“Cada vez que se plantan nuestros pies desnudos
sobre la tierra danzando a la vida,
sembramos la semilla de la Paz”
-El Pacificador-
HIJO, ¿QUÉ TE HAN HECHO?
VUELVE A TUS RAÍCES
Esta es la historia verdadera de un indiecito purépecha cuyo nombre espiritual lakota sioux actual es "Kiya-Wabli" que significa "Águila-Volando", nacido en Pátzcuaro (que significa Puerta del Cielo o Lugar de la alegría) en el estado mexicano de Michoacán.
Siendo un muchacho maravillado por la vida de los gringos se fue a Estados Unidos para vivir su sueño americano...
Al cumplir la edad requerida ingresa en el ejercito estadounidense para poder así conseguir la nacionalidad americana, y con el grado de sargento es enviado a la guerra de Vietnam.
Poco a poco su sueño se va transformando en una realidad pesadillezca. Para escapar del horror se evade con todo tipo de drogas y alcohol. La guerra hace destrozos en su alma y en su espíritu, y resulta herido por la espalda. A su regreso a América es mal recibido con todo tipo de insultos por el propio pueblo americano. Esta mala acogida lo trastorna perdiendo la razón y las ganas de vivir deambulando y mendigando por las calles de la gran selva urbana.
Una noche de las tantas que había pasado sentado al lado de un farol pidiendo limosna andrajosamente y totalmente lerdo con la cabeza totalmente inclinada hacia su pecho, se le acercó un señor. Él sólo percibió que llevaba unas sandalias franciscanas y logra escucharle a la tercera vez:
- Hijo, ¿qué te han hecho...? Hijo...
Esas tiernas palabras le sacuden y empieza a hablar de todo lo que le había pasado desde que se fue de su tierra natal y de infancia, sus dolores, sus horrores, sus fracasos, sus heridas, sus desengaños, sus guerras, sus muertes...
En eso, levantó su mirada antes perdida hacía su preocupado locutor anónimo. Y se percata de que era un religioso por el alzacuellos.
Éste le vuelve a hablar tocándole la mano con calidez:
- Vuelve a tus raíces, hijo. Vuelve... Tú puedes, podemos...
Mientras ve que el hombre se va alejándose, empieza a recordar su infancia, su familia, su abuela, su gente, su tierra. Y súbitamente, se levanta y emprende el camino de regreso.
Después de algún tiempo, llega a su pueblecito, a la casa de su abuelita, pero, ésta no se sorprende al verle ya que los sueños le habían dicho de su vuelta. Y le abraza con gran alegría...
La abuela pertenecía al consejo de ancianas y era una mujer medicina.
-Hijito, tú también tienes el don del Gran Espíritu de ser hombre medicina para ayudar al pueblo. Ahora necesitas descansar y sanar de todas tus heridas... Y encontrar el centro.
A partir de su purificación espiritual se convirtió en un hombre medicina llevando la danza de la Paz por todo el mundo y haciendo mucho bien por todos las personas que pudo ayudar. Y un gran defensor de los derechos indígenas.
Un hombre que sufrió y combatió en la guerra se transformó en hombre de paz...
LA FAMILIA ES COMO LAS RAMAS DE UN ÁRBOL,
CADA UNO CRECE EN SU PROPIA DIRECCIÓN
PERO LAS RAÍCES SON LAS MISMAS.
VER+:
PALABRA REDENTORA, palabras redimidas
VUELVE A CASA HOY, VUELVE A TUS RAÍCES
Mural de Juan O’Gorman titulado
“La Historia de Michoacán"
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