No exageramos al afirmar que este documento constituye la mejor explicación a nivel espiritual del complot y de cómo realizan su obra maléfica la masonería y la masonería eclesiástica para impedir que las almas alcancen los beneficios de la Redención y la Vida Eterna que Jesucristo consiguió para la humanidad.
Recordemos que ambas constituyen la iglesia de Satanás en la tierra: Una es la que opera fuera de la Iglesia Católica, la masonería; y la otra opera infiltrada dentro de la Iglesia Católica, la masonería eclesiástica. Cabe destacar que en el documento que adjuntamos a continuación, podemos ver claramente como, con una sabiduría inmensa y divina, es la misma Virgen Santísima quien denuncia y desenmascara la obra tanto de la masonería como de la masonería eclesiástica. Adjuntamos también a continuación pdf del plan masónico para la destrucción de la Iglesia Católica, con las órdenes pronunciadas por el gran maestre de la masonería y dirigidas a los obispos católicos afiliados a la secta masónica. El documento data de 1962. Hemos revisado la traducción de dicho documento. Son dos documentos que vamos a trabajar y nos van a ayudar mucho en el discernimiento de espíritus, como veremos más adelante... El conocimiento de cómo actúa el mal, nos debe afianzar mucho más para buscar a Dios de todo corazón y ser verdaderos soldados de Su ejército; Que todo esto nos sirva para refutar el engaño y defender Su Verdad con mayor humildad y fundamento.
Antes de empezar, recordaremos algunos textos de la Sagrada Escritura. Desde ahí, teniendo muy en cuenta lo que Dios nos dice a través de Su Palabra, será de la forma en que vamos a tratar de proceder siempre. Que el Señor y la Virgen Santísima nos asistan en esta empresa. En primer lugar: Veamos lo que Jesucristo dice a la Iglesia de Éfeso, y por tanto también a todos los que quieren obedecer a la Verdad y ser fieles al Único Dios Verdadero: "Al Ángel de la Iglesia de Éfeso, escribe: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha, el que camina entre los siete candeleros de oro [,Jesucristo]. Conozco tu conducta: tus fatigas y tu paciencia; y que no puedes soportar a los malvados y que pusiste a prueba a los que se llaman apóstoles sin serlo y descubriste su engaño. Tienes paciencia y has sufrido sin desfallecer. Pero tengo contra ti que has perdido tu amor de antes. Date cuenta, pues de donde has caído, arrepiéntete y vuelve a tu conducta primera. Si no, iré donde ti y cambiaré de su lugar el candelero, si no te arrepientes. Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los nicolaitas, que yo también detesto. El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias: al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el Paraíso de Dios." (Ap 2, 1-7)
De este texto deducimos que: ¹° Sólo Dios es quien realmente conoce nuestro proceder y nuestra conducta. Incluso mejor que nosotros mismos. Él sabe nuestros intereses y lo que realmente hay en nuestro corazón. Recordemos aquellas palabras de San Pablo en la Escritura cuando escribe a los Filipenses para decirles que: "A nadie tengo de tan iguales sentimientos que se preocupe sinceramente de vuestros intereses [como Timoteo], ya que TODOS BUSCAN SUS PROPIOS INTERESES Y NO LOS DE CRISTO JESÚS." (Fil 2, 20-21) Que Dios nos conceda ser libre de buscar nuestros propios intereses y nos dé la gracia de buscar los intereses de Jesucristo.
²° Jesucristo reconoce como una virtud no soportar a los malvados... (Luego nos explicará mejor el sentido de esto...) Nuestro Señor aprueba y reconoce el valor y la importancia de los esfuerzos para poner a prueba a los falsos apóstoles con el objetivo de conseguir desenmascararlos y sacar a la luz sus mentiras y engaños. A la medida de nuestra unión a Jesucristo que es la Verdad y a la medida de sus dones en nosotros, Él nos capacita para descubrir el engaño y nos asiste para desenmascarar a los falsos apóstoles. En este momento, en el que hay una gran infiltración masónica en el seno de la Iglesia Católica, debemos aspirar a este discernimiento de espíritu y pedir al Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, que nos capacite para descubrir todo tipo de mentira y engaño: "Pedid y se os dará" Está en juego la salvación de muchas almas que corren el riesgo de ser arrastradas por el engaño y la mentira que predican los falsos apóstoles.
