EL Rincón de Yanka: CARTA A LOS SACERDOTES Y LAICOS: ANTE "FIDUCIAS SUPPLICANS" y COMUNICADO DE PRENSA y EL INFIERNO VACÍO Y EL FIN DE LA IGLESIA por ALDO MARÍA VALLI

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miércoles, 24 de enero de 2024

CARTA A LOS SACERDOTES Y LAICOS: ANTE "FIDUCIAS SUPPLICANS" y COMUNICADO DE PRENSA y EL INFIERNO VACÍO Y EL FIN DE LA IGLESIA por ALDO MARÍA VALLI


CARTA A LOS SACERDOTES

Ante "Fiducias Supplicans" y otros. 
Va dirigido a los sacerdotes y también a los fieles. 
Que no quede en nuestras conciencias.

Rvdmo Sacerdote y parroquiano: 

Me dirijo a usted ante los últimos acontecimientos con profunda humildad ante lo que ya es una realidad. El documento que ha salido del Vaticano llamado Fiducias Supplicans, es contrario a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo. 

La homosexualidad y la promiscuidad sexual son pecados que claman al cielo,este documento solo puede traer confusión, la apostasia de millones de personas e incluso sectas. No se puede bendecir el pecado, para que una pareja pueda ser bendecida como tal, tiene que estar casada en Santo Matrimonio. 
No se trata de dejar de evangelizar a pecadores, pues yo soy la primera. Se trata de que para poder acceder a los Sacramentos, se debe estar en estado de gracia y con propósito de enmienda. Si ustedes no se posicionan hay graves consecuencias:
 
1- Están callar están demostrando que están de acuerdo. 
2- Si no es así cualquier momento podría pediros una pareja en unión ilícita vuestra bendición y si no se la dan, estando los gobiernos con estas leyes de la ONU, podrían ser denunciados por lo ahora llamado delito de odio y desde luego parece que no tendrían el apoyo de la Iglesia. 
3- Si deciden hacer esa práctica estarían invocando un anatema y esa pareja no se vería en la necesidad de conversión. 

Por eso, como miles de laicos y otras Congregaciones repartidas por el mundo os exhorto a cumplir (Hechos 5/27-33) y (Gál 1/8-11). 
Aprovecho para saludarles y decirles que como fiel, estoy al tanto de mi obligación de ayudar con todo lo mío al sacerdote que por motivo de su fe y tradición sea cancelado.


El infierno vacío y el fin de la Iglesia. 
En televisión, por supuesto

Con su entrevista a Fazio, el Papa ha puesto 
a la Iglesia católica en liquidación.

Dijo que le gusta pensar que el infierno está vacío. "Es algo personal mío, no un dogma", añadió, como para restar seriedad a la afirmación. Pero él es el Papa, el vicario de Cristo en la tierra. Cada declaración que hace, aunque se exprese a nivel personal, tiene un peso específico como ninguna otra. Y él sabe cómo funciona: 'Si el Papa lo dijo...'.
¿Por qué digo que con sus palabras el papa ha puesto a la Iglesia en liquidación? 
Muy sencillo. Si el infierno está vacío significa que no hay juicio. Y si no hay juicio significa que no hay pecado. Y si no hay pecado significa que nuestro Señor vino al mundo para nada porque un mundo sin pecado no tiene necesidad de redención. Y si nuestro Señor Jesús vino para nada, significa que fundó la Iglesia para nada. Y si la fundó para nada, significa que no es necesaria. Y si no sirve para nada, se puede abolir con toda seguridad. Y si se puede abolir, ¿para qué está el papa?
Bergoglio, al poner a la Iglesia en liquidación, también ha puesto al papa, y por lo tanto a sí mismo, en liquidación. Suicida. ¿Se da cuenta de esto?
Parafraseando a Francisco, me gustaría pensar que no se da cuenta y que sus facultades mentales no están en su sitio. Desgraciadamente, no es el caso. Como me dicen amigos argentinos que le conocen, y como confirman algunos desde dentro de los sacros palacios, sólo le interesa el poder por el poder. Y la imagen de sí mismo. Après moi le déluge. Así que es feliz si los Fazios de turno se arrodillan ante él. Basta. El resto no le interesa lo más mínimo. Al contrario, que la Iglesia sea puesta en liquidación le complace. Porque en realidad la desprecia. En el Vaticano llevan mucho tiempo susurrándolo. El Número Uno, como le llaman allí, desprecia a la jerarquía, desprecia a los cardenales, desprecia a los obispos, desprecia todo el mecanismo curial y eclesial, una maquinaria que sólo tiene sentido para él en la medida en que le permite ejercer el poder y cultivar su imagen.

