Nace una Iglesia, muere otra
Asistimos a todo un cambio de época y de paradigma en la Iglesia, en donde se intuye que muchas cosas van a cambiar.
La pregunta que emerge de toda esa situación es la siguiente, ¿está la iglesia ejerciendo un ministerio pertinente a las necesidades de estos tiempos?. No hay duda que son tiempos de desafío para la renovación de la Iglesia. Hoy más que nunca la Iglesia necesita ser una Iglesia renovada y renovadora de la vida.
Personalmente estoy convencido que el Espíritu Santo dirige la iglesia como Cuerpo de Cristo y tiene el poder para provocar los cambios que sean necesarios para la expansión del Reino de Dios de tal manera que pueda ser una comunidad pertinente al contexto socio-cultural en que se encuentra ubicada.
A través de mucho tiempo hemos venido utilizando modelos inspiradores de la iglesia y su misión inspirados en la literatura bíblica y la tradición eclesiástica. Del recuerdo de las mismas y de lecturas realizadas resumo algunos de mis apuntes entendiendo su pertinencia para la iglesia hoy. Para comenzar debemos con meridiana claridad entender que la iglesia es en primer lugar una comunidad y por lo tanto dinámica.
El ministerio de la Iglesia es la continuación del ministerio de Jesús. El ministerio de Jesús fue definido como el anuncio del comienzo del Reino de Dios, invitando a los individuos a arrepentirse y ser discípulos de la comunidad del Reino. (Marcos 1:14-15) Por lo tanto, la iglesia es el resultado del ministerio que comenzó Jesús sobre su proyecto para la humanidad, el proyecto del Reino.
La Nueva Evangelización no se trata de una serie de actividades programadas con motivo de la temática eclesial para un año, ni de poner la coletilla de Nueva Evangelización a todo lo que hacíamos desde hace décadas. Tampoco se trata de empezar a salir de nuestros templos a intentar ganar todo lo que hemos perdido en el último siglo, para volver a aquellos felices e idealizados tiempos en los que las iglesias estaban llenas.
Se trata de la conversión pastoral de toda la Iglesia, y esto no es algo que se haga de la noche a la mañana.
Tampoco es algo que se pueda hacer sin dolor, pues muchas de las que Aparecida denominaba “estructuras caducas”, están llamadas a desaparecer.
La cuestión no es si van a desaparecer estructuras, modos de hacer pastoral y costumbres que hemos absolutizado hasta el punto de sacralizarlas y hacerlas poco menos que imprescindibles para la salvación. La verdadera cuestión es si seremos capaces de reconocer que están caducas a tiempo, antes de que el inexorable paso del tiempo y la decadencia que tanto nos afanamos en gestionar, acaben por derribarlas cuando ya sea demasiado tarde para reaccionar.
No se trata simplemente de la tensión entre el mantenimiento y la evangelización, pues la conversión pastoral a la que nos invita la Evangelii Gaudium es algo tan esencial a la Iglesia como su identidad misma.
No se trata de que la Iglesia tenga una misión, sino de que la misión de Cristo tiene una Iglesia, la cual ha de volver a sus inicios y configurarse como una Iglesia de discípulos, en vez de como una máquina de hacer cristianos a base de bautizar e impartir sacramentos indiscriminadamente haciendo oídos sordos a algo tan básico como el que la fe de los recipientes brilla por su ausencia.
La nueva Iglesia que está naciendo de la Nueva Evangelización no es la que llama la atención de los titulares de los periódicos religiosos, empeñada en tener números, hacer actividades fuera de las cuatro paredes del templo, reformular planes de pastoral, maquillar estilos y contentarse con las estadísticas aparentes, sin profundizar en la raíz de las cosas.
Es una Iglesia profundamente interesada en volver al primer momento, a la primera hora del Espíritu Santo, reencontrarse con Jesucristo, reconstruir la comunidad básica que es la célula y apoyarse en los obispos y sacerdotes renovando en ellos la figura del padre y el pastor, aferrándose al tesoro que es tenerlos.