³° Jesucristo reconoce el valor de la paciencia y el don de saber aceptar el sufrimiento y el don de saber abrazar la cruz sin desfallecer, cuando se hace por amor a Él. Siempre con los ojos fijos en Jesucristo, quien con sus padecimientos y su sufrimiento, especialmente en Su Pasión dolorosa, da el sentido sobrenatural necesario a todo sufrimiento y cruz cuando sabemos aceptarla y vivirla por amor a Él.
⁴° Jesucristo corrige firmemente la falta de amor y hace una llamada a volver al amor primero: "Tengo contra ti que has perdido tu amor de antes." El amor a Dios debe ser el centro de toda la vida espiritual. El sufrimiento debe ser vivido y ofrecido al Señor con mucho amor, sabiendo que en todo interviene Dios para bien de los que le aman. De ese amor sincero debe brotar la paciencia. El combate contra los falsos apóstoles debe ser realizado por amor a Dios en primer lugar, con celo por Su Verdad, con valentía, pero también con humildad, caridad sincera y el deseo de dar gloria a Dios y ayudar a las almas que viven en el engaño. Defender la Verdad sin humildad y caridad lleva fácilmente a la soberbia. Recordemos que: "Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios: lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios." (1 Cor 1, 27-29) San Pablo en la Sagrada Escritura habla de corregir con mansedumbre a los adversarios, por si Dios les otorga la conversión que les haga conocer plenamente la verdad. (cf. 2 Tim 2, 25) Pero a la vez también pide oración para que la Palabra del Señor se siga propagando y adquiriendo gloria y para que nos veamos libres de los hombres perversos y malignos, porque la fe no es de todos. (cf. 2 Tes 3, 1-3) Y ambas cosas son perfectamente compatibles... Es el Espíritu Santo, que es el amor de Dios derramado en nuestros corazones, con sus dones, quien nos tiene que dar la sabiduría e impulsarnos para obrar siempre de la forma que Dios desea en cada momento. Por tanto, toda verdad se defiende con argumentos claros y sólidos, pero siempre desde la humildad y con la caridad verdadera como única base y fundamento.
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⁵° Jesucristo después de corregir firmemente por la pérdida del amor de antes, dice algo tan claro como: "Tienes en cambio a tu favor que detestas el proceder de los nicolaitas que Yo también detesto." Antes hemos visto que Jesucristo reconoce como una virtud no soportar a los malvados. Aquí Jesucristo lo matiza y nos revela que Él mismo detesta el proceder de los nicolaitas (sus comportamientos eran impuros y atacaban la Fe Católica verdadera con herejías.) Lógicamente, Jesucristo detesta todo pecado y todo comportamiento pecaminoso. Jesucristo ya dijo que no había venido a salvar a justos sino a pecadores, es decir, a aquellos que reconocen sus pecados con humildad. Quien reconoce sus pecados es porque tiene un verdadero propósito de enmendarse y no volver a ofender a Dios. Esto lógicamente le lleva a pasar por el Sacramento de la Confesión como Dios quiere y exige para conceder el perdón de los pecados. (cf. Jn 20, 22-23 y 1 Jn 1, 9) Recordemos las palabras de Jesucristo a aquella pecadora pública: "Yo no te condeno. Vete, pero en adelante, no peques más." Jesucristo tiende la mano al pecador para que abandone su pecado y se convierta. En ningún caso Jesucristo niega el pecado del pecador, ni minimiza la gravedad de dicho pecado, sino que ordena al pecador no volver a cometer el pecado. Es una llamada seria y firme a abandonar toda práctica de pecado, es decir, ES UNA LLAMADA SERIA Y FIRME A ROMPER CON EL PECADO. Y recordemos que pecado es lo que ofende a Dios, es decir, lo que Dios ha dicho que le ofende, y no lo que cada persona crea que es pecado. Por tanto, Jesucristo reconoce como una virtud detestar el proceder de los nicolaitas, de los herejes, de los impuros, en definitiva: Jesucristo detesta el proceder del pecador y quiere que los que le siguen también detesten todo proceder pecaminoso. Esto implica que un verdadero apóstol jamás aprobará una conducta pecaminosa, ni recibirá, ni saludará a alguien que viva en pecado grave (y más si causa escándalo), y tampoco a quien se exceda y no permanezca en la doctrina de Cristo. (cf. 2 Jn 9-11) Como explica la Sagrada Escritura: La primera condición para caminar en la Luz es romper con el pecado. (cf. 1 Jn 1,8 - 2,2) Y la primera condición para vivir como hijos de Dios es romper con el pecado. (cf. 1 Jn 3, 3-10)
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“Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. Podréis conocer en esto el espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese es el del Anticristo.” (1 Jn 4, 1-3)
Aquí el apóstol San Juan nos habla de desconfiar de los espíritus, de los espíritus que mueven determinadas doctrinas y a determinadas personas. Y nos llama a hacer un ejercicio de discernimiento: “examinad si los espíritus vienen de Dios”. Y ¿por qué nos llama a esta desconfianza, a no fiarnos y a realizar un juicio de discernimiento?