Se pueden hacer muchas hipótesis y razonamientos sobre el origen de ese desprecio. Lo esencial es que la idea de un infierno vacío no es expresión de un espíritu misericordioso, sino de nihilismo. Un nihilismo doctrinal, teológico y litúrgico que ya había aflorado en abundancia, pero que ahora ha salido a la luz con esta voce del sen fuggita. Revestido de peronismo práctico, el nihilismo bergogliano se traduce en ambigüedad sistemática. Que utiliza con el propósito habitual: exaltarse a sí mismo y devolver el golpe a la Iglesia.

¿Se recuperarán algún día la Iglesia católica y el papado del golpe infligido por Bergoglio?
Humanamente hablando, es difícil. La voz del papa ha quedado reducida a la de un influencer superficial y demagógico. La Iglesia, como institución, pierde credibilidad día a día. Y ahora, con la declaración papal sobre el infierno vacío, ha perdido oficialmente su sentido.
En los sacros palacios están consternados. No tanto por la fe, sino por el destino de la institución. Como funcionarios de una gran burocracia, los curiales no pueden permitir que el aparato pierda sentido y función. Si el aparato se acaba, ellos también.
Se trata, pues, de una cuestión de vida o muerte (no eterna, obviamente). Y cada día que pasa, la situación se vuelve más pesada, ya que la institución se hunde cada vez más.

Hubo un tiempo en que en un caso como éste se hubiera procedido con una hermosa conspiración palaciega, pero para ser conspirador se requiere inteligencia y valor, y alrededor no los hay. En cambio, hay mucho miedo, porque el tirano es vengativo y tiene espías por todas partes.
Así que navegamos a vista, hasta la próxima entrevista, hasta el próximo motu proprio. Hasta la próxima tontería de Tucho. Intentando ganarse la vida siendo invisible.

¿Esperanzas en el próximo Papa? En mi libro Cómo acabó la Iglesia imagino que después de un Francisco I vendrá un Francisco II y luego un Francisco III y así sucesivamente, durante bastante tiempo. La hipocresía clerical no tiene límites (quizá los que le odian puedan pedir la beatificación de Bergoglio) y el neomodernismo ocupa todos los ganglios de la institución.
La Iglesia ha sido liquidada en televisión y el papa se ha suicidado en directo, en un programa de entrevistas nocturno, para complacer a la gente. Cierto. Cierto que fue la televisión la que decretó su fin, en nombre del share. No podía haber sido de otro modo. Después de que la Iglesia se vendiera al mundo, no podía haber otro final, siendo la TV la expresión y la síntesis del pensamiento del mundo.
Sólo el buen Dios, como y cuando quiera, puede venir y quitar la cartel The End para escribir un guión totalmente nuevo. ¿O tal vez ya lo esté escribiendo?

Fuente: Duc in Altum


Dicasterio para la Doctrina de la Fe 

Comunicado de prensa sobre la recepción de Fiducia Supplicans
 4 de enero de 2024 

De este modo, quien tenga miedo de ser cesado o de perder su puesto y no se plante ante esta aberración contra Jesucristo y Su Verdad, claudicará para traicionar a Jesucristo, entregarse al pecado y convertirse en un sacerdote blasfemo y sacrílego.
Los sacerdotes van a ser puestos entre la espada y la pared desde ya, con la imposición obligatoria de las nuevas “bendiciones” a parejas en situación objetiva de pecado grave, y en contra de la doctrina enseñada siempre por el Magisterio eclesial.
En cualquier momento. Porque así lo quiere el falso papa Francisco, el antipapa de moda, el disfrazado de papa al servicio de la agenda 2030 del Globalismo Satánico, el usurpador y gran destructor, el gran impostor que lidera el 675 del Catecismo que vivimos de ya de lleno tras la muerte del último Papa Benedicto XVI. A través de su mano derecha, su intimísimo Tucho Fernández, se ha descolgado con un Comunicado de Prensa publicado ayer 4 de diciembre, citando su propia introducción a la Fiducia Supplicans , junto con los párrafos 4, 5 y 11 –que presentaban la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio– Fernández argumentó que “evidentemente, no hay lugar para distanciarnos doctrinalmente de esta declaración o considerarla herética, contraria a la Tradición de la Iglesia, o blasfema”.