Es una Iglesia que no cree en el mantenimiento de unas estructuras que ya no dan vida y que lucha por no morir ahogada en el estéril intento de aguantar como se puede un edificio que se tambalea e inexorablemente se va a caer.
Y lo mejor es que lo hace con fidelidad y amor leal a la Iglesia y a sus legítimos pastores, sabedora de que lo que sea que venga, ha de partir de una vivencia cristiana lo suficientemente madura para reconocer que a quien seguimos es a Jesucristo y lo hacemos dentro de la Iglesia, porque fuera de ella estamos perdidos a nosotros mismos.
No es fácil hablar de una Iglesia que nace, porque aunque no se diga, esto significa que hay una Iglesia que se está muriendo. Reconocer el dolor que esto conlleva y el quebrantamiento que supone es la única manera de empezar a poner fundamentos. Sin absurdas contraposiciones, ni pretensiones de tener la verdad absoluta. En fidelidad y sintonía con lo que está pidiendo el Papa y el Magisterio. Con valentía y gallardía para mirar al presente y preguntarnos a dónde nos lleva lo que estamos haciendo. Sin protagonismos, ni personalismos, pues en esta guerra todos somos peones y sólo hay un estratega y un general, y este es Cristo.
Muchos no lo entenderán y hasta se escandalizarán, apresurándose a anatemizar a todo el que les quiera sacar de su comodidad y de la seguridad de lo de siempre.
Otros lo malinterpretarán, haciéndose una Nueva Evangelización a la medida de sus aspiraciones y esquemas mentales o simplemente quedándose en lo exterior sin profundizar en lo que realmente importa.
Otros creerán que las tienen todas consigo porque sí lo han entendido, pero la inspiración del Espíritu Santo y su labor son como el viento que nadie sabe de dónde viene ni a dónde va.
La cuestión para todos, y me incluyo el primero, es si sabremos rezar el hágase tu voluntad de verdad, y tendremos la gracia de no estorbar mucho a lo que Dios quiere hacer, no vaya a ser que unos y otros acabemos por ahogar al Espíritu, encerrándolo en las cuatro paredes de nuestra corta visión.
Al final una nueva iglesia es aquella que busca la santidad y el reino de Dios por encima de todo, sabiendo dejar a Dios ser Dios... pero ojo que no es por decir Señor, Señor... sino por hacer lo que Él nos manda, como nos convertimos en verdaderos discípulos de Cristo y piezas útiles —hechas de puro impedimento, pero redimidas por su gracia— en este apasionante cambio de juego que es la Nueva Evangelización.
MODELOS DE LA IGLESIA
PARA LOS NUEVOS TIEMPOS
1- Una iglesia de puertas abiertas (Jn.4:9)
Se compone de una comunidad inclusiva, no exclusiva. Una
iglesia abierta a la variedad, a la flexibilidad, a la creatividad. Atienden a
toda persona por igual sin tomar en cuenta su origen, raza u otra distinción.
Su lema es “hay que pensar y dejar pensar a la gente”. Su principio es el de
amar como Cristo amó.
2- Una iglesia hacedora de discípulos. ((Mt.28:19)
Sus integrantes están comprometidos en la construcción del
Reino, desde la iglesia local hasta la formación de pequeños grupos o células
que se extienden por toda la comunidad en que se encuentra ubicada. Esa
comunidad multicelular entiende que como grupo la iglesia tiene que envolverse
en una relación más cercana, más familiar en un funcionamiento de grupo
primario (cara a cara).
3- Una iglesia centrada en la familia: (Lc.10:38-42)
Su principal actividad es atender las necesidades de la
familia. Mantienen un culto inspirador siendo facilitadora del encuentro de la
gente con Jesús, en una relación profunda e íntima con Dios. Conscientes de que
son parte vital en la construcción del Reino de Dios. Comprometidos con el
Reino.