La causa es “porque muchos falsos profetas han salido al mundo”, es decir, hay muchas falsas doctrinas, muchas personas que supuestamente hablan de parte de Dios y son falsos, no vienen de Dios y no tienen su Espíritu. Por eso hay que hacer este discernimiento, para evitar ser engañados.
El elemento de discernimiento es sencillo: “Podréis conocer en esto el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios”. Venido, es participio pasado. Según San Bernardo hay 3 venidas en la carne de Jesucristo:
La 1ª es la histórica que se produce cuando Jesucristo, que es Dios Verdadero, viene a la tierra y se encarna en el seno virginal de la Virgen Santísima quien había sido a su vez preservada del pecado original, y viene a cumplir la misión de la redención. Como ya sabemos, dando su vida en la Cruz, resucitando al tercer día y ascendiendo a los Cielos. Esa es la 1ª venida en carne.
La 2ª venida en carne es la que se produce en cada Santa Misa, en el acto de la Consagración, cuando se produce la Transubstanciación por la cual, el pan y el vino se transforman en el Cuerpo y la Sangre del Señor; ya no hay pan y ya no hay vino, aunque los sentidos nos engañen, sino que está la presencia real de Jesucristo: Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Su Divinidad en cada una de las dos especies. Recordemos que Jesucristo dijo: “En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré en el último día.” (Jn 6, 53- 54)
Por eso es una venida real en la carne, es Jesucristo, que es Dios, que viene de nuevo en la carne para hacerse presente realmente en los altares de cada Santa Eucaristía cuando hay Consagración. (Recordemos que para que haya realmente Consagración, el sacerdote debe de tener la voluntad de consagrar). Sólo así podemos cumplir su palabra cuando nos habla de comer su carne y beber su sangre para poder recibir los beneficios prometidos de tener vida eterna y que Él nos resucite en el último día.
Y la 3ª venida es la que sucederá en la Parusía, cuando al final de los tiempos, vuelva el Hijo de Dios. Esa tercera aún no se ha producido. Por tanto, como “venido” es participio pasado, para discernir donde está actuando el Espíritu de Dios, hemos de fijarnos en que haya una confesión de las dos venidas que ya han sucedido: la venida en carne como verdadero Dios al seno virginal de María Santísima, es decir, su venida histórica y la venida en cada Santa Misa, en cada Eucaristía. Es decir, en cada Eucaristía hay realmente una segunda venida en carne de Jesucristo donde se hace presente su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, Su presencia Real. Por tanto, todo espíritu que mueve una doctrina donde no se confiesan estas dos venidas de Jesucristo, no es de Dios, no es del Espíritu de Dios, sino del Anticristo. Nos lo dice la Palabra de Dios que es Verdad. De aquí es posible deducir que el espíritu que mueve las religiones de los musulmanes, judíos, budistas, hinduistas y todas las demás religiones que no confiesan estas dos venidas de Jesucristo en carne, no es el espíritu del Único Dios Verdadero, y por tanto el espíritu que las mueve es el del Anticristo.
Por otro lado, las sectas protestantes que no confiesan la segunda venida de Jesucristo en la carne en cada Eucaristía, tampoco tienen el Espíritu de Dios, sino el del Anticristo. De esto es fácil deducir que sólo quien se mantiene en la doctrina de la Iglesia Católica, que es la Iglesia que Jesucristo fundó, está dentro de esta confesión de las 2 venidas en carne y por tanto está movido por el Espíritu de Dios. Porque atención: también a los que se supone que pertenecen a la Iglesia Católica hemos de ponerlos ante este examen de discernimiento del que nos habla San Juan.
