Cuando se aborda la historia de la Iglesia Católica, tarde o temprano nos encontraremos con el fenómeno historiográfico que se ha dado en llamar leyenda negra. Ésta consiste en una labor de propaganda, de desinformación, que, a través de la presentación tendenciosa de los hechos históricos, bajo la apariencia de objetividad y de rigor histórico o científico, procura crear una opinión pública, bien anticlerical, bien anticatólica.
Por eso se aparta de lo que podría aceptarse como una simple crítica, una denuncia honesta y rigurosa de los errores cometidos por los miembros de la Iglesia, dando en cambio una imagen voluntariamente distorsionada del pasado de la Iglesia, para convertirla en una descalificación global de una misión milenaria, tanto antes como, sobre todo, en la actualidad.
La leyenda negra de la Iglesia no es un asunto baladí que deba ser objeto de preocupación sólo para los historiadores. Lo cierto es que todos los católicos nos jugamos mucho en la lucha contra sus manipulaciones.
Y es que la descalificación global de esta institución religiosa a lo largo de toda su historia compromete seriamente ante la opinión pública su legitimidad social y moral de cara al futuro. Un fenómeno reciente como la polvareda social levantada por la novela El Código Da Vinci resulta ser un magnífico ejemplo del peligro que la manipulación de la historia de la Iglesia entraña para su acción pastoral actual.
Por Alejandro Rodríguez de la Peña
+
2 comments :
Hola Yanka, bueno, sobre esto escribí un post en "la calida experienia no contada", para que lo revices.
Porque es verdad, será usual que se pongan a hablarle al mundo mas de Inquisición que de liberación, mas de edad media que de siglo XXI, mas de los dogmas que del Amor de Dios, mas de ciencia-y-fe que de experiencia-y-fe, mas de “aléjense de la estructura antigua” que de acérquense a la vida nueva, y por los kioscos verás mas reportajes científicos sobre tumbas que encontraron en Jerusalén que reportajes de la calida experiencia liberadora que Jesús le trae a la humanidad.
Por eso me gusta tu blog.
Un abrazo
Tienes mucha razón...
Es que para "el mundo", La Verdad no es Noticia.
Para nosotros, la noticia no es verdad...
Hasta siempre...
Publicar un comentario