La soledad,
una epidemia creciente
La soledad es una epidemia que afecta a cada vez más españoles. No entiende de clases y genera exclusión y problemas de salud. Más de la mitad de la población siente soledad y cerca de tres millones viven solos porque no tienen más remedio.
Hay 4,7 millones de hogares unipersonales, aunque vivir solo y sentirse solo no es sinónimo.
La soledad puede ser más mortal que la obesidad y aunque se vincula a los mayores, los pefiles son diversos.
El aumento de hogares unipersonales, los nuevos tipos de familia, el descenso de la natalidad, el paro, la precariedad en el empleo, la frenética vida en las grandes ciudades y la tendencia a relaciones personales menos duraderas y con lazos menos consistentes son algunos de los factores que intervienen en el aumento imparable de la soledad.
Es la soledad no deseada ni elegida, un problema cada vez más frecuente y más complejo en las sociedades actuales definida como "epidemia social" por expertos en psicología, psiquiatría y sociología.
Los perfiles de las personas que se sienten solas son variados y no siempre obedecen a patrones comunes. El sentimiento de sentirse solo no entiende de edad, sexo o estatus social. Desde niños a adolescentes y jóvenes hiperconectados, pero solos; pasando por adultos con pareja o familia o sin ellas que se ven inmersos en el oscuro agujero al que puede llevar la soledad profunda, crónica y severa. El grupo de mayor prevalencia es el de los mayores que, en muchos casos, viven solos en el final de sus días y mueren solos.
La soledad, epidemia del primer mundo
Vivir solo y estar solo no es lo mismo
En España hay 4,7 millones de hogares unipersonales, según la Encuesta continua de hogares del INE de 2017, una cifra que no deja de crecer y que ya representa el 25,4% del total de los hogares. Pero lo cierto es que no siempre vivir solo y sentirse solo es equivalente.
"Se puede vivir solo, ser feliz y pleno y no tener sensación alguna de soledad y se puede vivir acompañado y tener ese profundo y doloroso sentimiento. O pueden darse las dos situaciones juntas: vivir en soledad y tener sentimiento de soledad", asegura a RTVE.es el sociólogo Juan Díez-Nicolás, autor de la investigación 'La soledad en España', que alerta de que "la soledad es un peligro creciente en nuestros días y de cara al futuro solo será mayor".
Explica cómo una misma circunstancia adversa- ruptura de pareja, paro, muerte de un ser querido, emancipación de los hijos, traslado a otra ciudad, no encontrar a la pareja deseada- puede llevar a alguien a adentrarse en el pozo de la soledad, y a otra persona, en las mismas circunstancias, no.
Según el estudio, un 12% de los encuestados dijo sentir lo que este sociólogo denomina soledad sustancial, esto es, sentirse solo buena parte del tiempo, casi todo el tiempo o todo el tiempo; y casi la mitad de la población contestó 'sí' a la pregunta de si había sentido soledad alguna vez en la vida.
"Puede haber momentos puntuales de soledad en diferentes etapas de la vida. En los momentos de transición y de cambio es común y muy normal que aparezca esta sensación que se define como soledad transitoria que incluso puede servir como aprendizaje. El problema grave viene cuando la soledad se cronifica", apunta a RTVE.es Marta Miret, psiquiatra del CIBERSAM (Centro de Investigación biomédica en Red Salud Mental).
El empleo es un factor clave a la hora de hablar de soledad. Trabajar mucho puede llevar a descuidar las relaciones con amigos, pareja o familia, pero no tener trabajo o tener uno precario puede ocasionar cortar por lo sano toda relación, según los expertos. Los polos opuestos pueden llevar a la misma sensación de vacío final.
