LOS SECRETOS DE LA AGENDA GLOBALISTA
HUMANICIDA Y MALIGNA 2030
“Yo decidiré la "crisis", acabaré con la corrupción y la inseguridad y les devolveré a mis súbditos el orgullo de ser Romanos. Recuperaré su mayor tesoro perdido: LA SEGURIDAD, por medio del PODER ABSOLUTO DEL IMPERIO. Tan solo les pediré una cosa a cambio: LA LIBERTAD". Cayo Valerio Diocles (Diocleciano)
La ONU y la nueva era progresista de la agenda 2030
El inmediato antecedente de la ONU es la Sociedad de Naciones, un organismo supranacional creado en 1919 por los vencedores de la I Guerra Mundial en el Tratado de Versalles. Podemos encontrar a los promotores de este nuevo organismo internacional en el Congreso Masónico de las Naciones Aliadas y Neutrales celebrado en París, del 28 al 30 de junio de 1917, que abogaba por “crear una autoridad supranacional que tenga como fin, no suprimir las causas de los conflictos, sino resolver pacíficamente las diferencias entre las naciones.
La Francmasonería obrera de la Paz, se propone estudiar este nuevo organismo: la Sociedad de Naciones. Ella será el agente de propaganda de esta concepción de paz y de bienestar universales”. Entre sus principales valedores hallamos a León Bourgeois (1851-1925), miembro de varias logias del Grande Oriente de Francia, premio Nóbel de la Paz en 1920, presidente del Consejo de Ministros de Francia y miembro permanente del Consejo de la Paz de La Haya. Pero sobre todo impulsará su creación Woodrow Wilson, el presidente estadounidense que metió a Estados Unidos en la Gran Guerra y también miembro de la masonería. Wilson es heredero de la visión mesiánica de los puritanos y angloprotestantes que bajo la doctrina del Manifest Destiny colonizaron Norteamérica. Nos encontramos con un idealismo liberal-progresista de corte universalista que reivindicaba los principios de paz y justicia en la vida del mundo desde la óptica de la racionalidad humana, recogiendo los principios ilustrados kantianos plasmados en su ensayo Sobre la paz perpetua y las recetas utilitaristas y capitalistas de Stuart Mill. Se articula así por primera vez una agenda mundialista que pretende imponer la democracia liberal como único sistema político posible y admisible en todo el mundo y el capitalismo como único sistema social capaz de conducir el progreso de la humanidad.
Una nueva versión del despotismo ilustrado del siglo XIX. En el programa de los Catorce Puntos que Wilson da a conocer el 8 de enero de 1918, se recogen los objetivos políticos del “nuevo orden” que se habría que instaurar tras el fin de la guerra y que consistía en la autodeterminación de los pueblos, la democracia y la cooperación internacional basada en el libre comercio, la libertad de navegación y el desarme. Paradójicamente, el Senado de los Estados Unidos se negó a aprobar su entrada en la Sociedad de Naciones. El Senado, de mayoría republicana y aislacionista, era contrario a Wilson y no ratificó la incorporación porque consideraba que condicionaba la soberanía nacional de los estadounidenses.
La ONU y la nueva era progresista de la agenda 2030
El programa de la Agenda 2030 tiene varias dimensiones que pretenden cambiar de una manera radical las relaciones internacionales, económicas, sociales y culturales en el mundo. Dimensiones que abarcan aspectos tan transcendentales como el futuro del Estado-nación, el control demográfico, la ideológia de género, ecologismo y cambio climático, la inmigración, el modelo económico o la educación y que conviene conocer para no perderse entre los mensajes propagandísticos con que se promociona.
Control de la natalidad.
La agenda de la Declaración del Milenio, aprobada por la ONU en el año 2000, ya contemplaba bajo el epígrafe “Mejorar la salud materna” el control de la natalidad y el reconocimiento del aborto como un derecho, camuflado bajo la etiqueta de salud reproductiva, programa que la Agenda 2030 asume y refuerza al perseguir “garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales”. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) afirma que “cuando no se satisfacen las necesidades en materia de salud sexual y reproductiva, se priva a las personas del derecho a elegir opciones cruciales sobre su propio cuerpo y su futuro, lo que produce un efecto dominó en el bienestar de sus familias y de las futuras generaciones. Y, dado que las mujeres son las que dan a luz a los hijos y las que en muchos casos son también responsables de alimentarlos, las cuestiones relativas a la salud y los derechos sexuales y reproductivos no pueden separarse de las relativas a la igualdad de género. Y, por efecto acumulativo, la negación de estos derechos agrava la pobreza y la desigualdad basada en el género”.
