Conversión:
Conversión personal, pastoral,
parroquial, comunitaria y eclesial
"Para que haya una nueva evangelización se requerirá primeramente una nueva pastoral, una nueva eclesiología"
Evangelizadores con Espíritu
No se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón. Sabemos bien que la vida con Él se vuelve mucho más plena y que con Él es más fácil encontrarle un sentido a todo. Por eso evangelizamos.
El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie.
Evangelii Gaudium/Papa Francisco
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“La pastoral de la Iglesia no puede prescindir del contexto histórico donde viven sus miembros. Su vida acontece en contextos socioculturales bien concretos. Estas transformaciones sociales y culturales representan naturalmente nuevos desafíos para la Iglesia en su misión de construir el Reino de Dios. De allí nace la necesidad, en fidelidad al Espíritu Santo que la conduce, de una renovación eclesial, que implica reformas espirituales, pastorales y también institucionales” (Aparecida 367)
“La conversión personal despierta la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de vida. Obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos llamados a asumir una actitud de permanente conversión pastoral, que implica escuchar con atención y discernir “lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias” (Ap 2, 29) a través de los signos de los tiempos en los que Dios se manifiesta.” (DA 366)
“La conversión de los pastores nos lleva también a vivir y promover una espiritualidad de comunión y participación, “proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades”. La conversión pastoral requiere que las comunidades eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles en la vida de las comunidades cristianas.” (DA 368)
Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe.” (DA 365)
“La conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera.” (DA 370)
“Por ello es necesario un camino de “conversión pastoral”, buscando cambiar el modo de transmitir el Evangelio reconociendo que el Espíritu Santo está en el origen de todo camino de Fe. (CPOMC, 42)
“Por tal motivo fue madurando una acentuación en la necesidad de una “conversión pastoral” y un estilo misionero en toda actividad pastoral ordinaria. Esto no significa que no se hagan gestos misioneros concretos, pero queda claro que la Misión Continental no debe terminarse en ellos. Por lo tanto hablar de Misión Continental es decir al mismo tiempo dos cosas: trabajar en una “conversión pastoral” que lleve a un estado de misión permanente, a partir de la pastoral ordinaria, y realizar misiones organizadas que encarnen y hagan visible este renovado estilo misionero.”(CPOMC, 8-9)
“Por este motivo la conversión pastoral tiene que tocar la pastoral ordinaria, empezando por la parroquia, las capillas, las comunidades, la catequesis, la celebración de los sacramentos, las estructuras diocesanas, decanales, etc. Y es allí, en nuestra tarea pastoral ordinaria, donde debemos reconocer que hay “estructuras caducas” y que es necesario abandonarlas, para favorecer la transmisión de la Fe. ”(CPOMC, 14).
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De los números 365 a 370 los Obispos latinoamericanos nos insisten con fuerza en la necesidad en una Conversión Pastoral, pero como dice el N° 367, primero es urgente una renovación eclesial, y más que renovación, es urgente una verdadera Conversión Eclesial al Evangelio. Todos somos conscientes de que las relaciones en el seno de nuestras Comunidades no es evangélica, pero de eso no hablamos; hay que cambiar lo de fuera, lo de adentro vivimos tapándolo no nos animamos a enfrentarlo; no “agarramos al toro por las astas”, no le “ponemos el cascabel al gato”; no queremos problemas:
“Nuestra mayor amenaza “es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad” (Aparecida 12)
En gral. no estamos en la Comunidad Eclesial por Conversión al Evangelio, sino porque“empezamos a ir”, “porque siempre vinimos”. Estar no es lo mismo que Ser. Y los servicios pastorales no nacen de una escucha de la Palabra en el seno de la Comunidad, sino porque “me invitaron”, “porque me gusta”, “porque me hago un tiempo porque me gusta ayudar”, porque “acá me siento bien”, porque “el cura es mi amigo y me pidió que le dé una mano”. Los sectarismos, divisiones, viejos rencores y enemistades, los protagonismos egoístas; el enfrentamiento, que origina rivalidades, entre visiones eclesiales, que no parten del Evangelio, sino de modelos que surgen de teologías, nostalgias o espiritualidades, que no son malas, sino que cometen el error de “hacer de una parte el todo”. En el seno de nuestras Comunidades Eclesiales no se vive el Espíritu que cuenta el libro de los Hch. en el cap. 4:
“La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma”
Una Conversión Pastoral, sin una profunda Conversión Eclesial, es nada más que un cambio de estrategia para hacer proselitismo y se cumple en nosotros lo que dice Jesús a los escribas y fariseos:
”
”Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!”
