La Iglesia no puede callar ante esas injusticiasdel orden económico,del orden político, del orden social.Si callara, la Iglesia sería cómplicecon el que se marginay duerme un conformismo enfermizo,pecaminoso, o con el que se aprovechade ese adormecimiento del pueblopara abusar y acaparar económicamente,políticamente, y marginaruna inmensa mayoría del pueblo.Esta es la voz de la Iglesia, hermanos.Y mientras no se le deje libertadde clamar estas verdadesde su Evangelio, hay persecución.Y se trata de cosas sustanciales,no de cosas de poca importancia.Es cuestión de vida o muertepara el reino de Dios en esta tierra.
Monseñor Oscar Arnulfo Romero,Arzobispo de San Salvador y mártirHomilía del 24/07/1977
Las últimas palabras de
Monseñor Oscar Romero
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