LA DICTADURA
COMUNISTA
DE SALVADOR ALLENDE
En la presente obra, el escritor Nicolás Márquez repara y cuestiona la glorificación que tanto en Chile como en el exterior, se ha hecho de un sujeto cuya verdadera acción política ha sido escondida o falsificada. Hablamos de Salvador Allende, quien gobernó Chile entre 1970–1973. Es decir, de aquel dictador devoto del genocida Stalin, quien bajo el amparo y subsidio del totalitarismo soviético más el auxilio permanente de legiones terroristas autóctonas y cubanas, impuso a sangre y fuego un despotismo criminal.
No sin la permanente observación del tirano Fidel Castro, Allende avaló y/o impulsó de modo sistemático el crimen político. Persiguió a la prensa libre. Encarceló opositores. Instaló el robo/confiscación masivo de empresas, fundos e inmuebles. Promovió el adoctrinamiento marxista en la enseñanza infantil. Desatendió y despreció todas las instituciones del Estado, las cuales acabaron determinando oficial y expresamente la ilegalidad de su régimen. Todo ello sin contar las hambrunas generalizadas y el desabastecimiento que su empobrecedora gestión engendró.
En este libro, el lector no va a encontrar en Allende al simpático benefactor pregonado por la propaganda hegemónica que lo idolatra de manera automática, sino todo aquello que verdaderamente fue: un dictador que con represión y muerte, llevó a Chile al ostracismo y la postración. Y que cuando sobrevino el hartazgo popular y la adversidad, en vez de enfrentar la situación virilmente, acabó consigo pegándose un tiro, escapándose de sí mismo y de la tremenda responsabilidad política y moral por el terrible daño infligido a su país.
"La dictadura comunista de Salvador Allende", constituye un trabajo que sin duda alguna pondrá en tela de juicio y en jaque los numerosos embustes impuestos por la prevaleciente historieta en boga.
Prólogo
Revisar la historia
En asuntos políticos, revisar el pasado reciente siempre ha constituido una sana costumbre, máxime cuando quienes se "adueñaron "del mismo constantemente se han caracterizado por hacer de la mentira un uso y un abuso sistemático como herramienta política. Ese es el caso de la izquierda, la cual tras fracasar categóricamente en todas y cada una de sus gestiones de gobierno aplicadas a lo largo y ancho del mundo en su tristísimo derrotero, sí se ha ocupado de disfrazar sus desastres al reescribir la historia transmutándola en historieta. Descontextualizando hechos y resignificándolos por medio del embuste y a la vez, distrayendo verdades indispensables mediante el vil ocultamiento de las mismas; pero también incurriendo en la satanización de opositores con la consiguiente canonización de los personeros de su causa: aunque su causa haya sido siempre, en todo momento y en todo lugar un desesperante naufragio.
Cuestionar la prepotente imposición de un falsario relato oficial sobre un intrincado asunto pretérito constituye entonces el objetivo central del libro presente.
Y no es para menos. Aquí buscamos desannar el invento del "éxito político" de una gestión de gobierno que fue en verdad una empobrecedora frustración. O retrucar la construcción imaginativa de un "hombre de paz" pero que se valió del terrorismo homicida para imponer su paradigma. Desmentir también la farsa institucionalizada que edificó a un "Presidente honesto" cuando éste hizo uso del poder para corromper, corromperse y enriquecerse. Y a la vez desarmar la ficción del "estadista valiente", sobre quien fuera un dubitativo y vacilante líder cuestionado por los propios, y que a la hora de la adversidad huyó de sí mismo y sus responsabilidades de la peor de las maneras.
Fue entonces cuando el previsible marketing progresista convirtió en "líder del pueblo" a quien fue estadísticamente despreciado por las mayorías populares. Entonces la siniestra fabricó a "un demócrata " al mismo hombre que siempre sirvió a los grandes totalitarismos y se convirtiera en un oprobioso dictador de su país. En síntesis, se sacralizó a un presunto "héroe" cuando la realidad confirma que el déspota de marras ha hecho muchos más méritos para ser repudiado que glorificado: desprecio popular consumado y aclamado en el impacto de septiembre de 1973.
Vale decir que fueron muchas las motivaciones gravitantes que nos empujaron a encarar este trabajo, cuyo protagonista es el mítico chileno Salvador Allende, individuo que después del insistente fusilador Ernesto Che Guevara, es el fetiche más representativo que la izquierda hispanohablante ha sabido venderle a la chusma ignorante y comunicadores semicultos, el cual lo celebra religiosamente apoyándose en un sinfín de falacias, sofismas y distorsiones (tanto sea sobre su persona como de su lastimoso régimen), procurando así cambiar la percepción de la realidad de las nuevas generaciones al inducirlos a la infundada fascinación de eventuales gigantes de cartón no sin el uso del engaño, el slogan panfletario y la quimera como recurso insistente del utopismo militante.
No es nuestra meta convertimos en dueño de la verdad, sino procurar ser esclavos de ella. Luego, si este trabajo despierta polémica, dudas, discusión y tras la asimilación del presente texto se logra cambiar en algo la visión que previamente el lector tenía en cuanto al tema abordado, pues nos daremos por plenamente satisfechos.
"La Objetividad no debería existir en el periodismo",
porque "el deber supremo del periodista de izquierda
no es servir a la verdad, sino a la revolución".
Salvador Allende
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