Hoy…, ¡Él me restaura!
“EL SEÑOR RESTAURA MI ALMA:
ME GUÍA POR SENDEROS DE JUSTICIA
POR AMOR DE SU NOMBRE”
Salmo 23,3
Con el alma despedazada por la soledad, el vacío y la pérdida de esperanza caminaba esa noche por una calle oscura. No veía ningún rayo de luz en los pasillos internos de mi alma. Solo sombras que se arremolinaban alrededor de mí, rugiendo sin misericordia.
Llegó un día cuando alguien me habló del gran Restaurador. Me acerqué tímidamente a Dios sin saber lo que me esperaba. Me esperaba la gran restauración de mi alma.
El Salmo 23 declara que Él restaura mi alma;
Restaura: La Palabra hebrea significa: Traer de regreso, retornar al origen, revivir, revitalizar el alma.
Alma: Viene de la palabra hebrea Nephes: lo cual quiere decir Ser, emociones, sentimientos, aliento de vida.
RESTAURACIÓN es una palabra clave en el proceso divino de nuestra vida. Cuando el hombre dice, “ya no tienes remedio”, Dios dice, “comencemos de nuevo”.
Un Padre genuino siempre intentará restaurar a sus hijos. Dios ama la restauración porque ÉL es el Gran Restaurador.
Esa restauración aún se lleva a cabo en el silencio de la noche mientras duermo y en los brillantes amaneceres de mi alma. Dios no pierde un solo minuto en su obra restauradora y cada pincelada le agrega a mi vida un nuevo color, en el pálido lienzo de mis emociones y pensamientos. El Señor se ha empeñado en restaurarme con su amor, divina gracia y Poder. Cada día es una nueva página que el Restaurador escribe en su obra, aún inconclusa, y cada año un nuevo capítulo que se abre en mi Historia de Salvación.
Padre, gracias por ser mi Restaurador. No importa cuán vencida y resquebrajada esté mi alma. Tú la restaurarás con el poder de tu Espíritu. Hoy, llego en actitud de entrega y abandono en Ti como Único Señor de mi vida.
¡Restáurame!...
¡Amén!
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