HISPANIDAD:
Lo que no nos contaron en el colegio
Probablemente escrito por Francisco de Quevedo en el año 1613 y publicado de manera póstuma en 1648, no puede haber un poema más apropiado para los tiempos que estamos sufriendo en estos momentos como el titulado: “Miré los muros de la patria mía”. Tristeza, eso es lo que se respira por España en estos momentos cuando se sale a la calle.
Tristeza de el enorme número de muertes que hemos padecido en los últimos meses. Tristeza por la segura ruina económica de muchos de nuestros compatriotas. Y tristeza, al pasear por calles por las que nos cruzamos zombies amordazados que van perdiendo sus libertades por momentos. ¡Despierta España! ¡Salgamos de nuestro letargo!
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo; vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;
vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Sobre la Hispanidad podemos aportar argumentos emocionales y subjetivos, apelando a nuestro sentimiento de pertenencia a una comunidad universal unida por un idioma común, unos hitos fundacionales compartidos y unas tradiciones que nos unen, pero, tal y como expresa el matemático y doctor en filosofía Carlos Madrid, a la idea de Hispanidad también se puede contestar sin sentimentalismos, reconociéndola como una serie de relaciones objetivas que, a día de hoy, mantienen las naciones políticas que fueron fruto del Imperio español.
Fortunata y Jacinta abordará este programa desde el punto de vista de este vínculo formal, material y objetivo, invitándoos a que aportéis vuestro testimonio desde la perspectiva que consideréis más adecuada. Nuestro foro de YouTube funcionará, así, como un documento vivo de la Hispanidad. Ya sé yo que tendremos algo de gatuperio y que algún gaznápiro se pondrá enseguida a buscarle pelo al huevo, pero hoy les ruego que, como los hispanos de ambos hemisferios llevamos cinco siglos soportando insultos, difamaciones y durísima autocrítica, traten de fijar hoy su atención en los aciertos de aquella tremenda y dificultosa empresa que emprendimos juntos allá por el siglo XVI. Empezamos.
Comunidad universal
Lo primero que podemos decir es que, a día de hoy, la Hispanidad hace referencia a una comunidad internacional conformada por más de veinte naciones políticas. Una comunidad enorme que se extiende desde Río Grande hasta Tierra de Fuego y que comprende, por supuesto, la España peninsular, Guinea Ecuatorial, el Sáhara occidental y Filipinas donde quedan muchos hispanohablantes a pesar de haber perdido el español el rango de idioma oficial. Una comunidad que, en sus orígenes, atravesaba el continente americano de cabo a rabo, desde Alaska hasta la Patagonia, y se extendía desde Manila hasta California, pasando por Zamora, en la Península Ibérica.
Estas extraordinarias dimensiones son las que otorgaron al Imperio español el rango de universal: primero por su carácter católico, detalle importantísimo que no podemos olvidar. Y recordemos, una vez más, que, desde el punto de vista de su etimología, católico significa “universal”, “a través del todo”. Escuchemos ahora lo que Nubia Paredes Castro tiene que decirnos desde México:
“Aire de familia entre todos que puede atribuirse al moldeado de actitudes y costumbres que hizo la Iglesia católica: creencia en la igualdad de razas y su fusión”.
El descubrimiento de América supone, además, la culminación y confirmación de la Teoría de la esfera enunciada desde antiguo por los griegos, que llegará a tener un alcance global efectivo tras la vuelta al mundo de Elcano “Tú me diste la vuelta” y la ulterior anexión de Portugal en 1580, abarcando entonces los tres océanos, desplazando al Mediterráneo como centro del mundo y llamando incluso a las puertas de China. Escuchemos ahora a Małgorzata Wołczyk desde Polonia:
“La inmensidad horizontal, pues, no fue solo el descubrimiento de América, sino del mundo como tal que se hizo de repente más grande. Tamaño XXL del mundo. España escribe una historia universal del mundo y si lo hubieran hecho los franceses, los libros de texto estarían llenos de apoteosis y glorificación”.