“A todos nos toca recomenzar desde Cristo” dice el Doc. en el N° 12
En esta hora, en que renovamos la esperanza, queremos hacer nuestras las palabras de S.S. Benedicto XVI al inicio de su Pontificado, haciendo eco de su predecesor, el Siervo de Dios, Juan Pablo II, y proclamarlas para toda América Latina: “¡No teman! ¡Abran, más todavía, abran de par en par las puertas a Cristo!…quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada– de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera… ¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita nada y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abran, abran de par en par las puertas a Cristo y encontrarán la verdadera vida” (Aparecida 15)
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Estamos en una realidad social y cultural tremendamente compleja que necesita de
parte de la Iglesia, una respuesta de mucho mejor calidad que la que actualmente
estamos dando.
Necesitamos re-potenciar la dimensión misionera (en su sentido más profundo, de allí el tema de la conversión pastoral) y redescubrir una mejor experiencia de comunión (que no nos lleve a vivir centrados en tensiones intraeclesiales, sino en la tarea de proclamar el Evangelio).
En medio del oleaje del secularismo que va invadiendo a grupos significativos del país y de la región y atacando determinados ambientes y sectores de nuestra cultura, haciendo que Dios sea casi un concepto vacío que poco o nada dice a la vida de las personas y de la comunidad humana, tenemos que hacer llegar nuestro anuncio para que pueda ser acogido como Buena Noticia.
Sabemos bien que una de las dimensiones de nuestra permanente conversión como evangelizadores es una conversión de actitudes y lenguajes que permitan que otros, distintos a nosotros, y a veces muy distintos a nosotros, acojan al Señor Jesús y su Evangelio como una Buena Noticia de Dios para sus vidas. Nuestra misión evangelizadora es desarrollar en nuestro tiempo, para sus hombres y mujeres, una pedagogía que haga presente de modo significativo el amor de Dios.
Necesitamos pedir La Gracia para una profunda conversión y renovación personal, pastoral y eclesial.
La centralidad de Cristo para la experiencia cristiana
Tomar conciencia de que anunciar a Jesús es nuestra gran tarea, como el único que puede darle sentido hondo a todo lo que somos.
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (Aparecida, 29)
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética ó una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus Caritas est)
Discípulos – misioneros
Ambas dimensiones son como dos caras de una misma moneda.
Acoger a Jesús en la propia vida conlleva de inmediato la urgencia de proclamar el gozo de haberlo conocido; y al proclamarlo, al ser testigo de su Vida, se va aprendiendo a conocerlo mejor y a acogerlo mejor.
La misión no se limita a un programa ó proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo.
La opción por los pobres
Como opción – no – opcional de la Iglesia, dándole un fundamento directo en la persona de Jesús. “La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza” (Benedicto XVI, Discurso Inicial Aparecida)
La Iglesia, es ante todo comunión
Ver N.M.I. (41) - La vocación al discipulado misionero es convocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. La vida en comunidad es esencial a la vida cristiana. Dios formó un “Pueblo”.
El tema de la Vida
El derecho a la vida plena de todos – la necesidad de defender la vida en todos sus niveles y momentos. Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo…la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros . (Sn. Alberto Hurtado: darse es cumplir justicia).
La renovación pastoral y renovación misionera de las comunidades (Aparecida 365-372)
- la misión lo impregna todo.
- la conversión personal y el Reino de Dios
- la pastoral y el contexto histórico
- espiritualidad de comunión y participación
- eclesiología de comunión
- paso de pastoral de conservación a una pastoral decididamente misionera
- el proyecto pastoral de la Diócesis;
participación de los laicos en el discernimiento,
toma de decisiones, planificación y ejecución.
Necesitamos re-potenciar la dimensión misionera (en su sentido más profundo, de allí el tema de la conversión pastoral) y redescubrir una mejor experiencia de comunión (que no nos lleve a vivir centrados en tensiones intraeclesiales, sino en la tarea de proclamar el Evangelio).
En medio del oleaje del secularismo que va invadiendo a grupos significativos del país y de la región y atacando determinados ambientes y sectores de nuestra cultura, haciendo que Dios sea casi un concepto vacío que poco o nada dice a la vida de las personas y de la comunidad humana, tenemos que hacer llegar nuestro anuncio para que pueda ser acogido como Buena Noticia.