"Un alto ejecutivo con gran éxito laboral y sin aparentes problemas puede llegar a casa y sentirse profundamente solo", afirma Díez-Nicolás, que pone de manifiesto la "enorme estigmatización" que supone reconocer que no se tiene amigos ni familia y se convive con la soledad cada día, lo que lleva "a encerrarse más en sí mismo convirtiéndose en un círculo vicioso del que es difícil salir". Puede llevar incluso a fingir una vida, a veces expuesta en redes sociales, donde se presume de felicidad y estar rodeado de gente, pero finalmente la realidad es otra bien distinta. La soledad, añade el sociólogo, es una de los sentimientos más silenciados por quien la sufre.
¿Urge crear un Ministerio de soledad?
El aumento de personas que viven solas desde la juventud y la edad adulta provocará, según el director del grupo de investigación sobre el envejecimiento del CSIC, Antonio Abellán, algunos aspectos positivos- "muchos solteros y divorciados estarán acostumbrados a convivir con la soledad y se adaptarán y la soportarán mejor cuando sean mayores"- y otros negativos- "envejecer sin hijos y, por tanto, sin nietos, puede provocar en algunas personas una desconexión total con el futuro y eso les puede llevar a un aislamiento absoluto".
¿Cómo afrontar, por tanto, un futuro lleno de seres solitarios voluntarios o no, y con una mayor esperanza de vida? Ya se empiezan a tomar medidas al respecto: Reino Unido ha creado este mismo año la Secretaría de Estado para la Soledad y en España el Congreso de los Diputados ha instado este mes de diciembre al Gobierno a impulsar una 'Estrategia contra la soledad' que pretende ahondar en el conocimiento de qué es la soledad crónica con el fin de prevenir sus consecuencias y analizar un fenómeno que ya marca el presente de las sociedades.
El experto en envejecimiento del CSIC pone de manifiesto en este punto la importancia de elaborar desde ya políticas públicas que puedan preveer una avalancha de demandantes de servicios públicos futuros. De los 4,7 millones de hogares con una sola persona, dos millones corresponden a mayores solos y en muchos casos, dependientes.
"Las redes sociales no pueden sustituir el contacto humano"
El binomio mayores-soledad preocupa y mucho, pero el vínculo creciente entre esta sensación y los jóvenes es calificado como "alarmante" por los expertos. La BBC realizó el pasado mes de octubre el proyecto Loneliness Experiment (Experimento de la Soledad), del que se desprende que un 40% de los jóvenes encuestados de entre 16 y 24 años confesaron que a menudo se sentían solos, frente al 27% de los mayores de 75 años que lo sentían. Se da la circunstancia, además, de que los jóvenes solitarios eran los que más amigos tenían en facebook. "Solitarios en comunicación permanente" y "soledad masificada" de la que habló el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman.
Los profesionales consultados por RTVE.es hablan de esta nueva soledad instaurada en los grupos de población más jóvenes que a veces prefieren establecer relaciones por internet."Las redes sociales no pueden sustituir el contacto humano. Bien utilizadas son tremendamente positivas pero el bienestar y los aspectos psicológicos que genera la relación cara a cara no son sustituibles", afirma la psiquiatra Marta Miret.
Para ilustrar el desapego cada vez mayor a relacionarnos con los que tenemos muy cerca ponen como ejemplo las actuales comunidades de vecinos deshumanizadas, sobre todo en las grandes urbes, donde "nadie habla con nadie" ni sabe nada de las personas con las que comparte espacio vital quizá durante años.
La soledad puede causar más muertes que la obesidad
La psiquiatra Miret ha participado en un estudio elaborado por CIBERSAM y la Universidad Atónoma de Madrid sobre la soledad y su relación con la mortalidad con conclusiones demoledoras y que llevan a poder afirmar que la soledad mata.
La soledad crónica puede traducirse en alcoholismo, tabaquismo, depresión, insomnio, estrés y aparición de demencias."Puede causar problemas de salud mayores incluso que la obesidad pero esta enfermedad sí está entre las prioridades médicas a atajar y la soledad, no", lamenta Miret.
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