EL REY DE JERUSALÉN
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"El legado de mi padre es Jerusalén e intentaré mantenerlo cristiano, para eso necesitaré el sacrificio de muchos hombres y mujeres, incluido el tuyo; lo quede de vida, lo consagraré a servir al reino, mi pequeño reino que tanto amo y que lo es todo para mí".
Esta es la historia de Balduino IV de Jerusalén, llamado el Leproso o el Santo (Jerusalén, 1.161 – 1.185), hijo del rey Amalarico que murió a los treinta y tres años de edad, un adalid de la cristiandad, un joven que luchó contra la adversidad dedicándose en cuerpo y alma a su reino.
A la muerte de su padre, el niño Balduino fue coronado rey, Guillermo de Tiro tutor del joven monarca se percató de la grave enfermedad del infante.
Balduino IV rex Ierusalem amaba la justicia y la paz, estuvo a la altura de los grandes profetas de Israel, luchó contra Saladino con honor y valor, fue muy querido por sus súbditos y admirado por sus enemigos. Su estoica y dolorosa vida ha sufrido un injusto olvido.
En este libro se recogen sus hazañas y dificultades del más pequeño y más grande rey de la cristiandad.
«El rey de Jerusalén», del autor Jesús Alberto Reyes Cornejo, es una novela corta, de 134 páginas que se leen en un suspiro y no por la cantidad si no por la calidad que tienen. El autor ha demostrado que se puede contar una buena historia y contarla bien sin necesidad de escribir páginas y páginas creando un volumen que pudiera echarte atrás. Cierto es que, viendo la cantidad de páginas de esta yo no la habría comprado, lamento mi equivocación, me he equivocado de pleno con ella.
«El rey de Jerusalén» nos narra la vida de Balduino IV de Jerusalén, llamado también el leproso. Un rey que subió al trono cuando contaba trece años, a la muerte de su padre Amalarico. Demostró ser un rey valeroso, querido y amado por su pueblo a pesar de sus circunstancias, ya que el joven rey padecía la lepra, enfermedad mortal de necesidad en aquellos tiempos. Esto no fue óbice para que mostrara el coraje y el amor por su reino y se enzarzó en numerosas batallas contra el gran Saladino, quien le acabó respetando por su tenacidad.
Un rey tristemente olvidado que merece todo el respeto de la Historia porque defendió Jerusalén con uñas y dientes y logró mantenerla en manos cristianas a pesar de sus especiales particularidades. Fue un hombre que amaba la justicia y la paz, un estoico que se crecía ante las dificultades y cuya vida merece ser conocida.
Debo decir que me he enamorado del personaje, ese joven rey enfermo que evitaba todo contacto humano para no contagiar a nadie y que, sin embargo, no le importaba estar en el fragor de la batalla, quizá porque saber que vas a morir joven te anima a arriesgar lo poco que te queda y da lo mismo cuándo y dónde. Un personaje que ama a los suyos que, incluso en la traición, sigue amando a los que conspiraron contra él.
Un rey tristemente olvidado que merece todo el respeto de la Historia … un hombre que amaba la justicia y la paz, un estoico que se crecía ante las dificultades y cuya vida merece ser conocida.
«El rey de Jerusalén» es una novela corta que indaga en la vida más íntima de este joven y enfermo rey, en sus pensamientos y en sus sentimientos, en sus acciones y en sus obras. Sólo os puedo decir que me ha gustado muchísimo, que me ha atrapado desde el principio y que me ha resultado hermosísima. Con una narrativa rica en descripciones aunque no en dificultad, es fácil de leer y te atrapa entre sus páginas conforme abres el libro. Es una joya, de verdad, de lo mejor que he leído en lo poco que llevamos de año. Un cinco estrellas.
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