Por tanto, cuando escuchemos personas que dicen hablar de parte de Dios o nos presenten doctrinas que dicen llevar hacia Dios, deberemos hacer este ejercicio de discernimiento que nos indica San Juan y examinar si realmente confiesan estas dos venidas de Jesucristo, Dios Verdadero, en la carne. Si no es así, ahí no está el Espíritu de Dios, sino el del Anticristo y todo lo que puedan hablar ya no va a ser de parte de Dios, porque no tienen la asistencia del Espíritu de Dios que es el Espíritu de la Verdad.
DIRECTIVAS DEL GRAN MAESTRO DE LA MASONERÍA
A LOS OBISPOS CATÓLICOS MASONES
(Padre Luigi Villa)
Directivas del Gran Maestro de la masonería a los Obispos masones: puestas en práctica desde 1962 (aggiornamento del Vaticano II), reelaboradas en 1993 como proyecto progresivo para la fase final. Todos los masones infiltrados en la Iglesia católica deben acogerlas y realizarlas. (Estas directivas han sido publicadas en el libro de Don Luis Villa: “la Masonería y la Iglesia Católica”. Editorial Civiltá, 2008, pp.16-24):
1 Destronad definitivamente cada imagen de la Iglesia, comenzando por la de San Miguel Arcángel, Patrón de la Iglesia Católica, afirmando que distraen de la adoración de Cristo.
2 Suprimid los ejercicios penitenciales de Cuaresma, como la abstinencia de carne de los viernes, así como la práctica del ayuno. Impedid los actos de mortificación, que deben ser reemplazados por actos de alegría, de felicidad y de “amor al prójimo”. Decid que los méritos de Cristo son suficientes haciendo que los esfuerzos humanos sean peligrosos, pues pueden interpretarse como falta de fe en Dios. Predicad que debemos tomar en serio la preocupación por nuestra salud estimulando el consumo de carne, especialmente la de cerdo.
3 Encargad a los pastores protestantes reexaminar la Misa y desacralizarla. Sembrad dudas sobre la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía y reafirmad una mayor cercanía a las tesis protestantes, que sólo se trata de pan y vino bendecidos, y en cuanto tales, debe entenderse como puro símbolo. Diseminad las más implacables dudas mediante protestantes liberales progresistas en los seminarios y en las escuelas. Fomentad el ecumenismo como camino hacia la amistad. Acusad de desobediencia a aquellos que continúen creyendo, tradicionalmente, en la Presencia Real.
4 Prohibid, de hecho, haciendo creer que lo es también de derecho, la liturgia latina clásica (el llamado rito “Tridentino”), con todas sus derivaciones de adoración y cánticos, ya que transmiten un sentido de misterio y de deferencia. Presentadlos como ligados a la imaginación. Los hombres dejarán de estimar a los sacerdotes como personas de elegancia y cultura superior, de respetarlos como portadores de los divinos misterios.
5 Estimulad a las mujeres a no cubrirse la cabeza con el velo en la iglesia, los cabellos son “sexy”. Imponed a las mujeres como lectoras, y presentad como una necesidad democrática que se conviertan en sacerdotisas. Fundad movimientos para la liberación de la mujer: Impulsadlas para que entren en la iglesia con vestidos desaliñados, para que se sientan como en su casa. Esto disminuirá la importancia de la Misa.
6 Convenced a los fieles de no recibir la Comunión de rodillas. Decid a las monjas que deben prohibir a los niños mantener las manos juntas, antes y después de la Comunión, diciéndoles que Jesús los ama tal como son, y que los quiere ver siempre cómodos. Eliminad las genuflexiones en la iglesia y el permanecer de rodillas. Retirad los reclinatorios. Decid a la gente que deben testimoniar la propia fe actuando a su manera, o a lo máximo, en posición erguida.
7 Eliminad la música sacra, en particular el órgano. Introducid la guitarra, arpa judía, tambores, pataleo (hacer ruido con los pies!) o “sagradas” risotadas en la iglesia. Esto distraerá a la gente de la oración personal y de las conversaciones con Jesús. Negad a Jesús el tiempo de llamar a los niños a la vida religiosa. Ejecutad, alrededor del Altar, danzas litúrgicas con vestimentas excitantes y, teatros y conciertos.
