LIBRO "PARA SALVARTE"
EVANGELIZACIÓN CATÓLICA DEL SIGLO XXI
Hay quienes dividen a los católicos en «conservadores» y «progresistas». Esta división es muy simplista. Todos debemos ser, al mismo tiempo, conservadores y progresistas. Debemos conservar la verdad y ser fieles a ella. Pero también debemos progresar en la profundización de su conocimiento. Si no conservamos bien la verdad, se corrompe; como un alimento mal conservado. Pero también debemos avanzar en su conocimiento. Lo funesto sería avanzar por un camino equivocado: terminaríamos en el error146.
«Hoy está de moda el ser contestatario». Sin embargo al Papa le corresponde vigilar la doctrina y la buena marcha de la Iglesia147». Oponer nuestro criterio al Magisterio de la Iglesia, ridiculizar toda ascética de renuncias desde la mortificación voluntaria del cuerpo hasta la renuncia del propio criterio, etc., es desconocer los valores cristianos que son locura para el mundo, pero que tienen la consistencia de la sabiduría de la cruz».
No podemos olvidar que el camino de la Encarnación terminó en el Calvario. Un cristianismo sin cruz, será muy humano, pero no es el de Jesús»148. «Hay muchos -incluso cristianos- que se portan como enemigos de la cruz de Cristo. Muchos a quienes la predicación de la cruz parece una necedad. Muchos que huyen de la cruz como el diablo; para quienes la palabra “mortificación” es ininteligible; para quienes la penitencia es algo que pertenece a lo que reputan mentalidad estrecha y un tanto supersticiosa del pasado.
Éstos, generalmente, si es que no lo han perdido, tienen considerablemente atrofiado el sentido del pecado y de la responsabilidad, y además demuestran una ignorancia del cristianismo comparable tan sólo a su propia falta de solidaridad con el que es el “primogénito de los hermanos” y cabeza del Cuerpo al que, por ser cristianos, pertenecen. (...) Hay una relación muy precisa y directa entre la capacidad de amor y la capacidad de sufrimiento.
Quien no es capaz de sufrir, no es capaz de amar. Si los santos han deseado ardientemente el sufrimiento es porque su amor a Cristo les llevaba a padecer con Él. Si nosotros no lo deseamos, antes al contrario, lo rehuimos, es síntoma de que todavía nos queremos demasiado a nosotros mismos. Acaso nos fuera muy útil examinar, de vez en cuando, el estado de nuestro amor a la cruz para poder atisbar el grado de amor de Dios que encerramos en nuestra alma»149.
Algunos dicen: «Cristo, sí; Iglesia, no». Pero ya dijo San Agustín: «No puede tener a Cristo por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre»150. «No se puede ser de Cristo sin serlo de la Iglesia, que es el ‘Cuerpo Místico de Cristo’ de quien Él es la cabeza»151. «A Cristo nos incorporamos en y por su Iglesia; y sólo dentro de ella la vida de Cristo se hace de verdad vida nuestra»152. Por eso el Concilio Vaticano II llama a la Iglesia «sacramento universal de salvación»153.
El Cardenal Newman que era anglicano y se convirtió al catolicismo decía: «quien rechaza a la Iglesia se equivoca»154; y añade, «hace inútil para sí lo que Dios puso para bien nuestro»155. La frase «fuera de la Iglesia no hay salvación» es de San Cipriano en lucha contra los movimientos de escisión que se daban en su comunidad156.
Quien conociendo a la Iglesia la rechaza, compromete su salvación157, dice el Concilio Vaticano II. Hoy abunda en la Iglesia el tipo de contestatario que adopta una postura de protesta ante todo. Uno no puede evitar pensar en aquello del Evangelio: «Ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio»158.
¿No sería mejor que corrigieran sus defectos antes de protestar de los ajenos? Uno de los contestatarios más famosos de nuestro tiempo es Hans Küng. Vittorio Messori asistió a una rueda de prensa que él ofreció para presentar uno de sus libros.