Imperio generador
Como ya hemos avanzado en capítulos anteriores, el Imperio español se enmarca dentro de la categoría de imperio generador, modelo enunciado por el filósofo Gustavo Bueno, único filósofo español que, junto con los investigadores de la escuela de filosofía que él mismo fundó –la Escuela de Oviedo–, dispone de herramientas teóricas rigurosas y solventes para acometer una firme defensa de la Hispanidad.
Política de pactos
América no solo se conquistó a través de las armas sino, sobre todo, a través de pactos establecidos con comunidades nativas que prefirieron la alianza con los españoles para luchar contra los más sanguinarios. Hernán Cortés conquistó Tenochtitlán junto a unos cientos de españoles y 200mil tlaxcaltecas sometidos por Moctezuma. El avance de Jiménez de Quesada por el territorio panche se hizo con 50 españoles y 15mil muiscas. La conquista de Cuzco la hicieron 190 españoles junto a 30mil muiscas, cañaris y chachapoyas. Estos pueblos indígenas vieron a los conquistadores españoles como libertadores, y obraron voluntariamente, conscientes de sus propias necesidades y ambiciones. Ellos fueron los primeros en declararse leales a la Corona, los primeros en ser cristianizados y los primeros en beneficiarse de sus derechos como nuevos súbditos de la Monarquía Hispánica.
Sin perjuicio de las violencias que pudieron cometer los conquistadores, puesto que en ningún caso se está defendiendo la idea de un Imperio angelical, varios son los elementos que nos permiten establecer una diferencia radical entre este modelo de acción imperial generador y otros de tipo depredador.
Nos referimos con esta terminología a las metodologías abrasivas practicadas, sobre todo, por el colonialismo del siglo XIX, pero que ya en el siglo XVI encuentra un ejemplo clarísimo en la política llevada a cabo por Portugal en Brasil. Y el que no quiera ver la tostada es que es un adoquín.
Entonces, brevemente, ¿cuál es la metodología que define a España como un Imperio generador?
Réplica de la célula original
Con algunas diferencias sustanciales, el Imperio español es heredero del romano, y lo primero que define a Roma es que, allá donde llega, se replica a sí misma. No se limita a establecer colonias o factorías en las zonas de costa para explotar los recursos y fijar una actividad económica provechosa únicamente para la metrópoli (tal sería el caso de Portugal), sino que reproduce sus propias infraestructuras, sus instituciones y emprende de forma sistemática la labor civilizatoria integrando y no excluyendo a las poblaciones nativas.
Del mismo modo que Roma realiza injertos de sí misma en los nuevos territorios conquistados, inaugurando ciudades, construyendo acueductos, baños públicos y calzadas, así España levanta ciudades, abre universidades, instaura cabildos, abre hospitales, bibliotecas, imprentas, editoriales, extensas vías de comunicación con caminos reales por todo el continente, escuelas, catedrales, monasterios, audiencias, periódicos, diccionarios en lenguas indígenas y grafías. Recuerden que las lenguas indígenas no tenían grafías y que, si hoy se conservan es gracias a que entonces se prepararon las gramáticas y que, de hecho, el náhuatl fue gramaticalizado antes que el alemán.
Y al igual que hace Roma, España comparte sus técnicas y tecnologías con las poblaciones asimiladas, las enseña y las pone al servicio de toda la población sin distinción de clases sociales. La impresionante ingeniería que posibilitó la construcción de cientos de acueductos por todo el Imperio romano estaba destinada a proporcionar agua corriente de excelente calidad a todos los habitantes de las ciudades, no solo a las clases pudientes, lo mismo con los baños públicos: eran públicos, rapaza. No me digas, marisabidilla, muy leída y muy escribida me pareces tú. Del mismo modo, las universidades en América estaban abiertas tanto a españoles, como a criollos, indígenas y mestizos.
Educación interracial
La Universidad de Salamanca y la de Alcalá de Henares, uno de los más excelsos logros del Renacimiento español, sirvieron como modelo para las nuevas universidades que se iban fundando en Hispanoamérica. Aunque hay cierta controversia, se considera que la primera fue la Real y Pontificia Universidad de San Marcos de Lima, en 1551. Su Colegio del Príncipe era una institución de élite para la nobleza indígena y en 1648, unos 600 alumnos de distintas razas cursaban estudios allí.
