8 rasgos que te permitirán
detectar a las personas tóxicas
detectar a las personas tóxicas
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Las personas somos seres sociales por naturaleza. Esta necesidad de intercambio no solo se alza como una fuente maravillosa de bienestar, sino que también nos proporcionará valiosos aprendizajes, como detectar a las personas tóxicas. Por ello, es importante que estemos muy atentos a nuestras interacciones. De lo contrario, podemos quedar atrapados en las trampas que estos perfiles elaboran a través de las más sofisticadas estrategias.
Asimismo, no podemos dejar de lado un aspecto importante. Este tipo de dinámicas apagan nuestra vitalidad, generan estrés y malestar psíquico. Nadie es inmune a su comportamiento. Por ello, además de reconocer cuándo nos encontramos verdaderamente ante un perfil de estas características, también es necesario saber cómo manejarlos, cómo tratarlos. Veamos más datos a continuación.
“Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos”.
Personas tóxicas,
personas con comportamientos abusivos
Tal y como nos explican en un artículo publicado en el espacio Psychology Today, el comportamiento tóxico se extiende en casi cualquier escenario de nuestra sociedad.Incidimos en el término “comportamiento tóxico” por una razón que es necesario aclarar en un primer lugar. El ser humano no presenta toxicidad alguna, esta designación debe centrarse ante todo en las conductas manifiestas de cada individuo, esas que por su efecto negativo impactan de forma directa en los demás.
Este tipo de personas afectan al clima de las empresas e incluso a la productividad. Crean relaciones de pareja muy desgastantes. Edifican vínculos con su entorno donde muchas familias pueden quedar distanciadas, donde grupos de amigos acaban rompiendo sus lazos por ese elemento disruptivo, ese perfil tóxico que todo lo envenena con su comportamiento.
Dada la popularidad del término “persona tóxica”, cabe decir que en ocasiones hacemos un pequeño abuso del mismo. Debemos ser objetivos y ante todo, ser conscientes del efecto que tienen sobre nosotros. No basta con que ese compañero de trabajo esté siempre de mal humor, no basta con que alguien nos dé una negativa en un momento dado o nos lancen una crítica puntual.
Detectar a las personas tóxicas exige tener en cuenta una serie de características muy concretas que se mantienen estables en el tiempo y que además, se ejecutan con una clara intencionalidad.
La negatividad se contagia
Esto ocurre por la ley del “contagio emocional”.
Seguro que te has encontrado en muchas ocasiones en las que la actitud positiva de una persona te ha contagiado y has sentido la misma actitud.
Con las personas negativas ocurre lo mismo. Te contagiarán con su actitud y sentirás sus mismas emociones, las cuales son negativas.
Por tanto, intenta estar siempre rodeado/a de gente que vea la vida de manera positiva y con entusiasmo, lejos del negativismo y el pesimismo que tanto caracteriza a estas personas.
Te van a guiar por el mal camino
Las personas tóxicas no actúan, solo hablan de forma pesimista sobre la vida y se quejan continuamente sin hacer nada por evitar ese estado de ánimo, más bien parece que les gusta ser así. No suele tener otro tema de conversación que no sea el suyo propio.
Y como todos sabemos, si no se pasa a la acción, es imposible conseguir nada en la vida, ya sea conseguir un buen trabajo, estudiar una carrera universitaria, llevar una dieta saludable, etc.
Por definición, estas personas no consiguen logros difíciles porque ni siquiera lo intentan.
Y probablemente, te influirán negativamente o incluso argumentarán porqué no deberías intentar algo. Veámoslas.
1. Son egocéntricas y arrogantes
El primero de los rasgos para detectar a las personas tóxicas es que hablan continuamente y en exceso de sí mismas. Son el centro de toda atención, son ese agujero negro donde todo se dirige, ese epicentro que insiste en ser alimentado, atendido, tenido en cuenta y hasta venerado.