Hans Küng dijo, entre otras cosas, que la Iglesia Católica debía aceptar los sacerdotes casados, las mujeres sacerdotes, los divorciados vueltos a casar, el aborto libre...
Un pastor protestante se levantó y le dijo: - Todas esas reformas que pide Vd. a la Iglesia Católica las tenemos los protestantes desde hace mucho tiempo, y sin embargo nuestros templos están más vacíos que las iglesias católicas. Hans Küng no le contestó159.
Algunos reniegan de la Iglesia porque dicen que hay católicos malos. Según eso tampoco pueden ser protestantes porque también los hay malos. Y, consiguientemente, ni budistas, ni españoles, ni franceses, ni siquiera hombres, porque también hay hombres malos. Absurdo. Si la Iglesia Católica es la única en el mundo fundada por CristoDios, ella será la única verdadera, aunque todos los católicos fueran malos. Hoy es frecuente un tipo de católico «por libre» que vive al margen de la Iglesia, prescinde de la Institución, del Magisterio, etc. Esto es tan absurdo como si uno dijera que él se siente español, pero ni saca carnet de identidad, ni está en el censo, ni el registro civil, ni nada. Éste será un apátrida, pero no un español. Es verdad, que lo principal es el corazón, pero hay que institucionalizar la situación.
A veces se oye decir: «Yo soy católico, pero no practico». Esto no es coherente. Quien pertenece a una asociación, si es coherente, cumple su reglamento. De poco sirve afirmar que se es católico de corazón, si después las obras no son de católico. Como si uno que se las da de católico, luego se casa sólo por lo civil. Esto es un contrasentido. Por eso la Iglesia Católica a ése le prohíbe la comunión eucarística. Toda ideología, para que sea sincera, exige un compromiso de vida. Las afirmaciones deben estar confirmadas por las obras. Sería ridículo decir: «yo soy escritor, pero nunca he escrito ni una línea»; o «yo soy futbolista, pero jamás he dado una patada a un balón». Una auténtica vivencia religiosa debe contener cuatro cosas:
a) un credo: sistema de verdades;
b) una ética: valores morales;
c) unos ritos: comportamientos;
d) una respuesta social: compromiso.
Son necesarias las cuatro cosas. Quien olvida alguna de ellas tendrá una vivencia religiosa deforme.
Hoy se habla mucho de libertad. Como dijo Juan Pablo II, «la libertad no consiste en hacer lo que nos gusta, sino en tener el derecho de hacer lo que debemos».
(...)
«La libertad está condicionada por el deber. La libertad absoluta es la absoluta anarquía»162. Dice José Ortega y Gasset: «No se puede hacer sino lo que cada cual tiene que hacer»163.
Libertad es la facultad de poder practicar el bien sin ningún obstáculo exterior ni interior a nosotros mismos. La facultad de poder hacer el mal, no es libertad sino depravación, libertinaje y esclavitud a las pasiones164.
Dice el psicólogo Enrique Rojas: «No eres más libre cuando haces lo que te apetece, sino cuando eliges aquello que te hace más persona»165. La grandeza del hombre está en poder elegir entre el bien y el mal. Pero ahí radica también su responsabilidad que le hace merecedor de premio o castigo. Dice San Pablo:
«Cada cual recibirá lo que mereció durante su vida mortal, conforme a lo que hizo, bueno o malo».166. El 22 de mayo de 1986 la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, publicó una Instrucción sobre Libertad cristiana y liberación, donde dice:
«La auténtica libertad no lo es para hacer cualquier cosa, sino para hacer el bien. La Verdad y la Justicia constituyen la medida de la auténtica libertad. El hombre cayendo en la mentira y en la injusticia en lugar de realizarse se destruye (nº26). La libertad se manifiesta como una liberación del mal moral (nº27).