Disponía el Colegio San Pablo de Lima la biblioteca más importante del continente americano con más de 40.000 volúmenes (frente a los 4.000 de Harvard fundada en 1636), libros no precisamente dedicados a la doctrina católica sino a múltiples ramas del saber como las matemáticas, la arquitectura, botánica, medicina, etc.
En total se fundaron 25 universidades en toda la América española: la última fue la Universidad de Guadalajara, en México, en 1792.
Ni holandeses ni portugueses fundaron universidades. La primera universidad de Brasil data de 1913. ¿Qué decir del imperio alemán en África y el holandés en Oceanía? Y la muy culta Bélgica no abrió ni una sola universidad en el Congo.
En la América española se estipula una educación legalmente interracial y, gracias a ello, muchos indios estudiaron y se dedicaron a las leyes.
Las primeras facultades fueron las de Filosofía, Teología y Artes, seguidas de las de Jurisprudencia y Medicina.
Una característica de algunas Universidades en la América española es que tenían cátedras de lenguas indígenas, cuyo conocimiento era obligatorio para todos los curas y religiosos que en la América española ejercieran la enseñanza.
Las artes
El tremendo patrimonio artístico y cultural de América, es testigo material de la obra española en Hispanoamérica, mucho más allá de la simple colonización. Un patrimonio que es fusión, contagio y sincretismo. Esto que vemos en pantalla es la Catedral Metropolitana de Ciudad de México, iniciada en 1573, y en ella confluyen diversos estilos arquitectónicos: el gótico, el barroco, el churrigueresco y el neoclásico, entre otros.
Ahora quiero enseñarles la Catedral de mi ciudad, Salamanca, de tradición churrigueresca por antonomasia, situada en plena meseta castellana, en el cuadrante noroeste de la península ibérica. El edificio fue levantado entre los siglos XVI y XVIII mezclando, como la mexicana, los estilos gótico tardío, renacentista y barroco.
No sé si saben nuestros amigos charros mexicanos, que “charro” es el gentilicio popular de nuestro Campo salmantino: Charro es nuestro campo, charros somos los salmantinos y todo lo que provenga de nuestra provincia, nuestros trajes típicos y nuestra joyería. Este es el traje típico salmantino que se parece en el corte al de los toreros y este otro es uno de los trajes típicos mexicanos o.
Pero, hablando de América, no podemos olvidarnos de la música. Las inmensamente florecientes y bien administradas misiones de Moxos y Chiquitos en Bolivia fueron testigo de una extraordinaria cultura musical barroca desarrollada desde el siglo XVII y, en 1990, sus inmensos archivos fueron declarados por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Los pobladores locales ocuparon sus lugares en el coro, como solistas, instrumentistas, copistas, constructores de instrumentos, compositores e incluso maestros de capilla.
Y todo esto por no hablar de la literatura puesto que, si hubo un Garcilaso de la Vega peninsular, también hubo un Garcilaso el Inca y lo más interesante es que ambos podían llamarse compatriotas.
Las instituciones
Al igual que Roma extendía sus instituciones allá donde fuera, con el derecho romano a la cabeza, así España replicaba en América los Cabildos, que eran pequeños parlamentos descentralizados en las ciudades y cumplían una función legislativa. Luego estaban las Reales Audiencias (ejecutivo) y la Legislación de Indias (judicial). Y tan pronto pisa Hernán Cortés las playas del actual México funda el Ayuntamiento de la Villa Rica de la Vera Cruz, que se convirtió en el Primer Ayuntamiento de América continental y la primera ciudad fundada por europeos en toda América Continental.