Son arrogantes: no confiadas, sino arrogantes, es decir, creen que lo saben todo y se sienten superiores a los demás. Probablemente algo explicado por el efecto Dunning-Kruger.
2. Tienen una visión pesimista de las cosas
El discurso de la persona tóxica está construido a través de quejas, críticas y pesimismos. Son los típicos que sacan el lado oscuro a todo lo que les propongas o les cuentes a través de sus críticas y quejas continuas. Asimismo, nada puede ser tan complicado como alcanzar un objetivo o realizar cualquier tarea junto a este tipo de perfil.
Son expertos en encontrar problemas a toda solución. A su lado la motivación se extingue y no dudan en poner una zancadilla tras otra hasta hacer de un simple ovillo, una montaña de dificultades.
3. Ocupan el rol de víctimas
Si tienes alguna persona en tu entorno que siempre asume el rol de víctima para ser el centro de atención, hay muchas posibilidades de tengas ante ti a una persona tóxica. Esta estrategia les permite ser validadas y disponer a su antojo de todos nuestros recursos, de todas nuestras energías.
4. Falta de empatía
Lo decíamos al inicio, para detectar a las personas tóxicas calibra tu estado emocional. Si decimos esto es por un hecho más que evidente: los perfiles con dicho comportamiento sabotean autoestimas. Carecen de esa empatía primordial con la que ser conscientes del efecto que sus dinámicas tienen sobre los demás.
No solo no son capaces de calzarse en los zapatos ajenos, sino que además, no tienen intención alguna de hacerlo. Ellos son ese punto de referencia único y absoluto por donde debe orbitar todo el universo.
“En una relación tóxica siempre existe un tono constante de crítica y tensión. Este comportamiento se origina ya en el seno familiar: si una persona ha sido educada por padres excesivamente críticos y han sido testigos de esta actitud en repetidas ocasiones, ya están acostumbrados a las críticas. Además, estas personas están predispuestas a provocar el mismo tipo de toxicidad en generaciones venideras”.
5. Son envidiosas
Si quieres detectar a las personas tóxicas atiende ese sentimiento que les destruye y carcome por dentro: la envidia. Desear lo que no se tiene y odiar a quien tiene aquello que se anhela, es una fuente de sufrimiento y de inmadurez absoluta. Es además el motivante de muchas conductas agresivas. Aparecen los desprecios y esos odios donde se halla camuflado esa sensación, la de la envidia que lo devora.
6. Son infelices
No nos equivoquemos. Las personas con comportamientos tóxicos no son felices.Quienes viven este tipo de actitudes y comportamientos no entienden de inteligencia emocional. No se responsabilizan de sus actos ni de los efectos de los mismos. Se frustran con facilidad, no manejan la envidia, no saben canalizar su ira, no entienden sus tristezas… Carecen de esa solvencia emocional con la que poder invertir en bienestar y felicidad.
7. No se alegran por los logros de los demás
La persona con comportamientos tóxicos no compartirá tus alegrías ni te dará aliento en épocas complicadas. Será esa mirada que se incomodará con tus éxitos y que vendrá raudo y veloz cuando fracases para intensificar aún más la herida. Así, y por curioso que nos resulte, no siempre vemos a la primera este tipo de conductas. A veces las dejamos pasar. Otras incluso los justificamos: está ocupado, tiene muchas cosas en la cabeza y por eso no me ha felicitado o no ha venido a darme aliento y ánimos…
8. Provocan estrés
Hay numerosos estudios científicos que han demostrado que el estrés tiene un impacto negativo y duradero en el cerebro.
La exposición al mismo durante pocos días puede afectar al funcionamiento del hipocampo, un área cerebral responsable de la memoria y razonamiento.
Algunas semanas de estrés puede provocar la destrucción de neuronas. Es decir, el estrés siempre tiene consecuencias a corto y largo plazo.
Una investigación reciente de la Universidad Friedrich Schiller de Alemania, demostró que la exposición a estímulos que provocan emociones negativas (las que provocan la gente tóxica), provoca un estrés pronunciado en el cerebro.