4- Una iglesia del “lebrillo y la toalla”: (Jn. 13:1-5)
Una comunidad que se envuelve en acciones concretas de
ayuda a sus miembros y a la
comunidad. Realiza variedad de actividades como el levantar
fondos para ayudar a personas que no puedan pagar gastos de funeral, tienen
ministerios de consejería en crisis, matrimonial y familiar. Organiza equipos
de ayuda en momentos de crisis por algún desastre, da de comer y visita a la
gente en necesidad. Crea redes de servicios profesionales en salud, servicios
de búsqueda de empleo y legales, entre otros.
5- Una iglesia cuyo lema es: Tú eres importante para Dios (Mc.10:46-52)
Una iglesia que valora a la gente y sus relaciones.
Sacrifica, formas y estilos, no personas.
Entiende que cada persona es importante. Se busca
fortalecer las relaciones, no en la estructura. El liderazgo desarrolla el
entendimiento que el evangelismo y el discipulado es una tarea personal. Ven
que cada miembro que llega a ser un ministro (Ministerio universal de todos los
creyentes). Hacen uso de células de grupo para realizar el ministerio y éstas
sirven de enlace a la iglesia y su programa de actividades.
6- Una iglesia liberadora (Jn 8:32-36)
Una iglesia que flexibiliza su estructura para adaptarla a
nuevas formas que sean pertinentes a la cultura de cada comunidad particular.
Mantienen la sensibilidad ante la diversidad cultural encontrando variadas
maneras de servir a cada persona de acuerdo a su realidad cultural. Mantienen
una atmósfera buena y abierta donde permiten a la gente manifestar sus
emociones y hacen espacio para la interacción espontánea. El pastor o la
pastora ofrece un sermón con orientación bíblica y a su vez que sea pertinente
a la vida moderna. La iglesia posee una clara visión y misión del servicio al
dirigir a las personas a un encuentro con la vida de Dios manifestando el amor
transformador de Jesucristo.
7- Una iglesia multi-generacional (1 Jn. 2,13s; Mt. 19, 13-15; Sal. 92, 15-16)
Su programa está diseñado para atender las necesidades y
ofrecer participación a niños, jóvenes y ancianos, entre otros. De manera
especial, a los jóvenes, ya que estos se enfrentan a un mundo de crisis y
cambios que les afectan en su etapa crucial de vida.
Una iglesia que procura de manera práctica expresar el amor
y el cuidado personal. Su liderazgo es funcional. Cada líder es responsable de
su “ministerio” o área de trabajo. Mantienen la Prioridad de la oración en
todas sus actividades y son flexibles ante los desafíos que se les presentan.
8- Una iglesia de gracia carismática y dones espirituales 1 Co. 4:1-2; 12:11,15-20.
Son una comunidad con claridad “del sacerdocio de todos
creyentes”. No mantienen un sistema jerárquico, entienden que los laicos pueden
realizar el trabajo extraordinario de Dios. Mantienen la dinámica de una
familia dirigida por Cristo y el Espíritu Santo quien imparte dones a sus miembros
para edificarse uno al otro en el Cuerpo de Cristo. Sienten la necesidad de
buscar el poder espiritual. Procuran ministrar a las personas enfermas. La buena
labor cristiana es probada por los frutos. Son apasionados por vivir una vida
de intima relación con Cristo y su ministerio.
9- Una iglesia de compañerismo cristiano (koinonía) (Hch.2:42-47)
Una iglesia con orientación cultural que desarrolla
actividades que promueven el compartir entre sus miembros. Ofrecen antes y
después de los servicios el compartir café y pan o galletas. Desarrolla también
grupos pequeños de estudio para crecer en la fe y en el discipulado cristiano. Funcionan
como una “iglesia del camino” procurando alcanzar a la comunidad ofreciendo alimentos
y ropa a personas en necesidad, en ministerios en las cárceles, hospitales y
trabajando en reparaciones en hogares de familias de escasos recursos.
10- Una iglesia tecnológica y cibernética (Rm.12:2)
Son una iglesia que ha incorporado los adelantos
tecnológicos a su vida congregacional, en la medida de sus posibilidades. Procura
desarrollar su página en la web para promover sus creencias, actividades y
mantener comunicación por correo electrónico con los que la visitan.
