EL Rincón de Yanka: LAS IMÁGENES DE UN JESÚS AFEMINADO DE ANTES COMO LA DEL CARTEL DE SEMANA SANTA DE SEVILLA 2024 SON PURA MARICONIZACIÓN Y DESVIRTUACIÓN.... COLORETES Y LABIOS PINTADOS.

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lunes, 29 de enero de 2024

LAS IMÁGENES DE UN JESÚS AFEMINADO DE ANTES COMO LA DEL CARTEL DE SEMANA SANTA DE SEVILLA 2024 SON PURA MARICONIZACIÓN Y DESVIRTUACIÓN.... COLORETES Y LABIOS PINTADOS.



LAS IMÁGENES DE UN JESÚS AFEMINADO 
DE ANTES COMO LA DEL CARTEL 
DE SEMANA SANTA DE SEVILLA 2024 
SON PURA MARICONIZACIÓN Y DESVIRTUACIÓN.... COLORETES Y LABIOS PINTADOS.

• Se presentó el cartel para la Semana Santa de Sevilla 2024, a cargo de SALUSTIANO GARCÍA.
• Se realizó en la sede de un banco, contó con Francisco Vélez, abogado y Presidente de las Hermandades y Cofradías de Sevilla –las que formalizaron el encargo–; y fue presidido por el alcalde sevillano del PP…
• Salustiano realizó un encomiable intento de blanqueamiento de su cartel, cuyos tintes subversivos son reconocibles hasta por el más tonto del lugar desde el primer vistazo.
• Lástima que el resto de su obra pictórica los confirme: niños en posiciones y actitudes MUY dudosas, acertadísimos para la mansión Epstein.
• Dudoso, precisamente, NO es el libro que lee el niño del último de los cuadros: ‘Las Once Mil Vergas’, de Guillaume Apollinaire –autor también del poema ‘La Sinagoga’–:
Sadismo, masoquismo, urolagnia, coprofilia, vampirismo, PEDOFILIA, gerontofilia, masturbación, sexo grupal, lesbianismo, homosexualidad…

¿Quién da más?



Este es el cartel que anuncia la Semana Santa en Sevilla. El autor afirma: “quise centrarme en su parte más luminosa, la Resurrección.” 
¿A ti te parece que esta imagen evoca a nuestro Señor Jesucristo resucitado? ¿Te parece un cartel representativo de la Semana Santa o sencillamente… del artista que lo pintó?
No valoramos la calidad de la obra, abiertamente queremos denunciar que este cartel NO REPRESENTA el sentir ni la Tradición de los católicos, Iglesia de Cristo, y, por tanto, debe ser retirado.

Lleva tu indignación al Ayuntamiento de Sevilla y al Consejo de Hermandades firmando esta petición para que quiten este cartel cuanto antes.
La Semana Santa debe reflejar lo que le costó al Señor nuestra salvación. El dolor y el sacrificio. La humillación pública que padeció a cada paso hacia el calvario. Desde el primer insulto, bofetón, escupitajo, pasando por golpes, patadas, pedradas y desmedidos empujones hasta la flagelación y la corona de espinas. El martirio dolorosísimo que culminó en la Santa Cruz.

El esfuerzo demoledor que, por amor a todos nosotros tuvo que hacer Jesucristo – para restablecer nuestra comunión con el Padre – entregando su vida por el perdón de nuestros pecados y la salvación del ser humano, no se refleja en el cartel que anuncia la Semana Santa en Sevilla.
Por mucho que algunos se empeñen en hacernos olvidar la cruz para desviarnos del camino, nuestro corazón siempre estará en la luz y el amor de Cristo que nos ha enseñado con el ejemplo que NO HAY RESURRECCIÓN SIN CRUZ.
Juntos podemos conseguir que retiren este indigno cartel. No aceptes que tu sensibilidad católica, sea de nuevo herida y silenciada. El amor por nuestro Señor y su defensa, debe ser lo primero.

VER+:

El papa Bergoglio quiere convertir a la Iglesia católica en un producto humano moderno sometido a una religiosidad puramente sentimental de donde se ha extirpado la teología.
El fuerte rechazo que está generando este cartel se asienta en razones objetivas, no meramente subjetivas, como si dijéramos que las personas que expresan su malestar lo hacen por ser unos reaccionarios retardatarios, pobres analfabetos cargados de prejuicios oscurantistas y podridos de homofobia y de malos sentimientos. No, ni el reduccionismo psicologista (el problema está en quien mira la obra) ni el reduccionismo sociologista (menuda panda de retrógrados) explican por sí solos la fuerte contestación que, desde distintos sectores sociales, ha recibido esta pintura. De hecho, la reacción impugnadora ha surgido indistintamente tanto en personas creyentes como en no creyentes, hombres y mujeres, niños o adultos, partidarias de una ideología política o de otra. Yo escribo, de hecho, desde un ateísmo esencial total, pero resulta que conozco un poco la doctrina católica y también controlo algo la historia del arte, pues mi profesión durante más de veinticinco años fue la de pintora.

Ahora bien, el Magisterio católico determina que la imagen verdadera de Cristo debe ser capaz de representar tanto su naturaleza divina como su naturaleza humana. Dicha característica queda dogmáticamente establecida en el Concilio de Calcedonia de 451: Cristo es "Perfectus Deus, perfectus homo". Cristo es Dios, segunda Persona de la Trinidad Beatísima y hombre perfecto (sin pecado original). Y el principio interpretativo de todo el catolicismo —también en las relaciones que secularmente establece entre el poder político y la Iglesia— es "Unión sin confusión, distinción sin separación": unión hipostática de las dos naturalezas (humana y divina) en la única persona del Hijo/Verbo eterno de Dios en Jesucristo. De manera que la resurrección de Cristo es la glorificación del cuerpo de Cristo o, como dice Santo Tomás, es la divinización del cuerpo de Cristo que conserva las heridas de la Pasión, pero que no está sometido a las limitaciones de la naturaleza humana. Así las cosas, no es que la imagen de Cristo resucitado esté fuertemente normativizada, es que, posiblemente, no encontremos otro caso parecido en la historia, pues la representación de María o de los santos no genera el problema de la divinidad.

¿O qué rayos pasa? ¿Es que todos los colectivos pueden quejarse menos los católicos? Porque ahora resulta que tenemos que tragar con la tendencia sentimentaloide, irracional, dogmática y rigorista del wokismo, que pone el acento en el ensalzamiento del victimismo, en la búsqueda constante de chivos expiatorios y en la exigencia a la sociedad y al Estado de reparaciones jurídicas y económicas por los agravios históricamente cometidos contra el colectivo al que se pertenece ¿y los católicos no pueden decir que esta pintura no representa ni la majestad ni la solemnidad que son consustanciales a Cristo resucitado? ¿De verdad alguien ve en esa pintura el cuerpo glorioso de Cristo? Porque a lo mejor lo que pasa es que, con tanto deísmo y tanta pachamama, ya no entendemos el trascendental significado que encierra esta verdad teologal.