LA NUEVA "ÉTICA" INTERNACIONAL
SI ACEPTAS Y CREES
EN LA AGENDA GLOBALISTA
NO ERES CRISTIANO
NI HUMANISTA.
Si no formas parte de la denuncia profética,
eres parte de la tiranía humanicida.
“En las llamadas grandes conferencias de las Naciones Unidas de los años 90, la burocracia internacional explicitó un propósito: la necesidad de imponer una reingeniería social global, al servicio de un proyectoholístico, mundialista o globalista, que procura la instauración de un plan de dominio universal, el Nuevo Orden Mundial.
”Para llegar a concretarlo, el Nuevo Orden necesita imponer un pensamiento único al mundo. He ahí el origen de los nuevos paradigmas, especialmente de los nuevos paradigmas éticos: una reedición de la gnosis antigua y de diversas formas de panteísmo. “Las éticas monoteístas no podrán ser aplicadas en el futuro”, declaró alguna vez el Dr. Nakajima, al explicar las consecuencias de la aplicación del llamado nuevo paradigma de la salud. Así, para el Nuevo Orden se convierte en un imperativo la desaparición del cristianismo, de ahí, una de las razones de los orquestados, continuos y universales ataques a la Iglesia, como los que vivimos en estos días".
”No obstante, el mayor peligro no radica en los ataques frontales, por más insidiosos y perversos que éstos sean, sino en el intento de convertir a la Iglesia de Jesucristo, en una mera institución de beneficencia. La Iglesia no olvida su deber de fomentar todas las iniciativas que favorezcan la ayuda al prójimo necesitado, sin embargo, y antes que nada, la Iglesia es la portadora del mensaje de salvación de Jesucristo, que lleva consigo la necesidad de la conversión personal, su manifestación en obras concretas que forzosamente redundan en la transformación de la sociedad, de sus estructuras y de sus leyes".
”Esto es lo que el Nuevo Orden no tolera. Para los nuevos profetas la fe no es más que un sentimiento que en nada debe influir en las obras. La conducta de la persona es determinada desde fuera de ella misma; el hombre debe limitarse a obedecer el consenso social. Los nuevos paradigmas éticos se basan en un único dogma: procurar el consenso, seguir el consenso, no contrastar con el consenso. Todo principio moral inmutable es rechazado y hasta tenido como enemigo de la nueva sociedad.
”[...] A lo largo de este libro no teorizamos ni novelamos, nos remitimos a documentos, publicados y al alcance de todos, y hemos preferido dejar hablar a los personajes y a esos mismos documentos. Saque el lector sus conclusiones”.
Precede la obra una introducción del Autor, en la que expone claramente la finalidad y objetivo: "En las llamadas grandes conferencias de las Naciones Unidas de los años 90, la burocracia internacional explicitó un propósito... la necesidad de imponer una reingenieria social global, al servicio de un proyecto holístico, mundialista " y globalista, que procura la instauración de un plan de dominio universal, el Nuevo Orden Mundial. Para concretarlo, el Nuevo Orden necesita imponer un pensamiento único en el mundo. He ahí el origen de los nuevos paradigmas, especialmente de los nuevos paradigmas éticos: una reedición de la gnosis antigua y de diversas formas de panteísmo ".
Luego vienen diez capítulos bien trabados y cinco apéndices, más una abundante bibliografía y dos índices, uno temático y otro de nombres.
El primero de ellos se titula "La preocupación por la naturaleza" y allí el Autor desenmascara la concepción fisicista y materialista que se esconde detrás de tanto reclamo "ecologista" al que estamos acostumbrados. Se trata claramente de reemplazar la relación que desde las primeras páginas del Génesis, Dios estableció entre el hombre y la creación, por otra de raíz claramente pagana.
