Preguntarse si el hombre de hoy está todavía dispuesto a creer en Jesús como Hijo de Dios comporta necesariamente la cuestión conexa: si el hombre de hoy siente todavía la necesidad de la salvación. Aquí está todo el problema para nosotros creyentes, para nuestra credibilidad en el mundo de hoy; pero también el problema para cuantos no creen y desean darle un significado pleno a su vida.
No encuentro otra posibilidad fuera de esta cuestión, que impulsa a buscar una respuesta.
Delante a la posibilidad de Jesucristo no se puede permanecer neutral; se debe dar una respuesta si se quiere dar un sentido a la propia vida". + Mons. Rino Fisichella
"Dime cómo te comunicas o interactúas
y te diré lo que crees y eres".
"En los mismos foros o medios sociales cristianos, pastorales o diocesanos se percibe la omisión del diálogo, del interactuar y de las normas mínimas de cortesía y de consideración humana..."
“No alcanza con ser llamados cristianos, es necesario serlo de veras”. Si alguno quiere reconocer a los cristianos, debería poder hacerlo por su compromiso de fe y no por sus intenciones". San Ignacio
“La Iglesia (…) no está llamada solamente a usar los medios de comunicación para difundir el Evangelio sino, sobre todo hoy más que nunca, a integrar el mensaje de salvación en la “nueva cultura” que estos poderosos medios crean y amplifican. La Iglesia advierte que el uso de las técnicas y tecnologías de comunicación contemporáneas forman parte de su propia misión en el tercer milenio” (Juan Pablo II, El rápido desarrollo, 2005, n.2).
1. EN EL ORIGEN, CRISTO. Jesús dice: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15). Este es el mandato del que nace la llamada a la evangelización también en el Continente Digital.
2. INTERNET, UN “LUGAR”, NO UN MEDIO. La Red no es sólo un instrumento, es un lugar habitado. Se trata de Evangelizar en Internet, no tanto de ‘usar’ Internet para evangelizar.
3. LA CLAVE, EL TESTIMONIO. “Para la Iglesia el primer medio de evangelización consiste en un testimonio de vida auténticamente cristiana…” (Evangelii Nuntiandi, n.41). Los contenidos no evangelizan de modo auténtico sin nuestro testimonio explícito del amor de Dios en la Red.
4. NUESTRA FUERZA, LA GRACIA. “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Sólo unidos a Cristo, viviendo una verdadera vida cristiana en fidelidad y amor a la Iglesia, los iMisioneros podemos dar un fruto abundante y superar la tentación del desaliento y del activismo.
5. SOMOS PUEBLO, COMUNIDAD. Tan significativo como el testimonio personal es el testimonio comunitario. Una comunidad de testigos, acogedora y abierta, capaz de acompañar hacia Cristo a los que se acercan, tiene mucho más fuerza e impacto para iEvangelizar que los proyectos personales aislados.
6. EN TODO, LA CARIDAD. La soberbia, la división y las críticas sin caridad entre cristianos, provocan un escandaloso espectáculo que engendra escepticismo y a veces hasta ateísmos. Construir Iglesia, pedir y trabajar la comunión, es una urgencia si queremos ser apóstoles de Cristo y no esclavos del Malo que divide también en la Red.
7. ABIERTOS, PARA TODOS. iEvangelizar exige abrirse al diálogo con una actitud humilde a todos, no sólo a aquellos que acogen la fe de buen grado, también a quienes la desconocen o están más alejados.
8. BUSCAMOS DAR FRUTO, NO TENER ÉXITO. Perseguir solo el tener más seguidores, amigos, visitas… es una forma de idolatría. Debemos estar alertas para no dejarnos atrapar por la fascinación del medio. Los iMisioneros no buscamos tener éxito personal sino dar los frutos del Reino.
9. POR LO VIRTUAL A LO PRESENCIAL. La iEvangelización tiene su punto de partida en el mundo digital, pero intenta traspasar sus fronteras y provocar el encuentro en el mundo presencial. La iEvangelización se verifica, se purifica y se potencia con el encuentro presencial.
10. SIEMPRE DISCÍPULOS, SIEMPRE APRENDIENDO. Los iMisioneros vivimos en permanente búsqueda de los lenguajes que puedan interpelar hoy el corazón humano y anunciar a Cristo. Para esto los iMisioneros necesitamos una vivencia responsable de la fe y una formación continuada en el ámbito de la comunicación y las nuevas tecnologías.
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Para Mons. Munilla, asistimos a una lección del Papa en el ámbito de la comunicación. ¿Dónde está su secreto?, sin duda alguna la palabra clave del Papa es “su coherencia, la gran coherencia entre lo que dice, lo que hace, lo que piensa y lo que vive”. A esta coherencia hay que añadir otros dos conceptos, la valentía y la transparencia.
De entrada, ante los medios de comunicación tenemos que evitar posturas no adecuadas:
- La de los moralizantes: que creen que todo lo que se refleja en los medios es pernicioso para lo religioso.
- La de los simplistas nostálgicos: que piensan que todo se solucionaría volviendo a épocas pasadas, suprimiendo los mass media.
