METAMORFOSIS DIABÓLICA
Había pobreza pero la transformaron en miseria extrema.
Había crimen y fue canonizado.
Había muertes y las santificaron.
Había tristeza pero la volvieron llanto.
Había dolor y lo multiplicaron.
Crearon la forma sublime del sufrimiento humano: el dolor de los ancianos, que los dejó sin lágrimas, hambrientos, sin hijos, sin nietos y en la soledad eterna.
Asesinaron la familia, la educación y los maestros, y los jóvenes se quedaron huérfanos.
Arruinaron el trabajo honesto, el ahorro, y la vida de todos se convirtió en un mar de espinas.
Devastaron el país, y la traición hizo que borraran la palabra patria.
Quedó transformada en el reino de la angustia y el desconsuelo, la madre de todos los tormentos.
Robaron las riquezas, el esfuerzo ajeno, la ilusión de crear y la esperanza colectiva. Se perdió el rumbo y se perdió el destino.
Sólo ellos disfrutaron, y su mancha siniestra por todas partes dejó sus huellas.
Hijos de culebras, de lobos hambrientos, horrible parto de las hienas.
Infausta metamorfosis que nos hundió en la más oscura de las noches.
Las trompetas rojas vitorearon esa banda destructiva manejada desde el centro mismo del infierno.
Estirpe de monos y gusanos en edición de cerdos.
La que borró la historia y creó esa raza nueva de adulantes ciegos, de camaleones rojos, estirando las manos para silenciar la muerte de su futuro negro.
Transfiguraron la belleza de los campos, volvieron barrancos las montañas y surgieron lodazales donde había lagos.
Demolieron bosques y paisajes y regalaron el fondo de la tierra, las minas y sus selvas.
Cuba fue la nueva patria, Irán la religión de muerte.
Y a su lado, China y Rusia, las de las largas marchas de infinitos muertos.
Desaparecieron el amor, la dignidad, el ejemplo honesto y la belleza.
Pobre patria, que desde lejos el mundo horrorizado mira los relámpagos siniestros de su tormenta.
Transmutación diabólica, la que hoy consume a Venezuela.
DEVASTADA
Sinónimo de desierta, destruida, arruinada, abandonada, desolada, arrasada…, así luce mi ciudad, mi Maracaibo querida, hoy se parece más a Macondo que a aquella ciudad por el sol amada, radiante y progresista, que fue la primera en el país en tener electricidad y que hoy somos la ciudad más castigada con la ausencia de ella. La causa, no es el fenómeno del niño, ni la niña, es por un proceso lento y sostenido llamado revolución que llego a estas tierras para arrasarla, que llego preñada de resentimiento y odio de la mano de unos ciudadanos con el alma enferma, que se dedicaron a capitalizar lo peor, expertos en manipular, sembraron más miseria, la auparon, castigando a la clase media y obrera calificada hasta desaparecerla desplazándola, expulsándola, anulándola, rebajándola…Las universidades son el mejor ejemplo: aulas vacías de almas, de jóvenes, de profesores…que han huido de la vorágine destructiva, antes de que se los trague con sus fauces de maldad insaciable.
Las empresas se quedan sin sus empleados, capacitados durante años y los dueños tienen que asumir las tareas, que antes delegaron porque la empresa progresaba, crecía; hoy con un proceso a la inversa, se minimiza, se queda sin empleados, sin materia prima, apaga motores, elimina líneas de producción, con mantenimiento imposible de ejecutar y una facturación de muchos bolívares pero menos unidades vendidas…la hiperinflación también llegó y es la que ha terminado por devastar lo poco que quedaba. No hay trabajo decente que pueda hacerle frente, la sensación de empobrecimiento acelerado es dolorosa, y la imposibilidad de resolver el día a día es tan desesperante que ha comenzado a deprimir a más de uno, llegándonos muy cerca a todos la terrible experiencia de saber de alguien cercano que no aguanto más, que se quedó sin argumentos para seguir luchando y tomo la decisión de suicidarse.
