Hay que comprender y comprenderlo: Al prójimo hay que amarlo como él mismo quiere ser amado. Así nos ama nuestro Dios Padre Maternal, de una forma personalizada a cada uno como es y como expresa su forma de amar. Por que uno ama como es. Y debemos amar como ellos quieren ser amados. Tenemos que amar como Él nos ama amando... Necesitamos El Espíritu del Resucitado. Porque por nosotros mismos es imposible. Todo es por Su Gracia Amorosa y Salvadora. Amar al prójimo como quiera él ser amado: Amarlo como nos Ama el mismo Jesús.
Creo que ahí está la clave de la nueva evangelización. Como hizo San Pablo en Grecia y en el mundo entero. Conocer la cultura de los futuros evangelizados para así poder evangelizarles en su cultura y en sus costumbres...
El precepto del Señor de amar a los demás tiene esa medida: la medida de cómo nos respetamos y nos complacemos nosotros mismos. Dicho más simplemente: debemos tratar a los demás como nos tratamos a nosotros mismos, complacer a los demás como nos complacemos a nosotros mismos, ayudar a los demás como nos ayudamos a nosotros mismos, respetar a los demás como nos respetamos a nosotros mismos, excusar los defectos de los demás como excusamos los nuestros, etc, etc.
Amar al prójimo como a uno mismo significa seguir este otro consejo de Jesús: “Traten (Amen) a los demás como quieren que ellos les traten (Amen) a ustedes” (Lc. 6, 31). Nos amamos tanto a nosotros mismos que esa fue la medida mínima que puso el Señor para nuestro amor a los demás... porque también nos dio una medida máxima que Él nos mostró con su ejemplo: “Ámense unos a otros como Yo los he amado (como queremos ser amados)” (Jn. 15, 12). Y Él nos amó infinitamente más que a sí mismo, dando Su vida por nosotros.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:– «Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.De modo que lo que pidáis al Padre en Mi Nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros». Jn 15,12-17
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