Sabemos bien que una de las dimensiones de nuestra permanente conversión como evangelizadores es una conversión de actitudes y lenguajes que permitan que otros, distintos a nosotros, y a veces muy distintos a nosotros, acojan al Señor Jesús y su Evangelio como una Buena Noticia de Dios para sus vidas. Nuestra misión evangelizadora es desarrollar en nuestro tiempo, para sus hombres y mujeres, una pedagogía que haga presente de modo significativo el amor de Dios.
Necesitamos pedir La Gracia para una profunda conversión y renovación personal, pastoral y eclesial.
La centralidad de Cristo para la experiencia cristiana
Tomar conciencia de que anunciar a Jesús es nuestra gran tarea, como el único que puede darle sentido hondo a todo lo que somos.
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo” (Aparecida, 29)
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética ó una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus Caritas est)
Discípulos – misioneros
Ambas dimensiones son como dos caras de una misma moneda.
Acoger a Jesús en la propia vida conlleva de inmediato la urgencia de proclamar el gozo de haberlo conocido; y al proclamarlo, al ser testigo de su Vida, se va aprendiendo a conocerlo mejor y a acogerlo mejor.
La misión no se limita a un programa ó proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo.
La opción por los pobres
Como opción – no – opcional de la Iglesia, dándole un fundamento directo en la persona de Jesús. “La opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica en aquel Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza” (Benedicto XVI, Discurso Inicial Aparecida)
La Iglesia, es ante todo comunión
Ver N.M.I. (41) - La vocación al discipulado misionero es convocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. La vida en comunidad es esencial a la vida cristiana. Dios formó un “Pueblo”.
El tema de la Vida
El derecho a la vida plena de todos – la necesidad de defender la vida en todos sus niveles y momentos. Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo…la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros . (Sn. Alberto Hurtado: darse es cumplir justicia).
La renovación pastoral y renovación misionera de las comunidades (Aparecida 365-372)
- la misión lo impregna todo.
- la conversión personal y el Reino de Dios
- la pastoral y el contexto histórico
- espiritualidad de comunión y participación
- eclesiología de comunión
- paso de pastoral de conservación a una pastoral decididamente misionera
- el proyecto pastoral de la Diócesis;
participación de los laicos en el discernimiento,
toma de decisiones, planificación y ejecución.
- Renovación parroquial
La conversión pastoral supone la renovación de las parroquias, los movimientos y todas las comunidades e instituciones eclesiales de modo que sean verdaderas escuelas de discípulos misioneros. Esto significa que vivan y trabajen como escuelas que saben conducir y de hecho conducen al encuentro con Jesucristo vivo, sobre todo enseñando la lectura orante de las Escrituras (lectio divina / 249) potenciando la iniciación a la vida cristiana, ya que “ó educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, ó no cumpliremos nuestra misión evangelizadora” (287). Estas “escuelas” han de avivar el encuentro con Cristo en las celebraciones litúrgicas, particularmente en la celebración eucarística y del sacramento de la reconciliación (251-254), reconquistar la celebración del día del Señor (252s), enseñar a recorrer ese camino hacia Él que es el amor a la Virgen María (267), y a servir generosamente a los pobres, afligidos, enfermos y excluídos, cuyos derechos hemos de defender, y en quienes encontramos y servimos al Señor (257).
En ellas hemos de aprender y transmitir el aprecio y el cultivo de la piedad popular (259-263-265).
“Algo irrenunciable en el proceso de la conversión, la formación, la comunión y la misión es la recuperación de la categoría “encuentro”. Es Cristo que sale a nuestro encuentro, y nosotros quienes vamos a su encuentro. También es el encuentro entre los hermanos, ya que en la comunión con el Señor se gesta la comunión entre nosotros… nuestra pastoral tiene que estar entretejida de encuentros, en la sencillez, la cordialidad, la solicitud, la escucha, el consuelo y el servicio a los demás. No pueden dejarse absorber los pastores por mil reuniones de planificación y administración; no pueden “abstenerse” de utilizar una buena parte de su tiempo en ser encontrados y en salir al encuentro, en tomarse el tiempo imprescindible para acompañar espiritualmente, especialmente a los jóvenes. No pueden renunciar a formas de encuentro que expresen su relación sacramental de amigo, hermano, padre y pastor. Tampoco pueden hacerlo sus colaboradores”.
