EL Rincón de Yanka: SOMOS IBEROAMÉRICA, SOMOS LATINOAMÉRICA

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lunes, 12 de mayo de 2008

SOMOS IBEROAMÉRICA, SOMOS LATINOAMÉRICA

Por todas las arterias de América
corre un río invisible.
En su garganta un grito
más que un grito un aullido
que sangra sin remedio.

Somos Latinoamérica.

Nos inventó el silencio de la cordillera.
Nos calentó las manos el sol del trópico.
Y nuestros pies llagados
encontraron descanso
en sus lagos azules.
Y nuestros ojos
hallaron el alivio
en su verde infinito.

La rosa de los vientos
nos dispersó hacia los cuatro puntos cardinales.
El viento de sus valles calchaquíes
nos tejió un mapa de arrugas en la frente.
Y nos tornamos duros
como los minerales que duermen en su vientre.
Porque de cada piedra se nos pegó su fuerza.
Porque de cada orilla bebimos la frescura.

Somos Latinoamérica.
Somos el río que corre en sus arterias.
Somos la noche negra de su cintura desgarrada.
Somos los tabacales y los algodonales.
Somos el maya y el azteca, el oro y la canela.

Somos sus islas
-hojas desprendidas de la rama madre-
aturdidas de sol y de palmeras
y también las australes
creada por Dios Viento
para estrenar su reino de silencio y misterio.

Somos las voces de los que ya no están.
Somos los ojos vigilantes que miran desde el fondo de la tierra.

Somos el río subterráneo que baja de las favelas
para lamer los pies del gigante de acero.


Recorremos de a una sus arterias
como si fueran calles de una ciudad,
la nuestra.
Y convergemos
hasta el corazón de Hispanoamérica
para insuflarle el aire que precisa
y permanezca
con los ojos volcados hacia adentro
para engendrar su nueva criatura
con la mirada azul de un tiempo nuevo.
Acaso sin palomas ni campanas.
Acaso en los umbrales de nuevos sufrimientos.


Somos Iberoamérica.
Somos el grito,
las raíces,
la leyenda, el verde lujurioso de sus selvas,
la rabia desbordada de sus aguas,
el viento blanco que dibuja perfiles
en las cumbres heladas,
los desérticos valles de calientes arenas,
el indio y el mestizo,
el cóndor y la piedra.


Somos el pan y el río.
El vino y el tabaco.
El sol ardiente del estío.
Somos las manos que acarician la tierra
y le ganan espacio a la avidez del agua.

Somos Latinoamérica.
Somos.
Por eso estamos, todavía.


Catalina Zentner