Héroes del Progreso,
Parte 17: Malcolm McLean
Alexander C. R. Hammond destaca al individuo que revolucionó el transporte de carga a nivel mundial: Malcolm McLean, quien desarrolló el contenedor intermodal de carga.
Hoy presentamos la edición No. 17 de la serie de artículos publicados por HumanProgress.org, titulada "Héroes del Progreso". Esta columna presenta una introducción breve a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad.
Nuestro Héroe del Progreso No. 17 es Malcolm McLean, un conductor de camiones estadounidense y, posteriormente, un empresario que desarrolló el moderno contenedor intermodal de carga. El desarrollo de McLean de contenedores de carga estandarizados redujo significativamente el costo de transportar carga alrededor del mundo. Los costos de carga más bajos fomentaron significativamente el comercio internacional, lo cual, a su vez, ayudó a sacar a cientos de millones de personas de la pobreza. La "contenerización" de McLean sigue siendo un pilar vital de la economía global interconectada de hoy.
Antes de que McLean desarrollara su contenedor de carga estandarizado, casi toda la carga del mundo era transportada en una mezcla diversa de barriles, cajas, fundas, cajones y cilindros. Un barco típico en la era previa a los contenedores portaba hasta 200.000 piezas individuales de carga que eran montadas al barco a mano. El tiempo que tardaba llenar y vaciar la carga muchas veces equivalía al tiempo que el barco requería para navegar entre dos puertos. Esa ineficiencia contribuyó a mantener los costos de transporte muy altos. Aquí es donde entra en nuestro relato McLean.
Malcolm (luego Malcom) McLean nació en noviembre de 1913 en Maxton, en Carolina del Norte. Cuando se graduó de secundaria en 1935, su familia carecía de suficientes fondos para mandarlo a la universidad. En cambio, empezó a trabajar como un conductor de camiones en la empresa de camiones de sus hermanos.
En 1937, McLean hizo una entrega rutinaria de pacas de algodón a un puerto en Carolina del Norte que serían enviados a Nueva Jersey. Como McLean no podía dejar su carga hasta que esta sea montada en el barco, se sentó horas viendo como docenas de manos en el puerto cargaban miles de paquetes pequeños al barco. McLean se dio cuenta de que el proceso de carga gastaba cantidades enormes de tiempo y dinero, y empezó a imaginarse si podría existir una alternativa más productiva.
En 1952, a McLean se le ocurrió cargar camiones enteros al barco para ser trasladados a lo largo de la costa estadounidense (esto es, desde Carolina del Norte hasta Nueva York). Aunque esta idea reduciría dramáticamente los tiempos de carga, pronto se dio cuenta de que estos "barcos de camiones" no serían muy eficientes debido a la gran cantidad de espacio de carga desperdiciado.
McLean modificó su diseño original de tal manera que los contenedores –y no el chasis del camión– fuesen montados al barco. También desarrolló una manera de que los contenedores sean apilados uno encima de otro. Ese fue el origen del contenedor de carga moderno.
En 1956, McLean obtuvo un préstamo bancario de $22 millones. Utilizó el dinero para comprar dos buques cisterna de la Segunda Guerra Mundial y para modificarlos para que pudiesen cargar sus contenedores. Después ese mismo año, uno de sus dos buques, el SS Ideal-X, fue cargado con 58 contenedores y salió de Nueva Jersey hacia Houston, Texas. En ese momento, la empresa de carga de McLean ofrecía precios de transporte que eran un 25 por ciento más bajos que aquellos de su competidor así como también la capacidad de cerrar con llave los contenedores para prevenir el robo de carga, lo cual también resultaba atractivo para muchos clientes.
Para 1966, McLean lanzó su primer servicio transatlántico y tres años después, McLean había iniciado su línea de transporte transpacífico. Conforme se volvieron más claras las ventajas del sistema de contenedores de McLean, se desarrollaron barcos más grandes, contenedores más sofisticados y grúas más grandes.