(Cardenal Francisco Javier Errázuriz)
Para orar y meditar en mi oración personal
1. Soy Obispo, sacerdote, diácono, mujer consagrada, laico (a). ¿Cómo asumo en mi vida interior estos documentos? ¿Contagio con mi entusiasmo a otros?
3. ¿Voy creando confianza en mis hermanos laicos (as) de su ser Iglesia (Iglesia, pueblo de Dios) y de la común responsabilidad de todos los bautizados en la vida y misión de la Iglesia?
La conversión pastoral supone la renovación de las parroquias, los movimientos y todas las comunidades e instituciones eclesiales de modo que sean verdaderas escuelas de discípulos misioneros. Esto significa que vivan y trabajen como escuelas que saben conducir y de hecho conducen al encuentro con Jesucristo vivo, sobre todo enseñando la lectura orante de las Escrituras (lectio divina / 249) potenciando la iniciación a la vida cristiana, ya que “ó educamos en la fe, poniendo realmente en contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, ó no cumpliremos nuestra misión evangelizadora” (287). Estas “escuelas” han de avivar el encuentro con Cristo en las celebraciones litúrgicas, particularmente en la celebración eucarística y del sacramento de la reconciliación (251-254), reconquistar la celebración del día del Señor (252s), enseñar a recorrer ese camino hacia Él que es el amor a la Virgen María (267), y a servir generosamente a los pobres, afligidos, enfermos y excluídos, cuyos derechos hemos de defender, y en quienes encontramos y servimos al Señor (257).
En ellas hemos de aprender y transmitir el aprecio y el cultivo de la piedad popular (259-263-265).
“Algo irrenunciable en el proceso de la conversión, la formación, la comunión y la misión es la recuperación de la categoría “encuentro”. Es Cristo que sale a nuestro encuentro, y nosotros quienes vamos a su encuentro. También es el encuentro entre los hermanos, ya que en la comunión con el Señor se gesta la comunión entre nosotros… nuestra pastoral tiene que estar entretejida de encuentros, en la sencillez, la cordialidad, la solicitud, la escucha, el consuelo y el servicio a los demás. No pueden dejarse absorber los pastores por mil reuniones de planificación y administración; no pueden “abstenerse” de utilizar una buena parte de su tiempo en ser encontrados y en salir al encuentro, en tomarse el tiempo imprescindible para acompañar espiritualmente, especialmente a los jóvenes. No pueden renunciar a formas de encuentro que expresen su relación sacramental de amigo, hermano, padre y pastor. Tampoco pueden hacerlo sus colaboradores”.
(Cardenal Francisco Javier Errázuriz)
Para orar y meditar en mi oración personal
1. Soy Obispo, sacerdote, diácono, mujer consagrada, laico (a). ¿Cómo asumo en mi vida interior estos documentos? ¿Contagio con mi entusiasmo a otros?
3. ¿Voy creando confianza en mis hermanos laicos (as) de su ser Iglesia (Iglesia, pueblo de Dios) y de la común responsabilidad de todos los bautizados en la vida y misión de la Iglesia?
† Alejandro Goic
KarmelicObispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
http://documentos.iglesia.cl/conf/documentos_sini.ficha.php?mod=documentos_sini&id=3673&sw_volver=yes&descripcion=
LA PARROQUIA, EN ESTADO DE EMERGENCIA
James Mallon, rector de la parroquia de Saint Benedict en Halifax (Canadá), pronunció una conferencia en torno a Cómo pasar de una parroquia de mantenimiento a una parroquia evangelizadora el pasado 15 de marzo en la Basílica de la Concepción de Barcelona. El padre Mallon es autor de Una renovación divina (BAC), libro clave para la Nueva Evangelización desde las parroquias.
"Cómo pasar de una parroquia de mantenimiento a una parroquia evangelizadora" Conferencia del P. James Mallon, rector de la parroquia de Saint Benedict, en Halifax, Canadá, el día 15 de marzo de 2017, dentro del ciclo de Conferencias Cuaresmales de la Basílica de la Concepción "Anunciar desde el corazón".
¿Cómo crear comunidades cristianas hoy, con la fe de siempre pero un nuevo lenguaje?
