacer el bien por una mala razón o hacer el mal por una mala razón".

"Esa será una disputa hasta el final de los tiempos:
 si es mejor hacer lo correcto por la razón equivocada 
o hacer lo incorrecto por la razón correcta".

Is doing a good thing for the wrong reasons ultimately good?

La razón no importa. Las acciones y las consecuencias son lo único que importa al final.
Y mirando hacia atrás en la historia, tenemos tantos ejemplos de personas que hacen lo incorrecto, por lo que creen que es la razón correcta.

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El fin no justifica los medios

Maquiavelo, por muy sorprendente que parezca, nunca escribió que “el fin justifica los medios”, un axioma que ha acabado resumiendo de forma simplista el pensamiento del intelectual italiano. El fin debe justificar los medios utilizados, pero el problema es que un buen fin no justifica unos medios malos, como el mismo Maquiavelo sugería al príncipe-líder. De hecho, en ‘El Príncipe’ el autor aclara que está loco quién cree que puede decir y hacer lo que quiere. En otras palabras, es un loco quién piensa que el fin justifica los medios.

El fin no puede justificar los medios, 
por la simple y obvia razón de que los medios empleados 
determinan la naturaleza de los fines producidos. 
Aldous Huxley

Tenemos en un pedestal a aquellas personas que nunca mienten, y las calificamos de valientes y valerosas, es decir una persona en la que la ética de convicción predomina, sobre todo, pero nuestra percepción cambia cuando por ejemplo esa misma persona dice la verdad cuando una persona inocente está siendo buscada por un crimen que no ha cometido y les dice dónde está. El principio que justifica esto sigue siendo el mismo: el fin no justifica los medios ya que, mentir está mal.

Por lo cual, qué deberíamos de preferir: ¿una persona que se rige por principios (medios) sin tener en cuenta las consecuencias (fin) o, una persona que no tiene principios y sólo se mueve por el impulso de lo que quiere conseguir? 
Bajo mi punto de vista, es más cuidadosa aquella persona que tiene principios y actúa de acuerdo con ellos, que aquella a la que solo le importan las consecuencias, es decir, que el fin -consecuencias- no justifica los medios -principios-.


miércoles, 10 de noviembre de 2021

PELÍCULA "SUEÑO DORADO" (THE GOLDEN BOY) 1939 💗



El padre a su hijo: 
"Tenemos un corazón, tenemos
alma y, también unos sentimientos.
Haz lo que te dicte el
corazón, no la cabeza. 
De tu corazón sale la música 
y cuando estás tocando el violín, 
tu corazón canta y eres feliz".

No excesivamente conocido film, pero una obra bellísima. La eterna lucha entre lo material y lo espiritual. Aquí lo material representado por el mundo del boxeo, y lo espiritual, por la música. 
Narra el eterno enfrentamiento entre las necesidades del espíritu y la subsistencia. Entre lo crematístico, hueco, genérico y lo espiritual, lo sensible, lo humano. Paralelamente es una feroz crítica a determinadas convenciones sociales que intentan uniformizar al individuo negándole su propia personalidad. La reafirmación de una personalidad libre, sensible, incompatible con el mundo de lo superficial.
Ante películas como esta, realmente no importa desde que contexto, situación personal o época se esté viendo y aunque hayan pasado más de 70 años desde su estreno, su mensaje es tan poderoso y verdadero que sigue calando al espectador con la misma claridad y carga emocional. ¿Y cuál es este mensaje? La duda entre hacer lo que quieres o lo que debes; entre hacer tu voluntad o la de los demás, entre hacer lo que te dicta tu corazón o lo que te dicta la sociedad. Algo universal y común a todos los seres humanos en algún momento de sus vidas.
Éste filme también es una crítica al sueño americano. También es una reflexión bellísima sobre el calor de las relaciones familiares y sobre el amor sincero.
La reflexión sobre lo excepcional (arte) y sobre lo convencional (carencia de escrúpulos, intereses dinerarios, incomprensión de lo sensible) es introducida por Mamoulian y V.Young mediante la excelsa música de Massenet. Esa música, extraída de la ópera Thaïs, describía allí, como en el filme que nos ocupoa, la lucha de Thaïs entre lo espiritual y la facilidad del disfrute instantaneo. Entre la codicia y la generosidad. Entre lo eterno y lo vulgar, lo caduco.
En otro orden de cosas, cabe resaltar la excelente fotografía, con un brillo casi dorado en determinadas escenas. William Holden realiza una labor magnífica, así como Barbara Stanwyck.
Sueño dorado cuenta con toda la sensibilidad artística de Mamoulian, el cual reafirmaba su refinada personalidad con ésta obra maestra actualmente ignorada.

La historia, bien contada y con un ritmo perfecto, nos introduce perfectamente en la vida de un muchacho que duda entre seguir su vocación musical o dedicarse al boxeo por dinero. Podemos ver a un jovencísimo William Holden de rizos perfectos y a una más bella de lo habitual Barbara Stanwick; ambos nos deleitan con unas excelentes interpretaciones, frescas e intuitivas, llenas de sensibilidad y transparencia. Puro arte interpretativo. El resto de interpretaciones son simplemente correctas; como fallo, diría que algunas están faltas de carisma y otras son innecesariamente excesivas, como es el caso de algunos miembros de la familia de nuestro protagonista que, con su exageradas personalidades, llegan a crear algunas situaciones domésticas que rallan en la comicidad absurda y no encajan en el aire dramático y realista de la película.
Gran dirección de Mamoulian, con un intuitivo uso de cámara, cercano y personal, y una excelente fotografía en blanco y negro, sugerente y llena de matices. Acertadísima banda sonora que ayuda aun más a sacar tus sentimientos a flor de piel.
Recomendable a los amantes del cine clásico y de los dramas.

Pese a los prejuicios leídos de algunos críticos, totalmente sin fundamento, esta historia es una fábula en la línea casi de Capra, como un cuento, donde nos muestra a un joven con capacidades innatas para tocar el violín, pero que se siente tentado por el mundo del boxeo por el éxito rápido y el dinero que genera, además del aplauso de las masas. 
El film tiene un encanto ingenuo, pero que funciona perfectamente con la historia. Holden está espléndido encarnando a un joven rebelde, pero a la vez soñador, violinista de enorme sensibilidad por la que se han reído de él. Y su faceta de boxeador, la que aspira casi como venganza, pues el mundo premia al agresivo y no al sensible y al artista, y así impresionar a la chica que le gusta. 
Quizá tiene algún punto algo más flojo, pero todo se perdona ante el cariño con el que rueda Mamoulian, el encanto que desprende el film, la acción muy bien llevada, la fotografía y la música (recibió un Oscar). Y atentos a los diálogos, sobre todo entre Holden y Stanwyck. Bellísima joya, un cuento con mensaje eterno, un canto al arte y a la música, a la familia, a los sentimientos y a la sensibilidad. 

Sueño dorado -1939 -HD -CASTELLANO (CINE CLASICO de CULTO)