La nueva era progresista de la agenda mundialista 2030 de la ONU
Continuamos con la serie de artículos sobre el proyecto mundialista que impulsa la ONU desde su ámbito supranacional (La ONU, Control de la natalidad…) y ajeno a cualquier proceso de decisión en el que participe con protagonismo el pueblo soberano, un proyecto que supone un cambio socio cultural de dimensiones planetarias e históricas, ejecutado en la más pura tradición del despotismo ilustrado.
La agenda 2030 proclama como objetivo número 5 el “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Según la ONU, la igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Como vemos, la ONU olvida la configuración esencial de cualquier derecho humano para sacarse de la manga un derecho, no de la persona, sino de la categoría sexual, que se superpone al clásico derecho a la igualdad de trato a todo individuo con independencia de su condición.
Se trata de un objetivo programático basado en la ideológia de género, que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y especialmente tras la revolución cultural del 68, ha ido instalándose como uno de los modelos de pensamiento único de la postmodernidad.
El nuevo orden mundial progresista de la agenda 2030.
Dimensión ecológica.
La conservación de la naturaleza nace como preocupación ante los excesos de la revolución industrial y la expansión de las actividades humanas contaminantes frente al antiguo mundo rural, donde el uso de los recursos naturales era menos agresivo. Desde el punto de vista del pensamiento moderno también se trata de una reacción frente al racionalismo y el positivismo de la Ilustración. Desde el romanticismo se añora la ancestral fuerza telúrica del hombre y su entorno y desde el idealismo voluntarista se muestra el escepticismo frente al triunfo de la tecnología.
Las diversas formas de entender el ecologismo.
Los primeros antecedentes de los esfuerzos para preservar la naturaleza comienzan en la segunda mitad del XIX en Estados Unidos. Yack London, de ideas socialistas y autor de Colmillo Blanco o La llamada de lo salvaje, populariza la admiración romántica por la naturaleza en su estado puro, John Muir, naturalista y columnista, fundó en 1892 el Sierra Club, el primer grupo conservacionista de la historia y el presidente Theodore Roosevelt incorpora por primera vez a las políticas gubernamentales objetivos “ecologistas”. Estados Unidos encuentra en sus espacios naturales los grandes monumentos de los que carece frente a la Europa milenaria e impulsa su conservación como patrimonio de la nación para el disfrute del público y de las generaciones venideras. El Parque nacional de Yellowstone, creado en 1872, fue el primer parque nacional de los Estados Unidos y del mundo, le siguen Yosemite, el Gran Cañón, y hasta 35 parques y monumentos nacionales, que la Organic Act del Servicio de Parques sistematizó como norma federal en agosto de 1916.
Los secretos de la Agenda 2030.
Sustitución del Estado-Nación por el Estado-Corporación.
Hasta ahora habíamos venido examinando los objetivos que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible persigue expresamente a través de las dimensiones medioambiental, demográfica y social, unos objetivos que, en muchos casos, separadamente, resultan deseables. ¿Quién se puede oponer al fin de la pobreza y el hambre, al fomento de la pequeña y mediana empresa, al trabajo digno para todos, a garantizar el acceso al agua potable en el Tercer Mundo o a lograr unas ciudades menos contaminadas y más seguras? Pero junto a estos genéricos objetivos que todo ser humano comparte, se introducen los objetivos propios de la ideología de género, el control de la natalidad a través del aborto y la agenda del cambio climático. La ONU ha creado un proyecto que en su conjunto converge en una concreta orientación ideológica. Pero reducir el pensamiento humano a una sola ideología deseable, implantar un solo sistema de valores, equivale al fin de la libertad.