Las Cortes de León de 1188 son consideradas por la Unesco como «el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo». Algunos autores las presentan como 'democráticas', pero tal cosa resultaría excesiva (precursoras quizás), porque hay mucha distancia con las democracias homologadas del presente. Pero lo cierto es que son Cortes donde está representado el pueblo, las primeras con campesinos libres que pueden elegir señor, con municipios de hombres libres y amplia capacidad de decisión. Este sistema se había ido construyendo en la Península desde el siglo IX y es el que se replica en América a través de los Cabildos. El Imperio se consolida manteniendo algunas de las estructuras políticas preexistentes, como la figura de una nobleza indígena hereditaria, los llamados curacas, siendo ellos quienes ocuparon los cargos principales de estos cabildos. Y no se piensen ahora que se me ha subido el mengue a la cabeza: fueron las reformas borbónicas del siglo XVIII las que, influidas por las moderneces de la Ilustración francesa y sin comprender en absoluto cómo funcionaba América, empezaron a aplicar políticas de centralización y a retirar las atribuciones propias de los cabildos.
Estatuto jurídico de la población
Elemento esencial para comprender la diferencia entre modelo generador y depredador es el estatuto jurídico que se otorga a las poblaciones asimiladas: al igual que sucede con Roma, el Imperio español no excluye a las poblaciones autóctonas, sino que las asimila, potenciando el mestizaje, el sincretismo cultural y otorgándoles el estatuto de súbditos de la Corona (en el caso de Roma, eran ciudadanos romanos, lógicamente).
Desde el punto de vista de la estructura territorial, cabe señalar que España no tuvo colonias al estilo portugués, sino que instauró Virreinatos equivalentes en muchos sentidos a las provincias romanas. Del mismo modo, no puede hablarse en el caso del Imperio Español de metrópoli, en el sentido que el término adquirió con el colonialismo del siglo XIX, que establecía una diferencia jurídica entre sus territorios de ultramar y la metrópoli europea, reduciendo el vínculo a una relación de explotación económica –explotación de recursos y de mano de obra–, y exclusión social.
De hecho, todavía en el siglo XVIII podía considerarse sin ningún reparo que Madrid era un villorrio comparada con Lima o con Ciudad de México. Hasta tal punto esto era así, que hasta los ingleses tuvieron que reconocer que dichas ciudades americanas eran las más ricas y espléndidas del mundo y que, ni mucho menos, podían compararse con la insalubre y pestilente París o la caótica Londres.
En definitiva, la acción que acomete España en los territorios americanos responde a un injerto de yemas vivas en una amalgama de culturas vivas, mientras que en América del Norte, por ejemplo, se llevó a cabo más bien un trasplante, una sustitución, que excluyó a las poblaciones autóctonas.
España lleva a América ideas y conceptos que posibilitan la generación de futuras naciones políticas con un vínculo común. Así, por ejemplo, y aunque algunos se retuerzan en la silla al escuchar esto, hemos de reconocer que desde el punto de vista formal, material y objetivo México no es hijo del Imperio azteca, imperio que tenía sojuzgados a otras naciones indígenas como los txacaltecas y los totonacas. México es hijo del Virreinato de la Nueva España, fundada por Hernán Cortés sobre la base de instituciones precolombinas.
La lengua
La aleación que se produce en este encuentro cultural genera un patrimonio material inconmensurable: obras literarias, artísticas, arquitectónicas, musicales, jurídicas, teológicas y filosóficas.
A esto hay que añadir un aporte fundamental: la lengua española, que nos identifica como colectividad de más de 570 millones de personas. La segunda lengua más hablada del planeta detrás del chino mandarín, la segunda más hablada y estudiada en EEUU y la lengua que, por ignorancia y prejuicios, resulta en la España peninsular más vilipendiada y despreciada por el mundo académico que no terminan de enterarse de que el idioma español es la mejor y más potente tecnología que tenemos a nuestra disposición. Nuestros académicos no se dan cuenta de que un idioma siempre está en competencia dialéctica con otros idiomas y, acomplejados, le bailan el agua a los anglosajones, redactando sus investigaciones en inglés y allanándoles el camino hacia la hegemonía cultural.
Si el español ha alcanzado hoy día una fuerza tan extraordinaria es porque en su momento se constituyó como la lengua del Imperio, del mismo modo que el latín logró tal desarrollo y hegemonía porque fue la lengua del Imperio romano.
Volvamos a escuchar a Nubia Paredes Castro:
“Idioma que moldea nuestra visión del mundo. Por ninguna otra parte del mundo podemos viajar por tantas regiones y tan diferentes países donde se hable la misma lengua”.