No nos equivoquemos. Ahí donde habite una perfil de este tipo, no crece nada. Ahí donde se ejerzan este tipo de artimañas, nadie se sentirá feliz, nadie se sentirá bien ni podrá alcanzar meta alguna. El coste de este tipo de perfil puede ser inmenso en caso de que sea un familiar cercano o nuestra pareja. Por tanto aprendamos a detectar a las personas tóxicas, permitámonos respirar en equilibrio sabiendo de quién defendernos y con quien establecer saludables distancias.
CÓMO ALEJARSE DE PERSONALIDADES DE ESE TIPO
Este apartado también respondería a una pregunta más sencilla: cómo tratar con personas tóxicas. Posiblemente, alejarse es mucho más radical y dependiendo de tus circunstancias, un paso previo es la mejor opción.
Tenemos que aprender que en la vida recibimos aquello que toleramos, y hay comportamientos que no son tolerables y de los que debemos alejarnos. Tenemos que aprender a utilizar la asertividad para aprender a frenar y poner límites, y cuanto antes mejor.
Tenemos que hacernos respetar para que ese comportamiento intolerable no vaya a más y si es necesario, alejarnos de esa persona aunque al principio nos pueda doler, pero sino será peor.
Reglas básicas
Hacerte respetar
Saber decir que no
Mostrar confianza
Marcar límites
Todas ellas son reglas fundamentales para frenar a una persona tóxica. Generalmente un comportamiento negativo se mantiene porque obtiene algún tipo de beneficio, pero cuando se corta ese beneficio, manipulación o control ya no obtiene lo que pretendía. Por ello, en muchos casos ese comportamiento cesa.
En ciertos casos de conflictos, puedes probar a decir con firmeza y convicción lo siguiente: “hasta que no me hables de forma correcta, con educación y con respeto no me dirijas la palabra”. En muchas ocasiones es más efectivo de lo que podamos imaginar a la hora de alejarse de personas y relaciones tóxicas (¿Un ejemplo de este tipo de personas? Las narcisistas).
Algunas señales evidentes de una pareja tóxica
a) Te controla (según su manera de pensar) "por tu propio bien”. Controla lo que haces, dónde estás, con quién estás, tus horarios, con quién hablas, vigila tus redes, tu móvil, hasta en qué te gastas el dinero.
b) Te infravalora, te falta al respeto, intenta sentirse superior, dando la sensación que a dónde vas a ir en la vida sin él/ella. Se mete con tu manera de vestir, te intenta influir para que seas como quiere o supone que deberías ser.
c) Es un/una chantajista emocional. Si no se hace lo que quieres, se enfada y te reprocha cosas. Toma decisiones por ti sin pedir tu opinión.
d) No puedes tener conversaciones profundas sobre lo que realmente te importa, porque esas conversaciones se convierten en constantes discusiones.
e) Te hace sentir culpable por todo, no es responsable de nada, nunca hace nada mal, va de víctima y siempre la culpa es tuya o de los demás.
f) No reconoce tus méritos; es más hace lo contrario, les resta importancia porque le hace sentirse más pequeño y así procura sentirse superior, haciendo sentir a su pareja inferior, como que no da la talla.
g) No puedes ser tú. Vas restringiendo tu personalidad y tu espontaneidad por miedo a sus reacciones.
La lista es aún más amplia, pero estos son algunos de los rasgos fundamentales, aunque si nos encontramos justificando lo injustificable, soportando lo insoportable, es que estamos ante una persona/relación tóxica y es hora ponerle freno o salir de ahí.
Las actitudes que causan infelicidad y “mala vida” se pueden corregir, romper y deshacer. Se pueden superar con fuerza de voluntad y lo más importante, el deseo de ser feliz y conquistar tu felicidad, compartiéndola con el mundo.
ALFABETO EMOCIONAL
Pilar Sordo, con su excelente sentido del humor,
nos explica acerca de las personas negativas
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