LA SENCILLEZ DE LAS COSAS
Un análisis de todas las instituciones que vertebran el Estado, cuales son los males que tienen estas instituciones, cual es el origen de esos males, como afectan a la vida de los ciudadanos y cuál es la solución que aporta la REPÚBLICA CONSTITUCIONAL.
Sinopsis:
La sencillez de las cosas es la contundente respuesta a la catástrofe política, social y económica provocada por el régimen de 1978. España no es una democracia, sino una monarquía de partidos estatales. El Estado Impide a los ciudadanos elegir de forma libre y directa a su Gobierno. Igualmente, impide que los ciudadanos puedan elegir a sus diputados, todos ellos impuestos por los jefes de los partidos estatales. Esta es la catástrofe y su motor es el sistema electoral proporcional. Las listas de partidos, con independencia de que sean cerradas o se abran, son el medio por el que la corrupción se legitima y blinda su impunidad.
La intención de la sencillez de las cosas o la pretensión final es traducir a términos sencillos la política de D. Antonio García-Trevijano Forte presentada en su libro la TEORIA PURA DE LA REPÚBLICA, (pura porque está depurada de ideología, lo que la república es sin tener que ser el opuesto de otras forma de Estado, como por ejemplo Monarquía, república en su sentido propio, positivo) para poder acercarla tanto como sea posible a todos los ciudadanos, con esto lo que quiere decir es, que cualquier ciudadano podrá entender la tesis de D. Antonio García-Trevijano sin haber tenido previamente una formación en teoría política ni filosofía política y además la razón de la república constitucional es para que quede muy claro que la tesis que defiende el Movimiento Ciudadano para la República Constitucional (MCRC) junto con D. Antonio García-Trevijano no es una república cualquiera sino una república constitucional que garantiza la democracia, que separe los poderes del Estado e instituya la representación natural política de los ciudadanos para que de ésta forma no pueda en el futuro, la posible generación aún más de la partidocracia española y que pueda degenerar en una república que reproduzca toda la estructura del Estado actual pero sin monarca, entonces es cuando estamos perdido, es decir, igual que lo que hay hoy, un estado de partidos, pero sin monarca. Se hará la ilusión de que ya se ha conquistado la república y entonces no siendo cierto sea aún más difícil llegar a alcanzarla.
Para una república de partidos estatales es preferible que se quede la monarquía de partidos estatales, porque así sigue la esperanza de la REPÚBLICA pero si la república es una oligarquía de partidos dentro del estado como la que hay hoy en España será siempre nuestro enemigo. En el Congo también hay república y en toda África, pero la palabra república no significa nada, depende de la definición de República, siendo la república, no por lo que no es monarquía, sino por lo que ella es en sí misma, no porque no es monarquía, sino porque es ella misma.
La individualidad la crea la sociedad
La individuación la crea la naturaleza. La especie crea individuo, pero no individualidades. Y las individualidades se distinguen por la diferencia y la individuación por la igualdad. La igualdad tiene que ser una tendencia pero no un principio y la constitución española y los partidos estatales que lo aplican incluido la demagogia del Partido Popular son falsos, porque entienden la igualdad como principios y de la libertad, de eso ni hablan, por eso PODEMOS en todos sus discursos no pronuncia ni una sola de las veces la palabra LIBERTAD.
PODEMOS = IGUALDAD, IGUALDAD,……, IGUALDAD…… de rentas que lo pague el Estado, viviendas para todos iguales, ¿y la libertad qué? Eso no sabe ni lo que es.