Dicho en otras palabras: El terrible paso que se da en este documento es que en vez de dejar libertad a los obispos y sacerdotes para que hagan lo que consideren en su diócesis y su parroquia (que, lamentablemente, ya era abrir la puerta al pecado), se afirma que “se podrían permitir diferentes modos de aplicación, pero no una negación definitiva de este camino que se propone a los sacerdotes”. Es decir, que a los sacerdotes se les va a obligar a cometer sacrilegios y blasfemias tal y como ya explicó el Cardenal Muller (por tanto, ahora ya no se trata de abrir la puerta al pecado, sino de cerrar la puerta a la santidad). De este modo, quien tenga miedo de ser cesado o de perder su puesto y no se plante ante esta aberración contra Jesucristo y Su Verdad, claudicará para traicionar a Jesucristo, entregarse al pecado y convertirse en un sacerdote blasfemo y sacrílego.

Tenemos que lo que era un abrir la puerta a dar las bendiciones a parejas homosexuales y en pecado mortal, se convierte ahora en una imposición a dar estas bendiciones sacrílegas y blasfemas, excepto en los países donde las leyes Lgtb aún no se han implantado, como aclara el documento en el punto 3.
Vemos con qué descaro la masonería y la masonería eclesiástica trabajan perfectamente coordinadas para hacer avanzar el plan del Maligno. Recordemos que el objetivo de la masonería es conducir a las almas a la perdición legislando contra la Ley de Dios y promoviendo todo culto a falsas religiones y falsas divinidades; y el objetivo de la masonería eclesiástica es el de destruir a Cristo y a Su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo: un falso Cristo y una falsa iglesia, que es la iglesia del demonio. El fin coordinado de ambas es impedir la salvación de las almas.

Para que luego muchos ingenuos digan que el complot no existe… Así se las gasta el Dictador Antipapa de la Iglesia Católica, a través de su mano derecha, su intimísimo Tucho Fernández, que quiere llevar a los obispos y sacerdotes a la blasfemia y sacrilegio.
Ante ello no basta con que los obispos y sus conferencias episcopales se opongan a Fiducia Supplicans. No. Han de dar un paso más adelante, firme y rotundo, y han de decir que Bergoglio NO ES PAPA y nunca lo ha sido, mucho menos ahora que demuestra una vez más su verdadero rostro al servicio de la gran apostasía, la confusión y el cisma.
***
Antes de seguir, informamos que:

La masonería eclesiástica infiltrada dentro de la Iglesia Católica asesta un golpe terrible a la esposa de Jesucristo y sigue empeñada en su perverso plan de destrucción de la Iglesia Católica y especialmente del Sacerdocio ministerial.
Este texto del Comunicado de prensa sobre la recepción de Fiducia Supplicans del supuesto Dicasterio de la Fe (que evidentemente ya fue usurpado por los traidores a Jesucristo y ya no tiene nada que ver con lo que era) es una verdadera puñalada al Sagrado Corazón de Jesús y un jaque mate a los obispos y sacerdotes que deseen luchar y permanecer fieles a la verdadera doctrina de Jesucristo y a la Iglesia que Él fundó.
Adjuntamos pdf del Comunicado de prensa sobre la recepción de Fiducia Supplicans traducido al español.
En rosado oscuro están señaladas las mayores aberraciones y falsedades...

Redactamos este Comunicado de Prensa para contribuir a clarificar la recepción de la Fiducia suplicans, al tiempo que recomendamos una lectura completa y atenta de la Declaración para comprender mejor el sentido de su propuesta. 

1. Doctrina 

Los comprensibles pronunciamientos de algunas Conferencias Episcopales sobre el documento Fiducia supplicans tienen el valor de poner de relieve la necesidad de un período más largo de reflexión pastoral. Lo expresado por estas Conferencias Episcopales no puede interpretarse como una oposición doctrinal, porque el documento es claro y clásico sobre el matrimonio y la sexualidad. Hay varias frases contundentes en la Declaración que no dejan lugar a dudas: 

"La presente Declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendiciones similares a un rito litúrgico que puedan causar confusión". Actúa, frente a las parejas irregulares, "sin validar oficialmente su situación ni modificar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio" (Presentación). 

