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Manifiesto del Gobierno Español
en rechazo a la dictadura
y opresión del pueblo venezolano
Comunidad de Venezolanos en España
La sangre de los inocentes venezolanos caerá sobre todos aquellos que permanecen indolentes mientras avanzan los tanques de la represión chavista. Los gobiernos tienen que pronunciarse y la presión internacional materializarse en una condena efectiva. Pero, sobre todo, urge conminar a los tibios de toda la vida, a las malaguas que nunca se pronuncian, porque las dictaduras también sirven como termómetro para identificar a los verdaderos demócratas, tan distintos de esos falsos profetas que se esconden bajo el ropaje de la imparcialidad y la tolerancia.
Como comunidad venezolana en España, que se ubica alrededor de 300.000 personas, solicitamos al Estado español tomar una postura democrática para que fije su posición internacional de rechazo ante la situación que atraviesa Venezuela actualmente.
Como país hermano y por el estrecho lazo cultural que nos une, rogamos un pronunciamiento claro y directo en contra de las políticas que el gobierno de Venezuela ha adoptado en los últimos meses, acentuando la violenta represión y vulnerando los derechos fundamentales recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
Pedimos que el Estado español inste a los órganos internacionales a rechazar el régimen dictatorial encabezado por el tirano criminal Nicolás Maduro en nuestro país, que desconoce la voluntad de la mayoría de los venezolanos de establecer una transición hacia la democracia.
El pueblo venezolano se ha mantenido en las calles por más de 60 días, exigiendo la superación de las carencias básicas de la vida diaria y la recuperación de las condiciones mínimas en materia de salud, alimentación y seguridad.
Venezuela atraviesa una de las peores crisis humanitarias de los últimos tiempos, enmarcada por la violencia, la escasez de alimentos y de medicamentos. De acuerdo con datos oficiales del propio Estado, la tasa de mortalidad infantil ha aumentado de manera alarmante, alcanzando una cifra de más de 11 mil muertes de neonatos en un año y el aumento en 65% de la mortalidad materna en ese mismo período. La crítica situación de salud se ve agravada por la acentuada escasez de medicinas que supera el 85%.
La escasez no se limita al sector de la salud: hay carestía de productos alimenticios básicos y, debido a la dramática disminución del poder adquisitivo de la moneda local (una inflación de 720,5% en 2017 y se espera que suba a 2.069,5% para el 2018 según el FMI4.), la imposibilidad de mantener una alimentación adecuada afecta cada día a más hogares. Esta situación ha desencadenado el aumento de la desnutrición infantil que afecta a miles de niños venezolanos. De acuerdo con un estudio realizado por Cáritas de Venezuela, 52% de los niños evaluados presentaba algún tipo de déficit nutricional. A esta grave situación se le suma la creciente violencia en el país, que ubica a Venezuela como el segundo país más peligroso del mundo, con 28.400 muertes violentas en 2016.
Estas alarmantes cifras han originado las protestas que han sido violentamente reprimidas por el Estado. Existen pruebas contundentes de la agresión por parte de los órganos de seguridad del Estado hacia ciudadanos que se expresan y manifiestan su descontento. Es evidente la forma reiterada, organizada y coordinada en la que el aparato político-militar del Estado, apoyado por los poderes que controla y por grupos paramilitares armados, viola los derechos humanos de los venezolanos, ocasionando, en el marco de las manifestaciones opositoras, el asesinato de más de 61 venezolanos que ejercían su derecho de libre protesta y la detención de casi 3.000 civiles y su juicio en tribunales militares, violando el derecho al debido proceso establecido en la Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
A pesar de las exigencias de la mayoría del pueblo, el Estado desconoce la grave situación, haciendo uso de los medios de comunicación públicos y privados para manipular la información sobre la realidad. Además, este desconocimiento de la realidad, le ha llevado a tomar medidas de bloqueo a canales humanitarios que buscan ayudar a la población.
El secuestro y ausencia de la separación de poderes hace inviable la superación de esta crisis por las vías internas contempladas en la Constitución Nacional. Es por ello que vemos necesaria una participación activa y justa de la comunidad internacional, para tomar acciones concretas que impulsen la transición hacia un gobierno democrático en Venezuela.
- Boletines epidemiológicos 2016, revelados en mayo de 2017 por el Ministerio del Poder Popular para la Salud de Venezuela.
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