debe ser respetuosa de la ley;
debe respetarla y hacerla respetar;
y señala que debemos tener conciencia crítica
y determinar los valores de la ley
que nos permite la convivencia y el respeto
que nos debemos unos a otros,
en toda sociedad civilizada'
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(Henry Thoreau)
El gran pensador que fue Henry Thoreau, inspiró a muchas personas y generaciones con sus propuestas de oponerse a las injusticias por medios no-violentos en defensa de los derechos civiles, profundizó en los comportamientos y valores éticos de las personas y las sociedades.
Fue y es una fuente de inspiración y práctica de la búsqueda de la Verdad y la Justicia. Hubo quienes supieron descubrir en sus enseñanzas los caminos de la libertad y la defensa de los derechos de las personas y los pueblos, utilizaron la resistencia civil como método y condición de vida, entre ellos inspiró al Mahatma Gandhi. Puso en práctica la acción y la reflexión, es decir la coherencia entre el decir y el hacer.
"Si toleramos las injusticias, terminamos siendo cómplices de las mismas"Un ejemplo de esa decisión fue durante la guerra que los EEUU desató contra México y que representó la pérdida de gran parte del territorio del pueblo mexicano. Thoreau se opuso a la guerra que consideraban injusta y por lo tanto, había que resistirla y oponerse por medio de la no-violencia. Pasó de las palabras a los hechos negándose a pagar los impuestos para la guerra. Su actitud de rebeldía le valió la prisión que la asumió como una de las condiciones de la resistencia frente a las injusticias. Decía que, si toleramos las injusticias, terminamos siendo cómplices de las mismas.
Thoreau publicó en el Instituto Tecnológico de Massachuset en 1848, un artículo dónde expone los principios y valores que toda sociedad debiera tener y los comportamientos que las personas y los pueblos debieran asumir. En síntesis dice: "Toda persona amante de la libertad debe ser respetuosa de la ley; debe respetarla y hacerla respetar; y señala que debemos tener conciencia crítica y determinar los valores de la ley que nos permite la convivencia y el respeto que nos debemos unos a otros, en toda sociedad civilizada".
Hace una clara advertencia cuando dice que:
"no toda ley es justa"; hay leyes que atentan contra el derecho de las personas y los pueblos, por lo tanto son leyes injustas que deben ser resistidas hasta su total nulidad porque dañan el cuerpo social y ponen en peligro la convivencia democrática.
Dice que todo ciudadano consciente de su responsabilidad, tiene el derecho de oponerse a las injusticias y debe estar dispuesto a asumir las consecuencias de desobedecer las leyes injustas. ¿Cómo reconocer la ley justa de la ley injusta? ¿Lo legal de lo ilegal, lo justo de lo injusto?
La lógica determina que todo lo legal debiera ser justo. Lamentablemente no es así; muchas veces lo legal es injusto, hay leyes que atentan contra el derecho de las personas y el pueblo. El Evangelio enseña que:
"Él no ha venido a abolir la ley, sino a confirmarla. El hombre no se ha hecho para la ley, sino la ley para el hombre". Estos valores se han alterado y despreciado, sometiendo a las personas a leyes injustas.
En España -como en otros países- se criminaliza los reclamos sociales, se sancionan leyes y decretos que van contra el derecho constitucional y dañan profundamente la democracia..
En España -como en otros países- se criminaliza los reclamos sociales, se sancionan leyes y decretos que van contra el derecho constitucional y dañan profundamente la democracia..
El derecho a la democracia se construye en el hacer cotidiano y es una conquista de la libertad que permite alcanzar la igualdad para todos. .
Esto es un claro ejemplo que no siempre lo legal es justo. Es evidente que el gobierno, por mas retórica que utilice para justificar lo injustificable, su práctica no es coherente entre lo que dice y lo que hace, así lo muestra la impunidad jurídica del gatillo fácil y la corrupción.
Esto es un claro ejemplo que no siempre lo legal es justo. Es evidente que el gobierno, por mas retórica que utilice para justificar lo injustificable, su práctica no es coherente entre lo que dice y lo que hace, así lo muestra la impunidad jurídica del gatillo fácil y la corrupción.
Ha dejado de cumplir el mandato del pueblo, de gobernar para todos por igual democráticamente.
El pueblo en sus diversas manifestaciones salió a reclamar justicia, movilizándose frente al estado de indefensión en que se encuentra y con un parlamento cómplice y permisivo que antepuso los intereses partidarios a los intereses del país. Salvo muy pocas excepciones de legisladores que honran el mandato del pueblo.
Tenemos una Corte Suprema de Justicia cuestionada y acusada de ser cómplice del poder político.
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Tenemos una Corte Suprema de Justicia cuestionada y acusada de ser cómplice del poder político.
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Es necesario determinar el marco legal de lo justo y de lo injusto; lo verdadero de lo falso. La ley es un derecho ganado por los pueblos a lo largo de su vida histórica y la vida de la humanidad; nos permite la convivencia y el respeto que nos debemos como ciudadanos. El derecho a la democracia se construye en el hacer cotidiano y es una conquista de la libertad que permite alcanzar la igualdad para todos.
¡NO A LA PARTIDOCRACIA!