Los “revolucionarios pobres” que quedan, la ignorancia los protege, siempre vivieron en la miseria sin querer salir de ella, porque era más fácil que el gobierno de turno les resolviera a tener que estudiar y trabajar, este gobierno de hoy lo hace muy bien!! En eso son excelentes, y es que claro, necesitan a la gente más pobre, más miserable, para dominarla, es más, financian la reproducción diciéndoles que por cada muchacho que paran les darán esto y aquello (migajas pues) y ellos se lo creen. Y cuando unes eso, con la falta de educación sexual, con la prostitución por pan, con la promiscuidad, y cero campañas profilácticas, cero condones en el mercado, etc…, el problema se multiplica por mil…
Los “revolucionarios malandros” los hay de dos niveles: los del poder/ enchufados y los de abajo (necesarios para acorralar a la decencia); los mantienen con el buche lleno, los dejan ser y hacer, les dejan crear mercados paralelos, ficticios; el poder les ayuda a creando distorsiones con controles, expropiaciones, escasez, persecución, para que surjan exitosos: contrabandistas, bachaqueros, minadores, extorsionadores, cobradores de vacuna, ladrones, ladronzuelos, asesinos, etc. Ellos viven como peces en el agua y como reyes en el desastre, cerca puedes tener a algunos, se identifican fácilmente: sin educación, patanes, arreglan todo con un revolver, tienen tremenda camionetota último modelo, hacen bonches a cada rato con la música a todo volumen, etc., son los únicos que celebran sin tener motivo aparente, pero celebran sun bonanza mal habida, la facilidad para tenerla, se siente héroes y artistas en la materia.
Suena duro, pero es así, en este momento llevo ya 8 horas sin electricidad, tengo que apurarme en terminar, la batería de mi ordenador portátil se agota; tengo muchas más cosas que quiero decir para desahogarme, para que la impotencia no me aplaque, para que la desidia no me consuma, la inercia no me borre del mapa; escribo para no dejar de existir, resisto inventando y reinventándome, hago poesía y rezo para que mi alma no se entristezca, caridad para que mi corazón no se endurezca. Trato de encontrar la belleza, ya no en el paisaje urbano que hoy luce desolado, repleto de basura, moscas y polvoriento, la busco en ese árbol que se resiste a morir y aun da flores, en los pájaros, en una iguana que se asoma desconcertada, en nuestra gente buena, en mis amigos, en mi familia.
Desde hace un mes han intensificado el plan “administración de cargas”, no es más que un vulgar y grotesco racionamiento eléctrico por ineficiencia, malversación, falta de pericia y experticia porque en este país la meritocracia fue desplazada por la chorocracia, falta de mantenimiento, de ampliación de la capacidad de generación eléctrica, etc.; ahora nos racionan tres horas dos veces, el turno de la madrugada es el peor… y algunos días, es cada tres por tres, quien puede planificar, ejecutar, crecer, hacer con esta incertidumbre en una ciudad de un clima inclemente donde las temperaturas alcanzan los 40 grados? Y no hablemos de la humedad por nuestro maravilloso lago, es que pareciera que se nos evapora hasta el alma.
Yo no puedo perdonarlos, no puedo tener clemencia para tal grado de devastación planificada y coordinada!
Ya nada es como fue, sobrevivir aquí nos prepara para un futuro mejor, no tengo duda, y la experiencia, aunque es muy traumática, dolorosa y para algunos ya imposible de vivirla, servirá para que nunca más vuelvan a gobernar los que destruyeron este hermoso país, que aun cuando tenía problemas, no eran de esta magnitud! porque aquí, el que quería progresaba moral y económicamente, bien trabajando o bien estudiando porque la educación también era gratuita y excelente.
Nuestros jóvenes han tenido que marcharse, y algunos de nosotros, que nacimos en la Venezuela que fue “Un País para querer” también no los planteamos, porque comienza a asfixiarnos, a dejarnos sin aliento, porque ya no esperamos que pase nada bueno y poderoso para que se logre el punto de inflexión y salgamos de esta desgracia que nos arropa. Hasta los que llegaron a este país en otrora, ahora también quieren marcharse, desgarrados porque de nuevo se sienten desterrados…
Cuánto dolor por estas calles… donde ahora solo florece el hambre, la maldad y el abandono convirtiéndose en un Macondo, polvoriento y desolado, donde todo es posible gracias al realismo mágico de la revolución.
Pd. Esta vez fueron 10 largas horas y muy calurosas.
¿Cómo la izquierda destruyó Venezuela?
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