"Son inadmisibles los rituales y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como "unión exclusiva, estable e indisoluble entre un hombre y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos" y lo que lo contradice" Esta convicción se fundamenta en la perenne doctrina católica del matrimonio. Sólo en este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, propio y plenamente humano. La doctrina de la Iglesia sobre este punto permanece firme" (4). 

"Tal es también el sentido del Responsum de la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe cuando afirma que la Iglesia no tiene poder para impartir una bendición a las uniones entre personas del mismo sexo" (5). 

"Puesto que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, pueda ofrecer una forma de legitimación moral a una unión que presume de ser matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial" (11). 

Evidentemente, no habría lugar a distanciarse doctrinalmente de esta Declaración o a considerarla herética, contraria a la Tradición de la Iglesia o blasfema. 

2. Acogida práctica 

Algunos Obispos, sin embargo, se expresan de forma particular sobre un aspecto práctico: 

las posibles bendiciones de parejas irregulares. La Declaración contiene la propuesta de bendiciones pastorales breves y sencillas (ni litúrgicas ni ritualizadas) de parejas irregulares (no uniones), subrayando que se trata de bendiciones sin forma litúrgica que no aprueban ni justifican la situación en la que se encuentran estas personas. 

Documentos del Dicasterio para la Doctrina de la Fe como Fiducia supplicans pueden tardar, en sus aspectos prácticos, más o menos tiempo en aplicarse dependiendo de los contextos locales y del discernimiento de cada obispo diocesano con su diócesis. En algunos lugares no hay dificultades para su aplicación inmediata, en otros es necesario no innovar nada y tomarse el tiempo necesario para su lectura e interpretación. 

Algunos obispos, por ejemplo, han estipulado que todo sacerdote debe llevar a cabo un trabajo de discernimiento y que, sin embargo, sólo puede realizar estas bendiciones en privado. Nada de esto es problemático si se expresa con el debido respeto a un texto firmado y aprobado por el mismo Sumo Pontífice, buscando de alguna manera dar cabida a la reflexión contenida en el mismo. 

Cada Obispo local, en virtud de su propio ministerio, tiene siempre la facultad de discernir in situ, es decir, en aquel lugar concreto que conoce más que los demás porque es su rebaño. La prudencia y la atención al contexto eclesial y a la cultura local podrían permitir diferentes modos de aplicación, pero no una negación total o definitiva de este camino que se propone a los sacerdotes. 

3. La delicada situación de algunos países 

El caso de algunas Conferencias Episcopales debe entenderse en su propio contexto. En varios países existen fuertes cuestiones culturales e incluso legales que requieren tiempo y estrategias pastorales que vayan más allá del corto plazo. 

Si hay legislaciones que condenan con cárcel y en algunos casos con tortura e incluso muerte el mero hecho de declararse homosexual, huelga decir que una bendición sería imprudente. Está claro que los obispos no quieren exponer a las personas homosexuales a la violencia. Sigue siendo importante que estas Conferencias Episcopales no defiendan una doctrina distinta a la de la Declaración aprobada por el Papa, ya que es la doctrina de todos los tiempos, sino que propongan la necesidad de estudio y discernimiento para actuar con prudencia pastoral en un contexto así. 

En verdad, no son pocos los países que condenan, prohíben y penalizan la homosexualidad en diversos grados. En estos casos, más allá de la cuestión de las bendiciones, hay una gran tarea pastoral de largo alcance que incluye la formación, la defensa de la dignidad humana, la enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia y diversas estrategias que no admiten prisas. 

4. La verdadera novedad del documento 

La verdadera novedad de esta Declaración, la que exige un generoso esfuerzo de acogida y de la que nadie debería declararse excluido, no es la posibilidad de bendecir a las parejas irregulares. Es la invitación a distinguir entre dos formas distintas de bendición: la "litúrgica o ritualizada" y la "espontánea o pastoral". En la Presentación se explica claramente que "el valor de este documento es [...] el de ofrecer una contribución específica e innovadora al significado pastoral de las bendiciones, que permite ampliar y enriquecer la comprensión clásica de las bendiciones estrechamente vinculada a una perspectiva litúrgica". Esta "reflexión teológica, basada en la visión pastoral del Papa Francisco, implica un verdadero desarrollo respecto a lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia". 

