THE SET-UP (TONGO)
The Set-Up es un poema narrativo del tamaño de un libro, escrito por Joseph Moncure March. Fue publicado por primera vez en el invierno de 1928 por Pascal Covici, Inc., después del éxito del primer poema de March, The Wild Party (1926), que se convirtió en un escándalo después de que fuera prohibido en Boston por lascivo.
El montaje se inspiró en una pintura de James Chapin., que March vio por primera vez en 1928. "El retrato de Chapin muestra una figura negra imperturbable sentada en su esquina entre rondas y mirando fijamente al ring sin sentido, con las cejas bajadas sobre un rostro muy golpeado, guantes de boxeo descansando suavemente sobre sus rodillas. Mientras tanto, su manejador blanco de mediana edad se recuesta sobre las cuerdas en una postura despreocupada y difícil de leer ¿le está haciendo un gesto a algún amigo en la multitud? en su cabello engominado? Cualquiera que sea el significado pretendido por Chapin, March parece haber tomado de la pintura, para que luego pudiera ponerlo en su poema, una aguda conciencia de la distancia entre aquellos que luchan y aquellos que miran la lucha; aquellos desnudos expuestos y los que encubren algo".
La narración cuenta la historia de un anciano boxeador afroamericano utilizado como "montaje" contra un boxeador más joven, Sailor Gray. La historia se centra en el vínculo entre el crimen y el boxeo profesional tal como era en la primera mitad del siglo XX. March está interesada en el papel que juega la raza en el deporte y cómo aparecen las políticas raciales cuando se transmutan en el ring de boxeo. "Pansy tenía las cosas, pero su piel era morena; y nunca tuvo la oportunidad de ganar la corona de peso mediano".
El mundo que representa March es brutal, las personas son crueles entre sí. Primero nos encontramos con los gerentes de combate Cohn y Ed MacPhail en el bar de Herman Brecht, donde se reunirán con Tony Morelli. Morelli, un jefe de lucha, necesita un luchador para enfrentarse a su prometedora joven luchadora Sailor Gray. Cohn y MacPhail sugieren a Pansy Jones como candidata y la pelea está arreglada. Se intercambia dinero, Morelli les dice a Cohn y Ed MacPhail que le den una parte a Jones para asegurarse de que "caiga Gray", pero después de dejar el bar, Cohn y Ed MacPhail deciden no darle a Jones nada del dinero arreglado. Cuando tiene lugar la pelea, Pansy Jones descubre la verdad y, con el orgullo herido, gana enojada la pelea contra Gray. Para gran resentimiento de los gerentes de pelea que, acompañados por Gray, posteriormente persiguen a Pansy Jones. Lo llevan al metro y Pansy Jones cae sobre las vías de un tren que se aproxima. El final es ambiguo, pero se supone que muere.
"The set-up" es la adaptación de un poema narrativo de Joseph Moncure March. Donde además el protagonista es un boxeador negro, si destaco este punto es porque la película, en cierto modo, es un poema visual sobre la figura del perdedor. No hay más que leer el nombre de algunos locales decadentes de esa plaza donde transcurre la trama que hacen referencias al paraíso y a los sueños. La historia de "The set up" transcurre en un breve periodo de tiempo, como señala el reloj de la calle que abre y cierra la película…, donde el boxeador con rostro de Robert Ryan no solo tendrá su última noche de gloria sino que también le seguirá la sombra del fracaso y del destino cruel… o quizá el camino, como cree su desencantada esposa (Audrey Totter), para una nueva oportunidad en la vida.
Todo es un poema visual. El ambiente de esa zona de la ciudad donde transcurre la trama. Mientras él se prepara para la última pelea en el ring, ella pasea reflexiva por las calles. Los rostros de los espectadores. La decadencia que se respira. Esa ventana del hotel que se enciende y se apaga… y supone una esperanza para el luchador porque es el reflejo de que alguien le espera. La importancia de las sombras, sobre todo en el momento más violento y triste del film donde las sombras de un grupo de jazz se proyectan en una pared de ladrillo, mientras la música además tapa los gritos de una paliza nocturna que no hace falta que la cámara la recoja pues sentimos toda la crudeza del momento. El propio combate, casi a tiempo real (como toda la película), que modula y carga de tensión y emoción la fuerza de un boxeador fracasado que quiere demostrar a toda costa que aún puede vencer, porque es lo que sabe hacer, luchar en el ring. La soledad del campeón en la habitación de preparación después del combate… Los más cercanos a él le han traicionado, menos su esposa, menos el vendedor de periódicos que admira sus viejas glorias, o los compañeros que nada pueden hacer… La desesperación del que se siente atrapado… pero que no ha sucumbido a la corrupción, al frío gánster de turno.
"Nadie puede vencerme" sigue el ritmo del rostro de Robert Ryan, que aflora todos los sentimientos posibles, de hombre duro y golpeado por la vida, de hombre tierno y enamorado, de hombre atormentado y fracasado, de hombre viviendo sus momentos de gloria, de hombre con el terror en el rostro, de hombre derrotado que pide ayuda…, de hombre que a pesar de los golpes… sabemos que va a volver a levantarse una y otra vez… "Nadie puede vencerme" sigue el ritmo de los golpes de la vida, que se reflejan en el ring y en el rostro de los otros compañeros de combate del protagonista. Rostros esperanzados, rostros desencantados, rostros del fracaso y de los sueños rotos. Y finalmente, "Nadie puede vencerme" sigue el ritmo del tiempo real, de las agujas del reloj que no se detienen a ritmo de jazz.
"NADIE PUEDE VENCERME&... by Yanka
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