EL Rincón de Yanka: "HISTORIA DE UN INMIGRANTE" por CLIK ZA 🏃

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lunes, 11 de septiembre de 2023

"HISTORIA DE UN INMIGRANTE" por CLIK ZA 🏃

 

"HISTORIA DE UN INMIGRANTE" 

Empaqué mi ropa con el corazón roto,
el nudo en la garganta y un llanto que desgarraba mi alma;
no empacaba allí vestuario sino cada recuerdo, 
cada abrazo, cada beso, cada familiar, cada amigo, 
cada sueño que una vez creí iba a cumplir para ese momento.

Empaqué mi niñez, mi adolescencia, y parte de mi adultez;
empaqué los rostros y miradas tristes 
de esas personas que no querían que llegara esa hora de irme.
Empaqué un hasta luego que no sé cuando sería,
un rumbo que no sabía su destino.

Empaqué los miedos y la incertidumbre, 
que ninguno partiera con Dios mientras estuviera lejos.  
Empaqué el llanto de ese abrazo y beso de despedida...
Así tomé mi maleta llena, pesada, la mente y el corazón allí quedaban,
sólo se iba mi cuerpo porque todo mi ser allí estaba. 

Mi mirada no notaba el camino de la ruta 
que depararía mi rumbo,
llegué y sentía mucho frío 
a pesar de que el sol estubiera fuerte, 
sentía frío porque no estaba en mi tierra con mi gente. 

Desempaqué la maleta colocando cada recuerdo, 
cada persona importante en mi vida...
En donde pudiera abrazarla todos los días.
Allí si estaba el llanto, esas lágrimas lejanas,
no caía en el suelo frío, caían en mi esperanza de volver, 
de estar y de ser de nuevo lo que era.

El hambre se siente, se siente la soledad,  
se siente ese vacío del abrazo,
de esos "buenos días", de esos "¿cómo estás?".
Nada más triste es cuando a miles de kilómetros,
te dicen a través de una pantalla: ¡Querida hermana, 
murió papá o máma o uno de los tuyos! 
Y saber que allí no podrás estar.

Esa es la triste historia de un inmigrante, 
el estar lejor y no podrá estar. 
Sólo podemos decir: ¡vuela lejos! y vela mis sueños
y pide a Dios que cuando sea mi turno, 
podernos encontrarnos y abrazarnos de nuevo.

Esa es la historia de un inmigrante, 
sentir el frío más cruel de la vida, 
al no despedirme de esa persona especial,
y no poderle decirle ¡hasta luego, mamá, o papá o hermano!
Y sólo gritar entre las cuatro paredes de tu habitación
que te hacen sentir en una prisión distante de los tuyos.

CLIK ZA