8 Quitad el carácter sagrado de los cantos a la Madre de Dios y a San José. Enseñad que estas veneraciones son idolatría. Ridiculizad a los que persisten. Introducid cantos protestantes modernos. Esto dará la impresión que el protestantismo liberal-progresista es la verdadera religión, o al menos que es igual al Catolicismo.
9 Eliminad todos los himnos especialmente los dirigidos a Jesús que hacen pensar en la serenidad que deriva de la vida de mortificación y de penitencia por Dios, ya desde la infancia. Introducid cantos nuevos, si son movidos mejor, como para convencer a la gente que los precedentes eran falsos. Aseguraos que en cada Misa se cante aunque sea un canto en el cual no se mencione a Jesús y que en su lugar se hable del amor entre los hombres. La juventud se entusiasmará al sentir hablar de amor por el prójimo. Predicad el amor, la tolerancia y la unidad. Que no se mencionen a Jesús, prohibid cada anuncio de la Eucaristía.
10 Volviendo a lo que he dicho en el punto 1, no os limitéis a sacar las imágenes de la iglesia. Retirad todas las reliquias de los altares y, seguidamente, los altares mismos. Sustituidlos por mesas paganas, no consagradas, que puedan ser usadas para sacrificios humanos en el curso de ceremonias satánicas. Eliminad las leyes canónicas que obligan a celebrar únicamente en altares que contengan reliquias.
11 Interrumpid la práctica de celebrar la Misa, en dirección al Tabernáculo. No admitáis ningún Tabernáculo sobre altares que son usados para la celebración de la Misa. La mesa debe tener el aspecto de una mesa de cocina. Debe ser trasportable para mostrar que no es para nada sagrada, sino que debe servir para muchos usos, como por ejemplo, para conferencias. Más aún, colocad al menos una silla a tal mesa. El sacerdote debe tomar lugar para indicar que, después de la Comunión él descansa como después de haber comido. El sacerdote nunca debe hacer genuflexiones ni permanecer arrodillado. En las comidas, en efecto, uno nunca se arrodilla. La silla del cura debe estar colocada en el lugar que pertenece al tabernáculo. Estimulad a los fieles a que tengan hacia el sacerdote los sentimientos de veneración y adoración que deberían tener hacia la Eucaristía, y a que, como “cosa buena y justa”, le obedezcan como si fuese Jesús en persona. Colocad el Tabernáculo en otro lugar, fuera de la vista.
12 Haced desaparecer a los santos del calendario eclesiástico. Prohibid a los sacerdotes predicar sobre los santos, salvo aquellos citados en el Evangelio. Explicad que esto es en consideración a los hermanos protestantes que eventualmente pudieran estar presentes en la Iglesia. Evitad todo aquello que pueda molestar a los protestantes.
13 En la lectura del Evangelio omitir la palabra “Santo”. Por ejemplo: en vez de “Evangelio según San Juan”, decid “Evangelio según Juan”. Esto hará pensar a la gente que no tiene el deber de venerarlos más. Escribid continuamente nuevas traducciones de la Biblia hasta que sean idénticas a las de los protestantes. Omitid el adjetivo “SANTO” en la expresión “Espíritu Santo”. Esto abrirá el camino. Evidenciad la naturaleza “femenina” de Dios”, como la de una madre llena de ternura. Eliminad el uso del término “Padre”.
14 Haced desaparecer todos los devocionarios y los libros de piedad personal y destruidlos. Como consecuencia desaparecerán también las letanías del Sagrado Corazón, las de la Madre de Dios, las de San José y las preparaciones a la Santa Comunión. Superflua se volverá incluso la acción de gracias después de la Comunión.
15 Haced desaparecer también las imágenes de los ángeles. ¿Por qué tienen que estar en nuestro camino las representaciones de nuestros enemigos? Defínanlos mitos o cuentos de las buenas noches. No permitan el discurso de los ángeles ya que chocaría a nuestros amigos protestantes.
16 Suprimid el exorcismo menor para expulsar los demonios. Empeñaros en esto, afirmando que los diablos no existen, explicad que en la Biblia son sólo un artificio literario para definir el mal, ya que sin un adversario las historias no son interesantes. Como consecuencia la gente dejará de creer en el infierno, o pensará que nunca podrá caer en él. Finalmente, repitan que el infierno no es otra cosa que la lejanía de Dios, y que no es una cosa terrible, sino que la vida allí debe ser parecida a la de la tierra.
