(lección básica que debería enseñarse
en Educación para la Ciudadanía)
"El robo de la democracia" es uno de los más sucios y vergonzosos episodios de la historia de la delincuencia mundial. Es un capítulo abierto en la Historia de la ignominia que algún día, cuando la Justicia vuelva a reinar, tendrá que ser castigado con todo rigor.
Una de mis tesis favoritas es que casi todos los males que aquejan a nuestro mundo, desde la actual crisis económica al desempleo masivo, la crueldad, la violencia, el hambre, la injusticia y la desigualdad, tienen su origen en una fechoría histórica de grandes proporciones:
"el gran robo de la democracia", que fue creada por los hombres y las mujeres libres y que después nos fue arrebatada por los políticos. Ese es el pecado de origen que marca a la actual casta política y la convierte en despreciable. La historia de ese gran robo merecería estudiarse en todas las escuelas y ser la primera lección de la asignatura "Educación para la Ciudadanía".
Cuando el empleado de una empresa hace mal su trabajo y causa daños a la organización, es despedido sin contemplaciones porque ha fracasado. Nuestros políticos han fracasado y hecho tan mal su trabajo que han arruinado la empresa (España), pero ellos no dimiten porque se han apropiado de la empresa y la gestionan sin ética ni decencia.
Ha tenido que llegar la crisis y la ruina para que muchos descubran la gran traición de la casta política a los ciudadanos, el gran robo de esa empresa común, creada por los ciudadanos, que es el Estado democrático.
"El robo de la democracia" es uno de los más sucios y vergonzosos episodios de la historia de la delincuencia mundial. Es un capítulo abierto en la Historia de la ignominia que algún día, cuando la Justicia vuelva a reinar, tendrá que ser castigado con todo rigor. Hasta que los ladrones no restituyan lo que un día rapiñaron, no son otra cosa que usurpadores ilegítimos de una propiedad ajena, simples ladrones impunes, amparados por una ley injusta que ellos mismos han dictado.
Un día, los ciudadanos libres y responsables del mundo, cansados de ser exterminados por el poder absoluto y de soportar agresiones, vejaciones, injusticias y desmanes de los poderosos, decidieron crear la democracia, un sistema equilibrado, basado en la ética y en la justicia, e ideado para que podamos convivir en paz, a pesar de las discrepancias, y para impedir que el poder volviera a ser despótico y absoluto.
Un día, los ciudadanos libres y responsables del mundo, cansados de ser exterminados por el poder absoluto y de soportar agresiones, vejaciones, injusticias y desmanes de los poderosos, decidieron crear la democracia, un sistema equilibrado, basado en la ética y en la justicia, e ideado para que podamos convivir en paz, a pesar de las discrepancias, y para impedir que el poder volviera a ser despótico y absoluto.
Pero nosotros, los ciudadanos, fundadores de la democracia y también dueños de esa gran empresa común que es el Estado, emanación de la nación de hombres y mujeres libres, hemos vuelto a ser oprimidos tras haber sido despojados de nuestras acciones por los administradores de la empresa (los políticos), que han dejado de ser nuestros empleados para convertirse ellos en los dueños. Han sido desleales, estafadores y ladrones porque se han usurpado la propiedad ajena, se han apropiado de la empresa, han expulsado a los verdaderos accionistas y han cambiado las reglas del juego para manejar la propiedad a su antojo.
La democracia, cuando fue creada por los ciudadanos libres, fue ideada así: ...
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FRANCISCO RUBIALES
FRANCISCO RUBIALES
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