Testimonio del Doctor en Filosofía, Don Francisco Javier Fernández Curtiella:
“La batalla por la defensa del español no se libra hoy al otro lado del Atlántico sino en España donde es objeto de agresión constante por parte de aquellos que sobre texto de identidades absolutamente ficticias aspiran a la descomposición”.
La dimensión espiritual y religiosa
No podemos olvidar que la acción del Imperio español era además católico. Eso explica, por ejemplo, la veneración que la Virgen de Guadalupe despierta hoy día tanto en México como en Alaska o Filipinas, pero si nos interesa una interpretación más fina, escuchemos lo que el doctor en filosofía, Pablo Huerga Melcón, puede decirnos al respecto:
“Civilización resultante del Imperio español. Desde los RRCC y que conforma un Nuevo Mundo basado en los ideales del Humanismo renacentista: elevar al hombre a lo más excelso (ya no se habla de Dios sino desde Dios, inversión teológica de GB). Equiparar al hombre desde el principio católico de ser todos hijos de Dios. Se proyecta al hombre a través del ideal de Jesucristo de lo que tiene de sacrificio por el bien de la humanidad. Principio transformador de la realidad. Todas las instituciones del Imperio contribuyen y están construidas con ese objetivo. Ideal que hay que recuperar de alguna manera porque, aunque el Imperio español desapareció, la civilización permanece, son países hermanos. España como uno más”.
Testimonios finales
Nubia Paredes Castro: “La Hispanidad es la hermandad histórica y cultural que no ahoga los matices locales ni rechaza la influencia de terceros, los incorpora. Es la demostración de que pueblos muy distintos pueden vivir en una misma casa”.
Carlos Madrid Casado: “Si la Hispanidad fuera un sólido rígido, el centro hoy día sería México y desde la Península lo que tenemos que hacer es saludar a nuestros hermanos hispanoamericanos”.
Santiago Armesilla: “En un aspa geopolítico, geoestratégico y geocultural, defender la Hispanidad es más que defender una lengua: es una civilización, un modo de estar en el mundo, de actuar en él de cara a producir algo que sea universal”.
Humberto González: “El ataque contra la integridad territorial de España es un ataque contra el hispanismo, ese legado de quienes hemos nacido en la otra España, al otro lado del Atlántico, quienes reclamamos formar parte de ese legado histórico, cultural, político que queremos enfrentar esas versiones de la Leyenda negra que trata de atribuir al Imperio español una serie de crímenes que no cometió (cometió errores, claro). Pero no hizo solo expolio y saqueo y exterminio. Esas regiones fueron incorporadas al Imperio español, a su estructura política. Profundidad en el estudio y la reinterpretación historia para destruir esos elementos de la Leyenda negra y demandar ese legado que nos corresponde porque somos parte de esa misma herencia cultural que nos orgullece”.
Alberto Franceschi: “Hispanismo como causa por la que luchemos todos los hispanoamericanos, todos los que fuimos beneficiarios del Imperio católico universal español. Bendecidos por ese puntal de la civilización que es el idioma español. Abrazar el hispanismo es abrazar algo más que una identidad más o menos superficial, es una fuerza gigantesca si la convertimos en acción consciente de pueblos y estados que faciliten que todos participemos en esa gran idea que era el hacer homogéneo un espacio histórico a través de unos valores, los del Imperio católico universal español. A dos siglos de las independencias empezamos a vislumbrar que en algún punto del camino erramos todos, incluidos los propios españoles peninsulares”.
Nicole Holzenthal: “Gran parte de la gente desprecia el enorme potencial de la lengua española y de la Hispanidad. Las élites intelectuales europeas ignoran, desconocen o desprecian este legado y si no se espabilan España podría volverle la espalda y volver a orientarse más hacia su propia Hispanidad, a sus orígenes en América. Cimadevilla reformuló la idea de Ortega: “Si Europa es el problema, Hispanoamérica es la solución”.
