Comentando el libro
Los globalistas están tratando de aprovechar la pandemia de coronavirus para devaluar por completo todo lo que el cristianismo ha contribuido durante casi 2.000 años y sigue contribuyendo al bien de la humanidad.
Davos, la ciudad situada a más altura en Europa, no es famosa por la nieve, ni por tener la estación de esquí mas grande de Suiza, sino por acoger el Foro Económico Mundial, conocido como Foro de Davos, nacido en Ginebra el año 1971 como una organización sin ánimo de “lucro, independiente, imparcial y no ligada a intereses concretos” – ¡Naranjas de la China! -. Su fundador es Klaus Schwab, un profesor de la Universidad ginebresa, que invitó a 444 ejecutivos de compañías europeas a un encuentro sobre gestión empresarial en el Centro de Convenciones de Davos.
Durante estos 50 años el Foro Davos ha servido como plataforma global para que los líderes de empresas, gobiernos, organizaciones internacionales, sociedad civil y el mundo académico; reuniéndose al principio de cada año, para abordar cuestiones críticas y tomar soluciones sobre miles de ideas, aunque, afortunadamente, no todas se hayan materializado.
Este año, el Foro se inauguró el 21 de enero, y, fue presentado por el Príncipe Carlos de Inglaterra y por su Presidente Klaus Schwab, quien tras haber estado promoviendo el Gran Reinicio durante años, ha encontrado en la actual crisis del Covid-19 la gran oportunidad y pretexto para finalmente abandonar el formato habitual del Foro Davos y, adaptándose a las exigencias que impone la pandemia, promulgarlo.
A tal fin, y en colaboración con el economista Thierry Malleret, han escrito el libro intitulado “COVID-19: El Gran Reinicio”, en el que resalta que la crisis ha hecho saltar por los aires las premisas establecidas sobre el modo de gobernar países, la convivencia y la participación en la economía global, y consiguientemente debe considerarse como una “oportunidad que – puede- ser aprovechada para hacer el tipo de cambios institucionales y opciones de política que pondrán a las economías en el camino hacia un futuro más justo y más verde”.
Analizando este libro, resumo escuetamente lo que el profesor Klaus Schwab ha escrito: “En este corto período de tiempo, la Covid-19 ha provocado cambios trascendentales y ha magnificado los problemas que ya aquejaban a nuestras economías y sociedades. Como el aumento de las desigualdades, la sensación generalizada de injusticia, la profundización de las brechas geopolíticas, la polarización política, el incremento del déficit público y los elevados niveles de endeudamiento, así como una gobernanza global ineficaz o inexistente, una excesiva financiación, la degradación del medio ambiente, etc…
Esos son algunos de los principales desafíos que existían antes de la pandemia. La crisis del coronavirus los ha agravado todos y sus desafíos son mayores de lo que pueda imaginar, amén de que no sabemos cómo será el mundo dentro de diez meses, y mucho menos dentro de diez años, pero lo que sí sabemos es que, a menos que hagamos algo para reiniciar el mundo de hoy, el mundo del mañana se verá profundamente afectado por una gran catástrofe.
Para evitar semejante destino, y dado que nuestra capacidad de reiniciar es también mayor de lo que nos habíamos atrevido a esperar, necesitamos poner, sin demora, en marcha el Gran Reinicio que establecerá la Nueva Normalidad.
Con este plan afirma que se reducirá la escasez de alimentos, el hambre y las enfermedades, e incluso se detendrá el cambio climático.
También asegura que el Gran Reinicio significa reducción de ingresos. La masa de la humanidad vivirá bajo un estancamiento económico de expectativas reducidas, con una autonomía individual muy restringida, si no totalmente eliminada”.
Según su planificador, “El Gran Reinicio se define en términos de la convergencia de los sistemas económicos, monetarios, tecnológicos, médicos, genómicos, ambientales, militares y de gobierno. La nueva normalidad implicaría vastas transformaciones en cada uno de estos dominios, cambios que, según Schwab, no sólo alterarán nuestro mundo, sino que también nos llevarán a cuestionar lo que significa ser humano!.
Efectivamente, en el capítulo titulado “Redefiniendo nuestra humanidad” se menciona unir a la persona completa con una máquina, lo cual ayudará a llevar a la humanidad a un nivel superior de evolución”.
Y en su texto literal de su gran programa, Schwab y Malleret, escriben lo siguiente: “la condición implícita para que este mundo nuevo funcione es que las grandes decisiones dejen de estar en manos de los Estados y pasen al ámbito de instancias transnacionales, globales, capaces de gestionar fenómenos que exceden las capacidades de una soberanía nacional”.