11- Una iglesia orientada en imágenes bíblicas (Mt.5:14-16)
Una iglesia organizada estructuralmente y en su programa
orientada con imágenes de la Biblia, entre ellos, “Pablo y el cuerpo de
Cristo”, “Nehemías y la construcción de las murallas”, “Doce tribus de Israel:
ministerio de los doce”. Es una iglesia que conoce la efectividad de la comunicación
por medio de las metáforas de contenido bíblico y su aplicación a la
organización, estructura y funcionamiento de la misma.
12 – Una iglesia que sana corazones rotos ( Lc.4:18)
Es una iglesia que al igual que el evangelista Lucas pone
énfasis en la sanidad. Ve cómo Dios continúa sanando de manera holística
(espíritu,alma y cuerpo) al ser humano. Sigue la
ilustración de la niña que lleva su muñeca al pastor y le
pregunta “¿es aquí donde reparan
muñecas?” a lo cual el respondió, si es aquí donde se
reparan. Esta congregación sabe que
individuos, instituciones y grupos ejercen mucha influencia
sobre las personas y que hay
muchos/as que han sufrido heridas que necesitan ser
sanadas. Presta atención incluso a aquellas personas que han sido víctimas de
la discriminación ideológica, política, racial y religiosa.
13- Una iglesia posmodernista (Rm.12:2)
Formar parte de una comunidad auténtica. Mantiene una
apertura a que las personas en esta
época postmoderna ofreciendo el espacio para la libertad de
investigar, buscar, y para hacer
preguntas sin condenar o presionar. Es una comunidad de
personas cristianas abiertas a nuevas formas o estilos de vivir la vida
cristiana. En estos nuevos tiempos la iglesia se encuentra ante nuevos desafíos
para servir mejor. Por lo cual es imperativo el desarrollar nuevos modelos,
formas y ministerios de expresión de la vida congregacional y de su misión.
Hay congregaciones que muestran en su estructura y
funcionamiento uno de los modelos presentados, otras muestran una combinación
de varios de los mismos. Los modelos no acaban, pueden haber tantos como produzca
la imaginación creativa o la realidad cultural. Dulles, por ejemplo, presenta a
la Iglesia como modelo “sacramental”, “de personas peregrinas”, “de la iglesia sirviente”,
entre otros.
Se hace imperativo que comprendamos la importancia de estos modelos y su valor para la misión de le Iglesia. La intolerancia, los estilos rígidos, el celo, el querer controlar y mantener el poder pueden ser los obstáculos que confrontan estos modelos cuando son implementados dando lugar a malos entendidos y crisis innecesarias. Los pastores deben saber comunicar el uso intencional de estos modelos.
Dios les ayude en la sagrada misión de “id, y haced,
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo”. (Mt.28:19)
¿Cómo crear comunidades cristianas hoy, con la fe de siempre pero un nuevo lenguaje?
Congresos de Nueva Evangelización atentos a las parroquias, gracias a Dios, en España ha habido unos cuantos en los últimos 15 años. Pero ninguno que haya nacido con un estudio previo explorando cuántas parroquias han empezado a transformarse y aplicar buenas prácticas, y detallando cuáles son esas prácticas. Eso es novedoso en España: ¡un estudio que explora dónde y cómo la Nueva Evangelización transforma las parroquias!
Nueva Evangelización es "nuevo lenguaje, nuevo ardor y nuevos métodos" para llegar al hombre de hoy, decía Juan Pablo II. Pero los "nuevos métodos", si no transforman y cambian toda la parroquia, quedan en poco.
"El cambio es posible, sabemos cómo se hace y ya hay gente que lo hace, y lo hemos visto. El primer paso es romper la negatividad", explica a ReL Santiago Pons, decano de Teología de la Universidad Católica de Valencia, uno de los impulsores del Primer Congreso de Buenas Prácticas en Parroquias (ProyectoParroquias.com).