Miguel Ángel Navarro Crego: “Los que solo ven en la idea de «Hispanidad» el regusto de, por ejemplo, el día de la «Raza», o veleidades patrioteras imperialistas propias de ideologías reaccionarias, son víctimas de su propia reacción alérgica, y esta no les deja ver más allá”.
Miguel de Unamuno: “Digo Hispanidad y no Españolidad para atenerme al viejo concepto histórico-geográfico de Hispania, que abarca a toda la península ibérica. Digo Hispanidad y no españolidad para incluir a todos los linajes, a todas las razas espirituales, a las que ha hecho el alma terrena y a la vez celeste de Hispania, de Hesperia, de la península del Sol Poniente. Y quiero decir con Hispanidad una categoría histórica, por lo tanto espiritual, que ha hecho, en unidad, el alma de un territorio, con sus contrastes y contradicciones interiores. Porque no hay unidad viva si no encierra contraposiciones íntimas, luchas intestinas. Hispanidad, ansiosa de justicia absoluta, se vertió allende de Océano, en busca de su destino, buscándose a sí mismo, y dio con otra alma de tierra, con otro cuerpo que era alma, con la Americanidad, que busca también su propio destino”.
Y hasta aquí este capítulo dedicado a la Hispanidad. Recuerden que Fortunata espera con ansia sus comentarios y que arde en deseos de que se arme una buena tremolina en nuestro foro de YouTube, puesto que la tía o predica o revienta. No olviden que pueden contactarnos en redes sociales y que en el apartado de descripción les dejamos el enlace a nuestro perfil en Patreon por si quieren contribuir al sostenimiento económico de este proyecto.
Saludos a los hispanos de ambos hemisferios, blancos y negros, rojos y chocolateados, y recuerda: “Si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla”.
Indicaciones bibliográficas
GBS, “Hispanidad”
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Háblale a tus hijos y sobre todo a tus nietos que el 12 de octubre es el Día de la Patria.
En algunos coles le enseñarán a celebrar Halloween, Carnaval o el Día de la Paz, pero no el Día de su Patria. Cuéntale que no es sólo un día de fiesta. Que es el Día de España.🇪🇸 Dile que estamos aquí desde hace milenios. Que éramos tan tercos que preferíamos morir a ser esclavos. Háblale de Numancia y Sagunto. De la “Devotio ibérica”. De cómo el honor y la lealtad ya eran nuestra divisa hace más de 2.000 años. Cuenta a tu hijo que hemos pasado siglos peleando contra el invasor. Que cada palmo de la tierra que pisamos se ganó luchando. Y que aquellos que cayeron combatiendo no morirán nunca. Háblale del Cid, de Guzmán el Bueno, de don Pelayo, del Gran Capitán, de Hernán Pérez del Pulgar, de Isabel la Católica…
Cuéntale que fuimos capaces de conquistar otro mundo. Y que lo llamamos Nueva España. Que peleamos contra ejércitos de guerreros de leyenda en su propia tierra. Y que vencimos. Que derrotamos a aquellos que usaban a otras tribus como ganado y masacraban a sus esclavos en altares. Y cuéntale que allí construimos universidades, hospitales y catedrales. Que les llevamos nuestro idioma y nuestro arte. Enséñale a no creer las mentiras que inventaron aquéllos que siempre nos odiaron para encubrir sus propios crímenes. Habla a tu hijo de Hernán Cortés, de Francisco Pizarro, de Mencía Calderón, Hernando de Soto, Ponce de León, Núñez de Balboa… Cuéntale que lanzamos expediciones por todo el mundo. Que buscábamos aventura y conocimiento. Y que llevamos nuestra cultura, nuestros valores y hasta vacunas gratis.
Háblale de Velázquez, Ribera y Murillo. De Lope y Garcilaso. De Quevedo, Calderón y Cervantes. Háblale de los Héroes del Dos de Mayo, de María Pita, de la Monja Alférez… No dejes que olvide a qué pueblo pertenecen. Que fuimos un imperio donde no se ponía el sol y que el mundo fue una selva de picas españolas. Que Santiago es el Patrono de España. Y que la Virgen del Pilar es la Patrona de la Hispanidad. Enséñale que haría falta una vida para contar todas las gestas de España y que cada latido del corazón nos recuerda que llevamos la misma sangre de aquéllos que dieron su vida por España. Que renegar de la Patria es tan miserable como despreciar a una madre.