Como vemos, se resalta que el proyecto globalista, con la idea de poner a todo el planeta bajo un solo orden -siempre en nombre de la paz, del progreso y del bienestar humano en un mundo más justo y sostenible- creyéndose el mismo, que ha encontrado hoy su culminación, pero mucha gente, gracias a Dios, ha descubierto ya el plan de “El Gran Reinicio”, que no es otro que tomar el control económico global e instaurar en el mundo un régimen totalitario social-progresista, por ende, un Nuevo Orden Mundial. Tal régimen, entre otras cosas, llevaría a la estructuración de los gobiernos del mundo, eliminaría las libertades y los derechos de propiedad, enviaría el ejército a las ciudades, impondría la vacunación obligatoria y crearía campamentos de aislamiento para aquellos que se resistan
En una palabra, “El Gran Reinicio”, a mi modo ver, consiste en utilizar la pandemia para eludir la responsabilidad democrática e imponérnosla en contra de nuestra voluntad.
Con la Nueva Normalidad no habrá una sola faceta de la vida que quede fuera de su control a través de la vigilancia digital, afectando a todo y a todos, desde el gobierno, la energía y las finanzas hasta la comida, la medicina, los bienes raíces, la policía, el ejército, las cuentas bancarias, los registros de salud, e incluso la manera en la que interactuamos con nuestros semejantes.
Tratará de reordenar el mundo según los criterios sentados por la elite financiera global, es decir, el Fondo Monetario Internacional, el Foro Económico Mundial y otras instituciones transnacionales, pretendiendo de deshacerse del capitalismo y el libre comercio, reemplazándolos con sistemas socialistas progresistas y modernos, con un énfasis en las políticas eco-socialistas de la tecnocracia o “desarrollo sustentable” y “capitalismo participativo”.
Recordemos que la tecnocracia es una sociedad tecnológica dirigida por la ingeniería social de tecnócratas, en la que para logar sus fines han tenido que usar la manipulación psicológica del miedo, herramienta la más efectiva que existe.
También he de aclarar, que para los tecnócratas la única ciencia que importa es la que ellos consideran cierta. De tal manera que cada vez que una persona no está de acuerdo con su “statu quo, o que cualquier compañía tecnológica censure o prohíba todo lo que va en contra de las opiniones y de la Organización Mundial de la Salud, que es solo otra parte de la máquina tecnocrática, se les acusa de ser “anticiencia”.
Ante tal despropósito, el arzobispo de Cracovia, Marek Jędraszewski, analizando el contenido de este libro, ha afirmado categóricamente que no puede haber Gran Reinicio o renovación sin Cristo: “Es en Cristo donde debemos lograr ‘un gran reinicio’, una gran renovación y un reordenamiento de nuestras vidas. ¿Cómo se puede hablar de un hombre nuevo y un mundo nuevo sin hacer referencia a Dios? ¿Dónde hay un lugar para Dios aquí? El enorme trabajo de varios cientos de páginas solo se refiere una vez a la religión. No menciona la trascendencia, ni a Dios. Finalmente, se habla de una ‘Madre Naturaleza’ indefinida escrita con letras mayúsculas.
Los globalistas, continua el arzobispo, están tratando de aprovechar la pandemia de coronavirus para devaluar por completo todo lo que el cristianismo ha contribuido durante casi 2.000 años y sigue contribuyendo al bien de la humanidad.
El libro Covid-19 "El Gran Reinicio" en sí, comparte el caos que afecta al mundo occidental contemporáneo. Es una manifestación del secularismo nihilista y una ruta directa hacia la descristianización de la sociedad”.
Finalmente, refiriéndose a su predecesor episcopal, Juan Pablo II, ha dicho:
“Abran las puertas a Cristo, las puertas de sus corazones y mentes, pero también a todos los sistemas políticos, sociales y económicos, porque solo Cristo sabe lo que se esconde en el corazón de un ser humano”.
El arzobispo concluye haciendo una llamada a los católicos para un verdadero “reinicio” en Cristo: “Con una gran renovación y un reordenamiento de nuestras vidas en la temporada de Cuaresma, tiempo santo en el que debemos renovar nuestra relación con Dios, orando a Él como el Señor Jesús nos enseñó: Padre nuestro, venga tu Reino, hágase tu voluntad, danos hoy nuestro pan de cada día.”
“No tendrás nada y serás feliz”. Fíjense que la famosa frase es algo más que la enunciación de un objetivo del Foro de Davos y su famosa Agenda 2030. La forma en que está enunciado es la de una orden. Como un mandamiento del Decálogo. No matarás. No robarás. No tendrás nada. Y serás feliz (por tanto no te quejarás, o a la inversa). No es algo optativo. No tendrás nada y punto. Y serás feliz y te aguantas. No hay peros.
No tener nada resulta fundamental para la dominación de un conjunto. O sea, una cosa es la obsesión de tener, que también es una esclavitud, pero otra muy distinta es no tener nada y que se te niegue el derecho a la propiedad. Alguien que no tiene nada es alguien totalmente dependiente. Dependiente del que tiene. ¿Y de quién será todo en ese mundo 2030 en el que nadie tendrá nada? Porque de alguien tendrá que ser todo. ¿De los plutócratas que manejan los hilos de Davos? ¿Del estado? Pues de ellos será de quienes dependamos en todo al no tener nosotros nada, al ser todo de ellos.