Evidentemente a la igualdad se puede llegar siempre y cuando se pueda partir de la LIBERTAD, se podrá entonces alcanzar la igualdad de oportunidades ante la ley, igualdad de derechos, de oportunidades, de posibilidades, todo eso sí. Pero la igualdad no se podrá alcanzar jamás porque en el nacimiento (no es verdad lo que dice la declaración de independencia de los EEUU) no nacemos iguales, porque nacemos con diferente código genético y esa diferencia de código genético hace que unas mujeres sean más guapas que otras, y la mujer bellísima va ha tener unas oportunidades que no va ha tener las otras nunca, no digamos el hombre en la fuerza física, pues igual, uno será un boxeador y campeón de lucha libre por sus genes y otros no, y si ya pasamos a la inteligencia, pues hay unos genes mucho más inteligentes que otros y por tanto la igualdad jamás podrá alcanzarse, nunca. En cambio, ¿Qué es lo que hay que poner en lugar de la igualdad? un ideal, en este caso hay tendencia. Todas las constituciones y además eso no es un asunto de las constituciones eso es un asunto de los gobiernos la igualdad, una constitución tiene que ser de la LIBERTAD por eso no hay más democracia verdadera que la formal que es la LIBERTAD, el sujeto y fin, inicio y fin de una constitución es la LIBERTAD, la igualdad NO porque la igualdad ya es cuestión de los gobiernos y no de las constituciones y una constitución le importa bien poco lo que sean los gobiernos ni la ideología, porque una constitución define la regla de juego de la LIBERTAD y luego los gobiernos según cada ideología que sean lo que quieran, que quiere de extrema izquierda, pues venga, entonces pon igualdad en vestir igual a los serenos o lo que le venga en gana en la igualdad.
Pero una constitución precedida por la LIBERTAD. Los gobiernos que sean igualitarios, el que quiera, respetando una constitución redactada por la LIBERTAD y una libertad que se llama LIBERTAD CONSTITUYENTE y esa libertad no es individual (que son consecuencia de derechos) es la libertad colectiva, es la libertad de los gobernados, por tanto, es una libertad colectiva. ¿Acaso ha habido en España alguna libertad en la constitución española? NINGUNA, sí, las libertades que los herederos, los depositarios del depósito franquista de Franco hicieron esa constitución de 78 y además en secreto que hasta los procuradores en cortes se quedaron sorprendidos cuando por una indiscreción de un periodista, Pedro Altares en Cuadernos para el diálogo, dijo que se estaba redactando una constitución.
Todos los intentos de reforma que se está proyectando sobre la carta otorgada llamada constitución del 78, van encaminado en todo lo contrario a lo anteriormente dicho, es decir, pretenden introducir mecanismos de igualdad y queda que ninguno ha hecho referencia a garantizar los mecanismos de LIBERTAD que es el gran secreto de toda constitución. La libertad es la que fundamenta el Estado, Republicano en este caso, y la democracia en la forma de gobierno, nada más. El Estado no es democrático ni puede ser democrático, es un horror la expresión Estado democrático, porque los únicos que han pretendido serlo eran los del Estado del Este, los Soviéticos que le llamaban Estado populares, democrático, ¿pero un Estado democrático? Pero que es esto, ¿qué democracia hay en la administración pública? El principio jerárquico es en la administración, el ejército y en la Iglesia, pero eso es ridículo aplicar la democracia a todo, es uno de los grandes males que tenemos, y también que nadie distingue entre Estado y Nación, se mezcla absolutamente todo, se habla habitualmente del Estado de derecho como que es la representación formal de la democracia.
Todo Estado por el mero hecho de ser Estado (que se rigen con normas jurídicas) es ya precisamente un Estado de Derecho. Todos los Estados son Estados de Derecho, con Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Salazar, eran Estado de Derecho, aunque como bien señala Schmit, en el fondo lo que se quiere decir con esta tautología es que sólo los Estados burgueses son Estados de Derecho.
