TÚ ERES PASCUA
Por Florentino Ulibarri
Eres pascua,
aunque tus proyectos fracasen,
Si mantienes la confianza en hombres y mujeres
y dejas a Dios ser Padre y Madre.
Eres pascua,
aunque tu vida parezca estéril,
si te sientes habitado por su presencia amiga
que misteriosamente te acompaña y salva.
Eres pascua,
aunque en nada destaques,
si bebes en sus manantiales
y te conformas con ser cauce, simplemente cauce.
Eres pascua,
aunque andes errante,
si compartes lo que tienes
y despiertas alegría en otros caminantes.
Eres pascua,
aunque seas débil y torpe,
si escuchas su palabra serena y abierta
-"Soy yo, no temas"- y la guardas.
Eres pascua,
aunque pidas pruebas,
si besas las nuevas llagas que aparecen
y esperas entre hermanos que Él vuelva.
Eres pascua,
aunque tus manos estén vacías,
si te abres al otro, el que sea,
y le dejas que ponga tu corazón en ascuas.
Eres pascua,
aunque no lo creas.
aunque te rompas en mil pedazos,
aunque mueras en primavera...,
porque Él pasa y te libera.
Soy tu paso y presencia,
tu pascua manifiesta,
aquí y ahora,
para todos los que viven y caminan.
*PARA ANUNCIAR LA PASCUA
POR FLORENTINO ULIBARRI
Éste es el tiempo del Dios de la vida.
De la vida dada y de la vida realizada.
De la gloria de Dios y de nuestra dignidad perdida.
Es tiempo de presencias y encuentros,
de paz, comidas y abrazos,
de corazones encendidos y trajes blancos,
de envío a rincones lejanos...
Es el tiempo de la experiencia,
del paso del Señor por todas las tierras
por todos los rincones,
por todas las personas.
Tiempo de flores, sueños y utopías,
de gritos, cantos y aleluyas.
Tiempo de baños e inmersiones,
de confesiones sinceras y comuniones
para ser personas nuevas.
¡Tiempo divino para el ser humano en camino!
Es tiempo de primavera florecida,
de liberación profunda y definitiva
de cadenas, amuletos y miedos,
de señores antiguos y nuevos,
para sentir y vivir la vida.
POR FLORENTINO ULIBARRI
Éste es el tiempo del Dios de la vida.
De la vida dada y de la vida realizada.
De la gloria de Dios y de nuestra dignidad perdida.
Es tiempo de presencias y encuentros,
de paz, comidas y abrazos,
de corazones encendidos y trajes blancos,
de envío a rincones lejanos...
Es el tiempo de la experiencia,
del paso del Señor por todas las tierras
por todos los rincones,
por todas las personas.
Tiempo de flores, sueños y utopías,
de gritos, cantos y aleluyas.
Tiempo de baños e inmersiones,
de confesiones sinceras y comuniones
para ser personas nuevas.
¡Tiempo divino para el ser humano en camino!
Es tiempo de primavera florecida,
de liberación profunda y definitiva
de cadenas, amuletos y miedos,
de señores antiguos y nuevos,
para sentir y vivir la vida.
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