En el trasfondo está la valoración positiva de la "pastoral popular" que aparece en muchos de los textos del Santo Padre. En este contexto, el Santo Padre nos invita a una valoración de la fe sencilla del Pueblo de Dios, que incluso en medio de sus pecados sale de la inmanencia y abre su corazón para pedir la ayuda de Dios. 

Por esta razón, más que referirse a la bendición de parejas irregulares, el texto del Dicasterio ha adoptado el alto perfil de una "Declaración", que representa mucho más que un responsum o una carta. El tema central, que invita especialmente a profundizar y enriquecer nuestra práctica pastoral, es la comprensión más amplia de las bendiciones y la propuesta de incrementar las bendiciones pastorales, que no requieren las mismas condiciones que las bendiciones en un contexto litúrgico o ritual. En consecuencia, más allá de polémicas, el texto pide un esfuerzo de reflexión serena, con corazón de pastores, libre de toda ideología. 

Aunque algunos obispos consideren prudente no dar estas bendiciones por el momento, sigue siendo cierto que todos necesitamos crecer en la convicción de que las bendiciones no ritualizadas no son una consagración de la persona o pareja que las recibe, no son una justificación de todas sus acciones, no son una ratificación de la vida que lleva. Cuando el Papa nos pidió crecer en una comprensión más amplia de las bendiciones pastorales, nos propuso pensar en un modo de bendecir que no nos exija poner tantas condiciones para este sencillo gesto de cercanía pastoral, que es un medio para promover la apertura a Dios en medio de las más diversas circunstancias. 

5. ¿Cómo son concretamente estas "bendiciones pastorales"? 

Para distinguirse claramente de las bendiciones litúrgicas o ritualizadas, las "bendiciones pastorales" deben ser ante todo muy breves (cf. n. 28). Son bendiciones de pocos segundos, sin ritual y sin bendición. Si dos personas se acercan juntas para invocarla, se pide simplemente al Señor paz, salud y otros bienes para estas dos personas que la solicitan. Al mismo tiempo, se pide que vivan el Evangelio de Cristo con plena fidelidad y que el Espíritu Santo libre a estas dos personas de todo lo que no corresponda a su voluntad divina y de todo lo que requiera purificación. 

Esta forma no ritualizada de bendición, con la sencillez y brevedad de su forma, no pretende justificar nada que no sea moralmente aceptable. Obviamente no es un matrimonio, pero tampoco es una "aprobación" o ratificación de nada. Es simplemente la respuesta de un pastor a dos personas que piden la ayuda de Dios. Por tanto, en este caso, el pastor no pone condiciones ni quiere conocer la vida íntima de estas personas. 

Puesto que algunos se han planteado la cuestión de cómo podrían ser estas bendiciones, veamos un ejemplo concreto: imaginemos que en medio de una gran peregrinación una pareja divorciada en nueva unión dice al sacerdote: "Por favor, danos la bendición, no encontramos trabajo, él está muy enfermo, no tenemos casa, la vida se nos está haciendo muy pesada: ¡que Dios nos ayude!". 

En este caso, el sacerdote puede recitar una sencilla oración como ésta: "Señor, mira a estos hijos tuyos, concédeles salud, trabajo, paz y ayuda mutua. Líbrales de todo lo que contradice tu Evangelio y concédeles vivir según tu voluntad. Amén". Y concluye con la señal de la cruz sobre cada uno de ellos. 

Son 10 o 15 segundos. ¿Tiene sentido negar este tipo de bendición a estas dos personas que la imploran? ¿No deberíamos apoyar su fe, poco o mucho, ayudar a sus debilidades con la bendición divina, y dar cauce a esa apertura a la trascendencia que podría llevarles a ser más fieles al Evangelio? 

Para evitar dudas, la Declaración añade que cuando una pareja en situación irregular solicite una bendición, "aunque se exprese fuera de los ritos prescritos por los libros litúrgicos [...] esta bendición nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni siquiera en conexión con ellos. Ni siquiera con los vestidos, gestos o palabras propios de un matrimonio. Lo mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo" (39). Queda claro, por tanto, que no debe tener lugar en un lugar importante del edificio sagrado o delante del altar, pues también esto crearía confusión. 