Que ser español es un orgullo y que nuestra forma de vivir ha de hacernos dignos de tal honor. Di a tu hijo que el próximo día 12 de octubre será el Día de la Patria. 🇪🇸
12 DE OCTUBRE,
¡FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD!
OCCIDENTE CONTRA SÍ MISMO"Occidente siente un odio por sí mismo que es extraño y que sólo puede considerarse como algo patólico. Sólo ve de su propia historia lo que es sensurable y destructivo, al tiempo que no es capaz de percibir lo que es grande y puro". Joseph Ratzinger
"Occidente siente un odio por sí mismo que es extraño y que sólo puede considerarse como algo patólico. Sólo ve de su propia historia lo que es sensurable y destructivo, al tiempo que no es capaz de percibir lo que es grande y puro". Joseph Ratzinger
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📒 1492. ESPAÑA CONTRA SUS FANTASMAS 💀
Hispanidad: Lo que no nos contaron en el colegio. Forja 023
Así es, lo es. España no es sólo un trozo de tierra o una bandera que se posee. España es de todos y para todos. Parte de los problemas que ocurren en este país, es por la falta de una identidad española, por la falta de unión, consenso y por supuesto por la falta de cultura. Por la falta de conocer, precisamente España. En EEUU, se iza la bandera con orgullo, y se defiende y protege con honor y valor, seas de la ideología que seas. En la mayoría de los países es así, la bandera y la patria es de todos, de todas las ideologías.
Hubo un tiempo, un tiempo cruel y duro, en el que nos matábamos entre hermanos y en el que todo español gritaba ‘viva España’. Sí, gritaban que viva España, su España, la España que ellos defendían. La que cada uno quería para sus hijos. Pero siempre por España.
¿Qué ha pasado ahora? ¿Por qué llaman puta a mi tía por llevar una bandera roja y gualda? ¿Por qué estás pensando que soy un ‘facha’ por escribir ésto? En mi humilde opinión, a los de arriba, les interesa que estemos divididos. Les interesa que no sepamos quiénes somos, que no nos hagamos fuertes unidos, que no sepamos lo grandes y lo fuertes que podemos llegar a ser como españoles. Que no sepamos qué es España. Tal vez yo tampoco lo sepa. Pero te voy a contar lo que es para mí.
España es mi familia, mis padres que sudaron sangre y lágrimas por mí, su trabajo, sus esfuerzos. Mis antepasados que lucharon por dejarme una España mejor, mis abuelos y sus abuelos. Mis amigos, mis hermanos, el barrio en el que nací, el parque donde me tomé mi primera cerveza, el bar de Moncloa donde me tomé mi primera copa. España son las españolas, las morenas, las rubias, esa sonrisa pícara, esos ojos verdes o negros, ese vacile y esa salsa que sólo tenéis vosotras. España es los españoles. La alegría, la felicidad, la simpatía, la chulería madrileña, la gracia andaluza, la frialdad del norte…
España son los Pirineos nevados, el Valle de Arán, la ciudad Condal, Barcelona al mar. España es el Atlántico de Galicia, un atardecer en finisterre, esa ‘musiquiña’ de una gallega poniéndote un blanco en frente del mar. Son los campos de Castilla, tierra de Reyes, tierra que vio nacer nuestro idioma con el que ahora te pinto, querida patria. Castilla es la tierra del Cid Campeador, de las aventuras más leídas en el mundo entero, de la obra de arte de Don Quijote. Es esa tierra de cuyo nombre me quiero acordar. Es la tierra donde nacían los dioses de antaño, Extremadura, Pizarro, Cortés… España son las calas azul cristalino del Levante, de Valencia, de Murcia. El mar que baña las preciosas playas andaluzas. La cerveza en el chiringuito, frente al mar, mirando de reojo a esa morena malagueña. España son las sevillanas, las cordobesas… El desierto donde Clint Eastwood tanto se «alegró el día», tabernas almerienses…
España es la Alhambra, la Giralda, la Almudena, la Gran Vía, las Catedrales de Santiago y de Burgos y de Córdoba, la Sagrada Familia, la Torre del Oro, el acueducto de Segovia, las ruinas romanas de Cartagena, la muralla de Ávila, las Hoces del río Duratón, el Ebro y el Tajo. La guitarra, el flamenco, la buena poesía, Quevedo, Góngora, Unamuno, Dalí, Picasso..
