SENTIMOS COMO ÍBEROS
TEMEMOS COMO CELTAS
PENSAMOS COMO GRIEGOS
REÍMOS COMO ROMANOS
TRABAJAMOS COMO HEBREOS
AMAMOS COMO ÁRABES
CREEMOS COMO GITANOS
¿CÓMO PUEDE HABER UN ESPAÑOL RACISTA?
FORGES, EL MUNDO 9/5/1993
Mokele es el dios-héroe de los ntomba, habitantes de la selva tropical de Zaire. Es un Dios solar y además posee el “Kangili-Kangili”, polvo misterioso que devuelve la vida a los muertos.
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¡Cuánto Kangili-kangili necesitamos! ¿Por qué estamos tan muertos de “vida”, de conciencia, de justicia, de tolerancia, de humanidad..., de sentido común, de eficacia, de dignidad...
Como dice la canción: “Sólo le pido a Dios, no ser indiferente a la guerra, a la injusticia, al horror, a las causas.
Los “dirigentes”, “los líderes”, los que nos representan, los que tienen “el poder” dado por nosotros, hablan y hablan, pero, la guerra y el hambre sigue y sigue...
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¡Cuánto Kangili-kangili necesitamos! ¿Por qué estamos tan muertos de “vida”, de conciencia, de justicia, de tolerancia, de humanidad..., de sentido común, de eficacia, de dignidad...
Como dice la canción: “Sólo le pido a Dios, no ser indiferente a la guerra, a la injusticia, al horror, a las causas.
Los “dirigentes”, “los líderes”, los que nos representan, los que tienen “el poder” dado por nosotros, hablan y hablan, pero, la guerra y el hambre sigue y sigue...
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Los países que representan el consejo de seguridad de las Naciones Unidas son al mismo tiempo, los países que venden más armamento.
Nuestros países excluidos de la calidad de vida, donde no se fabrica ni una bala, son sin embargo, los que mueren a millares por ellas y, escapan del hambre, la desolación y de la muerte.
Tenemos que exigir en el nombre de la Justicia, de la Verdad y de la Vida para que los “organismos oficiales” se re-conviertan y sino, que cierren las puertas a la hipocresía, al engaño y al crimen.
Verdaderamente las personas son la especie en situación de mayor riesgo de vida en muchas partes de nuestro planeta. ¿Qué civilización seguiremos siendo? ¡NO PODEMOS SEGUIR SIENDO Y ACTUANDO ASÍ!
Como dice el antropólogo Jacques Lizot:
“... A pesar de tener tantos conocimientos, seguimos con una visión esencialmente egocéntrica, antropocéntrica y etnocéntrica: Sólo concibe el mundo físico y social inmediato y, como rara vez mira más allá, saca una seguridad ilusoria de esta estrecha visión; de allí, tal vez, su delirio de destrucción, su intolerancia frente a todo lo que difiere de su propio medio, su odio por la naturaleza, por la vida...
En todas partes la intolerancia impera bajo diversas formas, (incluido el racismo) agravada por la crisis planetaria en la cual nos encontramos: escasez de materias primas, escasez de alimentos, daños tecnológicos sobre la población, hambruna, pérdida de valores de vida con-solidaria, y pérdida de la antigua sabiduría humanitaria. Se extiende la sombra del totalitarismo, y en todas partes, las libertades individuales son limitadas o suprimidas en nombre del interés del Estado, del poder establecido. La burocracia, nuevo Leviatán, prolifera omnipresente y omnisciente, incluso en las democracias. ¿Dónde se origina entonces nuestra intolerancia? ¿Qué haremos con los nuevos conocimientos?
Una historia muy larga prueba que la ciencia jamás es inocente. El premio Nóbel, prestigiosa consagración científica ha sido a veces otorgado a notorios racistas. El científico también es una ser humano dotado de un cerebro imperfecto legado por la evolución: “TIENE PREJUICIOS”. La idea del racismo y del darwinismo social encontraron en el pasado, y todavía tienen, ardientes defensores entre ilustres científicos.