El congreso se celebra en Valencia, en la Universidad CEU Cardenal Herrera, el 24 y 25 de febrero, viernes y sábado, y probablemente será el más influyente evento de evangelización parroquial de este año en España.
Lo que propone, por primera vez en España, se basa en lo que un estudio ya ha visto que funciona.
Muchos ven los problemas: no hay que resignarse
Pocos sacerdotes y religiosas, mucho desánimo, esfuerzos enormes en mantener "lo de siempre" con una sociedad que no es la de siempre. Chavales que ni van a la confirmación, novios que ni piensan casarse...
La Iglesia española tiene una estructura de épocas de Cristiandad, cuando el Estado, la escuela, la familia y el barrio colaboraban en transmitir la fe. Pero España ya no funciona así, hay hostilidad o indiferencia a la fe y los niños y novios llegan a la parroquia sin cultura religiosa, a "consumir" sacramentos... o ni llegan.
Los obispos lo ven y les preocupa la situación. Pero muchos dan sólo soluciones "de mantenimiento", para estructuras de época de Cristiandad. Cada vez menos sacerdotes para atender más estructuras. Otros han hablado de una mera "gestión de la decadencia".
"En muchas parroquias se desanimaron, tiraron la toalla porque probaron alguna cosa y no funcionó. Pero saben que hay que hacer algo. Y nosotros sabemos lo que hay que hacer, porque lo hemos visto", apunta Santiago Pons.
¿Nuevos métodos? Sí, pero son un primer paso
No basta con aplicar un nuevo método de kerigma y comunidad como Alpha, LifeTeen, Cursillos, Emaús o Células Parroquiales, aunque eso siempre inicia un camino.
"Aunque uses nuevos métodos, si no cambias la mentalidad de toda la parroquia, no funcionará. Los nuevos métodos suscitan un tipo de fe distinta que la parroquia 'como hasta ahora' no va a poder alimentar. Al introducir nuevos métodos, hay que cambiar todo el ambiente, empezando por los párrocos. Es esa conversión pastoral que empieza por lo personal", explica Santiago Pons.
¿Qué es una parroquia renovada y cuántas hay en España?
Una fundación europea que aporta fondos a estudios sobre transformaciones sociales financió un estudio único en España. El equipo de Proyecto Parroquias quiso contar cuántas de las 22.000 parroquias españolas (muchas son pequeñas y rurales) habían iniciado una "transformación pastoral" para la Nueva Evangelización.
Resultó que son unas 300 parroquias. Quizá sean algunas más, pero no muchas más.
Pero, ¿qué es una parroquia renovada?
En parte, el estudio asume las 4 características que explica el libro de William E. Simon Jr. Grandes parroquias católicas. Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan (en español en BAC, 2018). Su autor es un empresario de éxito que creó una fundación para ayudar a parroquias católicas, Parish Catalyst... y acude el viernes y sábado como ponente al congreso en Valencia. Él se basó en una investigación en casi 250 parroquias de EEUU.
Las 4 características de una parroquia renovada y viva son:
1) Liderazgo compartido: un párroco líder forma un equipo unido y bien avenido de gente con talento en quienes delega temas importantes;
2) Discipulado y espiritualidad: gran oferta espiritual que enganche, muchos retiros, cuidado a la vida familiar, formación bíblica viva, uso de Internet...
3) El domingo, la parroquia "brilla": la misa cuida al máximo su acogida, música, ambientación, predicación, estética y oferta para los niños;
4) Intencionalmente busca evangelizar alejados: usa programas que atraigan alejados, fidelicen visitantes esporádicos y los incorporen a la vida parroquial.
Preguntando a los expertos... y a las diócesis
Además de seguir ese libro, el equipo de Parroquias Renovadas acudió a 14 expertos en Nueva Evangelización en España (sacerdotes, laicos y religiosos), incluyendo al difunto obispo auxiliar de Barcelona, Toni Vadell. Con ellos prepararon un cuestionario.
