Dicen, menos los que todavía duermen en la orilla del mar,
que ese mar se puso amarillo, el febrero en que la Candelaria,
se llenó de tantos fuegos que decidió
lanzarse con manto y todo, a aquella convención de azules.
La Virgen que había quemado su mirada
entre los velones de la noche venteada,
comenzó a enjuagarse el cuerpo completo y,
las lenguas de las llamas fueron tostando
la piel del mar de los jureles.
Nunca más la Candelaria volvió a sumergirse en el mar;
vuelven a decirlo, ni siquiera cuando los pescadores
le pusieron flores de cayena reseca, en sus pies navegantes,
ni cuando se convertía en lancha multiplicada
para recibir el repicar de las olas
y la veneración de las atarrayas frente a su cielo.
El mar amarillo, cuentan otros custodios
de los atardeceres de Punta Cardón,
se puso así porque el sol molió su despertar
y aquel día, los antiguos altares se refugiaron
en sus brazos para que no se los llevaran,
los huracanes de voces oscuras.
El único que dice, que el mar se puso amarillo,
cuando la corona de la Candelaria
descendió de los cielos, es Faustino.
Faustino es un caminante que no detiene sus pasos,
sino en el instante en que los arrullos del viento
empiezan a silbarlo y a llamarlo por su nombre.
Él carga una camisa remendada por el tiempo
y unos pies calzados por lo interminable de la fatiga.
Ahora lo comenta Elodia* frente al vaivén de las lisas:
"Es la Candelaria la que se llenó de amarillos
porque el amanecer le construyó un altar, igualito al de Dios".
* Una semidiosa griega de la cual
se dice que el mismo Zeus estaba enamorado.
AÑORANZA GAITERA 2022
"PARAGUANA"
Letra y Musica: Dicson Añez y Luis Benitez
Solista: Elys Padilla
Coros: Elys Padilla, Juan Leon, Adolfo Ochoa y Alfonso Marin
EN EL ANDAR DE LA VIDA, HE RECORRIDO CAMINOS,
PERO MI MENTE NO OLVIDA A LOS QUE ANDUVE CUANDO NIÑO.
HAY MIL MOTIVOS DE ORGULLO ENTRE VERSOS
DE UN TE QUIERO QUE ME HACEN SIEMPRE TUYO,
MI SUELO PARAGUANERO.
ATRAPANDO AQUEL MOMENTO CON LAS REDES DEL QUERER.
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