- La de los liberales pseudoprogresistas: dan por hecho que todo en los medios vale, que todo es bueno y que depende de quién los utilice. No tienen en cuenta que la persona necesita crecer eligiendo, escogiendo y asumiendo una escala de valores.
Sé que lo ha repetido muchas veces y en diversos foros. Yo tuve la suerte de escuchárselo en un encuentro en El Escorial, en noviembre de 1988. Estoy hablando ahora de Mons. Antonio Montero. Estas son, a su juicio, y si no me fallan las notas tomadas a vuela pluma, las actitudes de un comunicador y evangelizador cristiano ante los medios:
- Superar la actitud defensiva sin perder la actitud crítica ante los medios.
- Servir a los medios antes que servirse de los medios. Es decir, conocer su propio lenguaje y respetar su relativa autonomía.
- Aceptar las leyes del medio y evitar su idolatrización. No podemos obsesionarnos por los medios.
- Liberar los medios de sus esclavitudes y servidumbres. Los medios son medios y no fines.
- Considerar el buen uso de los medios como obligatorio para los evangelizadores cristianos y no como potestativo u opcional.
- Saber encarnar el mensaje en una fecha y en un lugar y, para ello, encarnarse en los medios que, aunque no son la realidad, reflejan la realidad.
- Hacer de los medios una tribuna pública para la evangelización.
- Conjugar, desde los medios, en la Iglesia, la dimensión informativa con la comunional y evangelizadora.
- Privilegiar la formación de agentes de pastoral y descubrir vocaciones para evangelizar desde los medios.
- Educar siempre el sentido crítico, que no equivale a pastoral de la "sospecha", sino a educar en valores y en objetividad.
O. González de Cardedal, con la finura y sutileza que le caracterizan, se atreve a llamar a los periodistas, cuando lo son de verdad, ministros de la palabra, intérpretes de la situación, exégetas de la condición humana, educadores del pueblo y testigos de la insobornable esperanza humana y con ello, del Absoluto. Para llegar a serlo, se necesitan algunas cualidades: amor a la verdad, respeto a los hechos, conocimiento profesional de la realidad, sensibilidad, libertad ante los poderes de este mundo y confianza y gozo en la propia misión. ¿No son éstos, requisitos de todo agente evangelizador?
Lo anterior debe hacerse realidad en el tipo de sociedad en el que vivimos, siendo conscientes de que se puede y debe unir derecho y libertad de información con el respeto ético a las personas e instituciones.
Personas, asociaciones e instituciones tenemos derecho:
- A expresar y difundir libremente pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
- A recibir información veraz por cualquier medio de reproducción.
-También derecho a la réplica.
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- No caer en la hipnosis y en la droga de los medios.
- Desintoxicación: hablar y comentar otras cosas que no sean las de rabiosa actualidad.
- Gusto por comunicar las experiencias personales más allá de las estereotipadas.
- Recobrar los tiempos perdidos de comunicación interpersonal.
- Gustar tiempos de silencio.
- Aprovechar el ocio para la creatividad.
- Programar la selección y elección de lo que vemos, leemos o escuchamos.
-Al no haber educación neutral, y puesto que todos somos como todos, como algunos y como nadie, saber leer en familia y comunidad lo que sucede a nuestro alrededor más allá de la presentación que de ello hacen los propios medios.
- Educar positiva y creativamente en el consumo de mass media, especialmente, TV-Video-Ordenador en la familia.
- No utilizar la TV como niñera, obligada compañía, motivo de no conversación o tranquilizador.
- Dialogar con los más pequeños lo que se ve u oye, sin miedo.
- Informarse del contenido y tratamiento de lo que se ve.
- Programarse el tiempo de consumo de la TV.
- No hacer de ello el mejor aliciente o la mejor gratificación, ni el peor castigo para los hijos.
- Como norma no ver la TV siempre solos, o practicar en el video, o jugar con el ordenador sin compartir ("dime lo que sueles consumir en este campo y te diré cómo eres...")
- Que la realidad virtual no destruya la ética o lo humano.
- Practicar vedaderamente lo que significa interactividad.
- Ser capaces de creatividad en lo "nuestro" sin cerrar los ojos a la realidad (refugiándonos en un mundo ficticio): partimos de la vida, para volver a la vida, transformándola.
- Potenciar recursos materiales (videotecas, diatecas, hemerotecas, discotecas, clasificado de CDs, etc.) y en recursos personales (invertir en que los agentes se preparen adecuadamente).
Para concluir, unas palabras de Pablo VI: "La Iglesia se sentiría culpable frente a su Señor si no emplease estos poderosos medios que la inteligencia humana perfecciona cada día más". Y, también, una frase de R. White: "Se ha sembrado la semilla. Es probable que el ideal crezca y empiece a florecer. Los mass media se están convirtiendo, de hecho, en parte integrante de la cultura católica, pero reinterpretados a la luz de la mejor tradición humanista, filosófica, sociológica y teológica de la Iglesia".
Como han puesto en evidencia en nuestro siglo comunicadores-evangelizadores, como P. Alberione o el mismo Juan Pablo II, la evangelización desde los mass media acaba siendo una especie de círculo cuyo centro se encuentra en todas las partes y el radio de la circunferencia no se logra alcanzar.
VER+:
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