«La expresión Estado de Derecho es tautológica y demagógica, a no ser que por Derecho se entienda solamente el positivo y codificado, excluyente de todas las demás normas jurídicas (costumbres, prácticas, ordenanzas, jurisprudencia, principios generales del derecho, equidad) que, junto con la ley escrita, mantienen la convivencia social y las relaciones obligacionales entre individuos, y que tan vigorosas como fundamentales del reino eran en la sociedad francesa anterior a Napoleón» Igual que la expresión «Estado de Derecho» es tautológica y demagógica porque todo Estado es Estado de derecho por definición, ocurre lo mismo con la expresión «Estado social». Todo Estado es social por el mero hecho de ser Estado. «Siendo sociales todos los Estados de cualquier época, la expresión Estado social es un pleonasmo eufémico y demagógico, para poner mayor énfasis en lo social que en lo político, lo cual más que arbitrario es sectorial y sectario»
Todo es sencillo y lo es porque todo procede de la naturaleza; pero suceden dos cosas sorprendentes: Por un lado la mayoría de las personas han desarrollado una notable tendencia a desdeñar lo evidente y no tomarlo en consideración y por otro abrazan argumentos ininteligibles desarrollados por terceras personas acerca de las cosas que son evidentes y que podrían percibir por ellas mismas a través de los sentidos y del razonamiento. Esto es, en lugar de aceptar la sencillez de las cosas que perciben se empeñan en engañarse con las interpretaciones que hacen otros acerca de la misma realidad que pueden percibir. Es la infantilización voluntaria.
Un poder, el gobierno (ejecutivo) de partido y los diputados (legislativo) de partido deciden quienes integrarán el órgano de gobierno de los jueces (potestad judicial). Después salen todos ellos en la tele diciendo que hay separación de poderes, para lo que cuentan con la colaboración de los medios de comunicación. Lo que le dicen a usted está en conflicto con la realidad que percibe por sus sentidos. ¿Les cree a ellos o a sus sentidos? Es entonces cuando inexplicablemente la gente abraza un discurso que es contrario a la vista y el oído. Dan por buena una interpretación falsa en detrimento de la sencilla realidad que perciben. Es la reacción que tiene cualquier niño cuando percibe algo que no entiende; demanda una explicación de la autoridad(los padres) y cree en su respuesta a pies juntillas.
A día de hoy resulta evidente que las cosas no funcionan como deberían ser. Por un lado carecemos de libertad política (colectiva) y por tanto de la garantía de dicha libertad en el tiempo de forma permanente, la democracia. No podemos elegir a nuestros diputados ni a nuestro gobierno; lo tenemos VETADO, PROHIBIDO. Por el otro y a consecuencia de lo anterior todas las instituciones del estado están corrompidas hasta el tuétano. ¿Por qué? Porque la moralidad pública está ausente allí en donde no hay libertad. Sin moralidad pública prospera la corrupción institucional y general. La sencillez de las cosas está tapada por una tupida red de intereses privados y enquistados en el estado que dificulta la contemplación de la realidad.
Te invito, lector, a dar un paseo por la vilipendiada sencillez de las cosas. Los ciudadanos tienen derecho a la representación política y a que sus intereses sean defendidos por el representante electo y diputado para ello. La función de esta representación no es otra que la defensa de los intereses de los representados. La conducta de los diputados también es sencilla, hacen lo que sea para mantener su cargo. En la actualidad son diputados de partido, por lo que defienden exclusivamente los intereses del partido que les hace diputados. Pero si los diputados fueran elegidos directamente por los electores-y no incluidos en una lista decidida por el jefe del partido-, la propia naturaleza de la elección obligaría a los diputados a ser leales con los electores. Veamos cómo.
Un representante que incumpla lo prometido a sus representados o se corrompa, será un traidor a sus electores. Es inconcebible que después de más de 200 años desde la revolución norteamericana y francesa aún no hayamos asumido que tenemos derecho a resistir a la opresión, que no tenemos por qué soportar lo que no queremos consentir. ¿Quién es el pusilánime que está dispuesto a consentir que le mientan y le roben? Sólo aquel que se beneficia de la rapiña o aspira a ser rapiñador de sus vecinos.
La solución de la corrupción es tan sencilla como la natural elección directa del apoderado/representante de los ciudadanos, del demos; la persona en quien se desea depositar la representación de los habitantes de un distrito o comarca electoral.
Si los electores incluyen a un representante suplente al mismo tiempo que al titular de la diputación y si dispusieran de ese mecanismo para expulsar de forma fulminante al diputado que les engañe, ¿qué diputado se atreverá a darle la espalda a sus electores a sabiendas que estos le pueden despedir en cualquier momento?
Los habitantes de distintos distritos tendrán intereses distintos y puede que hasta encontrados. Esto no es malo, tampoco es bueno; simplemente es la realidad. Las instituciones políticas tienen que operar sobre la realidad, no sobre interpretaciones de esa realidad.
