A continuación se exponen dos imágenes de la Iglesia presentadas en Aparecida:
a) Iglesia discípula-misionera
1. Iglesia de discípulos
La propuesta de Aparecida es muy sencilla y clara en cuanto que busca, en un principio, responder a la invitación de Jesús cuando llamaba a ser sus discípulos. “Quiere destacar la necesidad de que cada uno se encuentre personalmente con Jesucristo y lo siga. Eso supone la oración personal, la lectura orante de la Palabra, y sobre todo que Él sea el centro de sus vidas.”20
Es tan importante la proyección de una Iglesia de discípulos en Aparecida, que esta palabra aparece 250 veces en el documento. Pero es bueno saber que la palabra: el Maestro (Jesús, Cristo o Jesucristo) aparece 484 veces.21
Se puede concluir que se busca que en la Iglesia “el discipulado sea para la misión”.22
2. Iglesia de misioneros
Busca destacar que todos son misioneros y que siempre son misioneros. No es que primero tienen que formarse para después ser misioneros. Ya desde el primer encuentro con Jesucristo, si es verdadero, brota la necesidad de comunicarlo a los demás. La misión es parte inseparable del discipulado23
Se muestra una Iglesia de misioneros que busquen llevar a Dios a todos con alegría, en comunión y viviéndolo como vocación. “Los verdaderos misioneros que cambien al mundo deben ser auténticos discípulos de Jesucristo y necesitan una espiritualidad sólida y una adecuada formación”.24
3. Iglesia formadora y en formación
Quizá la mayor novedad de Aparecida consista en haber hecho una opción por la formación de los discípulos, formación que incluye dimensiones doctrinales, espirituales, misioneras, etc. También es notoria su insistencia en la necesidad de la inserción en las diferentes comunidades eclesiales existentes.25
Por el gran espacio que se le dedica, está claro que “la formación de los discípulos misioneros, para que puedan creer y responder a los desafíos actuales, ha sido una gran preocupación de la V Conferencia.”26
Una Iglesia formadora para tener discípulos misioneros congruentes con su fe y vida y, que éstos, tengan una preparación para “dar razón de su esperanza a quien se las pida” (1 Pe 3,16), pero a la vez en una Iglesia en formación puesto que es itinerante y necesita llevar un proceso formativo.
b) Iglesia viva
La palabra que más se repite en todo el documento es vida (más de 600 veces). Se cumplió el objetivo de presentar la actividad evangelizadora como una oferta de vida digna y plena para la gente. El documento insiste mucho en una misión entusiasta y generosa, que llegue a las periferias y que ponga el acento en las verdades centrales y más bellas del Evangelio. Invita a crecer como discípulos humildes y disponibles, amigos de los pobres y enamorados de los pueblos latinoamericanos.27
El eje central es el valor de la vida en todo sentido, no sólo en la gestación, en el momento cercano a la muerte, sino en todo momento. Y tiene que ser una vida digna, con trabajo, con casa, con posibilidad de estudio; tiene que ser una vida que tenga toda la dignidad que la persona humana requiere. Esta concepción de vida atraviesa todo el documento de Aparecida. 28
Aparecida muestra una Iglesia viva en cuanto que los discípulos misioneros viven la plenitud de la vida que ofrece el encuentro con Jesucristo. De esta manera todo lo que se hace es para comunicar la vida, para que la gente pueda llevar una vida digna, plena y feliz.
Para eso hace falta mostrar que la relación con Jesucristo no los hace menos felices, sino que los ayuda a desarrollarse plenamente y a disfrutar más de la existencia, porque la vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la existencia humana.29
CONCLUSIÓN
Aparecida es un acontecimiento de la Iglesia universal. No llega a limitarse a ser un sólo evento de la Iglesia latinoamericana. Se ha convertido en una luz del Espíritu Santo para vivir un itinerario hacia Dios desde Latinoamérica, es una señal para continuar recorriendo el camino de la historia de salvación desde y en nuestros pueblos, buscando la vida plena, con la conciencia de ser discípulos misioneros y con un serio compromiso de tener una formación integral para llevar ese mensaje y que, éste a su vez, genere vida y luz en la realidad en la que se encuentra América Latina.
El autor quedó muy satisfecho al tener la oportunidad de profundizar en el magisterio de la Iglesia local (en este caso continental) al descubrir la gran riqueza y la bella bendición de Dios al regalar esta perla preciosa (Documento Aparecida) a la Iglesia de Latinoamérica y, a su vez, genera en él un compromiso para buscar llevar a la praxis lo que se llega a proponer. Para finalizar se invita a suplicar con la misma oración que el Papa Benedicto XVI30 regaló a los participantes de Aparecida en su discurso inaugural:
Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. ¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discípulos y misioneros! ¡Mane nobiscum, Domine!
20 FERNÁNDEZ, Víctor M.; Aparecida, guía para leer el documento y crónica diaria, Ed. Dabar, México D.F. 2007, p. 19 21Cfr. Ibídem. P.
21 22 Ibídem.
23 Cfr. Ibídem.
24 Ibídem. P. 20 10
25 Cfr. CODINA, Víctor (artículo) en GARCÍA, Irma; Aparecida, renacer de una esperanza, Amerindia, Ed. Dabar, México D.F. 2008, pp. 119-120
26 FERNÁNDEZ, Víctor M.; Aparecida, guía para leer el documento y crónica diaria, Ed. Dabar, México D.F. 2007, p. 20
29 Cfr. FERNÁNDEZ, Víctor M.; Aparecida, guía para leer el documento y crónica diaria, Ed. Dabar, México D.F. 2007, p. 23 30 DI 6 Documento Aparecida
VER+:
Eclesiología Pueblo de Dios by prjhh on Scribd
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