La Agenda 2030 no impone obligaciones normativas, pero, de hecho, dado que la mayoría de países del mundo se han sumado a la misma, sus recomendaciones suponen uniformar los ordenamientos jurídicos de todos estos los países, lo que se traduce en una pretensión de hegemonía política universal. Peor aún, los recursos de los Estados, que no olvidemos, se extraen del esfuerzo de los ciudadanos, se dedican a lograr los objetivos de la Agenda 2030 sin que ninguno de esos ciudadanos/contribuyentes haya sido consultado para poner la soberanía de su nación al servicio de un plan universal diseñado desde opacas instancias supranacionales.
La ONU además ha establecido un sistema de control ajeno a cualquier tipo de participación democrática: “Las reuniones anuales del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible desempeñarán un papel fundamental a la hora de examinar los progresos conseguidos en el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel mundial. Se supervisarán y examinarán los medios de aplicación de los ODS, tal y como se indica en la Agenda de Acción de Addis Abeba, el documento final de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, para garantizar que se movilicen de forma efectiva los recursos financieros en apoyo de la nueva agenda de desarrollo sostenible”. Es la nueva gobernanza mundial.
En España esa “Gobernanza de la Agenda 2030”, es decir, la obediencia a las directrices de la ONU, corresponde a la Vicepresidencia Segunda del Gobierno del neocomunista Pablo Iglesias, que, bajo el lema de” no dejar a nadie atrás”, se ejecuta a través de:
El GAN, grupo de Alto Nivel, dependiente de la Comisión Delegada Del Gobierno para Asuntos Económicos, cuya función es trasladar a todos los departamentos ministeriales los contenidos de la Agenda 2030.
Alto Comisionado para la Agenda 2030, órgano Unipersonal del Gobierno de España, dependiente orgánicamente de la Presidencia del Gobierno, encargado de la coordinación de actuaciones para el cumplimiento de la Agenda 2030.
Consejo de Desarrollo sostenible, órgano asesor, de colaboración y cauce para la participación de la sociedad civil en el cumplimiento de los ODS y la Agenda 2030, adscrito a la Oficina del Alto Comisionado para la Agenda 2030.
Mejor uso de las técnicas existentes entre el Estado y las CCAA a través de las Conferencias Sectoriales, así como la inclusión, dentro del orden del día de la Conferencia de Presidentes, del impulso y medidas de seguimiento de la Agenda 2030.
En el ámbito Parlamentario, se crea una comisión mixta “Congreso Senado” en el año 2019, para la Coordinación y Seguimiento de la estrategia española para alcanzar los ODS.
La relación de la inmigración masiva y el multiculturalismo con la Agenda 2030.
La Agenda 2030 incluye como meta en su objetivo 10, “facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas”. “La Agenda 2030 reconoce por primera vez la contribución de la migración al desarrollo sostenible. 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) contienen metas e indicadores que son pertinentes para la migración o el desplazamiento. El principio básico de la Agenda es “no dejar a nadie atrás” y esto incluye a los migrantes”. La ONU confirma así su respaldo al fenómeno migratorio y sugiere que la migración debe incluirse dentro de los nuevos derechos humanos que construye para el nuevo orden mundial.
Según datos de la propia ONU el número de personas que en 2019 vivía en un país distinto del que nacieron es mayor que nunca: 272 millones, 51 millones más que en 2010. Obviamente son los países occidentales, Europa y Estados Unidos principalmente, los receptores de los grandes flujos migratorios. Stephen Smith, en su obra “La huida hacia Europa” (2019), vaticina que al menos hasta 2050 se acentuarán los flujos migratorios desde África, con la posibilidad de que 150 millones de africanos acaben dentro de la Unión Europea. El propio Foro Económico Mundial (Foro de Davos) en su reunión de 2021 celebrada bajo el lema “El Gran Reinicio” tras la pandemia, calculaba que 1.000 millones de personas se incorporarán a los flujos migratorios que se producirán los próximos decenios.
Tal evento de movilidad humana tiene una envergadura jamás vista. Sin embargo, pese a los múltiples desafíos que supone el fenómeno de la inmigración, la respuesta internacional que se ha abordado en la Conferencia intergubernamental para adoptar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, celebrada en Marrakech en 2018, sólo ofrece una visión unidimensional, centrada en salvaguardar los procesos de migración, olvidando los efectos negativos de la misma: inseguridad, terrorismo, desarraigo, marginalidad, coste económico y cultural para las sociedades de acogida y origen etc. Es decir, los objetivos de la ONU, en consonancia con su Agenda 2030 globalizadora, no contemplan como principal meta el garantizar el derecho al arraigo de las personas, se renuncia a adoptar medida alguna para evitar estos gigantescos flujos migratorios desde los países de origen. Tampoco se han previsto las adecuadas medidas para proteger las sociedades de los países de acogida del aluvión de consecuencias asociadas a tal gigantesco movimiento poblacional.
