No es lo que has hecho,
sino ... lo que no has hecho
lo que te causa congoja al caer el sol.
lo que te causa congoja al caer el sol.
La tierna palabra olvidada,
la carta que no escribiste
la flores que no enviaste,
son fantasmas en la noche.
La piedra que no apartaste
del camino de un hermano;
el consejo alentador
que no te atreviste a dar;
esa caricia afectuosa
esa palabra amorosa
en la que nunca pensaste,
sumido en tus propias cuitas.
Esos pequeños actos de bondad
tan fáciles de olvidar,
la ocasión de ser ángeles
que tenemos los mortales,
en la noche llegan y en silencio,
tristes y hoscos espectros,
cuando la esperanza languidece
y la Fe padece frío.
Pues la vida es breve en demasía,
y las penas en demasía grandes,
para tolerar una compasión lenta
que en demasía posterga
No es lo que has hecho,
sino ... lo que no has hecho
lo que te causa congoja
al caer el sol.
Margaret. E. Sangster
la carta que no escribiste
la flores que no enviaste,
son fantasmas en la noche.
La piedra que no apartaste
del camino de un hermano;
el consejo alentador
que no te atreviste a dar;
esa caricia afectuosa
esa palabra amorosa
en la que nunca pensaste,
sumido en tus propias cuitas.
Esos pequeños actos de bondad
tan fáciles de olvidar,
la ocasión de ser ángeles
que tenemos los mortales,
en la noche llegan y en silencio,
tristes y hoscos espectros,
cuando la esperanza languidece
y la Fe padece frío.
Pues la vida es breve en demasía,
y las penas en demasía grandes,
para tolerar una compasión lenta
que en demasía posterga
No es lo que has hecho,
sino ... lo que no has hecho
lo que te causa congoja
al caer el sol.
Margaret. E. Sangster
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