En el capitulo 11 se analiza "EI paradigma del desarrollo sustentable", recogiendo la historia su a través de las distintas conferencias internacionales y sin obviar las menciones a grupos específicos como los Bildegerger y laTrilateral Commission, hasta la Cumbre de Rio. Especialmente valioso es el estudio del cambio del lenguaje, mediante el cual pretenden hacer aceptar lo inaceptable a los participantes ingenuos.
El tercer capitulo se aboca al "paradigma de la salud". Según este, el embarazo se constituye en una "enfermedad" que debe ser tratada. Así, desde la O.M.S. se instruyen y aplican las campañas de "salud reproductiva" y "aborto seguro", buscando alcanzar el "ideal" huxeliano de "procreación sin sexo y sexo sin procreación"(pág. 57).
El capitulo IV está dedicado a analizar "Los nuevos paradigmas éticos" imprescindibles para hacer cuajar estos planes. Se trata lisa y llanamente de reemplazar el Decálogo (pág. 80) por una "nueva ética" fundada en un "humanismo" realmente inhumano. No tienen desperdicio las referencias a la Carta de la Tierra y en especial al papel asignado por los mundialistas al Parlamento Mundial de las Religiones en esta tarea.
'Indiferentismo religioso y relativismo moral " es el título del quinto capítulo. Allí se termina de cerrar el círculo mostrando cómo la "nueva ética" propuesta, al tener los "fundamentos" del titulo resulta del todo incompatible con la idea de una verdad moral absoluta, y por ende destruye desde sus fundamentos la ética cristiana y hasta la simple ética natural. La mentalidad de la Nueva Era sirve de pseudo soporte espiritual a esta ideología anticristiana.
El capitulo VI se ocupa de "La alianza de la democracia y el relativismo ético". Allí desfilan las diversas herramientas por las que se pretende imponer este nuevo paradigma: El Programa Macro Universal de Educación Moral, Salud y Bienestar Social, la Comisión para la Gobernabilidad Global, eI Foro del Estado del Mundo, la URI, y el nuevo papel asignado por los mundialistas a las ONG. El Autor no vacila en señalar entre quienes apoyan estos proyectos ‑amén de otros‑ a la misma Masonería (págs. 120 y 150). Denuncia que pocos se animan a formular hoy en día.
En el séptimo capítulo el tema es "La reinterpretación de los derechos humanos". Comenzando per una crítica a su falta de "fundamento ontológico (pág. 57) el Autor estudia la "evolución que han sufrido desde la Declaración del año 1948 hasta la fecha.
Así, al final de dicha "evolución", el derecho a la vida no solamente queda seriamente afectado. sino que, incluso, a tenor de ciertos documentos, hasta podría pretenderse perseguir a los Estados y a las organizaciones que se oponen al aborto como violadores de los derechos humanos.
En el capitulo VIII se trata de "Colonización Ideológica", a la que estamos siendo sometidos. El Autor no duda en denominar "democracia totalitaria" (en la pág. 215) a la actual organización de nuestros estados. Agudas referencias se efectúan sobre el recientemente modificado Código de ética médica.
EI noveno capitulo es uno de los más interesantes: "Las bases para una persecución ideológica y religiosa". A la luz de los nuevos documentos internacionales convertidos en Iey por muchos Estados, a la creación de la Corte Internacional Penal y otras medidas anexas, la respuesta a la pregunta que se formula el Autor: "Podría la Iglesia predicar a Jesucristo? ", tiene claramente una respuesta: sí, si se acepta que él precio puede ser la persecución y el martirio.
El capítulo final se titula La respuesta cristiana. En él, el Autor retoma los grandes argumentos teológicos de nuestra Fe, recuerda que somos "imagen y semejanza de Dios" por la creación, e hijos adoptivos suyos en Nuestro Señor Jesucristo. Explica que si bien no tenemos aquí ciudad permanente (pág. 282), ello no nos Iibera del deber de actuar en la historia.