Congresos de Nueva Evangelización atentos a las parroquias, gracias a Dios, en España ha habido unos cuantos en los últimos 15 años. Pero ninguno que haya nacido con un estudio previo explorando cuántas parroquias han empezado a transformarse y aplicar buenas prácticas, y detallando cuáles son esas prácticas. Eso es novedoso en España: ¡un estudio que explora dónde y cómo la Nueva Evangelización transforma las parroquias!
Nueva Evangelización es "nuevo lenguaje, nuevo ardor y nuevos métodos" para llegar al hombre de hoy, decía Juan Pablo II. Pero los "nuevos métodos", si no transforman y cambian toda la parroquia, quedan en poco.
"El cambio es posible, sabemos cómo se hace y ya hay gente que lo hace, y lo hemos visto. El primer paso es romper la negatividad", explica a ReL Santiago Pons, decano de Teología de la Universidad Católica de Valencia, uno de los impulsores del Primer Congreso de Buenas Prácticas en Parroquias (ProyectoParroquias.com).
El congreso se celebra en Valencia, en la Universidad CEU Cardenal Herrera, el 24 y 25 de febrero, viernes y sábado, y probablemente será el más influyente evento de evangelización parroquial de este año en España.
Lo que propone, por primera vez en España, se basa en lo que un estudio ya ha visto que funciona.
Muchos ven los problemas: no hay que resignarse
Pocos sacerdotes y religiosas, mucho desánimo, esfuerzos enormes en mantener "lo de siempre" con una sociedad que no es la de siempre. Chavales que ni van a la confirmación, novios que ni piensan casarse...
La Iglesia española tiene una estructura de épocas de Cristiandad, cuando el Estado, la escuela, la familia y el barrio colaboraban en transmitir la fe. Pero España ya no funciona así, hay hostilidad o indiferencia a la fe y los niños y novios llegan a la parroquia sin cultura religiosa, a "consumir" sacramentos... o ni llegan.
Los obispos lo ven y les preocupa la situación. Pero muchos dan sólo soluciones "de mantenimiento", para estructuras de época de Cristiandad. Cada vez menos sacerdotes para atender más estructuras. Otros han hablado de una mera "gestión de la decadencia".
"En muchas parroquias se desanimaron, tiraron la toalla porque probaron alguna cosa y no funcionó. Pero saben que hay que hacer algo. Y nosotros sabemos lo que hay que hacer, porque lo hemos visto", apunta Santiago Pons.
¿Nuevos métodos? Sí, pero son un primer paso
No basta con aplicar un nuevo método de kerigma y comunidad como Alpha, LifeTeen, Cursillos, Emaús o Células Parroquiales, aunque eso siempre inicia un camino.
"Aunque uses nuevos métodos, si no cambias la mentalidad de toda la parroquia, no funcionará. Los nuevos métodos suscitan un tipo de fe distinta que la parroquia 'como hasta ahora' no va a poder alimentar. Al introducir nuevos métodos, hay que cambiar todo el ambiente, empezando por los párrocos. Es esa conversión pastoral que empieza por lo personal", explica Santiago Pons.
¿Qué es una parroquia renovada y cuántas hay en España?
Una fundación europea que aporta fondos a estudios sobre transformaciones sociales financió un estudio único en España. El equipo de Proyecto Parroquias quiso contar cuántas de las 22.000 parroquias españolas (muchas son pequeñas y rurales) habían iniciado una "transformación pastoral" para la Nueva Evangelización.
Resultó que son unas 300 parroquias. Quizá sean algunas más, pero no muchas más.
Pero, ¿qué es una parroquia renovada?
En parte, el estudio asume las 4 características que explica el libro de William E. Simon Jr. Grandes parroquias católicas. Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan (en español en BAC, 2018). Su autor es un empresario de éxito que creó una fundación para ayudar a parroquias católicas, Parish Catalyst... y acude el viernes y sábado como ponente al congreso en Valencia. Él se basó en una investigación en casi 250 parroquias de EEUU.
Las 4 características de una parroquia renovada y viva son:
1) Liderazgo compartido: un párroco líder forma un equipo unido y bien avenido de gente con talento en quienes delega temas importantes;
2) Discipulado y espiritualidad: gran oferta espiritual que enganche, muchos retiros, cuidado a la vida familiar, formación bíblica viva, uso de Internet...
3) El domingo, la parroquia "brilla": la misa cuida al máximo su acogida, música, ambientación, predicación, estética y oferta para los niños;
4) Intencionalmente busca evangelizar alejados: usa programas que atraigan alejados, fidelicen visitantes esporádicos y los incorporen a la vida parroquial.
