KERIGMA
Seminario de Vida en el Espíritu
5ª Semana: VIVIR EN EL ESPÍRITU
Entre nosotros esta quinta semana suele ser posterior al retiro de efusión en el que nos han impuesto las manos para que recibiéramos el Espíritu Santo. En ella se perciben ya vislumbres de vida nueva. Es cierto que nos movemos en un terreno de fe, no de experiencia sensible y esto hemos de tenerlo siempre en cuenta. Lo que pasa es que la efusión a muchas personas les suele llegar a través de la experiencia de algún don, carisma o fruto del Espíritu Santo.
La efusión del Espíritu, si obramos con fe y seguimos en la oración, nos va a hacer entrar, poco a poco, en una forma nueva de vivir nuestra vida. Parece mentira, pero así lo testimonian millones de personas a lo largo y ancho de todo el mundo. Esta vida nueva está provista de una serie de características, típicas en los primeros tiempos de la Iglesia de los que recibían el bautismo.
a) Te va a sintonizar con la onda del Espíritu. El Señor suele trasmitir en una frecuencia de onda que se capta en el corazón mediante la fe. A ti te va a llenar de alegría pero experimentarás la imposibilidad de trasmitírselo a otros que apenas te entenderán.
b) Hasta ahora, tu yo ha sido el protagonista, incluso en la búsqueda de Dios. Ahora experimentarás la gratuidad y que es el Señor el que hace la obra. Esta experiencia te hará bien: se te va a cambiar la cara y a relajar el gesto. Irás superando el peso y la culpabilidad. Sentirás que no eres tu propio salvador ni el salvador de los demás y te servirá de alivio.
c) Te darás cuenta de que Jesús vive y de que su Espíritu actúa en ti, lo cual centrará y descerebrará tu vida religiosa. Brotará en ti una nueva sensibilidad espiritual. Empezarás a descubrir la alabanza como forma de oración.
d) La Palabra de Dios se te va a hacer más familiar y vas a entender cómo muchos de sus pasajes se realizan en ti. De ahí te brotará la necesidad de compartir tu fe y las experiencias que vas teniendo, lo cual hace que vayas necesitando de manera nueva a los demás y sientas el deseo de la comunidad.
e) Al percibir la actuación del Espíritu Santo en ti, irás dándote cuenta de que te va sanando de multitud de heridas, complejos, bloqueos y pecados. De ahí puede brotar una relación nueva con personas marcadas hasta ahora por tu indiferencia o resentimiento. Puedes también experimentar algunos frutos del Espíritu como una paz y alegría nuevas y desbordantes.
f) Finalmente, tal vez te hagas consciente de ciertos carismas del Espíritu. Te puedes encontrar orando en lenguas, cantando con una unción nueva, con una nueva valentía para hablar y dar testimonio. Podrás superar complejos y vergüenzas pasadas. En definitiva, comenzarás a dar con alegría razón de la nueva vida que te embarga.
Esta quinta semana subraya, de una manera especial, el combate entre la carne y el Espíritu. Es muy bueno recibir el Espíritu, pero tu carne, es decir, tus tendencias naturales no van a estar tan fácilmente de acuerdo. Tú mismo dudarás, tus amigos te lo discutirán, tu psicología, llena de miedos, se opondrá y tu razón la apoyará. Nuestra carne es atea y, de por sí, odia los caminos del Espíritu. Por eso, al principio, el Señor suele dar una experiencia sensible fuerte, la cual, como todo enamoramiento sirve para acumular recuerdos bellos que protejan los días de soledad y de desierto.
Día 1.- Jeremías 18, 1-12
Somos como barro en manos del alfarero. Dios nos ha calcado en Jesucristo y hace de nosotros una preciosa labor de orfebrería. Todas las amenazas, de que habla el profeta, han sido asumidas por Jesucristo y sublimadas en una vida nueva. San Pablo nos lo recuerda en su carta a los Romanos 9, 14-24
Día 2.- Juan 7, 37-39
Jesús nos anuncia una promesa que se está haciendo realidad en ti: “Ríos de agua viva correrán de su seno”.
Día 3.- Efesios 4, 17-31
La vida nueva lleva a un cambio de actitudes. Deberás comportarte con gestos y mentalidad nueva. Pero ahora ya sabes que es el Espíritu el que lo va a realizar en ti, si te prestas a ello y perseveras.
Día 4.- Romanos 1, 18-32
El hombre carnal, el que solo se guía por sus razonamientos, no llega a descubrir el camino verdadero y cae en la impiedad, sin conocer a Dios ni darle gracias. De ahí que se embrutezca su corazón, se haga duro y caiga en las mayores aberraciones que, muchas veces, encubre bajo capa de cultura o modernidad. Actualmente vivimos una época que se asemeja mucho a la que nos describe San Pablo en los versículos citados.
Día 5.- Romanos 8
Léete entero este precioso capítulo en el que Pablo nos habla de la vida en el Espíritu. Como verás esta vida emerge de las oscuras y lóbregas vicisitudes de la carne atada al pecado y sin salida posible hacia la libertad, a no ser en Jesucristo. Ya empieza a realizarse en ti todo lo que dice.
Día 6.- Gálatas 5, 13-26
Con estas palabras Pablo distingue los frutos de una vida vivida en la carne, es decir, con criterios puramente racionales y humanos y los de la vida en el Espíritu.
Día 7.- Juan 1, 1-18
Sin embargo los hijos del Espíritu no han nacido de la carne y de la sangre sino que deben su consistencia a la gracia y a la verdad que proceden de Jesucristo. La vida nueva y todo lo que le pertenece se mueven en otra dimensión y no va a ser pasada por el fuego al final de los tiempos ya que es parte ya de la nueva creación.
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