El último subcapitulo, "¿Diálogo o confrontación?" debieran meditarlo muchos "dialoguistas" incorregibles. Dice: "Para el relativismo imperante, dialogar significa colocar las propias convicciones al mismo nivel que las de los otros, sin reconocerle por principio más verdad que la que se le atribuye a la opinión. Así el diálogo se consiste en un intercambio de actitudes que tienen fundamentalmente el mismo rango. Por tanto, son mutuamente relativas. Para el cristiano, este diálogo lleva sin más a la disolución de la propia fe.
Los apéndices aportan una serie de información importante sobre la cronología de los acontecimientos, así como la estructura y modo de funcionamiento de ciertos organismos internacionales.
Realmente es una obra importantísima que aparece en un momento crucial de nuestra Patria, en donde la batalla por "la vida" parece haberse colocado como la última trinchera desde donde se puede defender los restos del orden social cristiano que nos queda. Obra que además supera uno de los limites más terribles de muchos grupos provida.. reducir el combate a una cuestión casi de moral individual o familiar. Por el contrario, el Padre Sanahuja muestra claramente que la imposición del aborto, la eutanasia y la "salud reproductiva" no son sino herramientas de un proceso mundial de destrucción política, económica, social, cultural y religiosa de nuestras Patrias. Y es en todos esos campos donde debemos dar la batalla. Para ese combate, esta obra aporta elementos fundamentales.
EL DEBER DE OPONERSE
Decía Juan Pablo II: "No tiene razón de ser esa mentalidad abandonista que lleva a considerar que las leyes contrarias al derecho a la vida -las leyes que legalizan el aborto, la eutanasia, la esterilización y la planificación de los nacimientos con métodos contrarios a la vida y a la dignidad del matrimonio- son inevitables y ya casi una necesidad social. Por el contrario, constituyen un germen de corrupción de la sociedad y de sus fundamentos.
La conciencia civil y moral no puede aceptar esta falsa inevitabilidad, del mismo modo que no acepta la idea de la inevitabilidad de las guerras o de los exterminios interétnicos. Gran atención merecen los capítulos de la encíclica (Evangelium vitae) que tratan sobre la relación entre la ley civil y la ley moral, por la importancia creciente que están destinados a tener en la renovación de la vida social. En ellos se pide a los pastores, a los fieles y a los hombres de buena voluntad, especialmente a los legisladores, un compromiso renovado y concorde para modificar las leyes injustas que legitiman o toleran dichas violencias".
El deber de oponerse, es parte del camino áspero al que está llamado el cristiano. Las tácticas que usa el Nuevo Orden contra quienes se oponen y no claudican, son el descrédito, la calumnia, la marginación. "A veces las opciones que se imponen son dolorosas y pueden exigir el sacrificio de posiciones profesionales consolidadas o la renuncia a perspectivas legítimas de avance en la carrera", debiendo estar dispuestos -con la gracia de Dios- de enfrentar "incluso la prisión o a morir a espada".
La praxis en la democracia contemporánea, basada en el relativismo moral y el positivismo jurídico, crea o se inventa "la verdad" que se ha de seguir a costa de cualquier sacrificio. El cardenal Ratzinger recoge un iluminador pasaje de Hans Kelsen. Éste comenta el interrogante de Pilato en el proceso contra Jesús: "(Qué es la verdad?" (Jn 18, 38). Y explica Ratzinger, para Kelsen: "la pregunta de Pilato es expresión del necesario escepticismo del político. De ahí que sea de algún modo también una respuesta: la verdad es inalcanzable. Para percibir que Pilato la entiende así, basta percibir que no espera respuesta. En lugar de eso se dirige a la multitud. Así queda sometida la decisión del asunto en litigio al voto popular. Kelsen opina que Pilato obra cómo un perfecto demócrata. Como no sabe lo que es justo, confía el problema a la mayoría para que decida con su voto. De este modo se convierte en figura emblemática de la democracia relativista y escéptica, la cual no se apoya ni en valores ni en la verdad, sino en los procedimientos. El que en el caso de Jesús fuera condenado un hombre justo e inocente no parece inquietar a Kelsen. No hay más verdad que la de la mayoría (...) En cierto momento Kelsen llegó a decir que habría que imponer la certeza relativista con sangre y lágrimas si fuera preciso. Tendríamos que estar tan seguros de ella como Jesús lo estaba de su verdad"·
El gobernante al dejar de preguntarse por la verdad, entiende el poder como puro poder. El derecho se convierte en el instrumento de ese poder y como instrumento puede cambiarse cuando no se adapte a los deseos de la mayoría o de quien ejerce el poder. Lo único que cuenta en definitiva es el poder del más fuerte, que puede ser un grupo reducido de personas o una mayoría.