El director ejecutivo de la ‘Global Community Engagement and Resilience Fund (GCERF)’, Khalid Koser, considera que la migración bien gestionada promueve el crecimiento económico y las oportunidades. El multiculturalismo genera tolerancia, innovación e hibridación, especialmente en las ciudades globales. La migración también puede ayudar a abordar los déficits demográficos, rejuvenecer las sociedades y reducir las presiones sobre los servicios sociales”[1]. Económicamente, desde el Foro de Davos se apuesta por una migración internacional más libre que sirva mejor a los mercados. De acuerdo con el Banco Mundial, aumentar la inmigración en un porcentaje igual al 3 % de la masa laboral en los países desarrollados generaría un beneficio económico de 356.000 millones de dólares a nivel mundial[2]. En cuanto a quien o quienes irían a parar estos beneficios económicos, nada dice el Banco Mundial. La realidad es mucho menos idílica. La inmigración que está llegando a Europa se trata en su inmensa mayoría de mano de obra no cualificada, por tanto, su productividad y retribuciones salariales son menores que la media y, por tanto, aportan mucho menos en promedio a las arcas públicas en forma de impuestos y cotizaciones sociales que la población a la que supuestamente vienen a reemplazar. Por el contrario, sus núcleos familiares son más amplios que los de la población europea, su situación laboral y económica más precaria, por lo que las prestaciones y subsidios sociales que los Estados deben desembolsar en favor de estos colectivos también son mucho mayores que la media, a lo que hay que añadir el notable gasto en integración que directa o indirectamente se hace necesario. Es absolutamente irresponsable pensar que los sistemas públicos prestacionales de los países Occidentales son capaces de soportar ilimitadamente cualquier extensión de los mismos sin consecuencia alguna. Desde el punto de vista social, el multiculturalismo enriquecedor que se predica desde estas instancias internacionales, ni constituye el camino de rosas hacia la armonía universal que nos predican, ni garantiza que la nueva sociedad hibrida nacida de estos enormes movimientos de población vaya a ser mejor que la actual. De momento, con una población en franco declive en Occidente, la llegada masiva de inmigrantes procedentes de otras culturas plantea el problema de la sustitución paulatina de una población por otra, con el proceso de desarraigo que sufre el colectivo de inmigrantes y el de aculturación que padecen las sociedades de acogida. En tanto esperamos el advenimiento de la sociedad hibrida que preconizan los globalistas, nos mezclamos en una superficial fusión folclórica y gastronómica que desprecia los valores y principios que constituyen la seña de identidad de las sociedades de acogida, mientras los inmigrantes se radicalizan en guetos como Molenbeek en Bélgica o Marxloh en Alemania, o pierden sus referentes en los suburbios de ciudades como Marsella, Lyon o París en Francia, Dortmund en Alemania o ciudades británicas como Bradford o Leeds y en las ciudades dormitorio de Madrid o Barcelona. Las propias estructuras de poder de los países de acogida sufrirán un vuelco político irreversible con el voto de esas masas de inmigrantes. El escritor Houellebecq planteaba en su novela “Sumisión” la elección de un presidente musulmán para la República Francesa. Londres ya tiene un alcalde musulmán y en Estados Unidos, si Biden concede, como ha anunciado, la nacionalidad a millones de inmigrantes hispanos, el Partido Demócrata puede garantizarse el poder por décadas.
El art. 13 de la Declaración de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”, era interpretado como el derecho a la libertad de movimientos de los ciudadanos, pero en ningún caso implicaba un derecho a entrar en una Nación ajena, ni suponía la obligación de los Estados a dejar entrar en su territorio a ciudadanos extranjeros. Ahora se quiere configurar un derecho a la inmigración configurado como el derecho de cualquier ciudadano para salir de su país de origen para trasladarse a cualesquiera otro. Así, no existe inmigración ilegal, solo irregular y de ahí que la ONU no tenga muchas ganas de atajar esta clase de migración.