Preguntando a los expertos... y a las diócesis
Además de seguir ese libro, el equipo de Parroquias Renovadas acudió a 14 expertos en Nueva Evangelización en España (sacerdotes, laicos y religiosos), incluyendo al difunto obispo auxiliar de Barcelona, Toni Vadell. Con ellos prepararon un cuestionario.
Después acudieron a los vicarios generales de todas las diócesis de España con una pregunta: "¿qué parroquias conocen ustedes que hagan las cosas de esta lista?"
Pero de 72 vicarios, respondieron 10. "Así al menos supieron que estudiábamos ese tema y que esas parroquias podían existir".
Insistiendo y consultando más expertos, el equipo exploró más, y recibió información sobre parroquias interesantes de la mitad de las diócesis españolas.
"Luego fuimos a ver esas parroquias, a ver si lo que nos decían de ellas era verdad. Temíamos que, a lo mejor, un recién llegado, desde fuera no lo viera. Pero comprobamos que el cambio se ve, se nota. En ellas se habla otro lenguaje, se nota otro ambiente", explican.
Parroquias nuevas localizadas, y visitadas
Así, localizaron esas 300 parroquias que al menos han empezado la renovación, que la están intentando conscientemente. Algunas sólo están empezando, otras ya han implantado bastantes de las "buenas prácticas", unas pocas ya las han consolidado.
Después, profundizaron hablando con 30 de esas parroquias, la mitad en visita presencial, la otra mitad con videollamadas.
Santiago Pons es realista. Admite que "no todas las parroquias de España podrán renovarse ni aunque hubiera muchísimos recursos, pero debería haber al menos una parroquia renovada en cada zona, para que exista la oferta. Al final, lo importante es ofrecer el encuentro con Cristo".
El cambio es posible... pero necesita acompañamiento
¿Cómo implantar el cambio en la parroquia? Por la convicción del párroco que consigue un equipo de colaboradores para ello. ¿Basta con eso? No, necesitará acompañamiento, un mentoreo cercano.
El equipo consultó 3 instituciones dedicadas a formar sacerdotes para el liderazgo pastoral: Autem, Pastores Gregis y el LIDE de la Universidad de Comillas. Las tres dijeron que no basta con formar a los sacerdotes en la nueva mentalidad, sino que luego hay que acompañarles durante el proceso de transformación de la parroquia. Eso implica un acompañamiento o mentoring que requiere recursos.
Lo que lleva a otra pregunta: ¿Quién dedicará recursos a acompañar en la transformación? ¿Las diócesis? Por el momento pocas o ninguna tienen conciencia de ello. ¿O quizá parroquias ya maduras y generosas y transformadas, acompañando a otras?
Santiago Pons detalla que "el cambio es posible también en muchas parroquias rurales, pero requerirá destinarle recursos y formar personas para ello".
Pero implicará cambiar toda una mentalidad en los pueblos. En muchas zonas hay que asumir que no habrá un cura por pueblo y que la comunidad ya no será el pueblo, sino cinco o siete pueblos vecinos, con colaboradores (laicos o religiosos) activos en la pastoral. Desde luego, no servirá simplemente decir a un párroco "ahí tienes ahora 3 o 5 pueblos más".
Si quieres que cambie algo, ¡párate!
¿Qué decir a un sacerdote que querría renovar su parroquia y hacerla viva? Como mínimo debería ir a congresos como este, visitar algunas de esas 300 parroquias que han empezado el cambio... Pero, probablemente, el día a día parroquial es lo que le impide hacer eso.
"Si mañana se te rompe la pierna, ¿verdad que tu parroquia no colapsa? Alguien se encarga", respondería Santiago Pons a un amigo sacerdote en esa situación. "Piensa si prepararte para transformar tu parroquia es prioritario. Para cambiar las cosas, has de parar. Si no te paras, seguirás repitiendo lo de siempre".
***
Para aprender más, visita:
El I Congreso Buenas Prácticas en Parroquias tiene lugar el 24 y 25 de febrero en el Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Carre Major, 61, Alfara del Patriarca, Valencia), con la colaboración de la Universidad Católica de Valencia. Participan Armando Matteo, profesor de la Urbaniana de Roma y secretario de la Sección Doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; y William Simon, fundador y presidente de Parish Catalyst y autor del best seller pastoral “Grandes parroquias Católicas: Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan”. La asistencia es gratuita aunque requiere inscripción.
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