ECOS DE SIQUÉN
A una Sor "flautista"
Me prometí, Señor,
contártelo, a escondidas, esta tarde:
Decirte que mi amor,
tan abrasando me arde
que sol no habrá ni estrella que lo guarde.
Querría con mi flauta
tocar, cantar: tanto y tanto Te quiero,
gritarlo así, sin pauta:
que si, cantando, muero,
la cima habría alcanzado por qué espero.
¿Me dejas Magdalena
sin huerto, en lágrimas? ¿Samaritana
sedienta, con su pena?
Sin cántaro... a mi gana
¿Quién agua y sol pondrá cada mañana?
Desde esas oscuras
ondas, donde tu amor se enconde,
por tu piedad, ¡responde!
Sin Ti el amor es ido... y ¡no sé dónde!
Llénamelo de Ti.
Del murmullo niño del manantial.
Que suban hasta mí,
del Pozo hasta el brocal
tu risa, tu Palabra musical.
¡Bién! Nos hemos hallado,
a media tarde, así, junto al camino:
Nos hemos abrazado.
Compartimos Pan y Vino,
sellando con tu beso mi Destino.
De una Sor desconocida
.
De una Sor desconocida
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