El pecado del hombre es la causa radical de las tragedias que marcan la historia de la libertad (nº37). El desconocimiento culpable de Dios desencadena las pasiones que son causa del desequilibrio y de los desórdenes que afectan la esfera familiar y social (nº39). Las comunidades de base y otros grupos cristianos son una riqueza para la Iglesia universal, si son fieles a las enseñanzas del Magisterio, al orden jurídico y a la vida sacramental (nº69)»167.
145 Revista ECCLESIA, 2949(12-VI-99)13
146 FÉLIX BELTRÁN: Revista ROCA VIVA, 349 (XI-97) 471
147 SAN PABLO: Segunda carta a Timoteo, 4: 1-5
148 JUSTO COLLANTES, S.I.: La Iglesia de la Palabra, 2º, 4ª,XXIV, 3, c.d. BAC. Madrid
149 FEDERICO SUÁREZ: La Virgen Nuestra Señora, VI,1. Ed. Rialp. Madrid. 1984. 17 edición.
150 BERNARDO MONSEGÚ, C.P.: La Iglesia que Cristo quiso, III,5. Ed. Roca Viva. Madrid
151 BERNARDO MONSEGÚ, C.P.: La Iglesia que Cristo quiso, V, 1. Ed. Roca Viva. Madrid
152 BERNARDO MONSEGÚ, C.P.: La Iglesia que Cristo quiso, IV,1. Ed. Roca Viva. Madrid
153 Concilio Vaticano II: Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 48
154 BERNARDO MONSEGÚ, C.P.: La Iglesia que Cristo quiso, IV, 3. Ed. Roca Viva. Madrid
155 BERNARDO MONSEGÚ, C.P.: La Iglesia que Cristo quiso, VIII,1. Ed. Roca Viva. Madrid
156 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Razones para creer, XIII, 2. Ed. Paulinas. Madrid. 1992
157 Concilio Vaticano II; Lumen Gentium: Constitución Dogmática sobre la Iglesia, nº 14
158 Evangelio de San Mateo, 7:3
159 VITTORIO MESSORI:Los desafíos del católico, V, 8. Ed. Planeta+Testimonio.Barcelona. 1997.
162 ALFONSO TORRES, S.I.: JESUCRISTO, su PERSONA y su DOCTRINA, V. Tip. Católica. Madrid.
163 JOSÉ ORTEGA Y GASSET: LA REBELIÓN DE LAS MASAS, XI. ED. Espasa Calpe. Madrid.
164 ANTONIO ROYO MARÍN, O.P.: Jesucristo y la vida cristiana, nº 146. Ed. B.A.C. Madrid.
165 ENRIQUE ROJAS: El amor inteligente, VIII. Ed. Temas de hoy. Madrid. 1997.
166 SAN PABLO: Segunda Carta a los Corintios, 5:10
167 Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe: Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación. Ciudad del Vaticano. 1986.
IGLESIA DE CRISTO,
NO DE NINGÚN PAPA VATICANISTA
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Mediante un decreto, el sucesor de Munilla al frente de la diócesis de San Sebastián, ha decidido que no emita contenido de esta televisión católica a través de los medios del obispado.
En el decreto firmado por el obispo, afirma que lo hace para tratar de «favorecer la comunicación de la diócesis con el Sucesor de Pedro». Es por ello, que el claretiano Prado Ayuso ha decretó el pasado mes de diciembre que «en adelante y hasta nuevo aviso no se emita en la televisión diocesana BETANIA ningún contenido del canal EWTN».
El obispo donostiarra no especifica los motivos de la censura al canal fundado en Estados Unidos la Madre Angélica, una monja clarisa de clausura. La propia cadena especifica en su página web que su misión «es anunciar el Evangelio tal y como nos pidió Nuestro Señor Jesucristo. EWTN se dedica al anuncio de la Verdad siguiendo fielmente el Magisterio de la Iglesia Católica, la Iglesia fundada por Jesucristo».
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