Michael Huemer
LIBRO "EL PROBLEMA DE LA AUTORIDAD POLÍTICA":
colaboración agradezco— durante el año académico 2011-2012. PREFACIO
Este libro aborda la cuestión esencial de la filosofía política: acreditar la autoridad del estado. Es ésa una noción que siempre me ha resultado chocante por parecerme un concepto desconcertante que plantea muchos problemas; ¿por qué 535 personas en Washington han de estar facultadas para dar órdenes a otros trescientos millones? ¿Por qué motivo tienen esos otros que obedecerles? En las páginas que siguen argumento que estas preguntas carecen de respuestas convincentes. ¿Y eso qué importancia tiene?
En casi cualquier reflexión sobre política los argumentos se centrarán en cuáles han de ser las medidas que el estado debe poner en práctica, y en casi todas las polémicas — ya se susciten en ambientes académicos de filosofía política o en foros de debate más populares— se presupone que el estado disfruta de una clase peculiar de autoridad que le permite emitir órdenes al resto de la sociedad.
Así por ejemplo, cuando debatimos sobre cuál ha de ser la política de inmigración, damos por sentado que el derecho de fiscalizar quién entra y sale de un país obra en poder del estado. O, si estamos deliberando sobre cuál es la mejor normativa fiscal, aceptamos que el estado goza de la prerrogativa de poder despojar a las personas de sus bienes. O, al discutir sobre la reforma del sistema de salud, suponemos que el estado tiene la potestad de decidir qué servicios sanitarios hay que proporcionar y cómo pagar por ellos.
Si, como confío en ser capaz de convencer al lector, todas las anteriores presunciones yerran, entonces la práctica totalidad del discurso político actual está desencaminado y ha de ser repensado de raíz. ¿Quién debería leer este libro? Las cuestiones que aquí se abordan tendrán aliciente para aquellos a quienes interese la política y el papel del estado. Espero que el libro sea de algún provecho a mis colegas filósofos, aunque también confío en que rebase el ámbito de ese reducido grupo; así pues, he tratado de reducir al mínimo imprescindible el recurso a la jerigonza académica y mantener la redacción diáfana y directa. Su lectura no presupone ningún conocimiento especializado.
¿Contiene este libro ideología extremista? Sí y no. En las páginas que siguen, voy a defender algunas conclusiones radicales, pero aun siendo un extremista, siempre me he esforzado por ser un extremista razonable. Para razonar, me baso en lo que considero son juicios éticos de sentido común. No abrazo ninguna grandiosa y polémica teoría filosófica ni ninguna interpretación categórica de unos valores concretos ni ningún conjunto de afirmaciones experimentales discutibles. Lo que quiero decir con esto es que, aunque mis conclusiones sean sumamente polémicas, mis premisas no lo son; es más, me he afanado en examinar otros puntos de vista otorgándoles un trato imparcial y ajustado, y he atendido al detalle de las tentativas de justificación de la autoridad estatal más interesantes y, en principio, razonables.
En cuanto a mi propia opinión política, planteo todas las objeciones importantes que se le han formulado, tanto en la literatura especializada como expresadas verbalmente. Aunque sabiendo cómo son los asuntos de política no puedo contar con persuadir a los más fervorosos partidarios de otras ideologías, mi intención, empero, pasa por convencer a quienes mantengan una actitud abierta y receptiva sobre el problema que plantea la autoridad política.
¿Cuáles son los contenidos del libro?
Los capítulos dos al cinco analizan las teorías filosóficas referentes a la fundamentación de la autoridad del estado.
El capítulo seis analiza los indicios psicológicos e históricos que delatan nuestras disposiciones hacia el poder.
En el capítulo siete se plantea la cuestión de cuál debería ser el comportamiento de funcionarios y del resto de ciudadanos en ausencia de autoridad estatal; es aquí donde aparecen las sugerencias de índole más perentoriamente práctica.
La segunda parte del libro presenta una alternativa de estructura social no basada en el concepto de autoridad.
Los capítulos diez al doce examinan los problemas prácticos más evidentes que plantea tal tipo de sociedad.
En el último capítulo se trata si acaso es posible que las modificaciones que yo aconsejo pudieran llegar a producirse y de qué modo. Deseo mostrar mi reconocimiento a los amigos y colegas que me ayudaron durante la escritura de este libro:
Bryan Caplan, David Boonin, Jason Brennan, Gary Chartier, Kevin Vallier, Matt Skene, David Gordon y Eric Chwang ofrecieron inestimables opiniones que contribuyeron a suprimir errores y a pulir el texto en muchos puntos y les estoy agradecido por su generosidad.
En cuanto a los errores que pudieran restar, el lector deberá referirse a esa lista de profesores y exigirles una explicación por no haberlos enmendado. Este trabajo se llevó a cabo con la ayuda de una beca del centro de humanidades y de las artes de la universidad de Colorado —cuya colaboración agradezco— durante el año académico 2011-2012.
VER+:



2 comments :
Gracias por las matizaciones...
También dijo Jesús: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Dar al hombre lo que es del hombre y a Dios lo que es de Dios.
Dios es Dios y el mundo es el mundo.
Hasta siempre...
Y gracias...
Gracias por las matizaciones...
También dijo Jesús: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Dar al hombre lo que es del hombre y a Dios lo que es de Dios.
Dios es Dios y el mundo es el mundo.
Hasta siempre...
Y gracias...
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