En 1969, McLean vendió su primera empresa de carga por $350 millones ($3.800 millones en dinero actual) y luego inició una serie de negocios. Más notablemente, compró la empresa de carga United States Lines en 1978 y construyó una flota de 4.400 barcos de contenedores. McLean continuó refinando sus contenedores de carga durante el resto de su vida. Murió a la edad de 87 años en Manhattan en el 2001. Cuando murió, la revista Forbes denominó a McLean "uno de los pocos hombres que cambió el mundo".
En 1956, montar la carga a un barco con las manos en un puerto estadounidense costaba $5,86 por tonelada ($55,58 en dólares corrientes). Para 2006, los contenedores de carga redujeron ese precio a tan solo 16 centavos por tonelada ($0,21 en dólares corrientes). El miembro del Consejo de Human Progress Matt Ridley ha señalado que "el desarrollo de la contenerización en la década de 1950 hizo que la carga y descarga de los barcos fuese alrededor de veinte veces más rápida y de esta manera redujo dramáticamente el costo del comercio".
Esta reducción dramática en los costos del comercio fomentó el comercio internacional. Esto implica que los consumidores ahora tienen acceso a productos de alrededor del mundo a un precio más bajo de lo que antes se creía posible. De igual manera, los costos más bajos del transporte han ayudado a elevar la calidad de vida de cientos de millones de personas en países en desarrollo orientados hacia las exportaciones durante las últimas décadas.
Sin los contenedores de McLean, el comercio global estaría muy por debajo del nivel en que se encuentra hoy, y casi todos nosotros gozaríamos de una calidad de vida inferior. Por estas razones Malcolm McLean es nuestro diecisieteavo Héroe del Progreso.
Héroes del Progreso,
Parte 18: Paul Hermann Müller
Alexander C. R. Hammond destaca a Paul Hermann Müller, el químico suizo que descubrió las características de insecticida del DDT, sustancia que logró ser eficaz para matar mosquitos, pulgas y moscas de arena que portan malaria, tifus, la plaga y algunas enfermedades tropicales.
Hoy presentamos la edición No. 18 de una serie de artículos publicados por HumanProgress.org titulada "Héroes del Progreso". Esta columna presenta una breve introducción a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad.
Nuestro Héroe del Progreso Paul Hermann Müller, un químico suizo del siglo XX que descubrió las características de insecticida del dicloro difenil tricloroetano (DDT). La efectividad del DDT para matar mosquitos, piojos, pulgas y moscas de arena que portan malaria, tifus, la plaga y algunas enfermedades tropicales, respectivamente, ha salvado innumerables millones de vidas.
Müller nació el 12 de enero de 1899 en Solothurn, Suiza. A los 17 años, Müller dejó la escuela y, un año después, empezó a trabajar como un químico asistente para Lonza –una de las empresas de biotecnología más grandes del mundo.
En 1918, Müller volvió a la escuela. En 1919, empezó a estudiar química con una mención en botánica y física en la Universidad de Basilea. Luego de completar su título de pre-grado en 1922, Müller se hospedó en la Universidad de Basilea para estudiar para obtener un doctorado en química. Müller completó su doctorado en 1925. Ese año, empezó a trabajar para J.R. Geigy, una empresa especializada en "químicos, tintes, y drogas de todo tipo". Allí Müller haría su gran descubrimiento.
En 1935, Suiza empezó a experimentar una gran escasez de alimentos debido a la infestación de dos cultivos, y la Unión Soviética experimentó la epidemia más extendida y letal de tifus en la historia. Estos dos eventos tuvieron un impacto profundo en Müller. Antes de la década de 1940, los insecticidas eran o productos naturales costosos o baratos pero elaborados con compuestos de arsénico que los hacía venenosos para los seres humanos y los mamíferos.
Alentado por la necesidad de crear un agente que proteja a las plantas, sea barato, dure mucho tiempo y que no sea perjudicial para las plantas o los animales de sangre caliente, Müller decidió desviar su el enfoque de su trabajo en J.R. Geigy desde la investigación de tintes vegetales y agentes naturales de curado hacia la investigación de agentes que protegen las plantas.
