JOSÉ LUIS GARCÍA GUILLERMO
Nunca vivimos sin guerras.
No confundamos las cosas.
La vida color de rosa es quimera
aquí en la tierra.
Que hay quien se empeña
y aferra en pedir la paz un día
y luego al siguiente día,
ni la pide ni se acuerda.
Porque es pura hipocresía,
vivimos lo que nos toca.
Y aciertas o te equivocas
proclamando alegorías.
Sacamos banderas blancas.
Todo un cielo de palomas.
Pero en nombre de Mahoma
llaman a la guerra, santa.
Se mata en nombre de Dios,
pregonando paz, se mata,
defendiendo democracias,
se mata hablando de amor.
Y se invaden territorios,
no hay escrúpulos, ninguno.
Aunque aparenten algunos
que no están sembrando el odio.
Gobiernos de pacotilla,
políticos que no sienten,
mandamáses dirigentes
que nos ponen de rodillas,
y de manera indecente
nos venden ser inocentes.
De exterminar nuestras vidas.
Porque sus mentiras llegan
a lo más hondo del alma.
Los que fabrican las armas
son los mismos que te arengan,
y paz del mundo, reclaman.
Todo es cuestión de dinero,
que no hay guerras. Pues se inventa.
Que así se mueve la venta del negocio guerrillero.
Y sigue la guerra en Siria, y en Yemen, y en Palestina,
los conflictos no terminan
aunque luego se nos diga que la paz
ya se vislumbre tras la reunión de la cumbre.
¿Se olvidó ya Afganistán?
¿Ya no están los talibanes?
Hablar de la paz mundial
cuando el tema nuclear
es la amenaza constante,
ya resulta hasta insultante,
simples ganas de humillar.
El mundo entero en las manos
de unos cuantos poderosos,
locos y facinerosos,
dementes y desalmados,
unos vándalos de altura
con sus falsas composturas.
Sus aires presuntuosos
y sus supuestas corduras.
Y nosotros, mientras tanto,
aquí nos queda aguantando
a sátrapas caprichosos
con sus cínicas locuras.
Ahora los rusos y Ucrania
y un análisis profundo
de lo que le afecta al mundo.
Un nuevo golpe de infamia,
otro atentado a la vida,
otro giro y otro rumbo.
Pero todo es por la paz,
en pro de la economía,
que nadie vaya a pensar que las guerras
solo están para romper la armonía.
Que la única verdad, la razón,
la realidad para una guerra hoy en día
es aumentar capital, es poder
y deslumbrar de cara a la galería.
Es por ganas de matar.
Y es por pura hipocresía.
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