Por este motivo, cada obispo en su diócesis está autorizado por la Declaración Fiducia supplicans a activar este tipo de bendiciones simples, con todas las recomendaciones de prudencia y cuidado, pero en ningún caso está autorizado a proponer o activar bendiciones que puedan parecerse a un rito litúrgico. 

6. Catequesis 

En algunos lugares, tal vez, será necesaria la catequesis para ayudar a todos a comprender que este tipo de bendiciones no son una ratificación de la vida llevada por quienes las invocan. Menos aún son una absolución, pues estos gestos están lejos de ser un sacramento o rito. Son simples expresiones de cercanía pastoral que no plantean las mismas exigencias que un sacramento o un rito formal. Todos deberíamos acostumbrarnos a aceptar el hecho de que si un sacerdote da este tipo de bendiciones sencillas, no es un hereje, no está ratificando nada, no está negando la doctrina católica. 

Podemos ayudar al Pueblo de Dios a descubrir que este tipo de bendiciones son simples cauces pastorales que ayudan a las personas a manifestar su fe, aunque sean grandes pecadores. Por lo tanto, al dar estas bendiciones a dos personas que se unen para implorarla espontáneamente, no las estamos consagrando ni las estamos felicitando o aprobando este tipo de unión. De hecho, lo mismo ocurre cuando bendecimos a individuos, pues el individuo que pide la bendición -no la absolución- puede ser un gran pecador, pero no le estamos negando ese gesto paterno en medio de su lucha por sobrevivir. 

Si esto se aclara a través de una buena catequesis, podemos liberarnos del miedo a que estas bendiciones nuestras expresen algo inadecuado. Podemos ser ministros más libres y quizás más cercanos y fecundos, con un ministerio lleno de gestos de paternidad y cercanía, sin miedo a ser malinterpretados. 

Pidamos al Señor recién nacido que derrame sobre todos una bendición generosa y gratuita, para que vivamos un 2024 santo y feliz. 

Víctor Manuel Card. Fernández Prefecto Mons. 
Armando Matteo Secretario de la Sección Doctrinal


DESTRUYENDO LO POCO QUE QUEDA

Me llegan numerosas preguntas solicitando mi opinión personal sobre el polémico documento firmado por Francisco, conocido como “Fiducia supplicans”, de manera que, en base a ese documento, la Iglesia autoriza a todos los sacerdotes a bendecir a las parejas homosexuales y también a las parejas “irregulares”. 
No deseaba entrar en este tema, pero dada la solicitud de numerosas personas pidiendo aclaración, voy a exponerla.

No voy a entrar a citar teológicamente las razones que me llevan a condenar este documento; podría citar numerosas referencias teológicas e históricas que condenan ese documento como un auténtico disparate; podría mencionar numerosas citas del Antiguo Testamento donde se condena con rigurosas penas las prácticas homosexuales; del Nuevo Testamento, también hay numerosas referencias, sobre todo en las cartas de san Pablo donde condena duramente la homosexualidad, en la carta a los Efesios o, en la epístola a los romanos, 1, denunciando, no solo las relaciones homosexuales como antinaturales, sino también como un ejemplo de cómo la homosexualidad es una clara evidencia de la decadencia de una sociedad, afirmando que todo eso atrae la ira de Dios.

Resumiendo todo este disparate que ha salido de Vaticano con autorización y firma de Francisco, resulta inconcebible que un responsable de la iglesia, no solo, no se detiene ante la total demolición de la doctrina del Iglesia fundamentada en el Evangelio, sino que, al aprobar la bendición de parejas homosexuales, Francisco está reconociendo que existe otro tipo de familia que no es la establecida por Dios. Este documento, ya venía precedido por otro documento firmado igualmente por Francisco, conocido como “Amoris Laetitia”, donde se reconoce disimuladamente el divorcio y, por lo tanto, el adulterio. Si en base a todo esto, vamos a la documentación existente en los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento sobre este tema, todo hace suponer que este documento firmado por Francisco persigue un solo fin: destruir la familia.

Además, se ríen de nuestra inteligencia, a la cara, al decir que "se bendice a la persona, no a la relación".
¿Se necesita, para esto, un documento exclusivo si ya se contempla la bendición que atañe a la persona en el bendicional que usamos los sacerdotes?
La mafia homosexual está destruyendo la iglesia desde el más pequeño detalle.


Damián Galerón. Francisco y la bendición a los homosexuales