EL Rincón de Yanka: DELITO DE LESA PATRIA Y DE ALTA TRAICIÓN: DIALOGAR = SOMETER = IMPONER 👊 😡

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sábado, 21 de marzo de 2020

DELITO DE LESA PATRIA Y DE ALTA TRAICIÓN: DIALOGAR = SOMETER = IMPONER 👊 😡



Traicionar no es dialogar

El mantra con el que los hipócritas redentoristas de la progresía (y del centro derecha acomplejado) nos machacan a diario a propósito de Cataluña es el diálogo. No se puede ser más embustero. Delito de LESA PATRIA Y DE ALTA TRAICIÓN.

Según la RAE, se denomina diálogo a la plática entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos; incluso precisa que puede ser una discusión o trato en busca de avenencia. Pues si eso es cierto, y lo es, a fe de Dios, lo que proponen Sánchez y sus socios con Torra no es ni puede ser diálogo alguno, porque ahí no se producirá alternancia de ideas ni se busca avenencia alguna. Lo que los paniaguados rojos pálidos buscan es hacerse perdonar, entregar el estado con armas y bagajes, ceder en todo lo que les exijan los separatistas y dorar la píldora ante la opinión pública, tan embrutecida como estulta, para que tamaña bajada de pantalones pase por una gesta de corte similar a la de Guzmán el Bueno, arrojando su puñal al moro levantisco para que asesinara a su primogénito al no querer rendir la plaza en la que gobernaba el noble castellano.

Ni Sánchez ni Iceta tienen la altura moral de Don Alfonso Pérez de Guzmán, por cierto, fundador de la nobilísima casa de Medina Sidonia. De esta gente solo puede esperarse la felonía de quien no tiene el menor escrúpulo en entregar lo que las urnas les han encargado custodiar. Y ese bien preciado que está siendo objeto de cambalache de ropavejero se llama España. No lo digo con la vacua grandilocuencia del patriotero inflamado, que no siento el menor afecto por ellos, ni desde la nostalgia por tiempos pasados imposibles de conjugar como pretéritos perfectos.

Lo digo a fuer de persona que cree en la libertad y, por tanto, en la igualdad, puesto que no hay una sin la otra. Sánchez está regalando a nacionalistas vascos y catalanes todo lo regalable, fracturando de manera gravísima la imprescindible situación de iguales entre todas las personas que vivimos en este país. Sánchez crea varios escalones insalvables, consagrando ciudadanos de primera, de segunda y aun de tercera o cuarta. Sánchez está condenando a los que no compartimos esas religiones fascistas y temibles que reclaman el derecho de ser mejor por haber nacido aquí o allá y a tener por eso privilegios únicos a vivir encadenados, menospreciados, insultados y amenazados por los sátrapas que lo sustentan en su silla inestable de líder de la nada.

Cosas frágiles

Sánchez se permite jugar con cosas frágiles por lo que de costosas son y por lo que costó conseguirlas, y hace malabares con ellas sin preocuparle un ardite que puedan hacerse pedazos al estrellarse contra la realidad de una época en la cual el divide y vencerás es la mejor arma de la que disponen los enemigos de la democracia, el pensamiento libre y el humanismo más noble y digno. Sánchez insiste en que eso es el diálogo y que no hay otro camino para no decir que lo que está perpetrando es una traición de lesa patria de primerísimo orden. No, presidente, dialogar no es traicionar, de la misma forma que negociar no es presentarse con los brazos en alto rindiéndote antes de luchar a cambio de permitir que haga lo que se le antoje al contrario con tu familia y hacienda. Usted ni sabe dialogar ni puede hacerlo, prisionero como es de los lazos del separatismo. Usted hablará con Torra o con quien sea, pero jamás podrá dialogar porque, sencillamente, esta gente no tiene el menor interés en otra cosa que no sea que les den la razón y poder seguir haciendo lo mismo que hizo Pujol durante cuatro décadas, pero ahora con una mejor y renovada patente de corso.

Usted cederá, entregará, traicionará, pero no diga que dialoga porque es la mentira más enorme y vil de todas las que usted suelta a diario, que no son pocas. Y repito lo de traición a fuer de doble. Por un lado, la que perpetra contra su patria porque, mal que le pese, usted nació, vive y morirá español. La segunda es la traición hacia sus votantes, que le apoyaron pensando que cumpliría sus promesas de no pactar con separatistas, de aplicar el 155 si era preciso y de mantener firmeza democrática contra los golpistas estelados sin saber ellos, cándidos de toda candidez, que sus promesas no tienen más valor que un euro de corcho.
Se lo repito, traicionar no es dialogar. Acuérdese cuando la historia le pase factura a usted, al socialismo y a todos nosotros. Los unos por acción, los otros por omisión y los más, por desesperanza.

¿Por qué decir "traición" si podemos llamarlo "diálogo"? 
FORJA 065 (Fortunata y Jacinta)

APAGÓGICO: Etimológicamente es un término de origen griego y está compuesto por la preposición “ἀπο-” [apo-] que tiene el sentido de lejanía u oposición, más “αγογή” [agogé], que deriva a su vez del verbo “ἄγω” [ago], que significa conducir. 