La laxitud con que se contempla la inmigración clandestina no parece que vaya a contribuir a lograr esa migración segura, ordenada y regular que proclama el título del Pacto patrocinado por la ONU, sino más bien a favorecer los intercambios masivos de población. Así, en su Objetivo 4 f), el Pacto Mundial contempla que los inmigrantes indocumentados no podrán ser retenidos más allá de lo razonable para efectuar las averiguaciones oportunas o devueltos a su inmediato lugar de procedencia, ya que la falta de acreditación de su identidad y nacionalidad no será obstáculo para acceder a los servicios básicos de los países de acogida. El Objetivo 7 establece la obligación de asistir al inmigrante, aunque haya entrado vulnerando la ley del país de acogida, prestándose todo el apoyo necesario en todas las etapas de la migración, incluyendo la asistencia jurídica gratuita en caso de procedimientos de expulsión y facilitando el acceso de los “migrantes irregulares” a una evaluación individual que permita regularizar su situación. El Objetivo 11 f) aconseja examinar y revisar las leyes y reglamentos pertinentes para determinar si conviene sancionar la entrada o la estancia ilegal. El Objetivo 13 pretende que la detención de inmigrantes ilegales solo se utilice como último recurso, buscándose otras alternativas que no se especifican. El Objetivo 15 e), además del necesario acceso a la asistencia sanitaria de urgencia, otorga al inmigrante acceso a la asistencia integral con independencia de su situación legal, estableciéndose planes diferenciados de salud nacionales específicamente dirigidos a la población inmigrante. El objetivo 16 obliga a respetar en todo caso las culturas, tradiciones y costumbres de las comunidades inmigrantes que se asienten en las sociedades de acogida, descartando por tanto como modelo de integración el de asimilación. Los objetivos 17 y 19 instauran la censura de cualquier crítica social del fenómeno migratorio, descalificando como xenófoba cualquier propuesta de restricción, debiendo orientarse las políticas públicas al empoderamiento de los “migrantes”. En este sentido la UNESCO también hace gala de las bondades de la inmigración y la tolerancia con la inmigración clandestina: “Es necesario que, después de los primeros quince años del siglo XXI, se centralice a la migración como una cuestión de desarrollo –no de seguridad–; y como una de las cuestiones políticas clave, no como un asunto periférico que se trata de gestionar mediante políticas sectoriales de migración. Se requiere de forma urgente otra mirada y un abordaje distinto de la inmigración indocumentada despojada de prejuicios”[3]
El Derecho Internacional siempre había aceptado que los Estados tienen la potestad de establecer su propia política de inmigración, adecuando los flujos migratorios a su capacidad de acogida. Otro de los principios que la Agenda 2030 quiere socavar. Para la agenda mundialista el colectivo de los inmigrantes, independientemente de su procedencia, es uno de los activos esenciales en el desarrollo demográfico, económico y cultural de una sociedad. Por un lado, contribuye a aumentar el número de contingentes humanos y, por norma general, al rejuvenecimiento de la población y al aumento de la natalidad. La inmigración también posee efectos positivos sobre el desarrollo económico favoreciendo la evolución de la población activa y la capacidad de productividad. Finalmente, la inmigración supone un enriquecimiento cultural de la sociedad que la recibe, fenómeno que implica el conocimiento, el respeto, la convivencia y la integración de las diferentes culturas dentro de dicha sociedad. Nuevamente bonitas palabras que sirven de pantalla a lo que no es más que una política que pretende favorecer un movimiento masivo de poblaciones que anulará la identidad de las naciones y los pueblos. Se trata de la génesis del nuevo ciudadano del mundo, un hombre con los mismos gustos de consumo, ya viva en Londres, Casablanca, Bombay, Pekín o Lima, con los mismos valores y con los mismos referentes culturales. La economía globalizada permite la adquisición de cualquier producto en cualquier parte del mundo. Internet, el streaming y las redes sociales consiguen que los mismos códigos culturales se compartan a nivel planetario, sólo falta el intercambio masivo de poblaciones para lograr la mezcla alquímica que nos conduzca a la sociedad uniforme de la aldea global gobernada por las grandes corporaciones y las organizaciones supranacionales.
