"El peor pecado contra el Espírtu Santo es el espiritualismo espiritualista e individualista".
Estamos en una época en que el espíritu... el Espíritu Santo y otros espíritus gozan de actualidad. Digamos que están de moda. En contra del materialismo que parece haber fracasado, aplastado por el muro de Berlín, aparece una avalancha de espiri... ¿espiri qué? Existen los espiritualismos, los espiritismos y la espiritualidad. Pero nada de esto es lo mismo, aunque los nombres se parezcan.
Las personas dotadas de espíritu crítico se dan cuenta de que existe una gran contradicción entre, por ejemplo, el espiritualismo y la espiritualidad.
Para usar un símil gráfico diríamos que el espiritualismo es algo volátil, gaseoso... menos pesado que el aire y por eso se pierde en las nubes o sirve para hinchar globitos. El espíritu, según el lenguaje bíblico en cuyo ámbito se mueven estas líneas, es como un soplo, un viento ni más ni menos pesado que el aire. Está en el mismo aire que respiramos haciéndonos respirar, inspirándonos, moviendo, mar adentro, las velas de nuestra barca. No piensen que es un juego de palabras. Esto que les digo es una reflexión que marca toda nuestra existencia.
La persona espiritualista se eleva sobre las "mundanas realidades" mira al cielo, más bien a las nubes... y aparta su preocupación de la historia, de las relaciones humanas, de los gozos y sufrimientos de la humanidad, en frase del documento conciliar Lumen Gentium. Para el espiritualista todo es lenguaje religioso vacío de contenido. Diríamos que la encarnación no existe para él. Acusa de "materialista o mundana" a la persona auténticamente espiritual. Eso sucede porque el espiritual, movido por el espíritu de Cristo (la Palabra hecha carne), se preocupa de la carne... es decir del dolor, del sufrimiento, de la canasta básica, de la subida del precio de las camionetas, de las colas en el IGSS, de las masacres y la violencia.
En las épocas actuales hay una avalancha de espiritualismo en las manifestaciones religiosas de nuestro pueblo. Encontramos demasiada gente dominada por un evasivo culto a un espíritu aparentemente muy religioso pero que más bien refleja espiritualismo. ¿Por qué?. Tal vez sea porque ese espiritualismo conviene a quienes desean mantener al pueblo creyente en una especie de pasividad. Porque el espiritualista se inhibe y no se mueve frente a las injusticias, las muertes, las hambres, la violencia.
En cambio el espiritual es molesto. El Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo le hace abrir los ojos y darse cuenta del mundo en que vive y le mueve, guiado por la caridad y la misericordia a enfrentarse con el mal del mundo, a no quedarse pasivo ante las miserias que agobian el país.
El espiritual recuerda muy bien que Jesús al atraer hacia sí a las ovejas fieles, les explicó el motivo: "Porque tuve hambre y me dieron de comer... estaba desnudo, enfermo, en la cárcel y vinieron a verme".El espiritualista levanta los ojos al cielo, al techo a las nubes y no ve o hace como que no ve lo que sucede frente a él.A Jesús le mataron los "espiritualistas" por espiritual, no por espiritualista.
Hay espiritualistas de buena voluntad que por una torcida formación teológica son así, hasta que toman conciencia... Hay espiritualistas astutos, interesados en que predomine este modo de vivir la fe, porque mantiene al pueblo pasivo y sin reaccionar contra el mal que les rodea.
Nos acercamos estos días a la fiesta de Pentecostés, del Espíritu Santo... Déjenme que les pregunte: ¿Qué espíritu les mueve o qué espíritu les deja inmóviles?.
Nos acercamos estos días a la fiesta de Pentecostés, del Espíritu Santo... Déjenme que les pregunte: ¿Qué espíritu les mueve o qué espíritu les deja inmóviles?.
O mejor. ¿A qué llama usted espíritu?...
Mariano Valle
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Reflexiones en torno a una Espiritualidad Bíblica
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