AHORA —oráculo del Señor—,,
convertíos a mí de todo corazón,
con ayunos, llantos y lamentos;
rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos,
y convertíos al Señor vuestro Dios,
un Dios compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor,
que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá
dejando tras de sí la bendición,
ofrenda y libación
para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sion,
proclamad un ayuno santo,
convocad a la asamblea,
reunid a la gente,
santificad a la comunidad,
llamad a los ancianos;
congregad a los muchachos
y a los niños de pecho;
salga el esposo de la alcoba
y la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes,
servidores del Señor,
y digan:
«Ten compasión de tu pueblo, Señor;
no entregues tu heredad al oprobio
ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes:
«Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió
el celo de Dios por su tierra
y perdonó a su pueblo.
💕
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
HERMANOS:
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
«En el tiempo favorable te escuché,
en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.
Padre de misericordia,
ayúdanos con tu auxilio
al empezar la cuaresma,
para que nos mantengamos
en espíritu de conversión;
que la austeridad de estos días
nos ayude en la lucha cristiana
contra las fuerzas del pecado.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo
que vive y reina contigo
en la unidad
del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
El concepto de santidad (Qedusah), base esencial de la espiritualidad y expresión característica de la santificación de la vida diaria.
El concepto de espiritualidad y, por tanto, de santidad (Qedusah) tiene su origen en la concepción de que la religión no puede considerarse un compartimiento estanco de la vida. Sino que debe penetrar toda la existencia humana. Adorar a Dios y espiritualizar la vida del hombre significa tender a la realización de la santidad, transfiriéndola a todas las actividades humanas.
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