EL Rincón de Yanka: SE INVENTARON UN NUEVO INSULTO PARA SILENCIARTE: "DERECHA WOKE"

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jueves, 6 de noviembre de 2025

SE INVENTARON UN NUEVO INSULTO PARA SILENCIARTE: "DERECHA WOKE"

 

ESTEBAN RAFAEL: Se inventaron un nuevo insulto para silenciarte: “derecha woke”. Un término sin definición, sin autor real, y sin base conceptual. Solo sirve para callar a cualquiera que piense diferente dentro de la derecha. "Su Derecha".

El término lo lanzó James Lindsay en su libro "TEORÍAS CÍNICAS" en EE.UU. para describir a ciertos grupos que copian los vicios del progresismo “woke”: victimismo, censura y tribalismo. Pero hoy lo usan otros para descalificar a cualquiera que no adore ciegamente al bloque occidental o al Estado de Israel.

No significa “una derecha que actúa como la izquierda”, sino: “Cualquiera que piense por cuenta propia y no siga el guion del liberalismo de Twitter.” Una etiqueta vacía para cancelar a quien no repite el catecismo ideológico de turno.

Así opera la nueva guerra semántica: No refutan tus ideas, te etiquetan. No discuten tus argumentos, te clasifican. Y así, la discusión pública se convierte en un campo de obediencia tribal, no de pensamiento libre.
Paradójicamente, los que gritan “¡derecha woke!” repiten los mismos vicios del progresismo que dicen combatir:

•Dogmatismo ideológico
•Pureza moral falsa
•Cancelación de disidentes
•Fe ciega en figuras mediáticas

La derecha necesita pensamiento crítico, no papas tuiteros. Nadie tiene autoridad moral por acumular likes o repetir slogans de “Occidente”. La verdad no depende de bandos, depende de la coherencia entre razón y realidad.

Si te llaman “derecha woke” por cuestionar algo, pide esto: Defínelo. Cítame su origen. Explícame en qué parte de mi argumento soy eso. Ahí se acaba el juego. Porque detrás de la etiqueta, casi nunca hay sustancia.

El pensamiento libre es incómodo. Por eso intentan reducirte a caricatura: conspiranoico, negacionista, globalista, antisemita, católico, estatista, “derecha woke”… cualquier cosa menos un hombre libre.

No necesitamos nuevas inquisiciones digitales disfrazadas de “anticancel culture”. 
La verdadera batalla cultural no se gana con memes, sino con criterio, coherencia y verdad.

La libertad de expresión incluye el derecho a pensar fuera del molde, incluso dentro de tu propio bando. Y eso —aunque les duela a muchos— no es ser “woke”, es ser libre.

PD: Cabe destacar que en la conferencia de prensa donde el genocida de Netanyahu ofreció 7000$ por publicaciones a favor del Estado de Israel mencionó que van en contra de la “Derecha Woke” en las redes sociales ¿Casualidad?


"QUIEN CONTROLA EL LENGUAJE CONTROLA EL PENSAMIENTO". GEORGE ORWELL

“Los límites de mi lenguaje 
son los límites de mi mundo”. 
Wittgenstein

El lenguaje no solo sirve para comunicar lo que pensamos, sino que también configura lo que podemos llegar a pensar. Inquietante y cierto. Así que cuando se limita el vocabulario, se manipulan los términos o se vacían de contenido, se empobrece el pensamiento. Orwell entendió que el poder no necesita la fuerza bruta cuando logra colonizar la mente. En su novela “1984”, el “Ministerio de la Verdad” se encarga de reescribir el pasado e imponer una nueva lengua que elimina las palabras incómodas para el poder. Así, conceptos como libertad o justicia se diluyen hasta desaparecer y desaparece también la posibilidad de pensarlos. Este es el gran peligro que seguimos viviendo hoy, porque la manipulación del lenguaje político, mediático y educativo sustituye el pensamiento crítico por eslóganes o etiquetas. Como ya advirtió Wittgenstein, “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. 

Hoy en día los medios de comunicación, las redes sociales y los algoritmos se han convertido en el nuevo “Ministerio de la Verdad” que nos dice lo que se puede decir sin ser cancelado, lo que “toca” opinar para estar en el bando correcto y las frases cortas que caben en un meme. El pensamiento complejo se vuelve incómodo y quien intenta matizar o reflexionar es acusado de tibio o sospechoso. 

La educación, que debería ser el antídoto contra esta deriva, a veces se ve arrastrada por este fenómeno. Se cambian los nombres de las cosas (competencias, metodologías activas, aprendizaje significativo…) sin detenerse a pensar qué significan realmente. Educar debería consistir, ante todo, en enseñar a nombrar el mundo con precisión, porque solo así los alumnos podrán pensarlo con libertad. 

Así que el lenguaje no es neutro, es la herramienta más poderosa para ser libres o esclavos. Por esto, enseñar a cuidar las palabras es enseñar a cuidar el pensamiento. Hay que aprender a desconfiar de los discursos fáciles, buscar el significado detrás de cada término y resistir la manipulación de los que quieren imponer su versión del mundo. Solo así, en medio del ruido y la confusión, podremos seguir siendo dueños de nuestro propio pensamiento.

DESENMASCARAMOS LA AUTENTICA DERECHA WOKE

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