España es la tortilla de patata poco cuajada, paella del Levante, el cocido madrileño, los churros de año nuevo resacoso, el roscón de Reyes sin frutas de esas que no le gustan a nadie. El aperitivito’´, las tapas y más tapas con ese oro líquido entre medias. ¿Cuántas llevas? Ni idea. El marisco gallego, las gambas de Huelva, los percebes (a quién demonios se le ocurriría probar eso, tenía que ser español). Es la fabada asturiana, las migas de Aragón, el jamón, el ‘pescaito’ de Cádiz. La crema catalana, la butifarra, la carne de buen buey castellano, y poco hecha no, que muja. Las rabas de santander, el vino tinto, el aceite de oliva… España es sentarse en el sofá y resoplar después de una comida repleta de cualquiera de estos manjares, y la siesta.
Es imposible nombrarlo todo. Pero lo más importante, es que España es cultura. España es Cartago. España es Roma. España es celta. España resistió y recibió los regalos de los musulmanes. España es el país de María. De Santo Tomás y de San Francisco Javier. Lo más importante es que España fue el Imperio más grande de la historia bajo el manto de Isabel y Fernando. Con Carlos I y Felipe II en España, chicos y chicas, no se ponía el sol. Los héroes innombrables, la valentía, el martirio, el honor y la gloria. Rodrigo Díaz de Vivar, Blas de Lezo, Don Pelayo, los hermanos García Noblejas, Daoíz y Velarde, que se revelaron contra los franceses aquél dos de mayo… España son la piel de gallina y los pelos de punta con los que escribo ahora mismo. España soy yo. España eres tú. España somos nosotros, desde nuestros ancestros hasta descendientes.
En serio, ¿que coño más quieres?
VIRREINATOS de AMÉRICA - La Historia Completa
(Nueva España, Perú, Nueva Granada, Río de la Plata)
LAS RELIGIONES SON LAS QUE FUNDAN LAS CIVILIZACIONES:
Ante la crisis cierta de la civilización occidental, presa de altas dosis de relativismo moral e ideologización de las instituciones, es necesario rescatar la obra de uno de los grandes historiadores de la edad contemporánea, el erudito británico Arnold Joseph Toynbee [1889- 1975]. Desde una maestra filosofía de la historia, Toynbee nos ha dejado para los anales de la ciencia histórica una teoría fundamental no ajena a polémicas y críticas, tanto en las comparaciones realizadas como en las conclusiones obtenidas. Su teoría “cícilica” sobre la Historia, esencia de su pensamiento, partía del desarrollo de las civilizaciones como resultado de la respuesta de un grupo humano a los desafíos que sufría, ya fueran naturales o sociales. No existía una “historia universal” (propia de un Universo extra-histórico), sino una historia humana centrada en las creaciones y relaciones de las civilizaciones. Así lo propuso en dos de sus grandes libros. En Estudio de la Historia (A Study of History,) compuesto por doce volúmenes (escritos entre 1934 y 1961) principió esta teorización sobre “el concepto de desarrollo de las civilizaciones”. Toda civilización crecía y evolucionaba sí su respuesta a un desafío estimulaba una nueva serie de desafíos (especialmente en función de factores religiosos), mientras que decaía y llegaba a desaparece cuando la misma se mostraba impotente para enfrentarse a los desafíos que se le presentaban. En este texto desarrolló, pues, la idea de “unidad del Estudio Histórico”, al presentar una visión sistemática y unificadora de la historia de la humanidad comprendida en el estudio de sus diversas civilizaciones.
La Indias no eran colonias by Revista Bucentauro
LAS INDIAS NO ERAN COLONIAS
RICARDO LEVENE
LA LEYENDA NEGRA HISPANOAME... by Yanka
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