17 Enseñad que Jesús era solamente hombre, que tenía hermanos y hermanas y que odiaba a los que tenían el poder. Explicad que amaba la compañía de las prostitutas y que no usó las iglesias y sinagogas para su predicación. Decid que en su vida equivocada, invitó a desobedecer al clero. Definidlo a menudo como un gran Maestro que se desvió del camino cuando negó obediencia a los jefes de la Iglesia. Desacreditad la predicación de la Cruz como una victoria, por el contrario, presentadla como un fracaso.
18 Recordad que podéis inducir a las religiosas a traicionar su vocación estimulando su vanidad con el halago de su atractivo y belleza. Hagan que cambien su vestido eclesiástico (hábito) y eso las llevará de forma natural a arrojar sus rosarios a la basura. Revelad al mundo que en sus conventos hay conflictos y disensiones. Esto disminuirá las vocaciones. Decidles que no serán aceptadas si no renuncian a los hábitos. También entre los fieles, desacreditad las vestimentas eclesiásticas.
19 Quemad todos los catecismos. Decid a los catequistas que enseñen que el mejor modo de amar a Dios es amarlo en sus criaturas. El amar abiertamente es testimonio de madurez. Haced que el término “sexo” se vuelva una palabra de uso diario y corriente en las clases y en los cursos de religión. Haced del sexo una nueva religión. Introducid en las lecciones de religión imágenes sexuales, crudas y explícitas, con el fin de enseñar a los pequeños la realidad. Estimulad a las escuelas para que estén siempre atentas en todo lo relativo a la educación sexual. Introducid la educación sexual sirviéndoos de vuestra autoridad episcopal, así los padres no tendrán la posibilidad de decir nada en contra.
20 Sofocad las escuelas católicas, impidiendo las vocaciones religiosas femeninas. Decid a las Religiosas que son trabajadoras sociales mal pagadas y que la Iglesia está en camino de eliminarlas. Insistid en que los educadores laicos de escuelas católicas deben recibir los mismos sueldos que los de las escuelas públicas. Emplead maestros no católicos que vivan en pecado mortal público. Los sacerdotes deben recibir igual remuneración que la que reciben el resto de los profesores. Todos los sacerdotes deben abandonar sus sotanas y sus cruces para poder ser aceptados por todos. Ridiculizad a aquellos que las sigan usando.
21 Aniquilad el papado destruyendo su Universidad. Desvinculadla del Vaticano, diciendo que de esta manera podrá ser subsidiada por el gobierno. Para promover el ecumenismo, sustituid los nombres religiosos de los institutos por nombres profanos. Por ejemplo, en vez de “Escuela Inmaculada Concepción” decid: “Nueva Escuela Superior”. Cread en todas las diócesis, departamentos de ecumenismo y aseguraos de que estén controlados por protestantes. Prohíban los ruegos para el Papa y hacia María porque ellos debilitan el ecumenismo. Anunciad que la autoridad competente la constituyen los Obispos locales, y explicad a la gente que las enseñanzas papales son sólo temas de conversación, que lo que cuenta en realidad, es el magisterio de las conferencias episcopales.
22 Combatid la autoridad papal, poniendo límites de edad a su ejercicio. Reducidla poco a poco, explicando que se trata de preservarlo del exceso de trabajo.
23 Sed audaces. Debilitad el papado, reforzando cada vez más las Conferencias Episcopales e introduciendo Sínodos permanentes. Entonces el Papa se convertirá solamente en una figura de representación, como en Inglaterra donde la Reina no gobierna, y son las Cámaras quienes dan las órdenes. Seguidamente, reproducid la misma situación a nivel de las diócesis y de las parroquias. Sucesivamente, debiliten la autoridad de los Obispos, dando vida a una institución concurrente a nivel de Presbiterios. Después debiliten la autoridad de los sacerdotes promoviendo grupos de laicos que dominen a los sacerdotes. De este modo, se originará tal confusión y tal odio que los cardenales abandonarán la Iglesia enseguida; y la Iglesia, entonces, será democrática. Surgirá la “Iglesia Nueva”.
24 Reducid las vocaciones sacerdotales. Haced que los laicos pierdan todo temor reverencial por esto. El escándalo público de un sacerdote difundidlo por los medios de comunicación… destruirá millares de vocaciones. Alabad públicamente a los sacerdotes que, por amor a una mujer, hayan sabido abandonar todo, defínanlos como héroes. Honrad a los sacerdotes reducidos al estado laical, como a auténticos mártires oprimidos hasta tal punto de no poder soportar más. Condenad como escándalo que deban darse a conocer y publicarse los nombres de nuestros compañeros sacerdotes masones. Sean tolerantes con la homosexualidad del Clero. Díganle a la gente que los sacerdotes sufren de soledad.