Describamos la realidad política en España. Las cúpulas de cada partido designan a los diputados antes de las distintas convocatorias “electorales”. ¿Cómo lo hacen? sitúan a los que les serán fieles y obedientes en listas elaboradas para asegurar su “elección” como diputado del partido del que se trate. No son diputados del demos, son diputados de partido. Y si los partidos no son políticos sino estatales estar pagados por el estado, los diputados serán funcionarios estatales y no diputados de la nación o demos. Sin que nadie defienda nuestros intereses, los súbditos estamos indefensos ante el partido o coalición de partidos gobernantes que hace y deshace a placer sin que nada ni nadie tenga poder o capacidad para oponerse.
Esta indefensión de los “ciudadanos” es el antecedente inmediato de la adopción de una institución cuya finalidad es crear la ilusión de seguridad y política: Allí donde hay un defensor/a del pueblo, hay un pueblo indefenso y engañado.
Veamos otro ejemplo. Los impuestos que pagamos los contribuyentes son distintos en función del lugar de residencia. Supongamos que manteniendo esta inmoralidad fiscal se deroga la fuente que origina todos nuestros males, la ley proporcional de listas de partidos y es adoptada la ley electoral representativa: Un diputado elegido por su nombre (con independencia de que sea propuesto por un partido o no) por cada 100.000 habitantes y siempre por mayoría absoluta en primera vuelta o en segunda si fuera necesario. Sería imposible que ese diputado silenciara -como sucede ahora- que sus electores pagan más impuestos que otros.
¿Por qué sería imposible? Porque ese diputado debería su puesto exclusivamente a la voluntad de sus electores y nunca más a la del jefe de partido alguno. Dicho con brevedad: La República Constitucional impondrá la igualdad allí donde esta monarquía(o república como en Grecia, Italia,…) de partidos juancarlista impone y fomenta la desigualdad.
Usted tiene el derecho de poder participar en la elaboración de las leyes mediante la elección de su diputado de distrito para que éste defienda sus intereses y la de sus vecinos, es decir del demos, la nación, el pueblo, la sociedad civil, la comunidad y NUNCA del ESTADO, NUNCA. Además aún cometen un delito más grande estos asesinos de la representación política natural, han expulsado de los corazones de los súbditos de esta degenerada partidocracia la idea de representación y les han hecho creer que la libertad consiste en que los partidos estatales sean sus nuevos amos.
¿Cómo osan engañarnos? ¿Cómo tolera usted dejarse engañar? ¿Acaso desea que generaciones futuras soporten también este engaño? ¿Qué ojos necesita para ver? Todo es sencillo.
- I Ley Electoral
- II Representación Política
- III Asamblea Legislativa
- IV Representación – El distrito Electoral y su financiación
- V Representación – Lealtad
- VI La Mónada Republicana
- VII La Representación Política y los Sistemas Electorales
- El consenso socialdemócrata – Almudena Negro
- FELIPE VI falsifica “El COMPROMISO de CASPE”
- INTRODUCCIÓN Monarquía de Partidos
PRÓLOGO
Pocos escritores conocen los diferentes significados y por tanto las distintas finalidades que se persiguen con el género compuesto por los llamados preámbulo, prefacios, introducciones y prólogos. Y sin embargo, el sentido exacto de esos vocablos está indicado en sus respectivos prefijos. El prefijo “in”, del mismo modo que los prefijos “pre”, están aclarando que se trata de escritos preparatorios cuya lectura el propio autor antepone a la de su obra, por creer que la materia tratada necesita ser previamente encuadrada dentro de la especialidad literaria, humanista o científica que se desarrolla en el texto.
En el prólogo se trata de otra intención. Es el propio autor quien pide a otro escritor más famoso o con mayor autoridad en la materia del libro, que respalde, refuerce o apruebe públicamente el contenido esencial del libro prologado. Es una contradicción criticar en el prólogo la obra del autor. Con esta aclaración solo pretendo despejar cualquier duda o reserva mental que yo pueda tener respecto de la obra de Javier Torrox, que ha tenido la honradez intelectual de declarar en su propia introducción que tanto los males que denuncia como las soluciones que propone le han sido traídos a la mente con la lectura cuidadosa de mi obra fundamental “Teoría Pura de la República Constitucional”.