Para 1937, Müller había desarrollado un desinfectante exitoso de semillas llamado Graminone, el cual, cuando se lo aplicaba a las semillas, las protegía de patógenos e insectos provenientes de la tierra. Luego de este éxito inicial, Müller se enfocó en los insecticidas. Luego de cuatro años de trabajo intenso y de 349 experimentos fracasados, Müller encontró el compuesto que había estado buscando en septiembre de 1939.
DDT había sido sintetizado por primera vez por el farmacólogo vienés Othmar Zeidler en 1874. Desafortunadamente, Zeidler no reconoció el valor de DDT como un insecticida. J.R. Geigy sacó una patente suiza para el DDT en 1940 y a esta le siguieron las patentes británica, estadounidense y australiana a principios de la década de 1940.
El descubrimiento del DDT llegó en un momento importante en la historia. Este jugó un papel especial protegiendo a los soldados aliados en el Lejano Oriente, donde las camisetas de los soldados británicos muchas veces fueron impregnadas con el compuesto. En 1943, DDT fue utilizado en Nápoles para controlar una epidemia de tifus en tan solo tres semanas. Entre la década de 1950 y 1970, DDT fue usado para erradicar la malaria de muchos países, incluyendo a EE.UU. y gran parte del sur de Europa.
El uso del DDT cayó después de 1972, cuando fue prohibido debido a preocupaciones ambientales por parte de la Agencia para la Protección Ambiental de EE.UU. Como Richard Tren del grupo partidario de la salud pública llamado Africa Fights Malaria señaló, "mientras que hay evidencia de que el uso amplio y prácticamente no regulado del DDT...si perjudicó al medio ambiente, ningún estudio...ha mostrado que el DDT sea la causa de cualquier problema de salud para los seres humanos".
En 2006, la Organización Mundial de la Salud (OMS) revirtió su posición respecto del DDT. La OMS ahora recomienda "el uso del [DDT en] las aspersiones residuales puertas adentro" dado que "el DDT no presenta riesgo de salud alguno cuando es utilizado de manera adecuada".
Luego de su descubrimiento, Müller llegó a ser el sub-director de investigaciones sobre protección de plantas en J.R. Geigy. En 1948, Müller recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina. El hecho de que Müller recibió este premio aún cuando no era un fisiólogo ni un investigador de medicina resalta el impacto inmenso que el DDT tuvo en la lucha contra las enfermedades.
Posteriormente, Müller recibió muchos premios y doctorados honorarios. En 1961, Müller se retiró de J.R. Geigy, pero continuó realizando investigaciones en su laboratorio en casa. En 1965, Müller murió a los 65 años en Basilea.
Gracias al trabajo de Müller, miles de millones de personas han sido capaces de evitar ser expuestos a enfermedades mortales que han plagado a la humanidad desde el inicio de nuestra especie. Por esta razón, Paul Hermann Müller es nuestro dieciochoavo Héroe del Progreso.
Héroes del Progreso,
parte 19: Louis Pasteur
Alexander C. R. Hammond destaca el trabajo del científico francés Louis Pasteur, conocido como "el padre de la microbiología".
Hoy presentamos la edición No. 19 de una serie de artículos publicados por HumanProgress.org, titulada "Héroes del progreso". Esta columna provee una breve introducción a los héroes que han realizado una contribución extraordinaria al bienestar de la humanidad.
El Héroe del Progreso de hoy es Louis Pasteur, un científico francés del siglo diecinueve, quien es comúnmente conocido como "el padre de la microbiología". Pasteur es famoso por haber desarrollado la teoría microbiana de la enfermedad, creando el proceso de pasteurización (el cual previene que se dañen muchos productos alimenticios), y por haber cambiado la forma en que los científicos desarrollan las vacunas.
Louis Pasteur nació en el seno de una familia pobre y católica en Jura, Francia el 27 de diciembre de 1827. En 1839, Pasteur se inscribió en el Royal College of Besançon, la misma ciudad en la que había asistido a la escuela secundaria. Dentro de un año, Pasteur había obtenido su Bachillerato en Letras. En 1842, se graduó con un título en ciencias. Un año después, empezó a estudiar en el École Normale Supérieure, una escuela de posgrado en París. En 1848, Pasteur fue designado profesor de Química en la Universidad de Estrasburgo.