Alguien que no tiene nada, aparte de dependiente, es alguien con menos motivos para luchar por algo. Alguien que no ha recibido nada de sus padres. Alguien que no tiene nada que defender. Alguien que no tiene nada que dejar a sus descendientes. Después de una vida de esfuerzos no tendrás nada. Estarás igual que al comenzar el camino, al comenzar a esforzarte. El premio a tus esfuerzos será seguir sin tener nada después de todos tus esfuerzos. Claro que para ese entonces quizá ya hayas decidido hace tiempo dejar de esforzarte. No te esfuerces. No luches. No te rebeles. Sé feliz. Obedece.
Con eso y con todo, contra el “no tendrás nada y serás feliz” ya nos vamos previniendo poco a poco. Lo vamos conociendo, siquiera una minoría con pensamiento crítico. Lo vamos propagando. Advertimos de lo que viene a nuestros conocidos. A veces con poco éxito. Parecemos unos paranoicos. ¿Quién nos va a dejar sin nada? ¿Quién nos va a impedir tener un coche o circular con él por donde queramos? ¿Quién nos va a obligar a comer gusanos? Somos la rana en el puchero, no nos enteramos de que nos están abrasando.
Pero lo peor quizá no es lo de que no tendremos nada y seremos felices. Lo peor, que también va implícito en la Agenda 2030 y la ideología de género, es la idea de que tampoco seremos nada. Además de no tener nada en 2030 no seremos nada. Y seremos felices no siendo nada.No tener nada es bastante dramático, pero no ser nada es mucho más amenazante todavía. Bajo el regalo envenenado de que podremos ser lo que queramos, al punto de que podremos hasta autodeterminar nuestro género, lo que en el fondo nos están haciendo es robarnos lo que somos. Para poder ser cualquier cosa hay que no ser nada. Para poder ser cualquier cosa hay que ser plastilina, una hoja en blanco. Si soy una jirafa no puedo ser un perro. Si soy un hombre no puedo ser una mujer. Si puedo ser una jirafa o un perro es que no soy ni una jirafa ni un perro. Eres o nada o algo que niega lo que realmente es, seducido por la idea de poder ser cualquier cosa. El problema es que poder ser cualquier cosa es una maldición, no un regalo. Para poder ser otra cosa tienes que negar lo que eres; pero negar lo que eres, por otro lado, no te convertirá en otra cosa que lo que eres. Una jirafa que quiere ser un perro no es un perro, es una jirafa lamentable. No te dicen que si quieres puedes ser un perro para que realmente seas un perro, sino para que te comportes como tal, para que puedas traerles en la boca los palos que te lancen a cambio de una caricia. No tener nada es la parte buena de la Agenda 2030. La parte preocupante de verdad es la de que no serás nada. No teniendo nada y no siendo nada, siendo totalmente dependiente y negando tu identidad, estarás preparado para ser el esclavo total. Un esclavo feliz con sus cadenas. Un esclavo infeliz se podría rebelar. Ser un esclavo feliz, por tanto, no puede ser opcional.
Lo peor de la Agenda 2030 no es que no tendrás nada, sino que tampoco serás nadie
“No tendrás nada y serás feliz”. Fíjense que la famosa frase es algo más que la enunciación de un objetivo del Foro de Davos y su famosa Agenda 2030. La forma en que está enunciado es la de una orden. Como un mandamiento del Decálogo. No matarás. No robarás. No tendrás nada. Y serás feliz…
PLAN CRIMINAL GLOBALISTA
EL FIN DEL SER HUMANO ESTÁ CERCA: NUEVA (SUB)NORMALIDAD AGENDA 2023 - 2030
TRANSHUMANISMO CONTROL DICTADURA ALIENACIÓN GLOBALISMO GENOCIDIO HUMANICIDIO
Quién es y de dónde procede el criminal psicótico Klaus Schwab,
fundador del Foro económico mundial.
La teoría de conspiración del llamado Nuevo Orden Mundial afirma la existencia
de un plan diseñado con el fin de instaurar un gobierno único —burocrático y controlado
por sectores elitistas y plutocráticos— a nivel mundial.
La diputada Nevado desenmascara la Agenda 2030 y recuerda que VOX está solo frente al globalismo
Hay que ser radical en la elección ante lo que tenemos enfrente en esta batalla contra la Humanidad, no valen los grises. Ella habla de que nos están llevando hacia el transhumanismo y lo sabe de primerísima mano. Este vídeo de 5 minutos hay que verlo y compartirlo. Nos quieren esclavos del AC, eso es la agenda 2030 que promueve y lidera JMB y a lo que van a adoctrinar a los jóvenes en Lisboa y Fátima.
DE LA PELÍCULA "EL LADRÓN DE BAGDAG":
MIEDO Y TIRANÍA
0 comments :
Publicar un comentario