EL Rincón de Yanka: GUÍA DE LA BIBLIA: INTRODUCCIÓN GENERAL A LA SAGRADA ESCRITURA

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martes, 23 de abril de 2019

GUÍA DE LA BIBLIA: INTRODUCCIÓN GENERAL A LA SAGRADA ESCRITURA


Guía de la Biblia

Introducción general a la Sagrada Escritura

"Lee la Biblia, 

encontrarás la esencia de nuestra cultura, 
de nuestra identidad"

LEE SI QUIERES.
PIENSA SI SABES.
COMPRENDE SI PUEDES.

'Buscad leyendo y hallaréis meditando'.
San Juan De la Cruz (1542-1591)

"NO INTERPRETAMOS LA BIBLIA, 
ES ELLA LA QUE NOS INTERPRETA. 
SOMOS LOS PERSONAJES PRINCIPALES DE SU OBRA"
La Sagrada Escritura debe ser leída 
y proclamada como fue escrita:
bajo la inspiración del Espíritu Santo
📖
"Yo Soy como un canal salido de un río, 
como un arroyo que lleva al paraíso.
Dije: Voy a regar mi jardín,
voy a regar mis flores.
Mi canal se convirtió en río
y el río en mar.

Haré brillar como la aurora la instrucción,
llevaré su luz lo más lejos que pueda.

Derramaré la enseñanza como la profecía
y la transmitiré a las generaciones futuras.
Miren: No he trabajado para mí sólo,
sino para todos los que buscan la Sabiduría".

Eclo 24, 40-47 

El libro de los libros 

Víctor Hugo, en su obra Odas y baladas, decía que en la vida «solo dos libros se han de estudiar, Homero y la Biblia. En un cierto modo contienen toda la creación, en Homero a través del genio del hombre, en la Biblia a través del espíritu de Dios». La Biblia es el único libro que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Con más de tres mil años de historia, es el libro más vendido de todos los tiempos. Editado en más de dos mil lenguas y dialectos diferentes, es la obra de la literaria más traducida. La Biblia es el libro que más ha influido en la humanidad, el texto que ha determinado una buena parte de la historia de Occidente. Judíos y cristianos consideran la Biblia un libro sagrado porque creen que fue revelado por Dios. En sus páginas encuentran normas, valores y una manera concreta de entender el mundo. Pero su influencia no es solo religiosa; la Biblia ha sido fuente de inspiración artística en la pintura, en la escultura y en el resto de las artes. Creyentes y no creyentes leen este libro con respeto y con un interés especial. La Biblia es más que un libro, es un monumento literario con una tradición histórica jamás superada por otra obra. La Biblia es el gran libro de la humanidad, el libro de los libros. 

Biblia es un sustantivo plural griego [βιβλία] que significa «libros». El nombre proviene de Biblos, que era como los griegos llamaban a la ciudad fenicia de Guebal (40 km al norte de Beirut), el lugar más importante para el comercio de papiro traído de Egipto (Ez 27,9). Del griego pasó al latín y del latín a las lenguas occidentales, como una palabra singular y femenina para designar la colección de libros sagrados de los judíos y cristianos: la Biblia. 

La Biblia más que una obra literaria es una gran biblioteca. Contiene libros de muy variados géneros distintos entre sí. Todos estos libros de la Biblia están agrupados en dos grupos: el Antiguo Testamento (AT) o Biblia hebrea o judía y el Nuevo Testamento (NT). El término «Testamento» tiene el sen- MUESTRA tido de Alianza. En la Biblia hay dos testamentos o alianzas: para los judíos, la Alianza de Dios con Israel por medio de Moisés (Antiguo Testamento); para los cristianos, la Nueva Alianza que Jesús de Nazaret llevó a su plenitud con su vida, muerte y resurrección (Nuevo Testamento). 

La Biblia como pretexto 

Para los creyentes –judíos y cristianos–, la Biblia es Palabra de Dios. Para los historiadores, un viaje al pasado. Para los arqueólogos, un mapa de la Antigüedad. Para los filólogos, una obra literaria. Para unos y otros, la Biblia, el libro por excelencia de nuestra cultura occidental, es una obra llena de misterios y enigmas todavía por resolver. 

Durante siglos, la Biblia ha sido utilizada como disculpa. Razón para la defensa de una tradición. Por ella han muerto innumerables personas. A costa de ella se ha asesinado a millones de hombres y mujeres. Los judíos encuentran en ella la razón fundamental para ocupar la tierra de Palestina. Los cristianos se mataron por discrepancias en su interpretación. La Biblia es un clásico intercultural, trasplantado de Oriente a Occidente, el monumento literario a la imaginación, el referente del humanismo y el canon interreligioso del que proceden el judaísmo, el cristianismo y el islam. De ella depende nuestra identidad occidental y la riqueza de nuestra condición moral e intelectual. Pero la Biblia es, ante todo, la materialidad de sus textos: antiguos papiros y pergaminos escritos en hebreo y en griego. Una gran biblioteca de libros que juntos forman un canon religioso y literario que ha configurado la historia de nuestro mundo, la historia de la humanidad. 

Tradición e identidad 

La Biblia es la memoria colectiva de un pueblo que, a lo largo de la historia, ha ido registrando unos acontecimientos, fechados y detallados, para ser contados de generación en generación. Todos estos acontecimientos que forman parte del pasado de ese pueblo constituyen su historia. Pero la historia no es solo una serie de hechos registrados en forma de crónicas. La verdadera historia es algo más que la descripción exacta de lo que pasó. La historia de un pueblo está llena de alegrías y sufrimientos, de risas y lágrimas, de experiencias y sentimientos que constituyen los recuerdos personales, familiares o de todo un pueblo. Esa historia, la historia de las personas, se guarda en la memoria y MUESTRA se transmite de padres a hijos a través de recuerdos de familia, objetos personales, cartas antiguas, álbumes con fotografías amarillentas con una finalidad: conservar una «historia» a través del tiempo y transmitirla a las nuevas generaciones como parte integrante de su identidad, de su pasado, de su cultura o de su forma de ser. 

La Biblia es como un álbum de fotos antiguas cargado de recuerdos. Cada imagen, cada descripción, cada secuencia tiene su razón de ser. Sus autores, lejos de intentar convertirse en historiadores, fueron transmisores de experiencias, narradores de cuentos y leyendas que querían dejar un legado a las nuevas generaciones. El autor del libro de los Salmos define a los redactores bíblicos con estas palabras: «Las cosas que hemos oído y que conocemos, las que nos contaron nuestros antepasados. Las glorias de Dios y su poder, las maravillas que realizó, no se las ocultaremos a sus descendientes, sino que las contaremos a las generaciones futuras» (Sal 78,3-4). 

La Biblia no es un manual de historia, pero contiene una colección de «historias» que narran las experiencias de las que se ha ido acordando el pueblo de Israel y que ha convertido en narraciones y relatos. La Biblia no es un libro de historia, pero en ella encontramos diferentes maneras de escribir la historia. Los criterios con los que hoy entendemos la historia son más estrictos y rigurosos que los que caracterizaron la redacción de los relatos bíblicos. Por esa razón, en la Biblia no encontramos recensiones exactas de los hechos ni crónicas de testigos oculares. Lo que encontramos es una enorme colección de formas de transmitir un mensaje, expresar una identidad y formar la conciencia de un pueblo que quiere entender quién es, de dónde viene y hacia dónde va.



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