[1] Why we shouldn’t fear mass migration, Khalid Koser, World Economic Forum Global Future Council on Migration, 2016.
[2] There are enormous benefits of free migration – but is it a feasible policy?Michael Loshkin y Martin Ravallion, World Economic Forum, 2019.
[3] Migración y Cultura, UNESCO, 2016.
LA INTENCIÓN OCULTA DETRÁS DE SUS 17 OBJETIVOS
DE DESARROLLO SOSTENIBLE (ODS)
Lo que te dicen que es y lo que realmente es
1. Fin de la pobreza = 1. Reducción de la población
2. Hambre cero = 2. Monopolio de los alimentos
3. Salud y bienestar = 3. “Vacunación” cíclica obligatoria
4. Educación de calidad = 4. Adoctrinamiento ideológico y sexualización, despojar a los padres del control de sus hijos
5. Igualdad de género = 5. Masculinizar a la mujer y feminizar al hombre
6. Agua limpia y saneamiento = 6. Privatización de toda el agua del orbe terráqueo
7. Energía asequible y no contaminante = 7. Energía cara e impuestos verdes abusivos
8. Trabajo decente y crecimiento económico = 8. Explotación laboral y esclavitud fiscal. Digitalizar el dinero para control total
9. Industria, innovación e infraestructura = 9. Revolución industrial, transhumanismo (Robotización del ser humano, fin de la especie humana)
10. Reducción de las desigualdades = 10. Leyes únicas para todos los países
11. Ciudades y comunidades sostenibles = 11. Vigilancia y control absoluto; totalitarismo
12. Producción y consumo responsable =12. Alimentos transgénicos; granjas de insectos
13. Acción contra el cambio climático = 13. Geoingeniería climática
14. Vida submarina = 14. Control absoluto de los alimentos marinos
15. Vida de ecosistemas terrestres = 15. Control absoluto de los recursos naturales
16. Paz, justicia e instituciones sólidas = 16. Estados policiales; fin de la libertad
17. Alianzas para lograr los objetivos# = 17. Gobierno Tiránico Satánico Global; Nuevo Orden Mundial
“No tendrás nada y serás feliz”. Fíjense que la famosa frase es algo más que la enunciación de un objetivo del Foro de Davos y su famosa Agenda 2030. La forma en que está enunciado es la de una orden. Como un mandamiento del Decálogo. No matarás. No robarás. No tendrás nada. Y serás feliz (por tanto no te quejarás, o a la inversa). No es algo optativo. No tendrás nada y punto. Y serás feliz y te aguantas. No hay peros.
No tener nada resulta fundamental para la dominación de un conjunto. O sea, una cosa es la obsesión de tener, que también es una esclavitud, pero otra muy distinta es no tener nada y que se te niegue el derecho a la propiedad. Alguien que no tiene nada es alguien totalmente dependiente. Dependiente del que tiene. ¿Y de quién será todo en ese mundo 2030 en el que nadie tendrá nada? Porque de alguien tendrá que ser todo. ¿De los plutócratas que manejan los hilos de Davos? ¿Del estado? Pues de ellos será de quienes dependamos en todo al no tener nosotros nada, al ser todo de ellos.
Alguien que no tiene nada, aparte de dependiente, es alguien con menos motivos para luchar por algo. Alguien que no ha recibido nada de sus padres. Alguien que no tiene nada que defender. Alguien que no tiene nada que dejar a sus descendientes. Después de una vida de esfuerzos no tendrás nada. Estarás igual que al comenzar el camino, al comenzar a esforzarte. El premio a tus esfuerzos será seguir sin tener nada después de todos tus esfuerzos. Claro que para ese entonces quizá ya hayas decidido hace tiempo dejar de esforzarte. No te esfuerces. No luches. No te rebeles. Sé feliz. Obedece.
Con eso y con todo, contra el “no tendrás nada y serás feliz” ya nos vamos previniendo poco a poco. Lo vamos conociendo, siquiera una minoría con pensamiento crítico. Lo vamos propagando. Advertimos de lo que viene a nuestros conocidos. A veces con poco éxito. Parecemos unos paranoicos. ¿Quién nos va a dejar sin nada? ¿Quién nos va a impedir tener un coche o circular con él por donde queramos? ¿Quién nos va a obligar a comer gusanos? Somos la rana en el puchero, no nos enteramos de que nos están abrasando.