25 A causa de la escasez del clero, empezad a cerrar iglesias. Elogiad tal práctica como una buena medida económica. Explicad que Dios escucha los rezos en todas partes. La gente recriminará que haya tantas iglesias por ser un extravagante despilfarro de dinero. Cerrad, ante todo, las iglesias en las que se practica la piedad tradicional.
26 Utilizad Comisiones de laicos y sacerdotes débiles en la fe para que condenen rápidamente y sin dificultad cada nueva aparición de la Virgen y cada aparente milagro. Aseguraos de quienes son los que reciben los mensajes y los siguen; y si los difunden señaladlos como desobedientes a la autoridad eclesiástica.
27 Elegid un antipapa. Afirmad que él unirá a los protestantes y a los hebreos a la Iglesia. Si se diera derecho de voto a los obispos, podría ser elegido un antipapa. Entonces, serían electos muchos antipapas. Eventualmente, se instalará uno de compromiso. Afirmen que el verdadero Papa ha muerto.
28 Suprimid la confesión antes de la Comunión, para los escolares del segundo y tercer año. Así cuando ellos crezcan y pasen a cursos superiores estarán acostumbrados a no practicarla y la confesión desaparecerá gradualmente. Introducid la confesión comunitaria, en silencio, con la absolución en grupo. Explicad que esto se hace por la escasez de sacerdotes.
29 Haced que se distribuya la Comunión por medio de mujeres y laicos. Comenzad a imponer la Comunión en la mano como lo hacen los protestantes, en lugar de darla en la boca sobre la lengua. Explicad que Cristo lo hacía de la misma manera. Recoged algunas hostias consagradas para las “misas negras” en nuestros templos. En lugar de la Comunión personal, dad copones de hostias no consagradas para llevarlas consigo a la casa. Colocad distribuidores automáticos de hostias para las comuniones y denomínenlos tabernáculos. Digan a la gente que se debe dar la señal de la paz. Den coraje a la gente a desplazarse en la Iglesia para interrumpir la devoción y el ruego. No hagan la Señal de la Cruz; en lugar de ello, una señal de paz. Expliquen que también Cristo se ha desplazado para saludar a los Discípulos. No permitan alguna concentración en tales momentos. Los Sacerdotes deben darle la espalda a la Eucaristía para honrar al pueblo.
30 Después de que el antipapa se instale, disolved los sínodos de los Obispos, las asambleas episcopales diocesanas y los consejos parroquiales. Prohíban a todos los religiosos cuestionar estas nuevas disposiciones. Expliquen que Dios quiere la humildad y odia a los que aspiran a la gloria. Acusen de desobediencia respecto a la autoridad Eclesiástica a todos los que ponen interrogantes. Desanimen la obediencia hacia Dios. Digan a la gente que tiene que obedecerles a estos superiores Eclesiásticos.
31 Otórguenle al Papa (= Antipapa) el máximo poder para elegir a sus propios sucesores. Ordenad a todos llevar “la señal de la bestia” (ó “signo de la bestia”) (Que obviamente, no lo llamaréis así), bajo amenaza de excomunión. La Señal de la Cruz no debe ser transmitida, ni tiene que ser hecha ni usada sobre las personas. No se tiene que bendecir más. Hacer la Señal de Cruz será designado como acto nefasto de idolatría y desobediencia.
32 Declarad que todos los dogmas, salvo la infalibilidad papal, son de libre opinión (falsos) Proclamad que Jesucristo ha sido un revolucionario fracasado. Anunciad que el verdadero Cristo llegará pronto, y que hasta ese momento solo debe ser obedecido el Antipapa.
33 Ordenad a todos los súbditos del Papa (Antipapa) combatir una guerra santa contra todos los integralismos (*) y extended la única religión mundial. Conquistad sin piedad el mundo. Todo esto traerá a la humanidad cuanto ha anhelado ardientemente: “la edad de oro de la paz”.
(*) Integralismo: Concepción política o religiosa que se considera extremista porque rechaza y refuta todas las posiciones diferentes a la suya.
