¿QUÉ ES LA TERNURA?
EXPLICADO POR EL PAPA FRANCISCO
“Consolad, consolad a mi pueblo”. El Papa Francisco comenzó su homilía en la casa de Santa Marta (año 2013), deteniéndose en un pasaje del Libro del Profeta Isaías, el Libro de la consolación de Israel. El Señor, observó, se acerca a su pueblo para consolarlo,“para darle paz”. Y este “trabajo de consolación” es tan fuerte que“rehace todas las cosas”.
El Señor lleva a cabo una verdadera recreación:
“Recrea las cosas. Y la Iglesia no se cansa de decir de esta recreación es más maravillosa que la creación. El Señor recrea más maravillosamente. Y así visita a su pueblo: recreando, con esa potencia. Y el pueblo de Dios siempre tenía esta idea, este pensamiento, de que el Señor vendría a visitarlo. Recordemos las últimas palabras de José a sus hermanos: ‘Cuando el Señor os visite, llevaos con vosotros mis huesos’. El Señor visitará a su pueblo. Es la esperanza de Israel. Pero lo visitará con este consuelo”.
“Y el consuelo– prosiguió – es este volver a hacer todo no una vez, sino muchas veces, con el universo y también con nosotros”. Este “volver a hacer del Señor”, dijo el Papa, tiene dos dimensiones que es importante subrayar. “Cuando el Señor se acerca – afirmó – nos da esperanza; el Señor rehace con la esperanza; siempre abre una puerta. Siempre”. Cuando el Señor se nos acerca, volvió a afirmar. “no cierra las puertas, las abre”. El Señor “en su cercanía – añadió – nos da la esperanza, esta esperanza que es una verdadera fortaleza en la vida cristiana. Es una gracia, es un don”.
“Cuando un cristiano olvida la esperanza, o peor, pierde la esperanza, su vida no tiene sentido. Es como si su vida estuviese delante de un muro: nada. Pero el Señor nos consuela y nos hace de nuevo, con la esperanza, seguir adelante. Y también lo hace con una cercanía especial a cada uno, porque el Señor siempre consuela a su pueblo y nos consuela a cada uno de nosotros. Es bonito cómo el pasaje de hoy termina: ‘Como un pastor hace pacer a su rebaño, y con su brazo lo reúne, lleva a los corderillos en el pecho, y conduce dulcemente a las ovejas madres’. Esa imagen de llevar a los corderillos al pecho y de llevar dulcemente a las madres: esto es la ternura. El Señor nos consuela con ternura”.
“Dios que es Todopoderoso no tiene miedo de la ternura". "Él se hace ternura, se hace niño, se hace pequeño”. En el Evangelio, observó, Jesús mismo lo dice:“La voluntad del Padre es que ninguno de estos pequeños se pierda”. A los ojos del Señor, añadió, “cada uno de nosotros es muy, muy importante. Y Él se da con ternura”. Y así nos hace “ir adelante, dándonos esperanza”. Este, dijo también, “fue la principal tarea de Jesús”en los “40 días entre la Resurrección y la Ascensión: consolar a los discípulos; acercarse y consolarlos”.
“Acercarse y dar esperanza, acercarse con ternura. Pero pensemos en la ternura que tuvo con los apóstoles, con la Magdalena, con los de Emaús. Se acercaba con ternura: ‘Dame de comer’. Con Tomás: 'Pon tu dedo aquí'. Siempre es así el Señor. Así es el consuelo del Señor. Que el Señor nos dé a todos nosotros la gracia de no tener miedo del consuelo del Señor, de ser abiertos: pedirlo, buscarlo, porque es un consuelo que nos dará esperanza y nos hará sentir la ternura de Dios Padre”.
Nos necesitamos unos a otros. Y por eso, por favor, acordáos también de mí con ternura, para que lleve a cabo la tarea que me ha sido confiada para el bien de los otros, de todos, de todos vosotros, de todos nosotros. Gracias". Papa Francisco
La revolución de la ternura.
¿Qué es la ternura? *
"Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para escuchar al otro, para oír el grito de los pequeños, de los pobres, de los que temen el futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma.
La ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para acariciar al otro. Para cuidarlo.
La ternura es el lenguaje de los más pequeños , del que necesita al otro: un niño siente afecto y conoce a su padre y a su madre por las caricias, por la mirada, por la voz, por la ternura. Me gusta escuchar cuando el padre o la madre hablan a su niño pequeño, cuando ellos también se vuelven hijos, hablando como habla él, el pequeño. Esta es la ternura, abajarse al nivel del otro. También Dios se abajó en Jesús para ponerse a nuestro nivel.
Este es el camino seguido por el Buen Samaritano. Este es el camino seguido por Jesús, que se abajó, que atravesó toda la vida del ser humano con el lenguaje concreto del amor.
Sí, la ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la solidaridad, el camino de la humildad.
Permitidme decirlo claramente: cuanto más poderoso eres, cuanto más repercuten tus acciones en la gente, más estás llamado a ser humilde. Porque, de lo contrario, el poder te arruina y tu arruinarás a los demás. En Argentina se decía que el poder es como la ginebra bebida con el estómago vacío: hace que te dé vueltas la cabeza, te emborrachas, pierdes el equilibrio y te lleva a hacerte daño o a hacérselo a los otros, si no lo juntas con la humildad y la ternura. Con la humildad y el amor concreto, en cambio, el poder - el más alto, el más fuerte - se convierte en servicio y difunde el bien.
El futuro de la humanidad no está solamente en manos de los políticos,de los grandes líderes,de las grandes empresas . Sí, su responsabilidad es enorme. Pero el futuro está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro como un "tú" y a ellos mismos como parte de un "nosotros" .
Nos necesitamos unos a otros. Y por eso, por favor, acordáos también de mí con ternura, para que lleve a cabo la tarea que me ha sido confiada para el bien de los otros, de todos, de todos vosotros, de todos nosotros. Gracias". Papa Francisco
* Vídeomensaje del Santo Padre Francisco al TED 2017 “The future you”, 26.04.2017
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