La formidable exposición del Sr. Torrox me ha impresionado por su fidelidad a mi teoría política, por la calidad de cada capítulo y sobre todo por la traducción a términos sencillos de cuestiones filosóficas uy complejas. Es en este último aspecto donde la inteligencia y el buen estilo literario del Sr. Torrox despliegan su potencialidad. Tengo la esperanza de que este librito permita el conocimiento de mi teoría a sectores de lectores que hasta ahora no han tomado conciencia de ella o no la hayan comprendido. Nunca he querido hacer lo que hizo David Hume: escribir un compendio sencillo de su gran obra compleja, pues en mi caso no existe dificultad expositiva que impida conocimiento cabal de mi pensamiento político. Se trata de otra cosa.
Las ideas reformistas dominantes en España, los medios de comunicación, las universidades, partidos, sindicatos, grandes empresas, iglesias, que apoyaron la reforma del régimen franquista y se opusieron a la República Constitucional que yo impulsaba han hecho hasta lo imposible para impedir que el pueblo español conozca mi obra intelectual y mi acción política. Al menos se me reconocerá el mérito de haber predicho exactamente lo que sucedería en España con la monarquía impuesta por Franco tanto en el terreno de la corrupción como en el del nacionalismo separatista. Algo de verdadero debieron tener mis análisis y mis acciones cuando fui capaz de predecir lo que hoy está sucediendo en España cuando se aprobó la Constitución de 1978, la que ha consagrado el poder absoluto de dos partidos estatales y el del consenso corruptor.
Por una nación en que seamos políticamente iguales y socialmente libres
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En la entrada dedicada a los partidos políticos ya comentamos que el índice de centralidad mide la capacidad de los presidentes y los dirigentes de imponer disciplina en su partido; cuando un presidente tiene un partido centralizado, es muy probable que pueda lograr imponer su programa legislativo y se convierta, de hecho, en un dictador interno. El centralismo es favorecido por:
La capacidad de los dirigentes o de los candidatos presidenciales para determinar quiénes se presentarán como candidatos y su lugar en la lista electoral, los legisladores tienen incentivos para adherirse a la línea del partido en la legislatura. Un líder no es lo mismo que un jefe político, un jefe de partido. Los candidatos se hacen lacayos y adocenados del poder de turno, y aguardan las designaciones “a dedo” por la cúpula del partido. Quien está en el organigrama de un partido es porque persigue un poder. Según Antonio García-Trevijano, en la política no hay grescas ni antipatías personales jamás. Son disfraces o pretextos para diferencias o batallas ideológicas, que a veces son ridículas o sirven para ocupar un “carguito”.
Las características del sistema electoral. Así, la centralización es mayor cuando los legisladores son elegidos en distrito único; o en grandes distritos con listas cerradas y bloqueadas. En los sistemas de lista cerrada, los partidos tienen “comisiones de listas” que elaboran dichas listas. Politburós partidocráticos. En ellas, se produce la verdadera batalla por el poder, pues los nuevos buscan su lugar bajo el sol y tratan de desplazar a los viejos, las luchas cainitas o intestinas (dentro del mismo grupo), las vendettas y las operaciones de derribo interno. Es el viejo adagio: “hay amigos, enemigos y compañeros de partido”. SOn los paracaidistas(gente que “cae” en una lista desde un origen desconocido) y chaqueteros (gente que cambia de chaqueta a última hora para poder ser incluido en una lista). El triunfo de la mediocridad.
La simultaneidad de las elecciones presidenciales y legislativas: los partidos son más centralizados y los dirigentes más poderosos cuando las elecciones son simultáneas.
El grado de autonomía de las autoridades subnacionales, el grado de democracia interna en los partidos y la existencia de elecciones primarias. Los mecanismos de primarias y avales, con requisitos a veces imposibles para presentarse, que los convierte en cajas de arena.
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