Pero lo peor quizá no es lo de que no tendremos nada y seremos felices. Lo peor, que también va implícito en la Agenda 2030 y la ideología de género, es la idea de que tampoco seremos nada. Además de no tener nada en 2030 no seremos nada. Y seremos felices no siendo nada.No tener nada es bastante dramático, pero no ser nada es mucho más amenazante todavía. Bajo el regalo envenenado de que podremos ser lo que queramos, al punto de que podremos hasta autodeterminar nuestro género, lo que en el fondo nos están haciendo es robarnos lo que somos. Para poder ser cualquier cosa hay que no ser nada. Para poder ser cualquier cosa hay que ser plastilina, una hoja en blanco. Si soy una jirafa no puedo ser un perro. Si soy un hombre no puedo ser una mujer. Si puedo ser una jirafa o un perro es que no soy ni una jirafa ni un perro. Eres o nada o algo que niega lo que realmente es, seducido por la idea de poder ser cualquier cosa. El problema es que poder ser cualquier cosa es una maldición, no un regalo. Para poder ser otra cosa tienes que negar lo que eres; pero negar lo que eres, por otro lado, no te convertirá en otra cosa que lo que eres. Una jirafa que quiere ser un perro no es un perro, es una jirafa lamentable. No te dicen que si quieres puedes ser un perro para que realmente seas un perro, sino para que te comportes como tal, para que puedas traerles en la boca los palos que te lancen a cambio de una caricia. No tener nada es la parte buena de la Agenda 2030. La parte preocupante de verdad es la de que no serás nada. No teniendo nada y no siendo nada, siendo totalmente dependiente y negando tu identidad, estarás preparado para ser el esclavo total. Un esclavo feliz con sus cadenas. Un esclavo infeliz se podría rebelar. Ser un esclavo feliz, por tanto, no puede ser opcional.
Lo peor de la Agenda 2030 no es que no tendrás nada, sino que tampoco serás nadie
“No tendrás nada y serás feliz”. Fíjense que la famosa frase es algo más que la enunciación de un objetivo del Foro de Davos y su famosa Agenda 2030. La forma en que está enunciado es la de una orden. Como un mandamiento del Decálogo. No matarás. No robarás. No tendrás nada. Y serás feliz…
PLAN DE LA ÉLITE CRIMINAL GLOBALISTA
NUEVO ORDEN MUNDIAL O GLOBALISTA GENOCIDA.
ONU, MEDIOS, UNICEF, GOBIERNOS, BANCOS, MULTINACIONALES...
EN EL AÑO 2011 YA SE HABÍA ANUNCIADO
SOBRE EL GENOCIDIO DE LA PLANDEMIA
OÍDO AL PARCHE. SOBRE EL GENOCIDIO SANITARIO
PADRE MISIONERO LEOPOLDO ESTEBAN DE PARAGUAY
NOS HABLA DE LA GENOCIDA ONU
Y DEL NUEVO ORDEN GLOBALISTA
Lagrimas en la lluvia 064 - Nuevo orden mundial
LA NUEVA NORMALIDAD PARA CONTROLARNOS Y SOMETERNOS.
EL VIDEO MÁS CENSURADO POR LOS MEDIOS GLOBALISTAS
Ahora es un Plan abierto que trata de blanquearse hasta el punto de que quieren que la gente lo pida a gritos. Como las vacunas génicas experimentales de ARNm.
El NOM se venderá como la salvación, la "solución" a las caídas de los Estados Nación.
Están abriendo la Caja de Pandora, es decir, nosotros (EL PODER) cambiamos las leyes, cambiamos conceptos porque una vez que tú cambias el concepto, automáticamente tú estás haciendo un cambio completo en la Norma, que es lo que no terminan de entender. No se trata simplemente, de dejar que dos personas del mismo sexo se casen, no se trata simplemente, de decir, Bueno, vamos a cambiar los pronombres, sino que se trata un cambio completo: y es una ideología.
El problema es que ellos dicen y, ellos mantienen que no es una ideología, sin embargo, una ideología que busca modificar, buscan modelar y. busca condicionar. Así es, modificar, condicionar y modelar. Eso es lo que busca una ideología.
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