Aplicar al pie de la letra, la teoría racista (la eliminación de los grupos humanos más débiles por los más fuertes) lleva finalmente a una degeneración de la humanidad, a la indiferencia de los pueblos excluidos. Tenemos que convencernos de que en nuestro mundo cruel, cualquier forma y cualquier manifestación de la vida, es decir, todas las formas culturales, deben poder perpetuarse, porque ameritan respeto y protección. Se trata de nuestro propia supervivencia como especie.
Tenemos que reconsiderar y replantear nuevos criterios de nuestro pensamiento occidental”.
Como nos dice Elie Wiesel, premio Nóbel de la paz de 1986:
“... deseosos de pasar la página de la Historia, en el umbral de un nuevo desafío ético que excluya el dogma de la identidad, el “YO” SOY “YO”, frente a la alteridad, al “TÚ” ERES “TÚ”, que al tiempo niega o “ningunea”.
Sin ALTERIDAD no hay SOLIDARIDAD: Adherirse a la causa del otro”.
Dietrich Bonhoeffer, pastor protestante que por oponerse al nazismo en nombre del Evangelio, fue detenido por la GESTAPO en 1943 y asesinado por los nazis, dijo:
“...necesitamos ser confesantes y practicantes de la justicia, para poder denunciar todo tipo de opresión”.
Según la mitología griega, la Verdad es madre de la Justicia y del Valor. Eso quiere decir, que la Mentira en que vivimos es madre de la Injusticia y de la Cobardía.
Jesucristo nos dice: “Mirad, yo os envío como ovejas entre lobos: ser prudentes (astutos) como las serpientes, sencillos como palomas”. Mt, 10, 16.
“...pues os quiero ingeniosos para el bien e inocentes para evitar el mal”. Ro, 16, 19
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“He golpeado a tu puerta, he llamado a tu corazón, para tener un lecho, para tener un poco de fuego, para calentarme: ábreme hermano.
¿Por qué me preguntas si soy de África, si soy de América, si soy de Asia, si soy Europeo? Ábreme hermano. No soy un negro, ni un piel roja, ni un oriental, ni un blanco, sino, sólo un hombre; ábreme hermano. Ábreme la puerta, ábreme el corazón
porque soy un hombre, el hombre de todos los tiempos, el hombre de todos los cielos, tan solo, un hombre como tú”. René Philombre de Camerún.
“La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona”. Voltaire, 1694-1778
“Poeta es aquel que en medio de las diez mil cosas que nos distraen, es capaz de “ver” lo esencial y llamarlo por su verdadero nombre”.
“El progreso es la realización de las utopías”. Oscar Wilde, 1854-1900
“Los solidarios se esfuerzan por hacer posible lo imposible; los políticos, por hacer imposible lo posible”.
Los países que representan el consejo de seguridad de las Naciones Unidas son al mismo tiempo, los países que venden más armamento.
Nuestros países excluidos de la calidad de vida, donde no se fabrica ni una bala, son sin embargo, los que mueren a millares por ellas y, escapan del hambre, la desolación y de la muerte.
Tenemos que exigir en el nombre de la Justicia, de la Verdad y de la Vida para que los “organismos oficiales” se re-conviertan y sino, que cierren las puertas a la hipocresía, al engaño y al crimen.
Verdaderamente las personas son la especie en situación de mayor riesgo de vida en muchas partes de nuestro planeta. ¿Qué civilización seguiremos siendo? ¡NO PODEMOS SEGUIR SIENDO Y ACTUANDO ASÍ!
Como dice el antropólogo Jacques Lizot:
“... A pesar de tener tantos conocimientos, seguimos con una visión esencialmente egocéntrica, antropocéntrica y etnocéntrica: Sólo concibe el mundo físico y social inmediato y, como rara vez mira más allá, saca una seguridad ilusoria de esta estrecha visión; de allí, tal vez, su delirio de destrucción, su intolerancia frente a todo lo que difiere de su propio medio, su odio por la naturaleza, por la vida...
