RENACER EN LOS ANDES
MIGUEL ÁNGEL TOBÍAS
«Eran las diez y cinco de la noche y tenía muchas horas por delante para intentar sobrevivir. No sabía cómo enfrentarme a aquello. Ya no tenía la taquicardia que me obligó a abandonar el campo base, en el que estaba con mis dos amigos y el guía que nos iba a llevar a coronar la cumbre de aquella montaña. No había nada porque nada hay a esa altitud. No había animales. No había vegetación. No había nieve a cinco mil metros por ser agosto. No había nadie.Solo yo…»
Así comienza a relatar el cineasta Miguel Ángel Tobías, su extraordinaria experiencia personal de supervivencia en los Andes, una aventura en la que casi pierde la vida y que transformaría su forma de estar en el mundo. Pero “Renacer en los Andes” no es una simple vivencia contada con emoción y en primera persona. Es una reflexión sobre el sentido de la vida (y de la muerte) a través del relato de una experiencia transformadora y, en particular, de su dramática lucha por sobrevivir, narrada casi segundo a segundo, en la que el lector puede compartir con inusual realismo el sufrimiento, la desesperación, la esperanza y las emociones que Miguel Ángel va experimentando en las largas horas, en las que estuvo a punto de morir entre las desoladas cumbres de los Andes.
Fue en 2003 cuando Miguel Ángel, junto con dos amigos, decidió acometer la ascensión del Nevado Chachani, de más de 6.000 metros, cerca de Arequipa, en el sur de Perú. Ya de camino a la cumbre, los tres comenzaron a sentirse enfermos, afectados por el mal de altura. Sus amigos apenas podían moverse y decidieron quedarse en la zona alta junto con el guía e intentar más adelante hacer cumbre o descender. Miguel Ángel, afectado de una intensísima taquicardia, decidió bajar en solitario para ganar oxígeno. Perdido en la noche, en medio de la nada, se acurrucó en un rincón casi muerto del frío y se quedó dormido en dos ocasiones. «Noté como una mano me tocaba la cara que hizo que me despertara y evitó que me muriese. En ese momento, entendí que “alguien” estaba tratando de salvarme la vida».
Tras sobrevivir a la noche, entró en un dialogo directo con Dios -tal y como él explica- y le pidió que le mandase señales que le ayudasen a tener esperanza… y tuvo respuesta. Durante ese día, consciente de que moriría la noche siguiente, recordó a su familia, sus amigos, los instantes importantes de su vida… Inexplicablemente consiguió salir finalmente a un camino solitario en medio de la nada, por el que pasaba un hombre muy mayor en una vieja moto. Estaban muy cerca de un almacén dispuesto para la futura construcción de una carretera. De vuelta a Arequipa, y tras el encuentro con los dos amigos que había dejado en lo alto de la montaña y con el guía, que ya le había dado por muerto, éste le confesó que era un auténtico milagro que hubiera sobrevivido.
«El tipo no dejaba de llorar y llorar y me dijo: Miguel Ángel, a partir de hoy yo ya no tengo ninguna duda de la existencia de Dios».
“Renacer en los Andes” es una lección de vida, que nos hace pensar en cómo nos enfrentamos a los desafíos, cómo tomamos decisiones vitales y cómo enfrentarnos a la muerte (y a la vida) con dignidad.
Miguel Ángel Tobías ha tardado 13 años, un número que para él tiene algo de mágico, en contar esta experiencia que considera como el regalo de una segunda oportunidad para cambiar su forma de hacer frente a la vida y las relaciones con el resto del mundo. Desde aquel momento, fue consciente de que debía utilizar sus medios, el aprendizaje adquirido y su propia profesión para hacer que la gente reflexionara, para generar conciencia de la necesidad de ayudarse unos a otros, sello que se refleja en todo su trabajo y proyectos audiovisuales.
Todavía hoy le cuesta hablar de lo que sintió en aquella ocasión, pero ha creído que ha llegado el momento de compartir aquello que le mueve en la vida: la conciencia de que no estamos solos y que esto no se acaba aquí. Y hacerlo de una forma seria, reflexiva y coherente, en un apasionante relato que sorprenderá a muchos y que toca temas vitales, existenciales, que todos nos hemos planteado en algún momento del camino.
El relato finaliza con un profundo ejercicio de introspección, acompañado de sus reflexiones personales sobre el significado de la familia, los amigos, el amor, el miedo, la felicidad, el camino del corazón, la soledad o los milagros.
0 comments :
Publicar un comentario