Curiosa historia la de Hans Kelsen porque siendo judío, proporcionó al régimen nazi la teoría del derecho necesaria para justificar jurídicamente sus aberraciones, entre ellas el genocidio de sus hermanos de raza. Él se exilió a tiempo en los Estados Unidos.
VER+:
Al informar la prensa sobre el discurso de Bergoglio en la catedral de la capital de Madagascar, llaman la atención unas palabras que no parecen dirigidas a quienes le escuchan, sino que, como se dice habitualmente, tiran por elevación.
Son esas palabras en las que pide a los obispos que tengan cuidado con los sacerdotes “rígidos.”
Interpretando el habitual doble lenguaje de Bergoglio, lo que está pidiendo a los obispos es que silencien a los sacerdotes que no se pliegan a sus planes de transformar a su antojo la Iglesia Católica
Es decir, manda callar a esos sacerdotes jóvenes que salen del seminario con el corazón embriagado por el puro mensaje de Jesucristo, y ansían proclamarlo cada día para realizar su vocación al margen de las intrigas vaticanas.
Ordena arrinconar a esos veteranos sacerdotes que han dedicado su existencia a anunciar a Cristo allí donde han sido destinados, y ya no son capaces de hacer otra cosa sino permanecer fieles a la Palabra que han predicado durante toda una vida.
La orden de ataque ya está dada, contra estos sacerdotes y contra cuantos no se plieguen, inmediatamente y sin rechistar, a los antojos de la terrenal política vaticana. ¡Hay que silenciarlos ya!
Todo esto nos indica que Bergoglio tiene prisa.
Todo esto nos indica que no se va a detener ante nada ni ante nadie para hacer realidad sus planes políticos de convertir a la Iglesia Católica en la punta de lanza de la agitación marxista en el mundo.
Todo esto nos indica que se siente fuerte y que desprecia la débil resistencia que está encontrando allí por donde viaja, tal como se recoge en el título del artículo que el periódico estadounidense Wall Street Journal le dedica comentando su último viaje. Pope Says He Doesn’t Fear Possible Schism with U. S. Conservatives (el papa dice que no teme un posible cisma con los conservadores estadounidenses).
Bergoglio no teme un cisma.
La jerarquía está controlada; solamente unos pocos altos cargos de la misma se le han opuesto radical y públicamente; por ejemplo, los cardenales Brandmüller y Burke y monseñor Schneider. Una gota de agua en un océano de comodidad y cobardía.
Los humildes sacerdotes no pueden hacer nada. A los que han tratado de elevar su voz para mostrar su desacuerdo con lo que está sucediendo hoy en la Iglesia se les ha trasladado, destituido o simplemente impuesto silencio.
A los fieles hace años que se les hizo abandonar la Tradición y se les ha ido hundiendo poco a poco en la ignorancia; en estos momentos están sumidos en una terrible confusión, que se ha provocado a propósito, para que no sepan qué partido tomar.
Desde su privilegiada atalaya vaticana, Bergoglio observa el mundo a sus pies y su sonrisa se ensancha más y más.
El Desarrollo Sustentable -... by Juan Gabriel Ravasi
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