Los 10 Mandamientos de la Alegría
Cada mañana, cuando te levantes, pedirás a Dios el don de la alegría.
Incluso en las adversidades mantendrás la calma y la cara sonriendo.
En el silencio de tu corazón siempre tendrás presente que Dios te quiere y que Él siempre te acompaña.
Una y otra vez, dedicarás tu mirada a observar y admirar las buenas cualidades de los otros.
Sin ningún miramiento, siempre alejarás de tu vida la tristeza.
Evitarás las quejas y las críticas: no hay nada que sea tan deprimente.
Te esforzarás en tu trabajo y en tus obligaciones con el corazón gozoso y alegre.
Siempre ofrecerás a los visitantes una acogida afable y benévola.
Alejarás de ti los sufrimientos y pensarás cómo hacer llegar la alegría a los otros.
Repartiendo alegría, ten seguro que también la obtendrás para ti misma.
DECÁLOGO DE LA ALEGRÍA
1.- Amarás la
alegría como inmenso tesoro de Dios en el corazón de los hombres.
2.- No harás
de ella flor de cada día que se prodiga con facilidad, sino que la pondrás
siempre al servicio de los demás.
3.- No la
esconderás en tu pecho. Harás de ella un don de entrega y de
disponibilidad.
4.- No has de
temer que tu alegría sea mal interpretada, pero nunca humilles al que no puede
sonreír contigo.
5.- No la
convertirás en espada para herir y matar a los débiles.
6.- Tu alegría
no ha de servirte para atraer la admiración de los hombres, sino para acercarlos
a Dios.
7.- Nunca la
pondrás como máscara para ocultar tus intenciones.
8.- Cuando no
puedas alegrarte, no intentes disfrazar tu tristeza. Llorar también es
humano.
9.- Evitarás
la alegría que pueda adormecer tus ideales. Ésta no sería alegría.
10.- Nunca
envidiarás la alegría de los demás. Le agradecerás a Dios un don de tu
hermano.
HIMNO DE LA ALEGRÍA
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