En todas partes la intolerancia impera bajo diversas formas, (incluido el racismo) agravada por la crisis planetaria en la cual nos encontramos: escasez de materias primas, escasez de alimentos, daños tecnológicos sobre la población, hambruna, pérdida de valores de vida con-solidaria, y pérdida de la antigua sabiduría humanitaria. Se extiende la sombra del totalitarismo, y en todas partes, las libertades individuales son limitadas o suprimidas en nombre del interés del Estado, del poder establecido. La burocracia, nuevo Leviatán, prolifera omnipresente y omnisciente, incluso en las democracias. ¿Dónde se origina entonces nuestra intolerancia? ¿Qué haremos con los nuevos conocimientos?
Una historia muy larga prueba que la ciencia jamás es inocente. El premio Nóbel, prestigiosa consagración científica ha sido a veces otorgado a notorios racistas. El científico también es una ser humano dotado de un cerebro imperfecto legado por la evolución: “TIENE PREJUICIOS”. La idea del racismo y del darwinismo social encontraron en el pasado, y todavía tienen, ardientes defensores entre ilustres científicos.
Aplicar al pie de la letra, la teoría racista (la eliminación de los grupos humanos más débiles por los más fuertes) lleva finalmente a una degeneración de la humanidad, a la indiferencia de los pueblos excluidos. Tenemos que convencernos de que en nuestro mundo cruel, cualquier forma y cualquier manifestación de la vida, es decir, todas las formas culturales, deben poder perpetuarse, porque ameritan respeto y protección. Se trata de nuestro propia supervivencia como especie.
Tenemos que reconsiderar y replantear nuevos criterios de nuestro pensamiento occidental”.
Como nos dice Elie Wiesel, premio Nóbel de la paz de 1986:
“... deseosos de pasar la página de la Historia, en el umbral de un nuevo desafío ético que excluya el dogma de la identidad, el “YO” SOY “YO”, frente a la alteridad, al “TÚ” ERES “TÚ”, que al tiempo niega o “ningunea”.
Sin ALTERIDAD no hay SOLIDARIDAD: Adherirse a la causa del otro”.
Dietrich Bonhoeffer, pastor protestante que por oponerse al nazismo en nombre del Evangelio, fue detenido por la GESTAPO en 1943 y asesinado por los nazis, dijo:
“...necesitamos ser confesantes y practicantes de la justicia, para poder denunciar todo tipo de opresión”.
Según la mitología griega, la Verdad es madre de la Justicia y del Valor. Eso quiere decir, que la Mentira en que vivimos es madre de la Injusticia y de la Cobardía.
Jesucristo nos dice: “Mirad, yo os envío como ovejas entre lobos: ser prudentes (astutos) como las serpientes, sencillos como palomas”. Mt, 10, 16.
“...pues os quiero ingeniosos para el bien e inocentes para evitar el mal”. Ro, 16, 19
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“He golpeado a tu puerta, he llamado a tu corazón, para tener un lecho, para tener un poco de fuego, para calentarme: ábreme hermano.
¿Por qué me preguntas si soy de África, si soy de América, si soy de Asia, si soy Europeo? Ábreme hermano. No soy un negro, ni un piel roja, ni un oriental, ni un blanco, sino, sólo un hombre; ábreme hermano. Ábreme la puerta, ábreme el corazón
porque soy un hombre, el hombre de todos los tiempos, el hombre de todos los cielos, tan solo, un hombre como tú”. René Philombre de Camerún.
“La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona”. Voltaire, 1694-1778
“Poeta es aquel que en medio de las diez mil cosas que nos distraen, es capaz de “ver” lo esencial y llamarlo por su verdadero nombre”.
“El progreso es la realización de las utopías”. Oscar Wilde, 1854-1900
“Los solidarios se esfuerzan por hacer posible lo imposible; los políticos, por hacer imposible lo posible”.
"Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades la vida será violenta y todo estará perdido". El Gran Dictador, Charles Chaplin
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