En Estrasburgo, Pasteur conoció a su esposa Marie. La pareja se casó en 1849 y tuvieron cinco hijos. Sin embargo, solo dos de esos niños llegaron a la adultez, mientras que el resto murieron de tifoidea. Se dice que la muerte de sus tres hijos alentó a Pasteur a estudiar las infecciones y las vacunas.
En 1856, cuando fue decano de la facultad de ciencias en la Universidad de Lille, Pasteur empezó a estudiar la fermentación para ayudar a un fabricante local de vinos a superar el problema del avinagrado del alcohol.
Antes de Pasteur, la gente creía en la doctrina de la "generación espontánea", la cual sostenía que la vida espontáneamente aparecía en la materia no viviente. Ese razonamiento defectuoso era utilizado para explicar por qué los alimentos se dañaban y cómo las infecciones se desarrollaban.
Para derribar la teoría de generación espontánea, Pasteur "expuso un caldo recientemente hervido al aire en vasijas que contenían un filtro para capturar todas las partículas que pasaban hacia el medio de crecimiento, e incluso sin filtro alguno, siendo el aire admitido a través de un tubo largo y tortuoso que no dejaría pasar partículas de polvo. Nada creció en los caldos: por lo tanto los organismos vivientes, que crecían en los caldos que no habían sido calentados, provenían de afuera en la forma de esporas en el polvo, en lugar de ser generadas desde dentro del caldo".
Además, Pasteur descubrió que el calentamiento de las bebidas a una temperatura que va desde 140F hasta 212F (60°C-100°C) mataba las bacterias en esos líquidos. Su primera prueba exitosa fue completada el 20 de abril de 1862, y el proceso que desarrolló llegó a ser conocido como la pasteurización. Pasteur patentó su descubrimiento en 1865.
Pasteur luego volcó su atención al desarrollo de las vacunas. Él y sus colegas inyectaban a las gallinas con microbios cultivados de cólera. Luego de muchos experimentos, el equipo descubrió que si las aves eran inyectadas con microbios vivos de cólera luego de que ya habían sido inyectados con una variante más débil del cólera, las gallinas permanecerían sanas.
Pasteur por lo tanto se convirtió en el primer científico que utilizó virus artificialmente debilitados como vacunas. Pasteur luego desarrolló una vacuna contra el carbunco (anthrax) en 1881. En 1885, Pasteur desarrolló de manera exitosa una vacuna contra la rabia.
En 1888, Pasteur había recibido suficientes donaciones para abrir el Instituto Pasteur –una fundación privada dedicada al estudio de la biología, los micro-organismos, las enfermedades, y las vacunas. Permaneció como director de su instituto hasta que murió el 28 de septiembre de 1895.
Pasteur fue nombrado Gran Funcionario de la Legión de Honor en 1878. Recibió docenas de premios honorarios y hoy hay alrededor de 30 institutos, y varios hospitales, escuelas y calles con su nombre. Cuando murió, Pasteur recibió un funeral estatal en la Catedral de Notre Dame y su cuerpo fue enterrado en una bóveda debajo de su instituto, donde todavía se encuentra actualmente.
El trabajo de Louis Pasteur cambió fundamentalmente el mundo en el que vivimos. La prueba que el aportó acerca de la existencia de la teoría microbiana de la enfermedad revolucionó la forma en que pensamos acerca de la salud humana. La pasteurización nos permitió preservar las bebidas y alimentos enlatados por mucho más tiempo de que lo que anteriormente se pensaba que era posible. Y, finalmente, Pasteur revolucionó el desarrollo de las vacunas.
Mucha de la ciencia moderna se basa en el trabajo de Pasteur. Sin él, es probable que cientos de millones, sino miles de millones, de personas no estarían vivas hoy. Por esta razón, Louis Pasteur es nuestro Héroe del Progreso No. 19.
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