Después acudieron a los vicarios generales de todas las diócesis de España con una pregunta: "¿qué parroquias conocen ustedes que hagan las cosas de esta lista?"
Pero de 72 vicarios, respondieron 10. "Así al menos supieron que estudiábamos ese tema y que esas parroquias podían existir".
Insistiendo y consultando más expertos, el equipo exploró más, y recibió información sobre parroquias interesantes de la mitad de las diócesis españolas.
"Luego fuimos a ver esas parroquias, a ver si lo que nos decían de ellas era verdad. Temíamos que, a lo mejor, un recién llegado, desde fuera no lo viera. Pero comprobamos que el cambio se ve, se nota. En ellas se habla otro lenguaje, se nota otro ambiente", explican.
Parroquias nuevas localizadas, y visitadas
Así, localizaron esas 300 parroquias que al menos han empezado la renovación, que la están intentando conscientemente. Algunas sólo están empezando, otras ya han implantado bastantes de las "buenas prácticas", unas pocas ya las han consolidado.
Después, profundizaron hablando con 30 de esas parroquias, la mitad en visita presencial, la otra mitad con videollamadas.
Santiago Pons es realista. Admite que "no todas las parroquias de España podrán renovarse ni aunque hubiera muchísimos recursos, pero debería haber al menos una parroquia renovada en cada zona, para que exista la oferta. Al final, lo importante es ofrecer el encuentro con Cristo".
El cambio es posible... pero necesita acompañamiento
¿Cómo implantar el cambio en la parroquia? Por la convicción del párroco que consigue un equipo de colaboradores para ello. ¿Basta con eso? No, necesitará acompañamiento, un mentoreo cercano.
El equipo consultó 3 instituciones dedicadas a formar sacerdotes para el liderazgo pastoral: Autem, Pastores Gregis y el LIDE de la Universidad de Comillas. Las tres dijeron que no basta con formar a los sacerdotes en la nueva mentalidad, sino que luego hay que acompañarles durante el proceso de transformación de la parroquia. Eso implica un acompañamiento o mentoring que requiere recursos.
Lo que lleva a otra pregunta: ¿Quién dedicará recursos a acompañar en la transformación? ¿Las diócesis? Por el momento pocas o ninguna tienen conciencia de ello. ¿O quizá parroquias ya maduras y generosas y transformadas, acompañando a otras?
Santiago Pons detalla que "el cambio es posible también en muchas parroquias rurales, pero requerirá destinarle recursos y formar personas para ello".
Pero implicará cambiar toda una mentalidad en los pueblos. En muchas zonas hay que asumir que no habrá un cura por pueblo y que la comunidad ya no será el pueblo, sino cinco o siete pueblos vecinos, con colaboradores (laicos o religiosos) activos en la pastoral. Desde luego, no servirá simplemente decir a un párroco "ahí tienes ahora 3 o 5 pueblos más".
Si quieres que cambie algo, ¡párate!
¿Qué decir a un sacerdote que querría renovar su parroquia y hacerla viva? Como mínimo debería ir a congresos como este, visitar algunas de esas 300 parroquias que han empezado el cambio... Pero, probablemente, el día a día parroquial es lo que le impide hacer eso.
"Si mañana se te rompe la pierna, ¿verdad que tu parroquia no colapsa? Alguien se encarga", respondería Santiago Pons a un amigo sacerdote en esa situación. "Piensa si prepararte para transformar tu parroquia es prioritario. Para cambiar las cosas, has de parar. Si no te paras, seguirás repitiendo lo de siempre".
***
Para aprender más, visita:
El I Congreso Buenas Prácticas en Parroquias tiene lugar el 24 y 25 de febrero en el Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Carre Major, 61, Alfara del Patriarca, Valencia), con la colaboración de la Universidad Católica de Valencia. Participan Armando Matteo, profesor de la Urbaniana de Roma y secretario de la Sección Doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; y William Simon, fundador y presidente de Parish Catalyst y autor del best seller pastoral “Grandes parroquias Católicas: Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan”. La asistencia es gratuita aunque requiere inscripción.
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