Sinónimo: fundamentalismo.
La Virgen Santísima Denunci... by Yanka
LOS PAPAS Y LA BIBLIA NOS AYUDAN A ENTENDER EL COMPLOT
CONTRA LA IGLESIA, A DENUNCIARLO Y ENCARARLO
Enseña el papa San Pío X que "es un deber ineludible estudiar y meditar la existencia del Complot, sin temor de ser befado como "complotista". Por el contrario, minimizar o ser negligente en su estudio significa participar implícita y pasivamente en ese Complot contra Cristo, María, La Iglesia y la Cristiandad. Mientras que estudiar para combatir el Complot significa participar activamente y explícitamente en el cumplimiento de la obra de la Redención, instaurando y restaurando todo en Cristo".
Este tema es vital de conocer y entender. La ignorancia de muchos católicos al respecto del complot de Satanás a través de sus tentáculos contra Jesucristo y su Iglesia y su modus operandi, les hace ser víctimas de sí mismos y no pueden entender lo que ocurre en la Iglesia. Quedan a merced del engaño y la mentira, arrastrados en muchos casos por la falsa obediencia y creyendo que siguen el camino correcto. El vídeo de hoy realizado con la inestimable colaboración de VERDADES GLOBALES, canal de Telegram, debería marcar un antes y un después para muchos católicos. Nadie tendrá excusa de decir que no sabía o podía imaginar la realidad tal cual es. Santo Tomás de Aquino:
“El idiota (ignorante o falto de conocimiento) considera falso todo lo que no es capaz de comprender.” Arzobispo Fulton John Sheen: “Sólo aquellos que viven por la fe realmente saben lo que está ocurriendo en el mundo. Las grandes masas sin fe son inconscientes de los procesos destructivos que están sucediendo…”
¿Es necesario hablar del Complot? ¿Es importante? ¿Por qué…? “Es un deber ineludible estudiar y meditar la existencia del Complot, sin temor de ser befado como “complotista”. Por el contrario, minimizar o ser negligente en su estudio significa participar implícita y pasivamente en ese Complot contra Cristo, María, la Iglesia y la Cristiandad. Mientras que estudiar para combatir el Complot, significa participar activamente y explícitamente en el cumplimiento de la obra de la Redención, instaurando y restaurando todo en Cristo.” (San Pío X)
¿Qué es el Complot? El Complot lo constituyen todos los planes, confabulaciones, tramas, teorías, sistemas de pensamiento y estrategias que buscan pervertir todas las estructuras y organismos buenos, especialmente la Iglesia Católica, y que, por otro lado, buscan también crear y generar nuevas estructuras, organizaciones y organismos inspirados y controlados por el Diablo y sus demonios, todo ello con el fin de obstaculizar la extensión del Reino de Dios y la salvación de las almas, y que, a la vez tienen el fin de arrastrar el mayor número de almas al infierno mediante la extensión del pecado y la corrupción de las almas.
El Diablo se sirve especialmente de sus siervos más fieles, que son los hombres que rechazando a Jesucristo y Su Verdad, le adoran y se postran ante él a cambio de fama. poder, bienes terrenales, placeres, etc… (es decir, a cambio de poder, tener y placer). Estos hombres reciben la inspiración, la dirección y los favores del Diablo. Pero el Diablo también se sirve de todos aquellos hombres que inconscientemente le sirven.
En estos últimos tiempos el Diablo y sus siervos trabajan para la instauración e imposición del reinado del anticristo.
En definitiva, el Complot es todo plan del Diablo, que usa especialmente a las personas que le sirven o le pertenecen, para obstaculizar y destruir la obra de Jesucristo, Su Verdad, Su Doctrina y Su Reinado sobre la tierra, es también todo plan del Diablo contra la Virgen Santísima, contra Su Iglesia y contra todo aquel que sirva verdaderamente a Jesucristo, de tal manera que esto incluye todo esfuerzo y trabajo que busca impedir que las almas puedan salvarse y también incluye todo aquello que busca convertir la obra de la Redención realizada por Jesucristo en algo inútil e inservible.
Un complot es una conjuración o conspiración política, social, económica, religiosa o de cualquier otro tipo contra el Único Dios Verdadero. (1 Jn 5, 19-21) nos dice:
“Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero yace en poder del Maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo.
Este es el Dios verdadero y la Vida eterna. Hijos míos, guardaos de los ídolos...”
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