Se usa referido a los razonamientos. De tal modo que un razonamiento apagógico es aquel que nos lleva fuera, que nos aparta de las primeras proposiciones del razonamiento y nos conduce a la conclusión de un modo indirecto o por “reducción al absurdo” o al imposible (que, por cierto, son cosas ligeramente diferentes). Resumiendo, la reducción al absurdo o razonamiento apagógico es un método de razonamiento que prueba la verdad de una proposición por la imposibilidad de aceptar las consecuencias que se derivan de su contradictoria tomada como hipótesis. Esto es: si fuera cierta esa hipótesis, serían verdad sus consecuencias. Como éstas son falsas (o estúpidas, o inconcebibles, o indeseables, o contradictorias con lo que se afirma o con lo que se sabe), se concluye que no es verdad el supuesto (porque sostenerlo conduce al absurdo), y por tanto, la verdad es lo contrario de dicha hipótesis, que es lo que se trataba de demostrar, “quod erat demonstrandum”, “que era lo que se quería demostrar” (QED). A veces, apagógico, hace referencia en general a aquel razonamiento que se rechaza por la conclusión a la que se llega, que no es la que se esperaba, sin necesidad de que esta conclusión sea absurda o contradictoria. Pongamos un ejemplo: “Si determinar la culpabilidad de un acusado fuera cosa sencilla no se precisarían tantas personas en un jurado. Pero se precisan, luego no debe ser cosa sencilla”. Por apagógico en general también se entiende aquel tipo de argumentación que de algún modo logra excluir o refutar las tesis propuestas alternativas a la proposición que se quiere demostrar. 

El diálogo no siempre da por hecho el consenso sino que en muchas ocasiones da pie a la discrepancia y a la polémica más feroz. En estos tiempos de corrección política y de fundamentalismo democrático, todo aquel que se oponga al celebradísimo diálogo será tachado inmediatamente de fascista y de anti demócrata. Oponerse al diálogo con los separatistas es identificado con un modo de pensar absolutista, categórico, definitivo, determinante, tajante, doctrinal, imperioso, intransigente, incuestionable, indubitable, terminal... 

Eutaxia. Buen gobierno, buena dirección, buena conducción, orden. Estabilidad política, que se muestra por la duración en el tiempo. “Eutaxia” ha de ser entendida aquí en su contexto formalmente político, y no en un contexto ético, moral o religioso (“buen orden” como orden social, santo, justo, etc., según los criterios). “Buen orden” dice en el contexto político, sobre todo, buen ordenamiento, en donde “bueno” significa capaz (en potencia o virtud) para mantenerse en el curso del tiempo. En este sentido, la eutaxia encuentra su mejor medida, si se trata como magnitud, en la duración. Cabe pensar en un sistema político dotado de un alto grado de eutaxia pero fundamentalmente injusto desde el punto de vista moral, si es que los súbditos se han identificado con el régimen, porque se les ha administrado algún “opio del pueblo” o por otros motivos. Definiríamos la eutaxia como una relación circular, propiamente como un conjunto de relaciones entre el sistema proléptico (planes y programas) vigente en una sociedad política en un momento dado y el proceso efectivo real según el cual tal sociedad, dentro del sistema funcional correspondiente, se desenvuelve. (El carácter circular de la relación significa que las posiciones reales cumplidas por la sociedad política son valores de variables que han de incorporarse al sistema proléptico o, dicho de otro modo, que hay una re-alimentación entre el sistema proléptico y el curso efectivo de la sociedad política.) El sistema proléptico sólo puede alcanzar el estatuto de un sistema de fenómenos hasta tanto su realización social efectiva (fisicalista etic) tenga lugar; la condición, intencionalmente esencial, de la eutaxia se satisface en la misma conexión entre el sistema fenoménico-proléptico y las realizaciones efectivas de la sociedad eutáxica. Una sociedad que se desenvuelve al margen de cualquier sistema proléptico y fenoménico global, incluso cuando logre alcanzar, por hipótesis prácticamente absurda, un régimen procesual estacionario o equilibrado (comparable al de un enjambre sano) no podría considerarse eutáxica. Una sociedad que se desenvolviese en función de un sistema proléptico inviable (por ejemplo, ciertos planes quinquenales erróneamente y utópicamente diseñados) tampoco es una sociedad eutáxica aun cuando alcance eventualmente algún momento transitorio de plenitud aparente. 

Porque eso de sentar las bases del diálogo significa negociación y llegar a acuerdos, que también lo dicen ellos, así entonces negociar y llegar a acuerdos para qué, para destruir a España. Ya hemos señalado aquí en distintas ocasiones que el derecho que alcancen los separatistas dependerá de su capacidad de negociación y de resistencia y en eso están claro con el beneplácito del gobierno de la nación y de muchos españoles. y si la fragmentación de España' se llevará a cabo "democráticamente" no sería eso mayor crimen aún como rayos un país puede permitir su autodestrucción sin que se derrame una sola gota de sangre ni se rompa un cristal sino haciéndolo de forma democrática y dialogántemente hablando. Si España se rompe sin que los ciudadanos luchen por su perseverancia entonces su destrucción será merecida. 

Quiero cerrar este capítulo con las palabras de Juan de Mariana, el teólogo jesuita español del siglo XVI, reconocido a nivel mundial, por aquello que se conoce como filosofía del derecho natural y que sirvió como referencia a los revolucionarios franceses, de hecho éstos adoptaron su nombre para simbolizar el cambio del antiguo al nuevo régimen y por ello la famosa figura alegórica que para los franceses simboliza los valores nacionales de libertad, fraternidad e igualdad se llama Mariana de Juan de Mariana: 
"Si por sus desaciertos y maldades ponen el estado en peligro, si desprecian la religión nacional y se hacen del todo incorregibles; creo que los debemos destronar, como sabemos que se ha hecho más de una vez en España".